Cierto… Qué difícil es abstraerse de los ruidos exteriores y concentrarnos en nuestro interior; nos dispersamos con una facilidad extraordinaria, abandonando de inmediato nuestro intento de introspección.
Tengamos presente siempre que el Espíritu de Dios nos fue dado cuando fuimos bautizados y PARA SIEMPRE. Es increíble que nos olvidemos del hecho más trascendente de nuestra vida y no tan solo no lo dejemos actuar sino que, peor aún, nos olvidemos de Su presencia entro de nosotros mismo.
Hagamos un esfuerzo por tener siempre en mente este gran Don de Dios y digamos frecuentemente: «Aléjate enemigo que el Señor está conmigo»…
Cierto… Qué difícil es abstraerse de los ruidos exteriores y concentrarnos en nuestro interior; nos dispersamos con una facilidad extraordinaria, abandonando de inmediato nuestro intento de introspección.
Tengamos presente siempre que el Espíritu de Dios nos fue dado cuando fuimos bautizados y PARA SIEMPRE. Es increíble que nos olvidemos del hecho más trascendente de nuestra vida y no tan solo no lo dejemos actuar sino que, peor aún, nos olvidemos de Su presencia entro de nosotros mismo.
Hagamos un esfuerzo por tener siempre en mente este gran Don de Dios y digamos frecuentemente: «Aléjate enemigo que el Señor está conmigo»…