El mundo al revés. Así podríamos definir la compleja realidad que vivimos en el día con día en este “Mundial de la pobreza”, como ha sido bautizado por el insigne filósofo contemporáneo, médico veterinario, árbitro en retiro y hermano mío Eduardo Brizio.
Y no crea usted, amable lector, que se trata de quejarse solo por vicio sino que una tras otra, las deficiencias en la organización saltan y corren como las cuentas de un collar que se ha roto.
La última noticia que les tengo es que en Johannesburgo no hay taxis. O más bien, no los hay en número suficiente para el tamaño del evento y la gran cantidad de visitantes. Por ejemplo, usted solicita un auto de alquiler en la recepción del hotel y le dicen: “Enseguida viene”. Esa premura demora más o menos dos horas y además es carísimo, puesto que le cobran a 2 dólares el kilómetro, o sea que en un trayecto de 15 km ida y vuelta, pagará el usuario $ 750.00 pesos mexicanos. ¡Una ganga!
El día de ayer se celebró un desfile impresionante donde los jugadores pasearon en un autobús descubierto saludando a sus fans. Dicen que es la manifestación multitudinaria más concurrida desde la liberación de Nelson Mandela. Otro evento al revés, celebrando lo que todavía no sucede.
Lo mejor fue que el técnico Carlos Alberto Parreira les puso el alto al declarar que el mensaje enviado era errado, que no había nada que festejar y que no estaba de acuerdo en que le distrajeran a los jugadores. ¿Así o más claro?
Comentando las noticias, ha llegado el duro equipo de Camerún, que jugará en el grupo E al lado de Holanda, Dinamarca y Japón. En Copa del Mundo no se debe menospreciar a un equipo como este, sobre todo cuando tiene tantos jugadores experimentados y que participan en las principales ligas europeas como su principal exponente y capitán Samuel E´too.
Con este cuadro viene uno de los máximos referentes del balompié africano: Rigobert Song, durante muchos años portador del gafete de capitán, líder de la zaga con 131 juegos internacionales y de una dureza que le ganó a pulso el sobrenombre del “Carnicero”.
Con solo 17 años debutó en el Mundial de Estados Unidos 94 ante Brasil. Recuerdo que en la segunda mitad, “Bebeto”, hábil mediocampista amazónico, dejó sembrados varios rivales y cuando enfilaba al arco rival, salió a su paso Song y lo “mató”. Fue tal la patada que pensé lo había partido por la mitad. Era un servidor el árbitro y el buen “Rigo” tuvo que tomar el camino de las regaderas.
Tras mucha polémica, a los 33 años y luego de jugar en Francia, Inglaterra, Alemania y Turquía, fue convocado y planea retirarse en Sudáfrica 2010. ¡Que se cuiden los atacantes!