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En una sociedad sedienta de los valores y de las virtudes más altas, que solo vienen de Dios, queremos proponer a todos, pero de manera especial a los jóvenes el ejemplo heroico de adhesión a la fe de las Enfermeras mártires de Astorga.
«Cartas desde el Valor. Enfermeras mártires de Astorga» es más que un cortometraje, es un homenaje que la Fundación EUK Mamie ha querido ofrecer a tres jóvenes mártires durante la Guerra Civil española – Olga Pérez-Monteserín, de 23 años; María Pilar Gullón, de 25; y Octavia Iglesias, de 41– caracterizadas por una caridad extrema y un derroche de pureza que conmovió a sus mismos verdugos.
El corto es fruto del trabajo de las 22 participantes en el «II Curso de Medios de Comunicación» para chicas, organizado de forma conjunta por HM Televisión y el Hogar de la Madre (Más información del Curso aquí: https://www.hogardelamadre.org/es/noticias/2023/1679-agosto/15179-curso-de-medios-2023 ).
Esta es la sinopsis de la historia que, en 24 minutos, presenta «Cartas desde el Valor. Enfermeras mártires de Astorga»:
Octubre de 1936. Olga, María Pilar y Octavia se han ofrecido como voluntarias para ir al «Hospital de Sangre de la Cruz Roja» de Somiedo (Asturias). Movidas por una caridad heroica atienden, sin distinciones y sin excepciones, a soldados de los dos bandos. Terminado el tiempo de servicio exigido, piden quedarse más tiempo. Ellas, sostenidas por la oración, permanecen en el puesto para no abandonar a los heridos. En esos días conocen a Dolores, la hija del cartero. La joven descubre asombrada el amor al prójimo que desborda el corazón de las enfermeras y traba con ellas una preciosa amistad. El 27 de octubre de 1936, milicianos del bando frentepopulista asaltan el hospital, matan a los heridos en sus camas y hacen prisioneras a las tres enfermeras. Tras una noche de torturas y humillaciones, sufren el martirio en la mañana del 28 de octubre.
Con rigor histórico, pero con la delicadeza que exige la belleza de estas almas, «Cartas desde el Valor. Enfermeras mártires de Astorga» presenta el martirio de estas jóvenes laicas. Pero ¿por qué lo hemos hecho? La historia llegó a nosotros providencialmente y quedamos fascinados por la fortaleza, la fe y la caridad de estas mujeres. Nos sentimos llamados a difundir su historia y a sacarla del olvido, del desconocimiento, pero también de las calumnias que se han vertido contra ellas, presentándolas como lo que son: testigos de Cristo durante la persecución religiosa acaecida en España entre 1936 y 1939. Otro momento providencial fue la toma de contacto con la postuladora de su causa de beatificación, Dña. María Victoria Hernández, que nos asesoró para probar la veracidad de los hechos frente a las falsas noticias que han tratado de desacreditar a estas mujeres heroicas, beatificadas ya por la Iglesia católica, y revisó el guion para asegurar una correcta visión del martirio que queríamos presentar.