Sólo ustedes pueden llevarles a Jesús

El pasado 3 de junio, el Arzobispo José H. Gomez ordenó al sacerdocio a ocho hombres en una Misa celebrada en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Lo que sigue es una adaptación de su homilía.

Éste es un día en el que nos alegramos con toda la familia de Dios de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Toda ordenación es una ocasión para agradecerle a Dios el don del sacerdocio.

Dios nos da sacerdotes para acompañarnos y guiarnos en el camino en el que vamos siguiendo a Jesús. Como bien sabemos, nuestros sacerdotes nos acompañan en cada etapa de nuestra vida, haciéndonos presente el amor de Dios y ayudándonos a crecer en la santidad y en nuestro servicio al reino de Dios.

Así que, en este día, pidámosle a Dios por nuestros nuevos sacerdotes: César, Michael, René, Hieu, Luis, Enrique, Emmanuel y Sergio, y démosle gracias por habérnoslos dado.

Así que hoy el Señor los llama a cada uno de ustedes por su nombre, los llama a seguirlo, a ser sus amigos. Él llama a cada uno de ustedes a ser un padre y un sacerdote para su pueblo.

Del mismo modo en que Él designó a los apóstoles como sus primeros sacerdotes, así, por el misterio de su amor, los llama ahora a ustedes a vivir a esta misma amistad profunda con él.

Él los unge y los envía, del mismo modo en que envió a los apóstoles, a “anunciar la buena nueva”, a proclamar su libertad, a sanar y a consolar, como lo dice el profeta en la primera lectura de la Misa de hoy.

El Papa San Juan Pablo II solía decir que el sacerdocio es un “intercambio maravilloso”.

Nosotros le entregamos a Jesús el don de nosotros mismos: le damos nuestros labios para que con ellos pronuncie sus palabras de verdad y de perdón, le entregamos nuestras manos para ofrecer el sacrificio de su cuerpo y de su sangre.

Y a cambio de esto, Jesús nos capacita para ser instrumentos suyos, para enseñar y servir en su nombre. “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha”, nos dice. Y añade: “A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados”.

Jesucristo hace que cada sacerdote sea “otro Cristo”.

Como dice el Concilio Vaticano II, ustedes “se constituyen en instrumentos vivos del Sacerdote Eterno para poder proseguir, a través del tiempo, su obra admirable, que reintegró, con divina eficacia, todo el género humano”.

Y es maravilloso ser instrumento suyo, ser su voz, ser sus manos.

Ser sacerdote implica seguir los pasos de Jesús, que se anonadó a sí mismo para venir a vivir entre nosotros como un siervo, que se humilló a sí mismo para morir en una cruz por aquellos a los que amaba.

El sacerdocio es el “oficio del amor”, como decía San Agustín. Y el amor consiste en entregar la vida por aquellos a quienes uno ama, como nos lo recuerda el Señor en el Evangelio

En la segunda lectura pudimos escuchar el hermoso discurso de despedida de San Pablo. Ahí nos dice: “apacienten a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo”.

Ahora esta es la misión de ustedes, hermanos míos. Protejan con su vida a su pueblo. Ellos son un tesoro precioso de Jesús, pues cada uno de ellos fue comprado con el precio de su propia sangre.

San Pablo nos muestra una escena sombría en este día: nos dice que vendrán “lobos rapaces” a amenazar su rebaño, y que otros vendrán y “predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí”.

Todos conocemos los desafíos que nos presenta nuestra cultura, los retos del escepticismo y del relativismo, la idea de que no existen verdades y de que las creencias religiosas son tan solo opiniones privadas.

Conocemos las hostilidades con que se enfrenta la Iglesia en la sociedad que nos rodea. Sabemos que estamos viviendo en un tiempo de “grandes engaños” sobre el significado de la persona humana

Así que el apóstol tenía razón. Es necesario “estar alerta”, como dice él.

Pero la frase más importante de esa segunda lectura de la Misa de hoy se encuentra al final: “Dicho esto, (San Pablo) se arrodilló para orar con todos ellos”.

¡Hermanos míos, ustedes deben darle prioridad a la oración! Oren por la gente que se les confía. Oren con su pueblo.

Disfruten el pasar tiempo con Jesús en la Eucaristía. Busquen su rostro, adórenlo, ámenlo. Permitan que su mirada amorosa se pose sobre ustedes.  Escuchen su voz.

Esto es lo que nuestra gente espera de sus sacerdotes, y esto es lo que ellos se merecen: hombres de oración, hombres llenos de misericordia, hombres que conozcan los caminos de Dios.

Cualquier otra cosa la podrá encontrar nuestra gente en otra persona. Pero solo ustedes pueden llevarles a Jesús.

La Sierva de Dios Catalina Doherty escribió un hermoso libro dirigido a los sacerdotes, al que le dio el nombre de “Querido Padre”. Y en este libro, ella escribe lo siguiente: “¡Dennos a Cristo en lugar de a ustedes mismos!”.

¡Así que denles a Cristo, hermanos míos! ¡Llévenles a Jesús!

Y permanezcan siempre cerca de nuestra Santísima Madre. Ella sigue siendo la mejor consejera de los sacerdotes y de todos nosotros: “¡Hagan lo que Él (Jesús) les diga!”.

Pidamos la intercesión de Santa María por estos hombres, hermanos nuestros, que están a punto de convertirse en sacerdotes. Y pidámosle a Dios muchas vocaciones más al sacerdocio y a la vida consagrada.

19 de junio de 2023

Los escritos, homilías y discursos del arzobispo se pueden encontrar en ArchbishopGomez.com


Archbishop José H. Gomez

El obispo José H. Gomez es actualmente Arzobispo de Los Ángeles, California, la comunidad católica más grande en USA. Es también Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y forma parte de la Comisión Pontificia para América Latina.

En su ministerio, el Arzobispo José Gómez anima a la gente a seguir a Jesucristo con alegría y sencillez de vida, buscando servir a Dios y a sus vecinos en sus actividades diarias ordinarias.

Ha desempeñado un papel decisivo en la promoción del liderazgo de los hispanos y las mujeres en la Iglesia y en la sociedad estadounidense. Es miembro fundador de la Asociación Católica de Líderes Latinos y de ENDOW (Educación sobre la Naturaleza y la Dignidad de las Mujeres).

Durante más de una década, el Arzobispo Gómez ha sido una voz clara sobre cuestiones morales y espirituales en la vida pública y la cultura estadounidense. Ha desempeñado un papel principal en los esfuerzos de la Iglesia Católica para promover la reforma migratoria y es autor, entre otros libros, del titulado: Inmigración y la próxima América: renovando el alma de nuestra nación.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.