Padre: Me han hablado con desconfianza de la acupuntura, pero yo tenía idea de que es una rama de la medicina. ¿Cómo es el tema? ¿Se puede practicar o no? Le agradezco su ayuda. Carlos.
Respuesta:
Estimado Carlos:
Sobre este tema tomo algunos elementos del artículo del Padre Jordi Rivero sobre la ‘Acupuntura’ (de la página www.corazones.org).
‘Acupuntura’, etimológicamente proviene del latín acus, aguja, y punctura, punzada. Designa una operación con fines curativos en la que se clavan una o más agujas en el cuerpo humano. La han empleado los chinos y japoneses desde la antigüedad.
La acupuntura como práctica médica no ofrece dificultades morales, siempre y cuando se mantenga en los límites de la medicina y realmente sea practicada por un médico que conozca la técnica y no por un embaucador (como ocurre en algunos casos, aprovechando la credulidad de la gente).
Pero junto a esta se ofrece una practica de la ‘acupuntura’ relacionada con las doctrinas de la Nueva Era (o New Age). Por ejemplo, se ha hecho común encontrar avisos como el siguiente:
LA ACUPUNTURA LE AYUDARÁ |
Con frecuencia los centros de acupuntura mezclan una multitud de prácticas de la Nueva Era. Otro anuncio:
¿Amor?, ¿Vida?, ¿Finanzas?, ¿Carrera?, ¿Que tienes en la mente?. |
Las promesas no tienen límites: La acupuntura quita todos los dolores y tensiones, hace bajar de peso, quita el vicio del cigarro…
A estas promesas sigue una jerga típica de la Nueva Era para hacer a los ingenuos creer que se trata de algo científico o misterioso… ¡Harmonize con el ‘gi’ del día!.
Evidentemente no estamos ante una acupuntura médica, sino ante una práctica que mezcla ciertas técnicas de orden medicinal con prácticas supersticiosas y adivinatorias.
Por este motivo el Documento de la Iglesia, ‘Jesucristo, portador del agua viva’, coloca a la acupuntura entre las prácticas de la New Age: ‘Hay una notable variedad de enfoques que promueven la salud holística, derivados unos de antiguas tradiciones culturales, conectados otros con las teorías psicológicas desarrolladas en Esalen durante los años 1960-1970. La publicidad relacionada con la Nueva Era cubre un amplio espectro de prácticas, tales como la acupuntura, el biofeedback, la quiropráctica, la kinesiología, la homeopatía, la iridología, el masaje y varios tipos de ‘bodywork‘ (tales como ergonomía, Feldenkrais, reflexología, Rolfing, masaje de polaridad, tacto terapéutico, etc.), la meditación y la visualización, las terapias nutricionales, sanación psíquica, varios tipos de medicina a base de hierbas, la sanación mediante cristales (cristaloterapia), metales (metaloterapia), música (musicoterapia) o colores (cromoterapia), las terapias de reencarnación y, por último los programas en doce pasos y los grupos de auto-ayuda.25Se dice que la fuente de la sanación está dentro de nosotros mismos, que la podemos alcanzar cuando estamos en contacto con nuestra energía interior o con la energía cósmica’ ( ‘Jesucristo, portador del agua viva’, 2.2.3).
Los centros de acupuntura suelen utilizar abundantemente nombres de origen chino o japonés para identificarse con la antigua práctica de acupuntura que se remonta a esos países. Pero también promueven superstición y ocultismo: horóscopo chino, Tarot, el ‘mundo de I-ching’ (un oráculo) y mucho mas. Con frecuencia reclaman que sus productos tienen poderes sobrenaturales.
Recordamos al lector la admonición de San Pablo: ‘En cambio los malos y embaucadores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos. Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús’ (2 Timoteo 3,13-15)
No nos compete evaluar los posibles méritos de la acupuntura terapéutica. Ese es el campo de la medicina. Pero si debemos alertar sobre a la ‘acupuntura’ que se vende popularmente hoy día por todas partes pretendiendo satisfacer todas las necesidades humanas a base de técnicas y poderes misteriosos…. Señores esto nada tiene que ver ni con ciencia ni con religión. Es una crasa impostura religiosa.
P. Miguel A. Fuentes, IVE
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