Señor… no cierres mis oídos a tu voz; quita de mí el mundanal ruido y permite que Tu Palabra y Tu sabiduría guíen mi camino. Abre mi corazón a Tu Divina Presencia y permite, por consecuencia, que mis oídos estén atentos a Tu Voz. Que tu Santo Espíritu habite en mi corazón y haga de mí el más humilde de tus siervos… Amén.
Señor… no cierres mis oídos a tu voz; quita de mí el mundanal ruido y permite que Tu Palabra y Tu sabiduría guíen mi camino.
Abre mi corazón a Tu Divina Presencia y permite, por consecuencia, que mis oídos estén atentos a Tu Voz.
Que tu Santo Espíritu habite en mi corazón y haga de mí el más humilde de tus siervos…
Amén.
Cierto… Muy cierto… Jesús nos dijo: «Mi paz os dejo, mi paz os doy…» y también … «Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos»…
Vivamos siempre en Cristo y con Cristo y La Paz reinará en nuestros corazones.