De la tierra al cielo

delatierraalcielo.encuentra.com.intLágrimas. Son lágrimas las que veo caer por el rostro de los niños, de las mujeres y de los hombres todos los días. Son lágrimas que, en el momento de mirarlas asomarse a los ojos de una persona no dejan de conmoverme. Me conmueven desde que soy muy niña y ví y escuché por primera vez llorar a una empleada de servicio de mi casa. El mundo necesita del don de la escucha. El mundo esta más herido que nunca. Lo acabamos de ver una vez más en esta tragedia en Barcelona, ¡cuántas vidas arrebatadas a causa de las heridas de la mente y del corazón! Por eso, tú y yo , hoy más que nunca necesitamos ser cristianos cuya presencia en el mundo sea “sal y luz” (Mateo 5, 13-16)

¿De qué forma podemos hacer esto si estamos tan ocupados? Redescubre la oración, obligate a hacer oración así como lo haces con otras cosas. Conviertéte en una persona orante pues ahí encontrarás la sal que necesitas y la luz que te guiará tus pasos. Orar es contemplar el misterio de la vida, el misterio del dolor, el misterio de la felicidad. El misterio de ser persona. Solo las personas podemos orar. Solo las personas podemos llorar y sabemos que estamos llorando. Solo las personas podemos hablar con Dios.

Solo el ser humano puede ponerse de rodillas, inclinar su cabeza, postrarse en el suelo y decir: guíame, guíame con tu gracia desde esta tierra hacia el cielo prometido. Jesús en tí confío.

Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co

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