Jueves Santo: El Cordero inmolado nos ha hecho pasar de la muerte a la vida

De la Homilía de Melitón de Sardes, obispo, Sobre la Pascua

Para hacerse entender por sus discípulos, particularmente los de Emaús, Cristo les abre el sentido de las Escrituras. Nosotros, hoy, para entenderle, no podemos hacer nada mejor: llegar a él a través de la Escritura. Moisés, los patriarcas, los profetas no son sino etapas que apuntan a Cristo. Pero esas etapas no se agotan con su venida, con su muerte. El Señor ha fundado un pueblo mesiánico, que somos nosotros: nosotros somos, ahora, el rostro de Cristo y continuamos la Escritura, cumpliéndola. Es importante tener una viva conciencia de esta misión; irrisión que desarrollamos en medio de un mundo muy lejano a Dios y con tempestades y borrascas abundantes.

Los profetas predijeron muchas cosas sobre el misterio pascual, que es el mismo Cristo, al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Él vino del cielo a la tierra para remediar los sufrimientos del hombre; se hizo hombre en el seno de la Virgen, y de ella nació como hombre; cargó con los sufrimientos del hombre, mediante su cuerpo, sujeto al dolor, y destruyó los padecimientos de la carne, y él, que era inmortal por el Espíritu, destruyó el poder de la muerte que nos tenía bajo su dominio.

Él fue llevado como una oveja y muerto como un cordero; nos redimió de la seducción del mundo, como antaño de Egipto, y de la esclavitud del demonio, como antaño del poder del Faraón; selló nuestras almas con su Espíritu y los miembros de nuestro cuerpo con su sangre.

Él, aceptando la muerte, sumergió en la derrota a Satanás, como Moisés al Faraón. Él castigó la iniquidad y la injusticia, del mismo modo que Moisés castigó a Egipto con la esterilidad.

Él nos ha hecho pasar de la esclavitud a la libertad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, de la tiranía al reino eterno, y ha hecho de nosotros un sacerdocio nuevo, un pueblo elegido, eterno. Él es la Pascua de nuestra salvación.

E es quien sufría tantas penalidades en la persona de muchos otros: él es quien fue muerto en la persona de Abel y atado en la persona de Isaac, él anduvo peregrino en la persona de Jacob y fue vendido en la persona de José, él fue expósito en la persona de Moisés, degollado en el cordero pascual, perseguido en la persona de David y vilipendiado en la persona de los profetas.

Él se encarnó en el seno de la Virgen, fue colgado en el madero, sepultado bajo tierra y, resucitando de entre los muertos, subió a lo más alto de los cielos.

Éste es el cordero que permanecía mudo y que fue inmolado; éste es el que nació de María, la blanca oveja; éste es el que fue tomado de entre la grey y arrastrado al matadero, inmolado al atardecer y sepultado por la noche; éste es aquel cuyos huesos no fueron quebrados sobre el madero y que en la tumba no experimentó la corrupción; éste es el que resucitó de entre los muertos y resucitó al hombre desde las profundidades del sepulcro.

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11 comentarios

  1. hay que dejar que la Biblia hable por nosotros en esta leccion no hay ni un tan solo versiculo de la Biblia. consejo de hermanos en cristo

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