Todo mundo hemos visto a los jugadores de fútbol que se persignan cuando entran a la cancha o cuando anotan un gol, muchos de ellos lo primero que hacen es agradecer al cielo, son hombres de fe. Horas antes del partido en que México derrotó al todavía campeón del mundo Alemania en el mundial, el equipo asistió a misa de domingo.
La eucaristía fue presidida por un par de sacerdotes mexicanos, uno de ellos que vive en Rusia y otro que estaba de visita, ambos originarios de tierra de cristeros en la diócesis de Tepatitlán, Jalisco, dieron gracias por el don de la vida, pidieron por los papás, por la paz en México y el mundo, y por supuesto pidieron la bendición para que les fuera bien. Todos los jugadores agradecieron a los sacerdotes al final, generando un ambiente de alegría y solidaridad.
La fe es un elemento de nuestra vida diaria, es necesaria para creer que uno puede realizar cosas importantes, para perder el miedo y darnos seguridad, y la fe sobrenatural nos mueve a dar gracias, a pedir perdón por el mal que hemos hecho o pedir a Dios su bendición para que nos vaya bien a nosotros y a los nuestros, muchas veces nuestra fe nos permite simplemente amar y contemplar a Dios lo que nos llena de gozo y paz.
El triunfo de la selección mexicana de fútbol contra Alemania ha llenado de optimismo y alegría a muchos mexicanos, pero quizá el efecto más importante es que nos permite revivir la historia de David contra Goliat, el pequeño pastorcillo que vence al gigante invencible, hoy muchos mexicanos son conscientes que pueden hacer cosas importantes, pero no todos.
Creer en nuestras capacidades y disciplina en el trabajo, en la escuela y en la familia nos puede llevar a lograr cosas increíbles, lamentablemente mucha gente no tiene la confianza y autoestima básicas, por lo que quizá el beneficio más importante derivado del triunfo de la selección en un partido frente a todo el mundo, es generar una convicción de que si se puede.
En México el triunfo fue interpretado por muchos como la prueba de que las cosas pueden cambiar en el país en otros aspectos más allá del futbol, por ejemplo, muchos “memes” mostraron la certeza de que Ricardo Anaya ganará la elección a pesar de que López Obrador va adelante en las encuestas, puesto que antes del partido mundialista todo mundo pensaba que Alemania derrotaría fácilmente a México y no fue así.
Para lograr objetivos importantes necesitamos trabajar, entrenar y mejorar constantemente, pero tener fe en que podemos lograr cosas grandes es fundamental para lograrlas, en México por muchos años se ha buscado separar la fe de las actividades cotidianas pero trascendentes como la educación, la investigación científica o la política, a pesar de que la fe es el motor que mueve montañas.
La fe en Dios además de dar sentido a lo que hacemos también propone límites, por ejemplo, los logros deben compartirse y servir a los demás, no se debe abusar de las capacidades o la autoridad para beneficio propio, por el contrario, se debe usar en beneficio de los que más lo necesitan.
La fe en Dios también nos llena de esperanza y nos mueve constantemente a realizar cosas que otros consideran imposibles. Tengamos fe en Dios y en nosotros, pensemos cosas grandes y hagamos cosas grandes, luchemos por nuestro país, apoyemos a candidatos que piensan en el futuro y no en el pasado, en la defensa de la vida y la familia, para lograr la paz y el bienestar de los mexicanos que tanta falta hace en México.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).