Santoral 25 de agosto | San Luis, San José de Calasanz, San Ginés, Beato Luis Urbano Lanaspa

San Luis (1214-1270) 

El rey de Francia, Luis IX, es un laico que luchó diariamente por alcanzar la santidad. Fue un estupendo esposo y un padre preocupado por la educación de sus 11 hijos, tenidos con Margarita su ejemplar esposa. Jefe de Estado atento a la justicia y a la paz. Vivió humildemente y fue muy generoso. En su testamento dejó escrito: “Es necesario evitar siempre todo pecado grave, y estar dispuestos a sufrir cualquier otro mal, antes que cometer un pecado mortal. Lo más importante en la vida es amar a Dios con todo el corazón. Cuando llegan las penas y los sufrimientos hay que ofrecerlo todo por amor a Dios y en pago de nuestros pecados. En las horas de éxito y prosperidad hay que dar gracias al Señor y no dedicarse a la vanagloria. Con los pobres y afligidos hay que ser en extremo generosos. Con la Santa Iglesia Católica seamos siempre hijos fieles y generosos.” Consejos muy prácticos.

San José de Calasanz, presbítero (1558-1648) 

Se le ha llamado «El gran pedagogo», «El Patriarca de los niños», «El Job de la Ley de gracia».  Nació en Peralta de la Sal, pequeña villa aragonesa, el 31 de julio de 1558.  Su madre fue una maravillosa educadora y sentía predilección especial por el benjamín de los siete, nuestro pequeño José.  Ya desde muy niño empezó José a desempeñar el oficio que vivirá durante toda su vida y que aun después de su muerte, continuaría ejerciendo por medio de sus hijos religiosos de las Escuelas Pías: La Educación y la Enseñanza.

José incitaba a sus compañeros a ser mejores y a amar más y más a Jesucristo y a la Virgen María.  Sabía atraer y convencer, porque ponía en estos actos toda su alma y arrastraba como si fuera un imán.

José vio que el Señor le llamaba para ser sacerdote y para gastarse en bien de la humanidad.  Para huir de las tentaciones que el Demonio le tendía día a día en Valencia, volvió a Peralta, pero aquí le esperaba una gran contrariedad: muere su hermano mayor, y su padre le ruega que contraiga matrimonio y sea él quien herede el mayorazgo familiar.  Pero José desea consagrarse al Señor. Cae gravemente enfermo.  Su padre cede y José salta de alegría.  Recupera la salud y continúa trabajando para llegar a ser sacerdote.  Se ordena en 1583. Pronto los Obispos conocieron su valía y le daban cargos y honores que demostraban la gran ascendencia que tenía sobre ellos.  Cuando fue Vicario de los sacerdotes ayudó a muchos de ellos a vivir bien su vida sacerdotal.  

Se entregó en Roma a trabajar con las Cofradías y fundó otras nuevas y con ellas empezó a llamar la atención del Papa, Cardenales y de los grandes y sencillos de la ciudad.  Se entregó, sobre todo, a cuidar de los niños más pobres: les instruía, les alimentaba, les enseñaba el catecismo, los llevaba a la Iglesia.  Fundó la «Congregación de los Clérigos Regulares de las Escuelas Religiosas».

Desde 1642 surgió en contra del santo una verdadera ola de intrigas y calumnias de algunos falsos hermanos dentro de la Congregación.  Fue detenido por el Santo Oficio y llevado preso.  Sus enemigos lograron destituirlo como superior, y el principal traidor fue nombrado superior general.  En 1646, el Papa Inocencio X disolvió la Congregación y permitió que sólo siguiera como «comunidad diocesana».  Al oír José la noticia, dijo como Job: «EL SEÑOR NOS LO DIO, EL SEÑOR NOS LO QUITÓ.  BENDITO SEA SU SANTO NOMBRE».  Más tarde el mismo Papa Inocencio X, lo rehabilitó y 8 años después de la muerte de José, su obra fue otra vez reconocida como orden religiosa.

Murió el 25 de agosto de 1648.  En 1767 José fue canonizado.  El Papa Pío XII lo declaró, en 1948, patrono de todas las escuelas elementales católicas.

San Ginés el Comediante 

Muerto en Roma durante las persecuciones de Diocleciano.  Actor de profesión, representaba en una comedia burlesca el papel de un cristiano que recibía el bautismo.  La ficción teatral se apoderó de Ginés y recibió el don de fe mientras estaba actuando.  Al final de la función, se declaró públicamente cristiano y poco tiempo después, murió mártir de la fe.

Beato Luis Urbano Lanaspa (+1936)

Presbítero dominico, mártir en la persecución religiosa española de 1936.  Religioso de grandes dotes de oratoria, era el predicador de la cuaresma en San Ginés en Madrid, ante los reyes de España.  Creo las revistas “Rosas y Espinas” y “Contemporánea”, para el dialogo entre ciencia y fe, y fundo el Colegio San Vicente Ferrer, de Valencia.

Beata Maria de Jesús Crucificado (1846-1877)

Maria Baourdy nació en Palestina, en un pueblo entre Nazaret y Haifa.  Recibió el bautismo en el rito greco-católico melquita.  Su vida es un prodigio y en ella se vio palpable de la mano de Dios. Quedo huérfana muy niña y un tío la llevo a Alejandría, Egipto, donde hizo la Primera Comunión.  La prometieron en matrimonio a un joven, pero ella, por conservar la virginidad que había prometido a Dios, huyo de la casa sin dar noticia de su paradero. 

Por rehusar convertirse a su religión, un musulmán la hirió gravemente, dejándola por muerta en las afueras de la ciudad. Fue sanada milagrosamente por intercesión de la Virgen Santísima, y entro a un convento en Alejandría, de donde paso a Jerusalén, a Beirut y luego a Marsella.  En esa ciudad ingresó en el convento de las Hermanas de San José de la Aparición donde la llamaban “la pequeña árabe”.   Siendo aun postulante, la despidieron a causa de los hechos extraordinarios de su vida espiritual por los que la juzgaron más apta para la vida contemplativa que para la activa.  Cambio al habito del Carmelo y recibió el nombre de María de Jesús Crucificado.  

En 1867 partió hacia Mangalore, India, y de ahí a Palestina, impulsada por el Espíritu Santo, para fundar un Carmelo contemplativo en Belén. Murió santamente a los 33 años de edad y 12 de vida religiosa.  

A esta santa el Señor la llevo por caminos de alta mística y de fenómenos extraordinarios durante toda su vida.  Ella, por el contrario, era sumamente sencilla y humilde y se esforzaba por pasar desapercibida.  

Participo por largo tiempo de los sufrimientos de la Pasión de Cristo, especialmente en Cuaresma, cuando aparecían en su cuerpo los estigmas.

* Examina tu conducta el día de hoy para descubrir si sufres penas y molestias en silencio o quejándote constantemente.

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