Los contrayentes en presencia del ministro de la Iglesia y la comunidad manifiestan su deseo de unirse y asumir las responsabilidades del matrimonio en fidelidad mutua y perdurable.
Por Pbro. Pablo Arce Gargollo y James P. Socías
INTRODUCCION
Todos de pie, incluyendo a la novia y al novio, y el sacerdote se dirige a ellos en estas o similares palabras:
Queridos amigos, "ustedes han venido a esta Iglesia para que el Señor selle y fortalezca su amor en presencia del ministro de la Iglesia y de esta comunidad. Cristo bendice abundantemente este amor. El los ha consagrado a ustedes en el bautismo y ahora los enriquece y los fortalece por medio de un sacramento especial para que ustedes asuman las responsabilidades del matrimonio en fidelidad mutua y perdurable. Así, en la presencia de la Iglesia, les pido que digan sus intenciones.
Si se celebran al mismo tiempo dos o más matrimonios, las preguntas antes del consentimiento, el propio consentimiento y la aceptación del consentimiento deberán hacerlo individualmente cada pareja; el resto, incluyendo la bendición nupcial, se dice una vez para todo el grupo, empleando la forma plural.
Preguntas
El sacerdote luego les pregunta sobre su libertad de elección, la fidelidad de uno al otro y la aceptación y educación de los hijos:
N. y N., ¿Han venido aquí libremente sin reservas para darse uno al otro en matrimonio?
¿Se amarán y se honrarán uno al otro como marido y mujer por el resto de sus vidas?
La siguiente pregunta puede omitirse si, por ejemplo, la pareja es de edad avanzada.
¿Aceptarán a los hijos que Dios les manda y los educarán de acuerdo con la ley de Cristo y de su Iglesia?
Cada uno responde por separado.
CONSENTIMIENTO
El sacerdote invita a la pareja a que declaren su consentimiento:
Como es su intención entrar en el matrimonio, unan sus manos derechas, y declaren su consentimiento ante Dios y ante la Iglesia.
Ellos unen sus manos. El novio dice:
Yo, N. te tomo a ti, N., como mi esposa. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida.
La novia dice:
Yo, N., te tomo a ti, N. como mi esposo. Prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Sin embargo, por razones pastorales, es preferible que el sacerdote obtenga el consentimiento de la pareja por medio de preguntas.
Primero le pregunta al novio:
N. ¿Aceptas a N. como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
El novio:
Si, acepto.
Luego le pregunta a la novia:
¿N. aceptas a N. como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
La novia:
Si, acepto.
Si la necesidad de la pastoral lo demanda, la conferencia de obispos puede decretar que el sacerdote debe obtener el consentimiento de la pareja por medio de preguntas.
En las diócesis de Estados Unidos, también puede emplearse la siguiente forma:
Yo, N. te acepto a ti, N. como mi legítima esposa, amarte y respetarte, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe.
Yo, N. te acepto a ti, N. como mi legítimo esposo, amarte y respetarte, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud hasta que la muerte nos separe.
Si es más conveniente por razones pastorales que el sacerdote obtenga el consentimiento de la pareja por medio de preguntas, en las diócesis de Estados Unidos puede usarse la siguiente forma alternativa:
¿N., aceptas a N. como tu legítima esposa (esposo), amarlo y respetarlo, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?
La novia (novio)
Si, acepto.
Al recibir su consentimiento, el sacerdote dice:
Ustedes han declarado su consentimiento ante la Iglesia. Que el Señor en su bondad fortalezca su consentimiento para llenarlos a ambos de bendiciones. Lo que Dios ha unido, el hombre no debe separarlo.
R. Amén.
BENDICION DE LOS ANILLOS
Sacerdote:
Que el Señor bendiga + estos anillos
que se han dado el uno al otro
como signo de su amor y fidelidad.
R. Amén
Señor, bendice estos anillos que nosotros bendecimos + en tu nombre.
Concede a los que los usen
que siempre tenga fe profunda del uno al otro.
Que hagan tu voluntad
y siempre vivan unidos
en paz, buena voluntad y amor.
Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor
R. Amén.
o:
Señor,
bendice + y consagra a N. y a N.
en su amor entre sí.
Que estos anillos sean un símbolo
de fe verdadera entre ellos,
y recuérdales siempre de su amor.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor
R. Amén.
INTERCAMBIO DE ANILLOS
El novio pone el anillo a la novia en su dedo anular. Puede decir:
N., recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
La novia coloca el anillo en el dedo anular de su esposo. Puede decir:
N., Acepta este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
INTERCESIONES GENERALES
Siguen las intercesiones generales (oración de la fidelidad), empleando fórmulas aprobadas por la Conferencia de Obispos. Si la rúbrica lo indica, se dice la Profesión de fe después de las intercesiones generales.
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