San Charbel Makhlouf, el ermitaño libanés | Julio 24

Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima. Ejemplo de vida consagrada y de ermitaño.  Además de ser bien conocido en el Medio Oriente y en toda la Iglesia, en América es, particularmente venerado en México a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX. Su devoción se propaga en la actualidad muy rápido por el aumento de milagros. Parece que Dios desea utilizar este santo como signo de su deseo de unificar el Oriente con el Occidente.

Breve historia  y  Oración a San Chárbel

Nació en el pueblo de Beqakafra, a 140km. de Beirut, capital del Líbano , el 8 de mayo, de 1828.  Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, una piadosa familia campesina. Fue bautizado a los ocho días en la Iglesia de Ntra. Señora en su pueblo natal, recibiendo por nombre Yusef (José). A los tres años el padre de Yusef fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los egipcios y muere cuando regresaba a casa. Su madre cuida de la familia siendo gran ejemplo de virtud y fe. Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo con un hombre devoto quien eventualmente será ordenado sacerdote (en el rito maronita, hombres casados son elegibles al sacerdocio).

Yusef ayudó a su padrastro en el ministerio sacerdotal.  Ya desde joven era ascético y de profunda oración. Yusef estudió en la pequeña escuela parroquial del pueblo.  A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración. Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los pastizales para adentrarse en horas de oración.  Por ello recibió muchas burlas de otros jóvenes pastores. Dos de sus tíos maternos eran ermitaños pertenecientes a la Orden Libanesa Maronita. Yusef acudía a ellos con frecuencia para aprender sobre la vida religiosa y el monacato en especial.

Vocación

A los 20 años de edad, Yusef es el sostén de su casa. Es el tiempo de contraer matrimonio pero el se siente llamado a otra vida.  Después de tres años de espera, escuchó la voz del Señor: «Deja todo, ven y sígueme».  Así, una mañana del año 1851 se dirige al convento de Ntra. Señora de Mayfouq, donde fue recibido como postulante. Al entrar en el noviciado renuncia a su nombre bautismal y escoge como nombre de consagración : Chárbel.

Un tiempo mas tarde lo envían al Convento de Annaya, en donde profesó los votos perpetuos como monje en 1853.  Lo enviaron inmediatamente al Monasterio de San Cypriano de Kfifen, donde realizó sus estudios de filosofía y teología, llevando una vida ejemplar de obediencia y observancia.  Fue ordenado sacerdote el 23 de julio, de 1859 por Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de Paulo Massad. Al poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus superiores. Ahí pasó muchos años de vida ejemplar de oración y apostolado.  Entre estos, el cuidado de los enfermos, el pastoreo de almas y el trabajo manual en cosas muy humildes.

Ermitaño

Chárbel recibió autorización para la vida ermitaña el 13 de febrero, de 1875 . Desde ese momento hasta su muerte, ocurrida en la ermita de los Santos Pedro y Pablo, la víspera de la Navidad del año 1898, se dedicó a la oración (rezaba 7 veces al día la Liturgia de las Horas), la ascesis, la penitencia y el trabajo manual.  Comía una vez al día y llevaba silicio.

Muerte y milagros

El padre Chárbel alcanzó la celebridad después de su muerte. Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios: Su cuerpo se ha mantenido incorrupto, sin la rigidez habitual, con la temperatura de una persona viva. Suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El pueblo lo veneraba como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.

En 1950, al pasarle un amito por la cara, quedó impresa en la prenda el rostro de Cristo como en el Sudario de Turín.
(Ver «Leyendas Negras de la Iglesia» por Vittorio Messori pg. 210).

Beatificación y Canonización

Dado al constante culto del pueblo, el Padre Superior General Ignacio Dagher solicitó al Papa Pío XI en 1925, la apertura del proceso de beatificación del P. Chárbel.  Fue beatificado durante la clausura del Concilio Vaticano II, el 5 de diciembre, de 1965 por el Papa Pablo VI.  El Papa dijo: «Un ermitaño de la montaña libanesa está inscrito en el número de los Bienaventurados… Un nuevo miembro de santidad monástica enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el pueblo cristiano. El puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios».

El 9 de octubre de 1977, durante el Sínodo Mundial de Obispos, el Papa canonizó al P. Chárbel con la siguiente proclama: «En honor de la Santa e Individua Trinidad, para la exaltación de la fe católica y promoción de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, después de madura deliberación y tras implorar intensamente la ayuda divina… decretamos y definimos que el beato Chárbel Majluf es SANTO, y lo inscribimos en el catálogo de los santos, estableciendo que sea venerado como santo con piadosa devoción en toda la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.»

Es el primer santo oriental desde el siglo XIII.

Oración

Dios, infinitamente santo y glorificado en medio de tus santos. Tú que inspiraste al santo monje y ermitaño Chárbel para que viviese y muriese en perfecta unión con Jesús Cristo, dándose la fuerza para renunciar al mundo y hacer triunfar desde su ermita, el heroísmo de sus virtudes monásticas: pobreza, obediencia y santidad. Te imploramos nos concedas la gracia de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.

Dios Todopoderoso, Tú que has manifestado el poder de la intercesión de San Chárbel a través de sus numerosos milagros y favores, concédenos   la gracia que te imploramos por su intercesión (….)  Amén.   (Padrenuestro, Ave María y Gloria).

Coronilla del Santo

La coronilla está compuesta de cinco grupos de cuentas: tres rojas, una blanca y una azul. Cinco cuentas negras separan los grupos. Una medalla del santo conecta la coronilla acompañada de una cuenta blanca.

Orden de Recitación.

Al inicio de la Coronilla, en la primera cuenta blanca se recita la plegaria: «Al Padre de la verdad». Esta es la más bella y querida plegaria de la Misa maronita. Es un poema de S. Jacobo de Sarug del siglo V.

Plegaria al Padre de la Verdad

Padre de la verdad, he aquí a tu Hijo, víctima agradable a ti. Acéptalo, Padre, ya que ha muerto por mí. He aquí su Sangre derramada en el Gólgota por mi salvación.  Ella clama por mi. Por sus méritos acepta mi oblación. Siendo tantos mis pecados mucho mas grande es tu misericordia.

Cuando es puesta en una balanza, tu misericordia sobrepasa el peso de los grandes montes, esos que solo tú conoces. Considera el pecado y considera la propiciación; el sacrificio de la Víctima excede a las deudas. Tu Amado Hijo sufrió los clavos y la lanza por  mis pecados, por lo tanto con sus sufrimientos satisface mi deuda y me da vida.
Gloria al Padre que envió a su Hijo por causa nuestra. Adoración al Hijo que a todos redimió por su crucifixión. Alabanza al Espíritu por quien fue consumado el misterio de nuestra salvación. Bendito sea quien nos vivificó, por su Amor. ¡A Él sea la gloria!

En cada cuenta negra recitar un Padre Nuestro.

Las cuentas rojas representan los votos de pobreza, de castidad y de obediencia. Virtudes por las cuales los religiosos se unen a la pasión de Cristo.

En el primer grupo de cuentas rojas recitar tres «Ave Marías»  en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de pobreza.

En el segundo grupo de cuentas rojas recitar las tres «Ave María» en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de castidad.

En el tercer grupo de cuentas rojas recitar las tres «Ave María» en honor a la fidelidad de S. Charbel a su voto de obediencia.

Las cuentas blancas simbolizan la devoción de San Charbel a la Sagrada Eucaristía.  Oramos pidiendo que por su intercesión, crezcamos en amor a Jesús Eucarístico.
Se rezan tres Ave Marías.

Las cuentas azules  simbolizan el amor y la devoción que San Charbel tenía a Ntra. Stsma. Madre. Que por su intercesión crezcamos en devoción a la Virgen.
Se rezan tres Ave Marías.

Concluir la coronilla, en la medalla de S. Chárbel, con la oración para obtener gracias especiales.

Oración:

Dios infinitamente santo y glorificado en tus santos, Tú inspiraste a San Chárbel a llevar una vida de unión perfecta con tu Hijo Jesucristo, según el Evangelio, y a desprenderse del mundo viviendo con heroísmo las virtudes monásticas: pobreza, obediencia y castidad, concédenos, te rogamos, la gracia de amarte y servirte siguiendo su ejemplo.

Señor Dios Todopoderoso, Tú que has manifestado el poder de la intercesión de San Chárbel a través de sus numerosos milagros y favores, como la conversión concédenos hoy la gracia que imploramos ………………. por su poderosa intercesión.

Amén.


Para mas información y para obtener estampas: Email: olmmex@mpsnet.com.mx

Bibliografía: Bustani, José; Charbel, Taumaturgo del Líbano. México: Orden Libanesa Maronita de México, 1998

Información para peregrinaciones al Líbano: Consejo Nacional del Turismo, Apartado 5344- Beirut.

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2 comentarios

  1. Conocí de San Charbel por mi propia cuenta. Y quiero reverenciarlo y profundizar mi devoción.
    Soy muy amiga de Libaneses en mi ciudad; ellos musulmanes. Ha habido el debido respeto religioso. Gracias a Dios y a la Virgen María.

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