San Mauricio(+290)
Era africano, jefe de la Legión Tebana, que reclutó en Tebaida, en el alto Egipto. Cuando su legión fue destinada a lo que hoy es Saint-Maurice, no lejos de Ginebra, Suiza, se produjo el conflicto de conciencia que hizo mártires a Mauricio y a sus compañeros al negarse a sacrificar a los dioses. Este heroico acto está en la raíz del cristianismo suizo, y la insignia de la Legión Tebana, una cruz blanca sobre fondo rojo, es ahora el emblema del país. San Mauricio es patrón de la guardia Suiza del Santo Padre.
Santo Tomás de Villanueva (1488-1555)
Fue admitido en la comunidad de los padres agustinos en Salamanca, España, donde poco después se ordenó sacerdote. Fue profesor de la universidad; poseía una inteligencia lúcida y un criterio práctico, pero tuvo que ejercitarse continuamente para adquirir una buena memoria y luchar mucho para que las distracciones no lo alejaran de los temas que quería tratar.
Contra toda su voluntad, y sólo por obedecer a su superior, aceptó el nombramiento que le hizo el emperador Carlos V para ser arzobispo de Granada. Fue un arzobispo muy humilde y caritativo y todo lo que caía en sus manos lo repartía entre pobres y enfermos. Fue un predicador insigne y de él decía el emperador: “Este Monseñor conmueva hasta a las piedras”. Pero lo que más le interesaba a Santo Tomás era transformar a sus sacerdotes. Se los ganaba poco a poco con consejos y peticiones amables, pero también a base de mucha oración y tremendas penitencias.
A los ricos les insistía continua y fuertemente acerca del deber tan grave que cada uno tiene de dar en limosnas todo lo que pueda. Murió a los 66 años de edad, exclamando “¡Qué bueno es Nuestro Señor que a cambio de que lo amemos en la tierra, nos regala su cielo para siempre”.
Beato José Aparicio Sanz y 232 compañeros mártires (+1937)
La gran mayoría de estos beatos nacieron y murieron en poblaciones de las provincias valencianas de España, donde sufrieron el martirio durante la guerra civil española.
Ellos fueron: José Aparicio Sanz y 36 más presbíteros, 19 mujeres y 18 jóvenes de Acción Católica, 18 frailes predicadores dominicos, 2 presbíteros de la diócesis de Zaragoza incluidos en el proceso de beatificación, 10 frailes menores franciscanos, 12 frailes menores capuchinos, 6 religiosas capuchinas de la Orden de Santa Clara, 12 jesuitas, 30 salesianos de San Juan Bosco, 2 religiosas Hijas de María Auxiliadora, 20 terciarios capuchinos de la Virgen de los Dolores, un sacerdote dehoniano, 6 hermanos de las Escuelas Cristianas, 24 religiosas carmelitas de la Caridad, una religiosa servita, 8 religiosas escolapias, una misionera claretiana, 2 hermanitas de los Ancianos Desamparados y 3 terciarias capuchinas de la Sagrada Familia.
Impulsados por los arzobispos Marcelino Olachea y José María Lahiguera, siervo de Dios, así como por el presbiterio diocesano y el foro de laicos y por sus respectivas ordenes religiosas, Valencia dedicó muchas energías humanas para que estos procesos pudieran llegar a su conclusión y fueran un instrumento de evangelización, especialmente en los campos de la catequesis, de la pastoral juvenil y de la promoción vocacional.
El proceso de beatificación llegó a su punto final el 11 de marzo del 2001, cuando fueron beatificados por Juan Pablo II estos 233 mártires de la persecución religiosa en España.
San Carlos Navarro Miquel (+1936)
Mártir escolapio nacido Torrent, Valencia, España, murió en Montserrat, Valencia, fusilado en la carretera, el día 22 de septiembre de 1936.
San Pablo Tyeng Chong y Agustín Nyou (+1839)
Mártires en Seúl, Corea. Pablo dirigió durante veinte años la primera comunidad de cristianos en tiempo de persecución. Agustín escribió cartas al papa pidiendo sacerdotes. Fueron decapitados juntos después de recibir crueles tormentos.
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