Jesucristo:
1. Hijo, en muchas cosas te conviene ser ignorante, y estimarte como muerto sobre la tierra, y a quien todo el mundo este crucificado. A muchas cosas te conviene también hacerte sordo, y pensar más lo que conviene para tu paz. Más útil es apartar los ojos de lo que no te agrada, y dejar a cada uno en su parecer, que ocuparte en porfías. Si estás bien con Dios y miras su juicio, fácilmente te darás por vencido.
El Alma:
2. ¡Oh Señor, a qué hemos llegado! Lloramos los daños temporales, por una pequeña ganancia trabajamos y corremos; y el daño espiritual se pasa en olvido, y apenas tarde vuelve a la memoria. Por lo que poco o nada vale, se mira mucho; y por lo que es muy necesario, se pasa con descuido, porque todo hombre se va a lo exterior, y se presto no vuelve en sí, con gusto se está envuelto en ello.
Eclesiastés nos dice: «Vanidad de vanidades… Nada hay nuevo bajo el sol; lo que fue volverá a ser, lo que se hizo se hará nuevamente»
Efectivamente, vemos solo lo exterior y nos olvidamos de nosotros mismo, de ver y analizar nuestro interior, quiénes somos, quien nos hizo; cuando le demos prioridad a nuestro Creador y dejemos correr por sí solo lo exterior, Dios se encargará de que lo que suceda en nuestro entorno, vaya por Sus caminos de luz y de paz….