Ernesto Cofiño, perfil de un hombre del Opus DeiSe ha publicado una nueva biografía sobre Ernesto Cofiño, un fiel del Opus Dei, casado, médico en Guatemala, de quien se ha abierto el proceso de canonización tras la fama de santidad que dejó entre los suyos.17 de octubre de 2003Ernesto Cofiño.José Luis Cofiño, profesor universitario, ofrece en estas páginas una cálida y certera semblanza de su padre, el doctor Ernesto Cofiño. Mediante diecisiete cartas dirigidas a sus tres hijos, escritas a lo largo de los años 1999-2002, el autor esboza la figura de su padre, en colaboración con el escritor José Miguel Cejas.Son páginas conmovedoras, escritas con el dinamismo de un relato de aventuras, que relatan la trayectoria humana y espiritual del popular “doctor Cofiño”, ampliamente conocido en el mundo indígena y en todo Guatemala como el “Padre de la Pediatría guatemalteca”. Cierra el libro una evocación de la esposa del autor, Guisela, quien define a su suegro como un hombre de personalidad atractiva, que salvó la vida de miles de niños, simpático, humilde y abnegado, profundamente humano, con un gran corazón, “y siempre sonriente”.Mientras los autores trabajaban en este proyecto la Iglesia abrió la Causa de Canonización de Ernesto Cofiño. “El motivo profundo de este libro —afirma José Luis Cofiño— es dar gracias a Dios, que nos concedió la gracia inigualable de conocer y convivir, día tras día, con un hombre santo”.Quién fue Ernesto CofiñoErnesto Cofiño nació en la ciudad de Guatemala el 5 de junio de 1899. Estudió Medicina en La Sorbona. Su tesis doctoral, dirigida por Robert Debré, una de las grandes figuras de la pediatría francesa, obtuvo la Medalla de Plata en 1929. Su amigo Miguel Ángel Asturias, premio Nobel de Literatura, lo presentó como un ejemplo a seguir para los jóvenes guatemaltecos. Contrajo matrimonio en 1933 con una mujer excepcional, Clemencia Samayoa, y tuvo cinco hijos. Ernesto Cofiño creó y ocupó la Cátedra de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos, que le concedió la Medalla de Oro, la máxima distinción universitaria. Trabajó en diversos centros de Estados Unidos, como Duke University, Mineápolis University, o la Clínica Mayo. Recibió numerosos reconocimientos, como La Legión de Honor de Francia.Formó a miles de universitarios con un hondo sentido renovador, hondamente social y cristiano. Fundó y dirigió varios centros asistenciales para huérfanos y niños de la calle. Trabajó activamente en la promoción de los indígenas, alentando —con gran sacrificio personal— numerosas iniciativas para la capacitación de campesinos y de mujeres de escasos recursos, a favor de las personas más pobres de Centroamérica.Pidió la admisión en el Opus Dei el 6 de diciembre de1956. Fue el primer miembro supernumerario de Centroamérica. Falleció a los 92 años, con fama de santidad, el 17 de octubre de 1991. Su Causa de Canonización se abrió el 31 de julio de 2000. “Realmente lo único que vale la pena de vivir —escribía— es el amor; es el que transforma todos los actos de nuestra vida; es el que hace que las cosas pequeñas tengan un gran significado. Cumplir la misión que da el Señor a cada uno en su puesto”.Tres testimonios sobre Ernesto Cofiño“Quisiera algo más, quisiera que el lector dijese: es un gran trabajador, es una gran voluntad al servicio de un cerebro normal, ya que debemos convenir que Cofiño no ha llegado a donde se propuso por su inteligencia simplemente, sino por su voluntad de trabajo y sacrificio”.Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura“Algunos piensan que a partir de los cuarenta, la vida está decidida y ya no hay nada que hacer... Él se entregó a Dios a los cincuenta y muchos, y luchó sin cesar hasta su vejez, que fue extraordinariamente fecunda. Su vida es un ejemplo de ganas de vivir. Muestra como todas las épocas —y también la vejez— pueden ser épocas de ilusión y de esperanza; y que siempre se está a tiempo para comenzar y recomenzar”.José Luis Cofiño, hijo de Ernesto Cofiño“Voy a iniciar esta disertación contándoles una anécdota de hace algunos años. Era una mujer con siete meses de embarazo, que padecía una enfermedad grave. La criatura, decían, no tenía posibilidad de vivir. En ese tiempo era imposible que una criatura de siete meses sobreviviera. Sin embargo, hubo alguien que pensó en ese bebé y dijo que había que darle la oportunidad. Ese bebé nació y es hoy mi esposa Mónica...Tanto la madre como la niña sobrevivieron por la fe y el trabajo científico del Dr. Cofiño”.Doctor Enríquez, Lección inaugural del IFESJosé Luis Cofiño - José Miguel Cejas, Ernesto Cofiño, Perfil de un hombre del Opus Dei, Rialp 2003www.opusdei.org