Al escuchar al Papa Francisco decir: “Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”, mi cuerpo se conmocionó, escuchó y se preguntó: ¿Quiénes son esas mujeres? ¿Qué las hace gloriosas? ¿Por qué el Papa les da ese título?
El sumo pontífice prosiguió: “La mujer paraguaya, ayudó a reconstruir el país después de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) cuando se redujo a un décimo el número de varones en el país. Había desaliento. Desesperanza. Fue entonces que entra como gran protagonista la mujer paraguaya”
En esa cruenta guerra que enfrentó a Paraguay contra Brasil, Argentina y Uruguay, el pontífice argentino distinguió con emoción y admiración el papel desempeñado por la mujer paraguaya en esos momentos dramáticos de la historia.
“Sobre sus hombros de madres, esposas y viudas, han llevado el peso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su país, infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor”, agregó.
El Papa nos da algunas claves importantes para convertirnos en mujeres gloriosas cómo ha llamado a las mujeres del Paraguay.
1- Miremos a la Virgen. Acudamos a Ella como nuestra mejor amiga, nuestra mentora, nuestra madre y nuestra guía. Cuéntale todo de ti, absolutamente todo. Es tu psicoterapeuta divina.
2- Hagamos una pausa a las 12 del mediodía todos los días para proclamar el ángelus, para conectar con su bondad, volver al amor incondicional en medio de nuestro día, para abrir nuestros oídos, escuchar y sacudir el polvo del corazón. Para darnos cuenta de nuestra sensibilidad femenina: estamos en esta tierra para custodiar a los más vulnerables, para educar con amor a los niños, para constituir una vida de piedad.
3- Esfuérzate (como dicen nuestros hermanos argentinos) en meditar un misterio bíblico al día. No esperes a que tus hijas e hijos alcancen los cinco años para enseñarles a rezar. Desde que sepan hablar y reconocer los signos de nuestra Fe, pon un Rosario en sus manos y reza con ellos. Su fe y piedad depende de la tuya. Somos espejos de nuestros hijos.
4- No dejemos que el catolicismo se “desmadre” (palabra usada por el Santo Padre) al descuidar nuestra vida interior. Embellécela acudiendo a la misa diaria, rezando, ofreciendo tu trabajo y tus penas a Dios. En misa, comemos el cuerpo y la sangre de Cristo que es la raíz de nuestra fuerza y nuestra confirmación como bautizadas en la iglesia. Comulga tan frecuentemente como puedas, eres hijo/a de Dios Padre Todo Poderoso.
5- Tomemos como nuestras las palabras del Papa, vivamos a partir de hoy sostenidas e impulsadas por la Virgen Santísima. Imitarla es hacer nuestra su docilidad, su entrega inagotable, su obediencia al Altísimo, su Sí al Amor, su confianza en la bondad en el corazón de los hombres, su capacidad para el perdón. Adoptemos su confianza en la voluntad de Dios para la vida. Su infinita sabiduría sobre el significado de ser mujer en el mundo.
El Papa Francisco es el profeta, el padre, el esposo, el amigo, el director espiritual, el hombre que las mujeres de nuestro tiempo necesitamos tanto, que llegue ese día en que él nos diga a todas las mujeres : “Ustedes al contrario, impulsadas y sostenidas por la Virgen siguieron creyentes, inclusive esperando contra toda esperanza y cuando todo parecía derrumbarse, junto a María se decían no temamos, El Señor está con nosotros, está con nuestro pueblo, con nuestra familia, hagamos lo que Él nos diga, y así encontraron ayer y encuentran hoy la fuerza para no dejar que esta tierra se desmadre. Dios bendiga este tesón, Dios bendiga y aliente la fe de ustedes. Dios bendiga a la mujer paraguaya(hispana) la más gloriosa de América”.
Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co
