VIAJE DEL PAPA A TIERRA SANTA

El tema interreligioso es uno de los más importantes del viaje del Papa en Tierra Santa. Las visitas programadas en Jerusalén con el Gran Mufti y el Rabino Jefe (luego de detenerse en la Cúpula de la Roca y el Muro de los Lamentos) para el 12 de mayo, demuestran el deseo de reunirse con la realidad musulmana y judía. Un encuentro que esta vez adquiere un significado muy importante, especialmente frente a los momentos de dificultad de los últimos meses.

"Suplico a cuantos están investidos de responsabilidad que exploren toda vía posible para la búsqueda de una solución justa a las enormes dificultades, para que ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria que sea la suya dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas".

La paz es ante todo un don divino. Lo ha repetido Benedicto XVI en la visita al presidente de Israel. El Papa recordó que la justa aspiración a la seguridad de cada pueblo, de cada individuo, debe darse en el respeto de los valores y los derechos de las personas, enraizadas en una relación profunda con Dios que es fuente de vida y base de la unidad de la familia humana.

La iglesia Católica , comprometida con las enseñanzas de Jesús y dispuesta a imitar el amor por cada persona, se compadece profundamente por las victimas del Holocausto.

En la era de la electrónica, de las redes, de los portales, del fácil y libre acceso a las informaciones, es necesario intensificar el diálogo para superar la fragmentación del conocimiento. Lo ha destacado Benedicto XVI en el encuentro en Jerusalén con las organizaciones comprometidas con el diálogo interreligioso.

Juan Pablo II hizo esfuerzos para superar muchos obstáculos relativos a los cristianos en Tierra Santa. En particular, firmó un documento con los judiós, el cual trataba en detalle la vida de los cristianos en las áreas de control de los mismos.

Benedicto XVI ha encontrado a los dos Grandes Rabinos de Isrrael y ha pedido confianza recíproca y diálogo sobre los temas éticos y sociales de nuestro tiempo que implican y retan al mundo judío y cristiano.

Oramos para que termine el conflicto, pidió el Papa al encontrar a los obispos de Tierra Santa en el Cenáculo y al visitar después la Concatedral latina.

Judíos, musulmanes y cristianos califican juntos a Jerusalén como su patria espiritual; es necesario por lo tanto, ocuparse de hacerla realmente una ciudad de paz para todos los pueblos. Lo ha reafirmado Benedicto XVI en la homilía de la misa celebrada la tarde del martes en el Valle de Josafat, delante a la Basílica del Gestemaní y el Huerto de los Olivos.

En la vigilia de su peregrinación a Tierra Santa, el Papa Benedicto XVI pidió a los católicos de Oriente Medio rezar con él para que su visita dé fruto a los residentes de Tierra Santa a nivel espiritual y civil.