Los secretos juicios de Dios

El Alma:

1. Tus juicios, Señor, me aterran como un espantoso trueno, estremeciéndose todos mis huesos penetrados de temor y temblor, y mi alma queda despavorida. Estoy atónito, considero que los cielos no son limpios en tu presencia. Si en los ángeles hallaste maldad y no los perdonaste, ¿qué será de mí? Cayeron las estrellas del cielo; y yo, que soy polvo, ¿qué presumo? Aquellos cuyas obras parecían muy dignas de alabanza, cayeron al profundo; y los que comían pan de ángeles, vi deleitarse con el manjar de animales inmundos.

2. No hay, pues, santidad, si Tú, Señor, apartas tu mano. No aprovechará discreción, si dejas de gobernar. No hay fortaleza que ayude, si dejas de conservarla. No hay castidad segura, si no la defiendes. Ninguna propia guarda aprovecha, si nos falta tu santa vigilancia. Porque en dejándonos Tú, luego no vamos a fondo y perecemos; pero visitados de Ti, nos levantamos y vivimos. Mudables somos; pero por Ti, estamos firmes; nos entibiamos, mas Tú nos enciendes.

3. ¡Oh! ¡Cuán vil y bajamente debo sentir de mí! ¡Cuánto debo reputar por nada lo poco que acaso parezca tener de bueno! ¡Oh Señor! ¡Cuán profundamente me debo anegar en el abismo de tus juicios, donde no me hallo ser otra cosa que nada y más que nada! ¡Oh peso inmenso! ¡Oh piélago insondable, donde nada hallo de mí, sino ser nada en todo! ¿Pues dónde se esconde el fundamento de la vanidad? ¿Dónde la confianza de mi propia virtud? Anegase toda vanagloria en la profundidad de tus juicios sobre mí.

4. ¿Qué es toda carne en tu presencia? Por ventura, ¿podrá gloriarse el lodo contra el que lo trabaja? ¿Cómo se puede engreír con vanas alabanzas el corazón que está verdaderamente sujeto a Dios? Todo el mundo no ensoberbecerá a aquel a quien sujeta la verdad, ni se moverá por mucho que le alaben el que tiene firme toda su esperanza en Dios. Porque todos los que hablan son nada, y con el sonido de las palabras fallecerán; pero la verdad del Señor permanece para siempre.

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5 comentarios

  1. Señor… por la mañana hazme oír tu voz que me fortalezca y me anime a serte siempre fiel; no dejes que me engolosine con los ruidos mundanos que solo sirven para alejarme de Tí; quédate siempre con nosotros y parte para nosotros el pan… Amén…

  2. Mi Señor… Hágase en mí según Tu Palabra… Estate Señor conmigo, siempre, sin jamás partirte… Amén…

  3. Señor… .Y quien soy yo para juzgar Tus juicios? Hágase Señor tu voluntad y no la mía; por la mañana hazme escuchar tu voz y así seguir tus caminos…. Gloria a Tí Señor… Amén…

  4. Dios mío… Tu eres mi luz, mi verdad y mi guia… No permitas que mi vanidad, soberbia y naturaleza humana me conduzcan a caminos apartados de Tí… Te amo por sobré todas las cosas y soy tuyo por siempre jamás…

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