"Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a mí. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por eso el mundo os odia…"
"…Acordaos de la palabra que os he dicho: no es el siervo más que su señor. Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi doctrina, también guardarán la vuestra. Pero os harán todas estas cosas a causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado. Pero ahora no tienen excusa de pecado" (Jn). Hay mucha ignorancia en la mayor parte de los pecados, ignorancia y debilidad; pero no es infrecuente la lucidez; y ésta será combativa, adoptará formas distintas en cada época, deben contar con ello, no pueden ser ingenuos.
"El que me odia a mí, también odia a mi Padre. Si no hubiera hecho ante ellos las obras que ningún otro hizo, no tendrían pecado; sin embargo, ahora las han visto y me han odiado a mí, y también a mi Padre. Pero había de cumplirse la palabra que estaba escrita en su Ley: Me odiaron sin motivo"(Jn). El único motivo es el mal que anida en los corazones pervertidos.
"Cuando venga el Paráclito que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí. También vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo"(Jn). El mal y la persecución no quedarán impunes, aunque en ocasiones lo parezca, existen testigos ante Dios que como Juez dará a cada uno según sus obras y sus oportunidades.
Reproducido con permiso del Autor,
Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias
pedidos a eunsa@cin.es
Muchas gracias por el sitio. Jesús en verdad habla en el.Saludos desde México.
Gracias por sus reflexiones,pues me ayudan a seguir adelante con mi perseverancia.
Gracias por sus reflexiones me ayudan mucho y me mantienen en contacto con nuestro señor jesucristo.
cada dia las enseñanzas de la palabra de Dios me llena y hace reconocerlo como mi señor