Varios creyentes consideran la imagen como un efecto secundario de la resurrección de Jesús, sugiriendo efectos seminaturales que pudieron haber sido parte del proceso. Afirman que puesto que la lógica obliga a descartar todas las hipótesis, hay que pensar en un hecho sobrenatural único para una imagen única: la Resurrección de Jesús. Ya que no hay explicación científica al hecho de que la imagen sea tan detallada y la intensidad guarde relación con la distancia, y que sólo afecte a las fibrillas superficiales individualmente. A todo esto hay que añadir la existencia de todo el conjunto de datos que aporta la sábana que obligan a pensar que el hombre de la sábana es Jesús: antigüedad, tipo de heridas, etc. Estas teorías son inverificables y pueden darse como explicación a cualquier anomalía que vaya contra la autentícidad del sudario, así que desde un punto de vista científico no son una explicación válida, algo en lo cual los escépticos se basan para descartar estas teorías de antemano. Se ha sugerido que el sudario colapsó a través del cuerpo glorificado de Jesús o de su deslocalización y que la imagen se pudiera haber formado por contacto directo al caer la sábana, dando así una imagen de detalle, y que por ser distinta la duración de este contacto en función de la distancia, habría una intensidad variable. Quienes apoyan esta teoría señalan ciertas impresiones de dientes y huesos al estilo de los rayos x. Otros sugieren que la radiación provocada por el evento milagroso pudo haber grabado a fuego la imagen en la tela.
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