El ayuno

El ayuno es costoso, y puede tener efectos externos, de ahí la necesidad de un cuidado especial para evitar la hipocresía.

En la misma línea de la oración y la limosna está la enseñanza sobre el ayuno. "Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está en lo oculto, te recompensará" (Mt).

Es necesario comer y beber para mantener la vida; por eso es tan frecuente la observancia del ayuno para manifestar la superioridad del alma sobre el cuerpo. El ayuno es costoso, y puede tener efectos externos, de ahí la necesidad de un cuidado especial para evitar la hipocresía. En aquellos momentos, era moneda corriente la utilización del ayuno para la vanagloria, deformando el sentido religioso natural. Jesús quiere que quede clara la sinceridad ante Dios y la humildad agradecida. El Padre que ve lo interior, lo premiará.

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Reproducido con permiso del Autor,

Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias

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