La Virgen María en el Antiguo Testamento

La Virgen María es aquella mujer a la que Dios se refirió en el Paraíso terrenal, al maldecir a la serpiente (el demonio) después de hacer pecar a nuestros primeros padres, Adán y Eva.

DOS TEXTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

N.B. Las ideas de este apartado se tomaron de la obra , María en la Escritura y en la fe de la Iglesia, del P. Cándido Pozo, Ed. Católica.

«Dios es el Autor que inspiró los libros de ambos Testamentos, de modo que el Antiguo encubriera el Nuevo, y el Nuevo descubriera el Antiguo … ; así los libros íntegros del Antiguo Testamento, incorporados a la predicación evangélica, alcanzan y muestran su plenitud de sentido en el Nuevo Testamento y, a su vez, lo iluminan y explican» (Conc. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, n.16).

El Protoevangelio

Gén. 3,15.

15 Establezco enemistad entre tí y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia, El te aplastará tu cabeza, y tú le acecharás el calcañar.2

2 Sagrada Biblia. Texto revisado, neovulgata, Juan Pablo II, edición típica, Políglota , Vaticana 1978.

*Comentarios

La Virgen María es aquella mujer a la que Dios se refirió en el Paraíso terrenal, al maldecir a la serpiente (el demonio) después de hacer pecar a nuestros primeros padres, Adán y Eva. El texto bíblico que recoge las anteriores palabras (Gén. 3,15), no especifica cómo se realizará esta enemistad y esta victoria, pero la Sagrada Tradición y el sentido general de la interpretación bíblica nos conducen a afirmar que el vencedor será un personaje individual, el Mesías, por medio de su muerte redentora. y María, aquella mujer de la profecía, la nueva Eva, por la cual vendrá la salvación al género humano, al engendrar a Jesucristo, el Salvador.

a) Establezco. Ante todo, es importante señalar que el que establece esta enemistad es Dios. Dios es el que habla y, además, sólo de Él puede venir la salvación. Establezco es un verbo que se encuentra en primera persona del singular -«Yo”-, y está referido a Dios, quien habla.

Una vez rota, por Adán y Eva, la amistad con Dios por su pecado, Dios propone restablecerla: poniendo una amistad contraria, es decir, una enemistad con respecto al demonio.

b) Enemistad. La palabra hebrea implica una mayor radicalidad (separación total) de enemistad; pero. también implica una enemistad singular al estar en primera persona, enemis­tad diversa y más profunda que si estuviera en plural. Sólo puede emplearse cuando se trata de enemistad entre personas (téngase en cuenta que la serpiente de que se trata no signifi ca un animal, sino que con ella se quiere hablar de un ser personal: el demonio). Pero también el vocablo hebreo aquí empleado significa además enemistad habitual, implacable y pro funda; es este uno de aquellos vocablos que no se satisfacen sino con derramamiento de sangre. Enemistad total, -no hay nada en común- y por ello, no termina hasta la victoria total de uno de los contendientes: uno u otro. Así, como vere mos, el final del versículo (v. 15) expresa esta culminación de la enemistad con la lucha final y la victoria definitiva de uno de los contendientes.

c) Entre ti y la mujer. Analicemos por partes cada sujeto:

* Entre ti (la serpiente). Sabemos que repetidamente en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, según nos narra la Biblia los demonios son representados por una serpiente. De esta forma, el autor sagrado, de modo simbólico, está representándonos al demonio tentador como sujeto sobre el que recae el anuncio de Dios y la enemistad con la mujer y su descendencia, que culmina con la destrucción de su sujeción.

* La mujer. “La mujer”, designa a un sujeto concreto, pues el sustantivo «mujer» va acompañado por un artículo deter minado “la”. Así pues, según indica el texto, hasta el momen­to, se trata de aquella mujer que ha caído en la tentación -Eva-, que ha inducido a Adán a pecar y que ha estado hablando con el demonio. Así, podemos decir que, al menos en un primer plano e inmediato, “la mujer» se refiere a Eva.

Por otra parte, como ocurre con frecuencia en la Sagrada Escritura, además del plano superficial -plano primero e in mediato- hay otro más profundo, en el que el texto se refiere a «otra mujer» futura. De hecho, así es de ordinario en los anuncios proféticos: se usa como primer plano algo que está presente, pero a la vez, elevándose sobre ese plano, se anuncia otra realidad más sublime y superior. El Concilio Vaticano II dice: «Ella misma María es insinuada proféticamente en la promesa dada a nuestros primeros padres caídos en pecado» (Const. dogm. Luinen gentium, n.55).

d) Tu descendencia y su descendencia. La palabra hebrea empleada en el texto significa descendencia en sentido colecti vo. Ambas descendencias, la del demonio y la mujer, tienen un sentido de verdadera descendencia, pero con acepciones diversas. La descendencia del demonio sólo puede serlo en sentido moral, mientras que la de la mujer es y debe entender se en el sentido más corriente de la palabra: como descen dencia física. En todo caso, la enemistad personal, a que se refiere el versículo, se prolonga en una enemistad colectiva entre sus respectivos descendientes.

e) El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar. La última parte del versículo nos refiere de nuevo la enemistad y la lucha, pero de modo individual, en contraste con la parte anterior del versículo que la presenta colectivo. Sin duda «él» hace referencia al linaje o descendencia de la mujer, pero no en sentido colectivo, sino individual. Se trata de un individuo concreto de la descendencia de la mujer, un descendiente de la mujer. Nótese además que como contrincante suyo no apare ce ya la descendencia de la serpiente, sino un ser concreto: la serpiente misma. Además, la descripción de la lucha está absolutamente con rasgos individualizados: un pie se dirige contra una cabeza (la cabeza de la serpiente) y la aplasta, mientras que su cabeza hace un movimiento instintivo de defensa, aunque ineficaz e inútil, contra el calcañar (talón) de ese pie.

Conclusión

Son tres los rasgos fundamentales de María conocidos por esta exégesis y que es conveniente destacar:

lo) Su Maternidad, que destaca en todo el texto como Madre del descendiente que aplastará la cabeza de la serpiente: Madre del Mesías, Cristo. Además, destaca la elección de María, desde antes de su concepción, para ser la Madre de Jesús.

2o) Su Santidad que excluye todo pecado («las mismísimas enemistades»); y, su asociación, que está en conexión sin gular con Cristo: María es la «Nueva Eva», Madre de la Divina Gracia.

3o) Su Asociación singular en la obra de la Redención; asociación tan singular, que desde el anuncio de la redención en el Protoevangelio ya aparece Ella como la «nueva Eva» «mediante la cual nos será dado el Redentor y la Redención.

La profecía de Isaías

Isaías 7, 14.

14 El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que la Virgen concebirá, y dará a luz al hijo, y será llamado Emmanuel su nombre.

a) Circunstancias históricas de la Profecía:

El segundo libro de los Reyes (capítulos 15 y 16) y el segundo libro de las Crónicas (capítulo 28) nos explican las circunstancias históricas de las palabras proféticas de Isaías.

Un breve resumen de estas circunstancias nos es útil aho ra para ubicar la profecía en su contexto histórico. Nos situamos alrededor del año 730 a.C. TiglatPiléster III encabeza al imperio Asirio que, para acrecentar su territorio y dominio, decide invadir el reino de Siria, Israel y Judea. Con ello, pretende aproximarse y alcanzar posteriormente a su mas gran de enemigo: el imperio de Egipto.

Como es natural, Siria pretende hacerse aliados a Israel y -Judea, para mejor defenderse, pero sobretodo a Judea, que es el reino más interesante por estar situado colindante a Egipto, la potencia de quien se espera a la postre la principal protección contra Asiria.

Razín, que radica en Damasco, es rey de Siria; Pecaj, que radica en Samaría, lo es de Israel; y, Ajaz, que radica en Jerusalén, lo es de la Judea. Rasín y Pecaj, más próximos Asiria, hacen alianza y ambos la pretenden igualmente con Ajaz.

Debido a un no rotundo de Ajaz, ambos deciden atacar a Jerusalén y tomar la Judea exterminando a la vez a la familia de Ajaz, y no dejar a ninguno solo de sus descendientes. Es mas, pretendían implantar como rey de Judea al hijo de Tabeel (cfr. Is. 7,6), hombre no judío e idólatra. Con cosas asÍ, Ajaz se llena de temor ante su inminente destrucción, y como se sobreentiende por la profecía de Natán profeta (cfr. 2 Sam., 7,12?16), era consciente de estar en peligro la supervivencia de la dinastía davídica, de la que habría de nacer el Mesías, el Cristo. Sobre todo, por la amenaza declarada de establecer en Judá al mencionado hijo de Tabeel.

Estando, pues, así las cosas, Dios manda al profeta Isaías a reprenderle por su falta grave de fe y de desconfianza en la promesa de Dios, en que ha de perdurar Judea y salir de entre los hijos de David el Redentor. Ajaz confía más en los medios humanos que en Dios, y acude en auxilio al propio Tiglat Piléster III entregando los tesoros del templo por su rescate, añadiendo así al pecado cometido otro de sacrilegio y exponiendo la religión al vasallaje de los asirios.

Como motivo supremo de confianza con respecto al futu ro de la Dinastía davídica, Isaías repite la promesa absoluta e incondicionada de la profecía de Natán: «Esto no ocurrirá ni se cumplirá» (v. 7); la dinastía no perecerá en ninguna hipótesis.

Como signo de que Dios es poderoso para realizar sobre la tierra el milagro de la liberación militar de Jerusalén, aun que humanamente hablando parezca imposible, Isaías ofrece un milagro que ayude a su fe vacilante (v. 11). Con una falsa y fingida piedad Ajaz lo rechaza: «No he de pedir ni tentar a Yahveh» (v. 12). Isaías, lleno de indignación, reprende su hipocresía con la que intenta ocultar, bajo un velo piadoso, su falta de fe. A continuación, ya que Ajaz no quiere pedir un signo, Dios mismo asegura que va a darlo: «El Señor mismo os dará por eso la señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz al hijo, y será llamado Emmanuel su nombre».

b) Explicación de la Profecía:

lo) La señal. La señal, que Dios da a Ajaz por Isaías, es una prueba doble. Señal de salvación del pueblo judío -y, así, de que Dios cumplirá la promesa a David (cfr. 2 Sam. 7,12?16 y Sal. 89)? y, señal de poder, pues Dios anuncia la concepción virginal del Mesías, obra milagrosa, sólo de Dios mismo.

La señal es, pues, doble prueba: El rey Ajaz y su pueblo Israel se salvará (señal de salvación) y la milagrosa forma por la que la virgen concebirá y dará a luz al hijo permaneciendo virgen (señal de poder).

2o) La Virgen. Pero, ¿quién es la virgen? La virgen es la álmáh, en hebreo. Vista la profecía ya cumplida en Cristo, con una mirada retrospectiva, nos es obvio concluir que esa virgen es María. Sin embargo, cabe preguntar el por qué de «ese nombre» asignado a la mujer de la que nacería el Mesías. “Almáh, según la traducción de los LXX, significa virgen, pero con las cualidades de muchacha joven en edad de contraer, matrimonio. ¿Por qué no se usó el nombre hebreo de betuláh? Ese nombre se traduce como «virgen» simplemente, pero no hace referencia a otras cualidades mas que a la virginidad; Dios emplea un nombre (álmáh) y lo hace sabiamente. Algo semejante se deduce de otro nombre, náarráh (muchacha, pero no virgen), que al no ser usado por Dios nos muestra, aún más, su señal de poder, que es la concepción virginal en la á1máh y su parto virginal.

No podría ser ?de ninguna manera lo dice el texto? que la señal fuera una simple y común concepción. De haber sido así, no sería una señal para nadie, pues es lo más normal concebir y dar a luz a un hijo. Esta señal, sin embargo, a la luz de la revelación posterior, viene confirmada en el anuncio del ángel a María: Lc. 1, 27.34?35.

3o) He aquí. Si hemos dicho que la señal dada por Dios mismo os dará la señal») al rey Ajaz por medio de Isaías, es señal de poder, el ecce, «he aquí”, que anuncia esa señal tiene un sentido bíblico preciso. Ya en anteriores ocasiones, cuando Dios anuncia otros hechos milagrosos, Dios presenta ese mi lagro con la partícula «he aquí ( eccé) que señala que va a manifestarse un signo de poder. Así puede verse en el naci miento de Sansón (cfr. Jue. 18,7), de Juan Bautista (cfr. Lc. 1,20), por ejemplo. El «he aquí, que anuncia la concepción y parto virginal de Cristo, tiene un sentido de señal de poder; subraya que Dios da esa señal como una obra milagrosa de su poder; cosa que no tendría sentido si fuese sólo una concepción y parto naturales.

4o) Y será llamado. Esta parte de la profecía se descubre con toda su claridad a la luz de la revelación neotestamentaria. Es el ángel Gabriel, que recordando esta profecía a la Virgen, nos dice algo sobre el nombre que se pondrá al Mesías. San Lucas refiriéndose a la profecía dice: «y le pondrás por nombre Jesús» («será llamado»). El nombre se lo dará Ella, su Madre. De acuerdo a la tradición hebrea el nombre lo ha de poner el padre, el varón (cfr. Lc. 1,13.58?63). ¿Es ésta una señal más de la concepción virginal y milagrosa en la álmáh? Ciertamente no hay padre humano. José es padre le gal. Dios es el Padre de ese Hijo, y da a su Madre el poder de dar ese nombre aunque legalmente se lo imponga José (cfr. Mt. y pase a ser, por vía legal (Cristo), de la descendencia de David.

N.B. Todos los textos y los comentarios correspondientes al Nuevo Testamento ?están tomados de la Sagrada Biblia, EUNSA, Pamplona, España, 1985.

Por Juan Gustavo Ruiz

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15 comentarios

  1. María, la madre de nuestro Salvador JESUCRISTO, el SER primogénito de nuestro PADRE CELESTIAL nacido ,sufrido, muerto y resucitado de entre los muertos en esta tierra, constituye para mí la esencia de mi vida y mi salvación.
    Actuar sembrando su palabra y sus obras mediante la profunda FÉ, la ESPERANZA y la CARIDAD, son los requisites para obtener el perdón de los pecados y la vida eterna.
    No se aparten de su templo la IGLESIA CRISTIANA -CATÓLICA,somos todos según el libro de 1 JUAN 5:6

  2. SI!! Jesús es el camino la verdad y la vida… Verónica.. pero.. Dios en sus designios para que la humanidad llegara a ese camino, necesito de una Virgen para poder que el Verbo se encarnara y comenzara la redención de todos los hombres….
    Lee por favor el antiguo testamento de nuevo. La Virgen Maria esta profetizada desde el comienzo de la humanidad. Nosotros los católicos la veneramos como la Madre de Dios-Hombre Jesucristo, mas no la adoramos como adoramos a la Santísima Trinidad, repito la veneramos como me imagino que tu veneras a tu madre obedeciendola y honrandola no dándole mortificaciones. Católicos le pedimos y veneramos también a nuestra madre del cielo. Que parte no entiendes de la explicación tan hermosa y completa de esta sección. Pídele a la tercera persona de la Santísima Trinidad que te ilumine o sea al Espíritu Santo. Si Dios necesito a Maria porque no habríamos de necesitarla nosotros para que nos lleve a su hijo mas pronto.

  3. Que lindo…..el que tenga oidos que oiga. bien dice el gran Origenes a finales del siglo 1 la TEOTOCOS…..Madre de Dios ….es la tradicion de la Santa Madre Iglesia Catolica……el Apostol San Pablo dice en la primera carta a los Corintios yo les he transmitido lo q recibi…….que se ingnifica el no es el dueno del mensaje no puede cambiar nada por Dios el se acegura de estar hablando lo q se le ha transmitidi claro ejemplo en la carta a los Galatas en el capitulo 2 fui a ver a Pedro Santiago y a Juan para ver si no estoy corriendo en vano……q lindo Dios mio si no estoy hablando en particular lo q KEFAS…dice estoy hablando mentiras dice Pablo…..amo la Iglesia amo A Cristo Jesus Y amo a LA SANTISIMA VIRJEN MARIA…….

  4. el senor hallo gracia en ella ynadamas san juan 16-26 en akel dia pedireis en mi nombre y no osdigo k yo rogare al padre por vosotros pues el padre mismo os ama por k vosotros me habeis amado y habeis creido k yo sali de dios san juan 14-16 jesus le dijo yo soy el camino la verdad y la vida nadie viene al padre sino por mi lean la biblia dios los bendiga el senor da la inteligencia y sabiduria

  5. hola soy yo mariana la verdad en esta pagina no encontre lo que buscaba y no se si hay algo importante en eso para ustedes

  6. excelente el artículo acerca de la Virgen, me parecio muy completo y llenó mis espectativas de lo que queria conocer acerca de Nuestra Madre Celestial. Gracis

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