Querido comunicador, político e intelectual:
Si, querido porque tú sin saberlo eres parte importante de mi vida cotidiana. Tú por las noches ocupas el asiento más importante y central de la reunión familiar, mis cuatro hijos adolescentes, mi marido y yo esperamos escuchar y ver con interés sobre los sucesos de ese día, tus comentarios y análisis con la esperanza de saber un poco más y convertirnos en personas un poco más cultas. Pero, ese no es el único momento del día que compartimos tú y yo. Tú has sido mi copiloto durante los largos trayectos en automóvil llevando y trayendo niños, gracias a ti he aprendido junto con psicólogos, médicos, economistas, etc. sobre muchas cosas que me han resultado útiles o simplemente interesantes. Durante las interminables horas en las diversas salas de espera has compartido conmigo, a través de tu escritura, interesantes historias, hechos y análisis diversos. Y mientras realizo las labores del hogar también te escucho, eres tan importante en mi vida que hasta influyes en la forma en que me visto y si les recomiendo a mis hijos llevar suéter o no, gracias al pronóstico del clima.
Ciertamente lo más importante y por lo que tengo que agradecerte mucho, es tu ayuda a que nos formemos una idea de la realidad y de lo importante; definitivamente eres un educador. No te considero un amigo porque al amigo se le ve como igual, sino más bien como una autoridad en tu área y por lo mismo, todo cuanto dices o escribes tiene gran relevancia y llama a creer como verdad cuanto tú me dices. Gran responsabilidad tienes frente a la sociedad y frente a las nuevas generaciones, ya que eres modelo y punto de partida para la concepción del mundo y de la vida.
En muchas ocasiones he estado de acuerdo en lo que me comunicas y como la haces, pero en muchas otras no y esa es la razón de mi carta. Me atrevo a escribirte porque la comunicación es dialogo, no monólogo. Yo he mantenido una comunicación permanente contigo y desde dentro de mi corazón en muchas ocasiones te he respondido sobre muchos asuntos, pero creo que ya llego el momento de decirte lo que siento, tal vez no estés de acuerdo, tenme paciencia, no soy una autoridad, simplemente soy una ama de casa preocupada por la sociedad que les vamos a dejar a nuestros hijos (tu y yo).
El asunto es que tristemente he notado que en muchas ocasiones más que un amor a la verdad y al rigor profesional algunos de ustedes, no digo que todos, manipulan la información o la falsean por motivos personales, económicos o de poder.
En otras ocasiones, tu discurso esta diametralmente alejado de la realidad de tu vida privada; o no te importa declarar cosas que pueden llegar a provocar odios o mal entendidos dentro de la sociedad con la consecuente violencia o agresividad entre grupos, etc., etc. Esto no puede seguir así ¿Acaso crees que soy tonta?, ¿Qué la verdad no cae por su mismo peso? Puedes engañarme en un primer momento y hasta manipularme a favor de tus intereses o ideologías; pero en el momento que descubro la verdad me siento traicionada y resentida contra ti. La reacción es tremenda, porque he creído en ti y haz defraudado mi confianza, ya no te creo nada y veo que así les pasa a otras personas. Dirás: “a mí que me importa si ya logre lo que buscaba”. Pues si te importa ya que tu actuar tiene consecuencias importantes para tu vida personal, familiar y social.
En primer lugar, te digo: ya basta de discursos falsos, dogmáticos y rígidos. Quiero oír argumentos que tengan rigor en la busque de la verdad y que no olviden lo que es relevante para nuestra vida cotidiana, para nuestras familiar y nuestro desarrollo personal y social. Quiero escuchar discursos en los que se haga justicia al asunto que se trata, abordándolo con exactitud y el detalle que merece, con precisión y propiedad, bajo el parámetro de su relevancia a la perfección humana y social. No es solo idea mía, ya Sócrates hablaba del “bien vivir” sobre el “vivir bien” que parece el objetivo de algunos de ustedes.
En segundo lugar, te advierto que lo que te pido no hará tu trabajo ni más fácil, ni más ágil, al contrario tendrás que ir más despacio, pero con más eficacia. Tendrás que reflexionar sobre lo que dices y como lo dices y sobre la coherencia que tiene con tu forma de vida.
Cualquier persona de la profesión que sea ha de ser un amante de la verdad es decir, de la sabiduría. Para un piloto aviador no es cuestión de opinión la altura de un volcán, o para un dentista la muela que habrá que extraer. La verdad es objetiva y todos deseamos poseerla. Al respecto, como te dije antes, tu trabajo es crucial para que nosotros el común de los mortales podamos alcanzarla a través de tus palabras y de tus hechos. Por eso, en la labor que tu realizas es muy importante que consideres la libre búsqueda de la verdad como un estilo de vida, a través del cual des sentido, hondura y plenitud a tu existir: que sea una búsqueda comprometida y responsable que involucre tu cabeza y tu corazón, y cuya labor sea la de aclarar, responder e iluminar las cuestiones que nos preocupan a todos.
El hombre se construye a través de sus acciones que van dejando una marca en él; así el que roba se convierte en ladrón, el que miente en mentiroso, y al contrario, el que práctica las virtudes (hábitos operativos buenos) es un hombre virtuoso y como ya lo decían los antiguos griegos al hombre le llama lo verdadero, lo bueno y lo bello, y por eso, son personas por las que sentimos gran simpatía, nos interesan y les creemos, independientemente de su posición social o educación.
Para lograr el prestigio tan deseado por ti, necesitas la disciplina de la voluntad, para trabajar con inteligencia hacia el continuado perfeccionamiento del conocimiento de tu área. Si no lo haces así serás como un loco que se deja llevar por su afectividad y opiniones personales perdiendo rigor en el discurso y veracidad frente al público. Tú que en ocasiones eres radical en tus opiniones recuerda que todos poseemos la capacidad de reconocer la verdad y que cada esfuerzo intelectual nos permite descubrir una pequeña parte del todo.
Recuerda que antes de descalificar algo que realmente desconoces, debes pensar que todos podemos aprender de los demás y de su experiencia, y que además, puedes estar equivocado o poseer sólo una perspectiva limitada del problema que se trate. La historia del conocimiento ha demostrado que toda opinión siempre puede ser enriquecida o transformada gracias a la aportación de los demás, pero para esto necesitas humildad y por lo tanto, no es fácil.
Te invito a que te imagines una conversación continuada en el tiempo acerca de los asuntos de la vida entre los sabios de la historia. Me imagino que te gustaría participar en ella. Para lograrlo y que se considere valiosa tu aportación tendrás que hacerte cargo de las diversas posiciones que cada momento estén en litigio, más que desde un punto de vista intelectual, sobre todo desde un punto de vista práctico.
Sólo tras un análisis inteligente de todo lo que se ha dicho sobre el tema, a través de la historia y en el momento actual, serás capaz de hacerte una ideal más cercana a la verdad. En cambio, si aplicas prejuicios a la hora de elegir tus lecturas o tus fuentes antes de hacer tus declaraciones, nunca alcanzaras la verdad. Sólo cuando leas, reflexiones y cuestiones, mucho, lo que es mejor para el desarrollo del “buen vivir” tuyo, de tu familia, de tu país y del mundo, estarás en situación de poder aportar algo nuevo y práctico, no algo supuestamente innovador y llamativo, que se vende bien, pero que resulta inútil y en muchas ocasiones estúpido.
Debes amar y preocuparte por los que te escuchamos, entrar en sintonía con nosotros. Muchas veces te veo tan alejado y tratando asuntos tan fuera de la realidad que me parece como si viviéramos en mundos diferentes: yo el real y tú el imaginario que te has creado. Recuerda que lo que dices y como la haces es una proyección de tu propia vida. Por lo tanto, necesitas llevar un estilo de vida que facilite el crecimiento personal, tanto el tuyo como el de las personas que te rodean, para lograr un estilo de vida mucho más humano, con todo lo maravilloso que eso implica. Tu labor por eso ha de ser no sólo el saber más, sino ser mejor, difundiendo un estilo de vida por el cual la búsqueda de la verdad, la belleza y el bien, en unión con los demás, para el crecimiento común, sean los elementos que determinen tus opciones de vida.
Disculpa mi atrevimiento pero, como te dije al principio me eres muy querido y deseo que seas una mejor persona en beneficio tuyo y porque así podrás colaborar al mejoramiento de mi mundo y de todos sus problemas. Voltea a verme, voltea a ver la realidad de todas las familias y aprende a querernos y a darnos la importancia que nosotros te ofrecemos dentro de nuestros hogares y no nos defraudes.
Por Blanca Mijares