Y a ti Dios también te pedirá cuentas

En días pasado en una conversación salió a relucir el tema de las personas que comparten con parejas en uniones libres y divorciados vueltos a casar, que sabían que esas personas en su mayoría había causado rupturas en matrimonios sin tener en cuenta el dolor que estarían causando a la esposa y a los hijos.

De este tema he meditado mucho con la idea de hacer claridad en cuanto a ese dolor que es causado por las terceras piezas que sólo pensando en su felicidad van con todo empeño a lograr lo que se proponen sin pensar que ellas al apartarse podrían aportar su granito de arena para que hubiera la posibilidad que esos matrimonios buscaran ayuda y reconciliación.

Cuando una tercera persona entra en un matrimonio causa división, rencillas, mucho dolor. Todos sabemos perfectamente de donde viene ese deseo de poner la mirada en quien está casado y tiene un hogar, y no es precisamente que venga de Dios, porque Dios es amor, unión, comunión y armonía.

A ti que apoyas a esa tercera persona, que se involucra en un matrimonio a ti que no dices nada por no crear problemas, porque no es de tu incumbencia, a ti también el Señor te pedirá cuentas por ese silencio y por ser partícipe no solo de la ruptura de un matrimonio sino del pecado de adulterio que se está cometiendo.

No es fácil aconsejar en casos como estos, pero si es posible, más cuando lo hacemos desde el amor y la corrección fraterna, que como bien dice la palabra de Dios: “Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de dos o tres testigos.” (Mt. 18,15-16).

Dios al bendecir una unión es bien claro al decir: “lo que Dios une no lo separe el hombre”. Un hombre o una mujer casados por la Iglesia, siguen siendo casados porque el matrimonio es para siempre, indisoluble y bendecido por Dios mismo.

¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena!

En un matrimonio, no hay espacio para una tercera persona y tampoco lo hay para las personas que apoyan las uniones ilícitas, porque para  todos los que se implican y están siendo motivo de dolor de toda una familia las consecuencias serán dolorosas cuando Dios quien es el único que tiene cabida en un matrimonio haga brillar la verdad ante los hombres.

Oración

Señor, te pido por aquellos que intentan interrumpir la paz y la unión de un hogar seduciendo al hombre o mujer casados, que entiendan que esa unión es indisoluble,ha sido bendecida por Ti, y no hay poder humano que pueda romperla. Dales la gracia de ver qué para ellos hay un camino que Tú les has trazado, que permanezcan unidos a Ti y así mantengan en sus corazones el deseo de hacer y cumplir siempre Tu santa voluntad.

Luce Bustillo-Schott

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