El Alma:
1. Señor, cuando pienso en tu dignidad y mi vileza, tengo gran temblor y me hallo confuso. Porque si no me llego a Ti, huyo de la vida; y si indignamente me atrevo, incurro en tu ofensa. ¿Pues qué haré, Dios mío, ayudador mío, consejero mío, en las necesidades?
2. Enséñame Tú el camino derecho; propónme algún ejercicio conveniente para la sagrada Comunión. Porque es útil saber de qué modo deba yo preparar mi corazón devotamente y con reverencia para recibir saludablemente tu Sacramento, o para celebrar tan grande y divino sacrificio.
Señor… No hay palabras para describir tu presencia en nuestra conciencia… cuando esto sucede, supongo que solo el éxtasis puede ocurrir y marcarnos para siempre… ayúdanos y permite que esta situación predomine en nuestra conciencia y así ser merecedores de recibirte en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía por siempre y para siempre… Amén…
Corrección:
Dice: «…mas prestos para el pecosao.»
Debe decir «…mas prestos para el pecado.»
Dice… «… vengas amo casa»
Debe decir «… vengas a mi casa»
Nadie mejor que nosotros mismos para saber el estado de pureza que guarda nuestra alma en el momento de disponernos a recibir la Sagrada Comunión. Estamos prestos para recibirla pero, por nuestra condición humana, mas prestos para elpecosao.
Acudamos a la enorme misericordia de Dios con el firme propósito de enmienda, diciendo, como el Centurión, «Señor, yo no soy digno de que vengas amo casa, pero una palabra tuya bastará para sanar mi alma»…