1. La Muerte. Causas
2. La Muerte. Tiempo de merecer
3. La Muerte. Una sola vez
4. La Muerte. Características
5. La Muerte. Situación de las almas
6. Juicio particular
7. Sheol
8. Hades
9. Gehenna
10. Limbo
11. Purgatorio
12. Purgatorio. Fuego
13. Purgatorio. Fin – Situación
14. Purgatorio. Duración
15. Purgatorio. Sufragios
16. Seno de Abraham. Existencia
17. Seno de Abraham. Descendimiento de Cristo
18. Anticristo. Origen
19. Anticristo
20. Anticristo. Señales
21. Anticristo. Sus persecuciones
22. Anticristo. Su final
23. Fin del mundo
24. Fin del mundo. Señales remotas en la tierra
25. Fin del mundo. Señales en los hombres
26.Fin del mundo. Señales en tierra, mar y aire
27. Fin del mundo. Señales próximas en el Cosmos
28. Fin del mundo. Señales en los espíritus
29. 2ª Venida de Cristo
30. 2ª Venida de Cristo. Circunstancias
31. La Resurrección de los hombres
32. La Resurrección de los hombres. Causas
33. La Resurrección de los hombres. Otras dependencias y medios
34. La Resurrección de los hombres. Tiempo y lugar
35. La Resurrección de los hombres. Otras circunstancias
36. Juicio Universal
37. Juicio Universal. Enorme Tribulación
38. Juicio Universal. Precedentes
39. Juicio Universal. Fenómenos antecedentes en los hombres
40. Juicio Universal. Fenómenos antecedentes en el Cosmos
41. Juicio Universal. Fenómenos simultáneos
42. Juicio Universal. Juez
43. Juicio Universal. Los juzgados
44. Juicio Universal. Finalidad
45. Juicio Universal. Materia
46. Juicio Universal. Tiempo y lugar
47. Juicio Universal. Rigor
48. Juicio Universal. Modo de comunicar la sentencia
49. Juicio Universal. Sucesos posteriores50. Juicio Universal. Situación posterior de los hombres
50. Juicio Universal. Situación posterior de los hombres
51. Juicio Universal. Situación posterior de los elementos
52. Infierno. Existencia
53. Infierno. Nombres. Lugar – Estado
54.Infierno. Penas de daño
55. Infierno. Penas de sentido
56. Infierno. Pena de sentido – Fuego
57. Infierno. Pena de sentido – Fuego, sus efectos
58. Infierno. Pena de sentido – Tormentos internos
59. Infierno. Pena de sentido – Tormentos externos
60. Infierno. Pena de sentido – Otros tormentos
61. Infierno. Intensidad de las penas
62. Infierno. Tormentos derivados
63. Infierno. Características de las penas
64. Infierno. Psicología de los condenados
65. Infierno. Los cuerpos de los condenados
66. Infierno. Situación – Características
67. Infierno. Ambiente
68. Infierno. Los que se condenan
69. Infierno. Caminos
70. Infierno. Condenación de los malvados
71. Cielo. Existencia
72. Cielo. Esencia
73. Cielo. Morada
74. Cielo. Felicidad
75. Cielo. Excelencia
76. Cielo. Manifestación de su gloria
77. Cielo. Qué conocen y qué desonocen
78. Cielo. Situación de los bienaventurados
79. Cielo. Dotes, aureolas
80. Cielo. Dotes de los cuerpos
81. Cielo. Características de los cuerpos
82. Cielo. Características bienaventuranza
83. Cielo. Otros bienes
84. Cielo. Ausencia de todos los males
85. Cielo. Grados de gloria
86. Cielo. Grados de gloria -especiales
87. Cielo. Caminos
88. Cielo. Los que se salvan
89. Cielo. Posibilidades y disposiciones
90. Cielo. Valor de los bienes eternos
91. Posibilidad de la visión beatifica en este mundo
-Dios no es el autor
-La causa remota fue la envidia del demonio
-La próxima, el pecado de Adán y Eva
-La primaria, el mismo Dios
-La secundaria, la enfermedad, desgaste natural o accidente
-La material, la corruptibilidad del cuerpo humano
-La formal, la separación del alma del cuerpo
-La final, con respecto al cuerpo, su reducción a la tierra
-La final, con respeto al alma, terminar el tiempo de prueba y empezar el estado de término
-Dios no es el autor de la muerte.
Porque Dios creó al hombre incorruptible, le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen (Sab. 2, 23-24).
…que no fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes; él todo lo creó para que subsistiera, las criaturas del mundo son saludables, no hay en ellas veneno de muerte… (Sab. 1, 13-14).
-La causa remota por la cual entró la muerte en el mundo fue la envidia del demonio
…mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo,… (Sab. 2, 24).
-La causa próxima de la muerte es el pecado de Adán y Eva.
Por tanto, como por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;… (Rom. 5, 12).
-La causa primaria de la muerte del hombre es el mismo Dios que ha condenado al género humano a morir como castigo de la culpa original.
Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio» (Gén. 2, 17).
«…porque eres polvo y al polvo tornarás» (Gén. 3, 19).
Porque Dios creó al hombre incorruptible, le hizo a imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan los que le pertenecen (Sab. 2, 23-24).
Por tanto, como por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;… (Rom. 5, 12).
…por el delito de uno sólo murieron todos… (Rom. 5, 13).
Pues el salario del pecado es la muerte (Rom. 6, 23).
…mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (Rom. 8, 10).
Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Cor. 15, 22).
-La causa secundaria de la muerte del hombre es una enfermedad; el desgaste natural del organismo o un accidente que le arrebata la vida.
El hombre nacido de mujer,…
Se deshace cual leño carcomido,
cual vestido que roe la polilla (Job 13, 28).
Los años de nuestra vida son setenta años, u ochenta si hay vigor (Sal. 89, 10).
-La causa material de la muerte es la corruptibilidad del cuerpo humano.
Porque eres polvo y al polvo tornarás (Gén. 3, 19).
El hombre nacido de mujer,…
Se deshace cual leño carcomido,
cual vestido que roe la polilla (Job 13, 28).
-La causa formal de la muerte del hombre es la separación del alma de su propio cuerpo.
…antes que se rompa el cordón de plata…y se torne el polvo a la tierra que antes era, y retorne a Dios el espíritu que Él le dio (Qo. 12, 6-7).
No es que queramos ser desvestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida (2 Cor. 5, 4).
Deseo partir y estar con Cristo (Fil. 1, 23).
Me parece justo, mientras me encuentro en esta tienda, estimularos con el recuerdo, sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo (2 Petr. 1, 13-15).
-La causa final de la muerte, con respecto al cuerpo, es su reducción al polvo de la tierra.
Porque eres polvo y al polvo tornarás (Gén. 3, 19).
-La causa final de la muerte, con respecto al alma, es terminar el tiempo de prueba y empezar el estado de término.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
Y además, entre nosotros y vosotros se interpone una gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros (Lc. 16, 26).
Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc. 23, 43).
…llega la noche, cuando nadie puede trabajar (Jn. 9, 4).
Aclaración. La noche significa la muerte.
-Las sanciones ultraterrestres fueron profetizadas en el A. T.
-Aparecen poco claras en los salmistas
-Y con toda claridad al final del A. T.
-Los que mueren en gracia de Dios purificados, gozan de Dios antes del juicio final
-No hay ocasión de convertirse a Dios después de la muerte
-El tiempo de merecer termina con la muerte
-El mérito no puede aumentar después de la muerte
-Las sanciones ultraterrestres fueron profetizadas en el Antiguo Testamento.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
Al llegar a su último suspiro dijo: «Tú, criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna» (2 Mac. 7, 9).
Cerca ya del fin decía así: «Es preferible morir a manos de hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él; para ti, en cambio, no habrá resurrección a la vida» (2 Mac. 7, 14).
…al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente castigados (Sab. 6, 6).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
…vendrá toda carne a prosternarse ante mí -dice Yahvéh. Y en saliendo, verán los cadáveres de aquéllos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 23-24).
-La doctrina de las recompensas y de las penas de ultratumba aparecen todavía con poca claridad en los salmitas.
…pues no has de abandonar mi alma al seol,
ni dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de la vida,
hartura de goces, delante de tu rostro,
a tu derecha, delicias para siempre (Sal. 16, 10, 11).
Pero Dios rescatará mi alma, de las garras del seol me cobrará (Sal. 49, 16).
…me guiarás con tu consejo,
y al fin en la gloria me recibirás (Sal. 73, 24).
-La doctrina de las recompensas y de las penas de ultratumba aparece ya con toda claridad al final del Antiguo Testamento.
a) -Premios.
…por una corta corrección recibirán larga recompensa, pues Dios los sometió a una prueba y les halló dignos de sí; les probó como oro en el crisol y como holocausto les aceptó. El día de su visita se inflamarán, se propagarán como chispas en rastrojo. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos y sobre ellos el Señor reinará eternamente. Los que son fieles permanecerán junto a él en el amor, porque sus elegidos hallan gracia y misericordia (Sab. 3, 5-9).
b) -Castigos.
En cambio, los impíos recibirán el castigo que sus pensamientos merecen, por desdeñar al justo y apartarse del Señor. Desgraciados los que desprecian la sabiduría y la instrucción; vana es su esperanza, sin provecho sus sudores, inútiles sus obras; sus mujeres son insensatas, malvados sus hijos, maldita su posteridad (Sab. 13, 10-12).
-Los que mueren en gracia de Dios, después de purificados, gozan de Dios en el cielo antes del juicio final.
Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí, -dice el Espíritu- que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompañan» (Apoc. 14, 13).
-El pecador no tiene ocasión de obrar bien ni de convertirse a Dios después de la muerte.
Cualquier cosa que esté a su alcance el hacerla, hazla según tus fuerzas, porque no existirá obra ni razones ni ciencia ni sabiduría en el seol a donde te encaminas (Qo. 9, 10).
Nada te impida cumplir tu voto en el momento dado, no aguardes hasta la muerte para justificarte (Eclesiástico 18, 22-Si. 18, 22).
No hay alabanza que venga de muerto, como de quien no existe; es el que vive y goza de salud quien alaba al Señor (Eclesiástico 17, 28-Si. 17, 18).
-El tiempo durante el cual el hombre puede merecer termina con la muerte.
Merecer, es decir, que puede tender a Dios libremente con sus actos meritorios, o separarse de Él con sus acciones malas y libres.
Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor (Mt. 24, 42).
Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombres (Mt. 24, 44).
Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora (Mt. 25, 13).
Vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre (Lc. 12, 40).
Tengo que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar (Jn. 9, 4).
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual recibe conforme a los que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
-El mérito no puede aumentar después de la muerte.
Que es fácil al Señor, el día de la muerte, pagar a cada uno según su proceder (Si. 11, 6).
Tengo que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar (Jn. 9, 4).
Porque es necesario que todo seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
-Todos los hombres tienen que morir
-Sucede una sola vez a cada uno de los hombres
-Algunos resucitaron excepcionalísimamente, no por derogación de la Ley, sino por otros motivos de la providencia.
-Elías y Henoc fueron trasladados a la otra vida sin morir
-Los que se hagan de salvar de la última generación, experimentarán una purificación antes de morir
-Los hombres de la última generación no morirán
-Otros textos afirman que sí morirán. Objeción
-Conciliación de las dos sentencias. Aclaración
-La reencarnación no existe
-Todos los hombres tienen que morir.
Y del mismo modo que está establecido que los hombre mueran una sola vez, y luego el juicio,… (Hebr. 9, 27).
-La muerte sucede una sola vez a cada uno de los hombres.
Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego el juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud,… (Hebr. 9, 27).
-Algunos muertos resucitaron excepcionalmente y después han vuelto a morir, no por derogación de la Ley general, sino por otros motivos de la providencia.
Así les hablaba cuando un magistrado se le presenta y se postra delante de él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá…Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y a la gente alborotando, decía: ¡Retiraos!, la muchacha no ha muerto, está dormida. Y se burlaban de él. Mas echada fuera la gente, entró él, la tomo de la mano y la muchacha se levantó (Mt. 9, 18-19 y 23-25).
Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis: Los ciegos ven y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva;…» (Mt. 11, 4-5).
Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron (Mt. 27, 52).
Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad (de Naín) sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre…Al verla el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: «No llores», y acercándose tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon y él dijo: «Joven a ti te digo, levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar… (Lc. 7, 11 ss).
Dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, sal fuera! y salió el muerto atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en el sudario. Jesús le dice: «Desatadle y dejadle andar» (Jn. 11, 41)-42.
-Elías y Henoc fueron trasladados de esta vida a la otra sin morir.
No se puede deducir con seguridad de los siguientes textos, pero así lo afirman la tradición y algunos comentaristas:
El total de los días de Henoc fue de trescientos sesenta y cinco años. Henoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó (Gén. 5, 23-24).
Iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y Elías subió al cielo en el torbellino (2 Reg. 2, 11).
Henoc agradó al Señor, y fue arrebatado, ejemplo de penitencia para las generaciones (Si. 44, 16).
Elías, por su ardiente celo por la Ley, fue arrebatado al cielo (1 Mach. 2, 58).
Por la fe, Henoc fue trasladado, de modo que no vio la muerte y no se halló, porque le trasladó Dios (Hebr. 11, 5).
-Los que se hayan de salvar de la última generación, experimentarán una purificación suficiente, antes de morir.
Y si aquellos días no se hubiesen abreviado, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días (Mt. 24, 22).
Aclaración. El Purgatorio tendrá fin, los elegidos de la última generación han de salvarse, los días habrán de abreviarse y, por tanto, tendrán que sufrir una purificación que supla a la del purgatorio, antes de morir.
-Los hombres de la última generación no morirán.
Algunos Santos Padres, muchos teólogos y comentaristas afirman que los justos que vivan al final del mundo, no morirán y se fundamentan en los testimonios siguientes del Apóstol:
¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados (1 Cor. 15, 51).
Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestido de nuestra habitación celeste, si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos (2 Cor. 5, 2-3).
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires (1 Tes. 4, 16-17).
Objeción. Hay textos que afirman que todos los hombres morirán:
…y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Rom. 5, 12).
Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todo revivirán en Cristo (1 Cor. 12, 22).
Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez,… (Hebr. 9, 27).
Aclaración. ¿Cómo conciliar las dos sentencias?
Afirmando que morirán y resucitarán inmediatamente, de tal manera que los muertos anteriormente y los que mueran en aquellos momentos, se presenten simultáneamente ante el tribunal de Cristo.
Así parece deducirse del texto siguiente:
…los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires (1 Tes. 4, 16-17).
que no niega la muerte de los que vivan en aquellos días.
-La reencarnación no existe.
…está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio (Hebr. 9, 27).
-Deseada por los que viven santamente
-Incierta en cuanto al momento en que sucederá
-En aquella hora, los bienes materiales no proporcionan ningún bien
-El estado del alma durará toda la eternidad
-El paso del hombre por este mundo es como una sombra veloz
-La muerte es deseada por los que viven santamente.
Mucho vale a los ojos de Yahvéh la muerte de los que le aman (Sal. 116, 15).
Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual ciertamente, es con mucho lo mejor; mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros (Fil. 1, 23-24).
-La muerte es incierta en cuanto al momento en que sucederá.
El hombre nacido de mujer, corto de días y harto de tormentos. Como la flor brota y se marchita y huye como la sombra sin pararse. Se deshace cual leño carcomido, cual vestido que roe la polilla (Job 14, 1-2).
El número de los días del hombre mucho será si llega a los 100 años. como grano de arena, tan pocos son sus años frente a la eternidad (Si. 18, 9-10).
Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora (Mt. 25, 13).
Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuando será el tormento (Mc. 13, 33).
-En la hora de la muerte, los bienes materiales, por sí solos, no proporcionan ningún bien ni ningún consuelo.
Luego se rapó la cabeza, cayó en tierra, se postró y dijo: «Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá retornaré…» (Job 1, 20-21).
Que a su muerte no ha de llevarse nada, su boato no bajará con él (Sal. 49, 18).
Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano (Qo. 5, 14).
-El estado del alma en el momento de la muerte durará por toda la eternidad.
…caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda (Qo. 11, 3).
-El paso del hombre por este mundo, visto desde la eternidad, es como una sombra veloz.
Nosotros de ayer somos y no sabemos nada,
como una sombra nuestros días en la tierra (Job 8, 9).
El hombre nacido de mujer,
corto de días y harto de tormentos;
Como la flor, brota y se marchita,
y huye como la sombra sin pararse.
Se deshace cual leño carcomido,
cual vestido que roe la polilla (Job 14, 1-2).
mi existencia cual nada es ante ti; (Sal. 39, 6).
Sólo un soplo, todo hombre que se yergue,
nada más una sombra el humano que pasa,
sólo un soplo las riquezas que amontona,… (Sal. 39, 6-7).
Un soplo solamente los hijos de Adán,
los hijos de hombre una mentira;… (Sal. 62, 10).
Paso de una sombra es el tiempo que vivimos,… (Sab. 2, 5).
Mis días son como la sombra que declina,
y yo me seco como el heno (Sal. 102, 12).
5. Muerte. Situación de las almas
-El alma se separa del cuerpo
-Se traslada a una vida nueva
-Quedan situadas en un lugar determinado
-Si hubiere de resucitar, vuelve al cuerpo
-La muerte es la separación del alma y el cuerpo.
Jesús, entonces, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu (Mt. 27, 50).
Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto,… (Sant. 2, 26).
-La muerte es el traslado a un nueva vida.
Así pensaban los judíos, para los cuales la muerte era:
a) -Ir hacia donde están los propios padres.
Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás sepultado en buen ancianidad (Gén. 15, 15).
b) -Ir a congregarse con los de su pueblo.
Expiró, pues, Abraham y murió en buena ancianidad, viejo y lleno de días, y fue a juntarse con su pueblo (Gén. 25, 8).
Entonces Isaac expiró y murió, fue a reunirse con su pueblo, anciano y lleno de días. Le sepultaron sus hijos Esaú y Jacob (Gén. 35, 29).
Y en habiendo acabado Jacob de hacer encargos a sus hijos, recogió sus piernas en el lecho, expiró y se reunió con los suyos (Gén. 49, 33).
En el monte al que vas a subir morirás, y te irás a reunir con los tuyos, como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos (Deut. 32, 50).
-Las almas de los que mueren quedan situadas en un lugar determinado.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
…para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse a donde le correspondía (Hch. 1, 25).
Aclaración. Aquí no hace referencia al lugar como parte de espacio que es o puede ser ocupada por un cuerpo, sino a aciertos receptáculos de las almas cuyas relaciones con las mismas están regidas por Leyes desconocidas, pero totalmente distintas de las Leyes que rigen la presencia de la sustancia material con el lugar que ocupa y con otras sustancias materiales circundantes.
-El alma humana exhala del cuerpo en el momento de la muerte; si hubiese de resucitar, vuelve al cuerpo.
a) -Exhala del cuerpo en el momento de la muerte.
Entonces ella, al exhalar el alma, cuando se moría, le llamó Ben-Oní;… (Gén. 35, 18).
Mal lo pasó la madre de siete hijos:
Exhalaba el alma,
se puso su sol siendo aún de día,… (Jer. 15, 9).
b) -Si resucita, vuelve al cuerpo.
Se tendió tres veces sobre el niño, incovó a Yahvéh y dijo: «Yahvéh, Dios mío, que vuelva por favor, el alma de este niño dentro de él.» Yahvéh escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió (1 Reg. 17, 21-22).
-Existencia
-Necesario para todos los hombres
-Jesucristo constituido Juez
-Él es el Juez en el juicio particular
-Tiene lugar inmediatamente después de la muerte
-Las obras meritorias del justo le acompañarán en este momento
-Jesucristo imprime en la mente de cada Juzgado su propia sentencia
-La conciencia de cada uno hará el oficio de acusador
-Los ángeles intervienen en la ejecución de la sentencia
-Inmediatamente después del juicio cada alma recibe la sanción merecida
-Las almas de los que mueren no permanecen sólo en un estado, sino también en un lugar
-Existe el juicio particular.
Que es fácil al Señor, el día de la muerte,
pagar a cada uno según su proceder.
El mal de un hora el placer hace olvidar,
al final del hombre se descubren sus obras.
Antes del fin no llames feliz a nadie,
que sólo a su término es conocido el hombre (Si. 11, 26-28).
Aclaración. Las expresiones «pagar a cada uno según su proceder», «al final del hombre se descubren sus obras» y «sólo a su término es conocido el hombre», denotan la existencia de un Juicio.
-El juicio particular es necesario para todos y cada uno de los hombres.
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Aclaración. Jesucristo no manifiesta la sentencia del premio o de la pena con palabras articuladas, sino haciéndola ver por su propia virtud en la conciencia de cada juzgado.
-Jesucristo es constituido por el Padre Juez de vivos y muertos.
Y nos mandó que predicasemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 10, 42).
-Jesucristo es el Juez en el juicio particular.
No consta claramente en la Sagrada Escritura, pero se puede deducir, con cierta probabilidad, de los siguientes textos:
Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes…» (Mt. 28, 18).
El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano (Jn. 3, 35).
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,… (Jn. 5, 22).
Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 10, 42).
Aclaración. El juicio particular no se realizará por un desplazamiento de Cristo al lugar de la muerte del cuerpo del cual el alma se separa, ni tampoco por desplazamiento del alma recién separada del cuerpo, al cielo, sino sencillamente por una inteligencia del alma que entiende el mérito o demérito de sus acciones y en consecuencia obtiene de Cristo el premio o el castigo justamente merecido.
-El juicio particular tiene lugar inmediatamente después de la muerte del cuerpo.
Era un hombre rico…y un pobre, llamado Lázaro…Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades, entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 19-24).
Aclaración. Esta parábola, aunque no es histórica, es claramente doctrinal. Muere el rico y es sepultado en el fuego del infierno; muere Lázaro y es llevado al seno de Abraham. Estas dos retribuciones les son dadas a cada antes de la resurrección del final de los tiempos, como se deduce del coloquio de aquel rico con Abraham acerca de sus hermanos que todavía vivían en este mundo.
Por tanto, de este texto se deduce que después de la muerte se concede una retribución a la que necesariamente debe de preceder un juicio.
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez… (2 Tim. 4, 8).
Y del mismo modo que está establecido que los hombre mueran una sola vez, y luego el juicio,… (Hebr. 9, 27).
-Las obras meritorias del justo le acompañarán en el momento del juicio particular.
Luego oí un voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí, -dice el Espíritu- que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompañan» (Apoc. 14, 13).
-En el juicio particular Jesucristo imprime en la mente de cada juzgado su propia sentencia de recompensa o de pena.
Así parece deducirse del siguiente texto:
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Aclaración. La sanción recibida es en virtud de una sentencia, cuya justicia de Cristo hace comprender en la mente de cada uno de los juzgados.
-En el juicio particular, la propia conciencia de cada uno hará el oficio de acusador.
…como quienes muestran tener la realidad de esa Ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia con sus juicio contrapuestos que les acusan y también les defienden…en el día en que Dios juzgará las acciones secretas de los hombres,… (Rom. 2, 15-16).
-Los ángeles buenos y malos intervienen en la ejecución de la sentencia en el juicio particular.
No existe un afirmación clara en la Sagrada Escritura, pero sí un indicio del cual parece deducirse.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
Aclaración. Es muy dudosa la intervención de los ángeles malos en el juicio particular.
-Inmediatamente después del juicio particular cada alma recibe la sanción merecida durante su vida mortal.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, murió el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
-Las almas de los que mueren no permanecen solamente en un estado de bienaventuranza, purgación o condenación, sino también en un lugar determinado.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, murió el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
Entonces oraron así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía» (Hch. 1, 24-25).
Aclaración. Se indican «lugares» a donde se dirigían.
-Las profundidades de la tierra a donde bajan los muertos
-Allí nadie alaba a Dios
-Nadie mantiene relaciones con Dios
-En tiempo de los patriarcas los que morían pensaban ir unos al seol de los buenos y otros al de los malos
-El seol designa las profundidades de la tierra a donde bajan los muertos y donde buenos y malos mezclados gozan de una supervivencia lúgubre.
a) -Lugar en la profundidades de la tierra,
Porque ha saltado fuego de mi cólera, que quemará hasta las honduras del seol; devorará la tierra y sus productos, abrasará los cimientos de los montes (Deut. 32, 22).
El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro;… (Is. 14, 9).
b) -A donde bajan los muertos,
Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarle, pero él rehusaba consolarse y decía: «Voy a bajar en duelo al seol donde mi hijo.» Y su padre le lloraba (Gén. 37, 35).
Yahvéh da muerte y vida, hace bajar al seol y retornar (1 Sam. 2, 6).
c) -Y donde buenos y malos mezclados,
¿Qué hombre podrá vivir sin ver la muerte,
quién librará su alma de la garra del seol? (Sal. 89, 49).
…la palabra Yahvéh me fue dirigida en estos términos: «Hijo de hombre, haz una lamentación sobre la multitud de Egipto, hazlos bajar a él y a las hijas de las naciones, majestuosas, a las moradas subterráneas, con aquellos que bajan a la fosa (Ez. 32, 17-19).
-Allí está Asur con toda su multitud… (Ez. 32, 22).
-Allí está Elam con toda su multitud… (Ez. 32, 24).
-Allí están Mesek, Tubal y toda su multitud… (Ez. 32, 26).
-Allí está Edom, sus reyes y todos su príncipes… (Ez. 32, 29).
-Allí están todos los príncipes del norte, todos los sidonios, que bajaron con sus víctimas,… (Ez. 32, 30).
d) -Gozan de un supervivencia lúgubre,
…porque no existirá obra ni razones, ni ciencia ni sabiduría en el seol a donde te encaminas (Qo. 9, 10).
-En el Seol nadie alaba ni da gloria al Señor.
Porque en la muerte, nadie de ti se acuerda;
en el seol, ¿quién te puede alabar? )Sal. 6, 6).
¿Quién en el seol alabará al Altísimo
en vez de los vivientes que debían darle gloria? (Si. 17, 27).
Que el seol no te alaba, ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad (Is. 38, 18).
…abre, señor tus ojos y mira que no son muertos en el seol, aquellos cuyo espíritu fue arrancado de sus entrañas, los que dan gloria y justicia al Señor, sino el alma colmada de aflicción,… (Bar. 2, 17-18).
-En el seol nadie mantiene relaciones con Dios.
Porque mi alma de males está ahíta,
y mi vida está al borde del seol;
contado entre los que bajan a la fosa,
soy como un hombre acabado:
relegado entre los muertos,
como los cadáveres que yacen en la tumba,
aquéllos de los que no te acuerdas más,
que están arrancados de tu mano (Sal. 88, 4-6).
¿Acaso para los muertos haces maravillas,
o las sombras se alzan a alabarte?
¿Se habla en la tumba de tu amor,
de tu lealtad en lugar de perdición?
¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas,
o tu justicia en la tierra del olvido? (Sal. 88, 11-13).
-En tiempos de los patriarcas, los que morían pensaban ir: unos al seol de los buenos y otros al seol de los malos.
a) -Al seol de los buenos.
Jacob desgarró su vestido…y decía: «Voy a bajar en duelo al seol donde mi hijo.» Y su padre lloraba (Gén. 37, 34-36).
b) -Al seol de lo malos.
…si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al seol, sabréis que esos hombres han rechazado a Yahvéh (Núm. 16, 30).
El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro… (Is. 14, 9).
-Es el seol de los hebreos
-El poder de la muerte personificada
-El Hades es el seol de los hebreos.
Bajaron vivos al seol con todo lo que tenían (Núm. 16, 33).
Porque ha saltado fuego de mi cólera, que quemará hasta las honduras del seol;… (Deut. 32, 22).
El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro;… (Is. 14, 9).
-El Hades significa también el poder de la muerte personificada.
…las criaturas del mundo son saludables,
no hay en ellas veneno de muerte
ni imperio del Hades sobre la tierra,
porque la justicia es inmortal (Sab. 1, 14).
Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se llamaba Peste, y el Hades le seguía (Apoc. 6, 8).
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago del fuego (Apoc. 20, 14).
-Antiguamente Valle de Jerusalén profanado por el sacrificio de los niños
-Más tarde, lugar maldito reservado al castigo de los malos nuestro infierno
-Gehenna -Gue-Hinnom-
-Antiguamente era el nombre de un valle de Jerusalén, profanado antiguamente por sacrificios de niños.
No darás ningún hijo tuyo para hacerlo pasar ante Mólek;… (Lev. 18, 21).
Aclaración. Este rito se había introducido en Israel, especialmente en Jerusalén, en el quemadero del valle de Ben-Hinnom.
Anduvo por el camino de los reyes de Israel e incluso hizo pasar por el fuego a su hijo,… (2 Reg. 16, 3).
Hizo pasar a su hijo por el fuego;… (2 Reg. 21, 6).
Profanó el Tofet del valle de Ben-Hinnom, para que nadie hiciera pasar por el fuego a su hijo o a su hija en honor de Mólek (2 Reg. 23, 10).
Los hijos de Judá…han construido los altos de Tófet -que está en el valle de Ben-Hinnom- para que mar a sus hijos e hijas en el fuego, cosa que no les mandé ni me pasó por las mientes (Jer. 7, 31).
Aclaración. Mólek = Mélek, el Rey, título divino. Según otros, = «sacrificio votivo».
-Más tarde designó el lugar maldito, reservado al castigo de los males, nuestro «infierno».
…gehenna del fuego (Mt. 18, 9).
-La Gehenna era el nombre de un valle de Jerusalén profanado antiguamente por sacrificios de niños; y más tarde designó le lugar maldito, reservado al castigo de los malos, nuestro «infierno».
a) -Valle de Jerusalén profanado por sacrificios de niños.
No darás ningún hijo tuyo para hacerlo pasar ante Mólek; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo, Yahvéh (Lv. 18, 21).
Aclaración. Estos sacrificios de niños, a los que «se hacía pasar por el fuego», es decir, que eran quemados, son un rito cananeo condenado por la Ley.
Si un hombre cualquiera de entre los hijos de Israel, entrega uno de sus hijos a Mólek, morirá sin remedio; el pueblo de la tierra lo lapidará (Lv. 20, 2).
b) -Lugar maldito reservado al castigo de los malos.
Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida con un sólo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado en la gehenna del fuego (Mt. 18, 9).
…el que le llame a su hermano «renegado» será reo de la gehenna del fuego (Mt. 5, 22).
-Existencia
-Los que mueren sin bautismo
-No durará después del día del juicio universal
-Existe el Limbo.
El limbo es el lugar o estado de las almas de los que mueren con sólo el pecado original.
Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios…» (Jn. 3, 5).
Aclaración. Si no pueden entrar en el Cielo y tampoco merecen el infierno por carencia de culpas personales y no haber optado al mismo voluntaria y libremente, parece quedar bastante clara la existencia de un lugar intermedio.
Estando en el Hades -mansión de los muertos- entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 23).
Aclaración. Las puertas del Cielo no estaban abiertas aún; se abrieron en el momento de expirar Cristo en la Cruz. Por cuanto antecede y por las insinuaciones del mismo magisterio de la Iglesia especialmente de los Papas Juan XXII y Pío VI y además por se doctrina defendida por casi todos los teólogos católicos, se trata de una verdad cierta en teología que no puede rechazarse sin nota de «falsedad, temeridad e injuria a las escuelas católicas.» Pío VI.
-Los niños que no tienen uso de razón y los dementes que mueren sin bautismo son privados de la visión de Dios.
Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios…» (Jn. 3, 5).
Aclaración. Sin el bautismo no pueden recibir la gracia santificante y sin ésta no pueden conseguir la visión de Dios.
-La existencia del limbo y la situación de las almas en el mismo no durará para nadie después del día del juicio.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dn. 12, 2).
…llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 29).
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Aclaración. Al nombrar los destinos definitivos, la Sagrada Escritura nunca nombra ningún otro intermedio, ni siquiera en la sentencia totalmente universal y definitiva que como tal no puede ser expresada con obscuridades ni ambigüedades.
-Existencia
-La pena de daño es el aplazamiento de la visión beatífica
-La pena de sentido es la purificación de las almas con penas purificadoras
-Existe el purgatorio en el cual son purificadas las almas de los justos.
El valeroso Judas recomendó a la multitud que se mantuvieran limpios de pecado, a la vista de lo sucedido por el pecado de los que habían sucumbido. Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado obrando muy hermosa y noblemente, con el pensamiento puesto en la resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que se duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 42-46).
Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro (Mt. 12, 32).
Aclaración. Jesucristo deja entender claramente que hay otra clase de pecados que se perdonan, al menos, en la otra vida.
Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos (Lc. 12, 47-48).
Aclaración. «Muchos azotes» y «pocos azotes» son alusiones muy claras a las penas eternas del infierno y a las purificaciones temporales del purgatorio.
¡Mire cada cual cómo construye! Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo. Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de manifestarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probaré el fuego. Si la obra de uno construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 10-15).
Aclaración. Estas penas escatológicas no parecen las propias de la condenación eterna, sino las penas temporales del purgatorio.
Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día (2 Tim. 1, 16-18).
Aclaración. La oración hecha al Señor en favor de Onesíforo, significa el sufragio de los vivos por los muertos.
Efectivamente, Onesíforo había muerto cuando Pablo escribió esta carta según se deduce de:
«Saluda a Prisca y Aquila y a la familia de Onesíforo» (2 Tim. 4, 10).
-La pena de daño del purgatorio consiste en el aplazamiento de la visión beatífica.
La Iglesia no ha definido nada claramente, pero este aplazamiento se deduce del futuro de los verbos o del sentido de los siguientes textos:
Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 46).
…pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro (Mt. 12, 32).
Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día (2 Tim. 1, 18).
-La pena de sentido de purgatorio consiste en la purificación de las almas con penas purificadoras.
Si la obra de uno, construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 14-15).
Aclaración. En la Sagrada Escritura no hay más que este texto alusivo al fuego del purgatorio, y su interpretación no es absolutamente cierta.
-El fuego simboliza ya en el A. T. la intervención soberana de Dios para purificar las conciencias
-Existe el fuego purificador
-El hombre, en el estado de viador, puede evitar las purificaciones de ultratumba o disminuir su intensidad y su duración
-El fuego simboliza ya en el Antiguo Testamento la intervención soberana de Dios para purificar las conciencias.
Por eso -oráculo del Señor Yahvéh Sebaot, el Fuerte de Israel-: «Voy a volver mi mano contra ti y purificaré al crisol tu escoria, hasta quitar toda tu ganga (Is. 1, 24-25).
Mira que te he purificado al fuego como plata, te he probado en el crisol de la desgracia (Is. 48, 10).
Yo meteré en el fuego este tercio: Los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro (Zac. 13, 9).
¿Quién podría soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata y serán para Yahvéh los que presentan la oblación en justicia (Mal. 3, 2-3).
-El fuego purificador existe.
Hay alusiones muy claras en la Sagrada Escritura.
…me pruebas al crisol… (Sal. 17, 3).
Escrútame, Yahvéh, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi corazón;… (Sal. 26, 2),
Delante de él avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa;… (Sal. 97, 3).
Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza está llena de inmortalidad; por una corta corrección recibirán larga recompensa, pues Dios les sometió a prueba y les halló dignos de sí; les probó como oro en el crisol y como holocausto les aceptó. El día de su visita se inflamarán, se propagarán como chispas en rastrojo (Sab. 3, 4-7).
Porque en el fuego se purifica el oro, y los adeptos de Dios en el horno de la humillación (Si. 2, 5).
…La obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de manifestarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Si la obra de uno, construida sobre el cimiento, resiste, recibirá la recompensa. Mas aquel cuya obra quede abrasada sufrirá el daño.
Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 13-15).
Aclaración. El fuego no es metafórico, sino real. Es sentencia de los Santos Padres, de toda la Iglesia Latina y de San Alfonso.
-El hombre en estado de viador puede evitar las purificaciones penosas de ultratumba o disminuir su intensidad y su duración.
a) -Practicando la caridad.
Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá a vosotros (Mt. 7, 2).
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt. 5, 7).
b) -Dando limosna a los pobres.
La limosna perdona los pecados (Si. 3, 30).
c) -Perdonando las injurias.
Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; (Mt. 6, 14).
13. Purgatorio. Fin – Situación
-El fin es purificar las almas
-Viven con la esperanza de ver a Dios y de ser saciadas de su posesión
-Destinado a gozar de Dios, después de ser purificadas y antes del juicio universal
-El fin del purgatorio es purificar las almas de las manchas o reliquias de los pecados y pagar la deuda contraída con Dios de los mismos, para entrar así limpios en el Reino de los Cielos.
Se encuentran alusiones muy claras en los textos sagrados.
Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza (Zac. 13, 1).
Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta hacer pagado el último céntimo (Mt. 5, 26).
Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo (Lc. 12, 59).
Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego (1 Cor. 3, 15).
-Las almas del purgatorio viven con la esperanza de ver a Dios y de ser saciadas plenamente con la posesión del ser divino.
No hay en la Sagrada Escritura textos que demuestren esta verdad, pero se le pueden aplicar los siguientes que son alusivos al hambre y sed de Dios.
Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios? (Sal. 42, 3).
Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua (Sal. 63, 2).
…yo mandaré hambre a la tierra, mas no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Yahvéh (Am. 8, 11).
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,… (Mt. 5, 6).
Si alguno tiene sed, venga a mí,… (Jn. 7, 37).
-Los que mueren en gracia de Dios, después de purificados, gozan de Dios en el cielo antes del juicio final.
Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí, -dice el Espíritu- que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompañan» (Apoc. 14, 13).
-Nada se puede asegurar acerca de la duración de la permanencia de cada alma, sin embargo, los que mueren con profundo arrepentimiento de la vida pasada y aceptando los dolores intensos del martirio, es muy probable que no pasen por el purgatorio
-Las almas de los justos purgadas totalmente en esta vida, gozan de la visión de Dios inmediatamente después de la muerte
-Las penas no durarán para nadie después del juicio final
-Nada se puede asegurar acerca de la duración de la permanencia de las almas en el purgatorio, sin embargo es muy probable que los que mueren con un profundo arrepentimiento de la vida pasada y con intensos dolores que producen el martirio, no pasen por el purgatorio.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43).
En el purgatorio no hay un tiempo continuo formado por la sucesión de instantes, sino un tiempo discontinuo que mide la sucesiones de pensamientos y de sentimientos.
Este tiempo discontinuo se compone de instantes espirituales sucesivos, cada uno de los cuales puede corresponder a diez, veinte, sesenta horas de nuestro tiempo solar. Algo así como una persona puede permanecer en éxtasis muchas hroas, pero absorbida por un sólo pensamiento.
Un alma más atormentada puede creer que está en el purgatorio más tiempo que otra que está menos atormentada, cuando en realidad, ésta está más, hasta el punto que la apreciación de la duración es una cosa puramente objetiva.
-Las almas de los justos purgadas totalmente durante esta vida, gozan de la visión beatífica inmediatamente después de la muerte.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43).
Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual ciertamente, es con mucho lo mejor; mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros (Fil. 1, 23-24).
Aclaración. Las expresiones «estarás conmigo», «estar con Cristo» afirman el gozo de la visión beatífica.
-Los que mueren aceptando la intensos dolores producidos por el martirio y arrepintiéndose profundamente de los pecados de su vida pasada, no padecen las penas del purgatorio.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 42-43).
Aclaración. Se puede deducir de este texto, sin temor a errar, que los que mueren con las mismas circunstancias que el buen ladrón, no padecen las penas del purgatorio.
-Las penas del purgatorio no durarán para nadie después del día del juicio final.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 28-29).
Aclaración. De estos textos que expresan un sentido terminante y definitivo, se deduce claramente que después del juicio final no sobreexistirán estado ni lugares intermedios.
-Los bienaventurados del cielo ofrecen sus preces a Dios para que les libre de sus penas
-Las penas que sufren las almas del purgatorio pueden ser aliviadas y abreviadas por los sufragios de los vivos
-Los cristianos deben ofrecer a Dios sacrificios y oraciones para librar a los difuntos de sus pecados
-Perdonar las injurias al prójimo es una gran valor para que Dios conceda el perdón y la liberación de las penas
-La limosna alivia a las almas del purgatorio
-Los sufragios aprovechan más a quienes realizaron más obras de caridad en este mundo
-Las almas del purgatorio ruegan a Dios por los que viven en este mundo
-Los bienaventurados del cielo ofrecen sus preces a Dios para que libre a las almas del purgatorio de sus penas.
Así se deduce del siguiente texto:
Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
Aclaración. La caridad mutua exige que los miembros del Cuerpo Místico se a unan todos con todos en el amor.
-Las penas que sufren las almas de los fieles difuntos detenidas en el purgatorio, pueden ser aliviadas y abreviadas por los sufragios de los vivos.
Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarán, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas si se consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mac. 44-46).
Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,… (Col. 1, 24).
-Los fieles cristianos deben de ofrecer sacrificios expiatorios a Dios para librar a los difuntos de sus pecados.
Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado (2 Mach. 12, 42-46).
-Perdonar generosamente las injurias al prójimo es un gran valor para que Dios conceda el perdón a quien le ofende.
Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas (Mt. 6, 14-15).
Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas (Mc. 11, 25).
Aclaración. Parece evidente que este perdón de Dios no se reduzca solamente a los límites de esta vida, sino que se extienda también a la otra, si necesario fuere, es decir al purgatorio.
-La limosna tiene un gran valor para aliviar a las almas del purgatorio y para redimir de las propias culpas.
La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado (Tob. 12, 9).
Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga (Dan. 4, 24).
Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas será puras para vosotros (Lc. 11, 41).
Él le miró fijamente (Cornelio al ángel) y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, Señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios…» (Hch. 10, 4).
-Los sufragios por las almas del purgatorio aprovechan más a aquellas que realizaron más obras de caridad en este mundo.
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt. 5, 7).
Aclaración. Es sentencia de Sto. Tomás.
-Las almas del purgatorio ofrecen a Dios preces en favor de los que viven en este mundo.
Se deduce del siguiente texto:
Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo (1 Cor. 12, 26).
Aclaración. Las almas del Purgatorio no conocen las cosas de este mundo ni las ven reflejadas en la esencia divina, pero Dios les manifiesta nuestra preces y por la caridad en que están abrasadas, piden a Dios por los hombres.
16. Seno de Abraham. Existencia
-Existió y permanecieron allí las almas de los justos que murieron antes de la muerte de Cristo
-Existió desde el momento en que entró el primer hombre en gracia, hasta que Cristo resucitó
-Existió el seno de Abraham a donde fueron las almas de los justos que murieron antes de la muerte de Cristo.
Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 40).
Sucedió, pues, que murió el pobre (Lázaro) y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estado en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 22-23).
Aclaración. Probablemente, «seno de la tierra» no significa sepulcro, sino el Seno de Abraham.
-La duración de la existencia del seno de Abraham fue desde el momento en que emigró de este mundo el primer hombre en estado de gracia, hasta que Cristo resucitó.
a) -Que existió desde el momento en que murió el primer hombre en estado de gracia se deduce de los mismos fines del mismo, que era retener a los justos en un estado de espectación, hasta que Cristo les aplicase los méritos de la redención para abrirles las puertas del cielo.
Teniendo pues, hermanos, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros (Hebr. 10, 19).
b) -De la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del Hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 40).
Aclaraciones.
«Seno de la tierra» probabilísimamente significa región o seno de Abraham.
Durante la tercera noche, Cristo resucitó y «subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres» (Ef. 4, 8).
17. Seno de Abraham. Descendimiento de Jesucristo
-Fue prefigurado en el A. T.
-Descendió a él después de su muerte
-Su alma y su divinidad estuvieron allí mientras su cuerpo estuvo muerto
-Comunicó a los justos su liberación, les aplicó los méritos de su pasión y muerte y los condujo al cielo
-La permanencia del cuerpo de Jesucristo en el sepulcro y de su alma y de su divinidad en el limbo de los justos durante tres días, fue prefiguraba en el Antiguo Testamento.
Dispuso Yahvéh que un gran pez se tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches (Jon. 2, 1).
-Jesucristo bajó al limbo de los justos después de su muerte, con el alma separada de su cuerpo.
Mas la justicia que viene de la fe dice así: «No digas en tu corazón ¿quién subirá al cielo?,» es decir: para hacer bajar a Cristo; o bien: «¿Quién bajará al abismo?,» es decir: para hacer subir a Cristo de entre los muertos (Rom. 10, 6-7).
Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo (Rom. 10, 9).
Aclaración. «Resucitar de entre los muertos» significa que su alma estuvo en el país de los muertos o sea en el limbo de los justos antes de la resurrección.
Otra alusión de la permanencia de Jesucristo en el limpio de los justos consta en el texto siguiente:
Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 40).
-El alma y la divinidad de Cristo permanecieron en el seno de Abraham, todo el tiempo que su cuerpo estuvo muerto en el sepulcro.
Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del Cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches (Mt. 12, 40).
-Jesucristo descendió al seno de Abraham para comunicar la noticia de su liberación a los espíritus encarcelados allí, aplicarles los méritos de su pasión y muerte y conducirlos al cielo.
El seno de Abraham o limbo de los justos es el lugar donde, antes de la muerte de Cristo, estaban las almas de los justos que, aún no teniendo nada que purgar, no podían entrar aún en la gloria, porque todavía no estaba abierta para ellos.
…aún no estaba abierto el camino del santuario… (Hebr. 9, 8).
a) -Comunicarles la noticia de su liberación.
En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados, en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios (1 Pe. 3, 19).
Aclaración. – Predicar, es decir, comunicarles la noticia alegre de su liberación y entrada en el cielo.
-Espíritus, es decir, no a los ángeles pecadores, sino a las almas de los difuntos.
En cuanto a ti, por la sangre de tu alianza yo soltaré a tus cautivos de la fosa (Zac. 9, 11).
b) -Aplicarles los méritos de su pasión y muerte.
Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz (Col. 2, 14).
c) -Conducirlos al cielo.
¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, puertas eternas, para que entre el rey de la gloria! (Sal. 24, 7).
Aclaración. Este texto puede aplicarse, pues, «subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres» (Ef. 4, 8).
Y volverán a ti, hija de Sión,
los prisioneros de la esperanza,
en pago de los días de tu destierro
el doble te he de devolver (Zac. 9, 12).
Aclaración. Jesucristo consiguió la salvación eterna para todos los justos nacidos antes y después de su venida, con los méritos de su pasión y Muerte.
-Oriundo de familia Judaica de la tribu de Dan
-Fue profetizado antes y después de la venida de Jesucristo
-Vendrá antes del Juicio universal
-El anticristo había de ser oriundo de familia Judaica de la tribu de Dan.
Solamente se pueden aducir dos textos poco claros.
Dan juzgará a su pueblo como cualquiera de las tribus de Israel. Sea Dan una culebra junto al camino, un víbora junto al sendero, que pica al caballo en los jarretes y cae su jinete de espaldas (Gén. 49, 17).
Desde Dan se deja oír el resuello de sus caballos. Al relincho sonoro de sus corceles tembló la tierra toda (Jer. 8, 16).
-El surgimiento del Anticristo fue profetizado antes y después de la venida de Jesucristo.
El Anticristo, como término concreto, es un ser real en el que se hallan reunidas todas las potencias del mal contrarias y hostiles al Reino de Dios.
Como concepción abstracta es la personificación simbólica de la pérdida de la fe.
…y otro rey saldrá después de ellos; será diferente de los primeros y derribará a tres reyes; profetizará palabras contra el Altísimo y pondrá a prueba a los santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos y la Ley, y los santos serán entregados en su manos por un tiempo y por tiempos y por medio tiempo. Pero tendrá lugar el juicio, y el imperio se le quitará, para ser destruido y aniquilado totalmente.
Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Reino eterno es su reino, y todos los imperios le servirán y le obedecerán (Dan. 7, 24-27).
Y se postraron ante la Serpiente, porque había dado el poderío a la Bestia, y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia?» «¿Quién puede luchar contra ella?» Le fue dada una boca para proferir palabras de orgullo y de blasfemia, y se le dio poder de actuar durante cuarenta y dos meses; y ella abrió su boca para blasfemar contra Dios, para blasfemar de su nombre y de su morada y de los que moran en el cielo (Apoc. 13, 4-6).
Y al término de su reino, cuando lleguen al colmo los pecados, surgirá un rey, insolente y hábil en engaños. Se hará poderosa su fuerza -mas no por su fuerza misma- tramará cosas inauditas, prosperará en sus empresas, destruirá a poderosos y al pueblo de los santos. Y, por su habilidad, triunfará en engaño entre sus manos. Se exaltará en su corazón, y por sorpresa destruirá a muchos. Se alzará contra el Príncipe de los Príncipes, pero -sin que mano intervenga- será quebrantado (Dan. 8, 23-25).
El rey actuará a placer; se engreirá y se exaltará por encima de todos los dioses, y contra el Dios de los dioses proferirá cosas inauditas; prosperará hasta que se haya colmado la Cólera (Dan. 11, 36).
Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de la perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo de Dios (2 Tes. 2, 4).
-La venida del Anticristo sucederá antes del día del Juicio final.
Por lo que respecta a la Venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis alterar tan fácilmente en vuestros ánimos, ni os alarméis por alguna manifestación profética, por algunas palabras o por alguna carta presentada como nuestra, que os haga suponer que está inminente el Día del Señor. Que nadie os engañe de ninguna manera.
Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto,… (2 Tes. 2, 1-5).
-Se mostrará a los hombres como Santo
-Estaba ya en el mundo en tiempos de San Juan Evangelista
-Existen muchos anticristos
-Habían aparecido ya en tiempos de San Juan Evangelista
-El Anticristo se mostrará de los hombres como Santo.
En su lugar se levantará un miserable, a quien no se le darán los honores reales. Se insinuará astutamente y se apoderará del reino por intrigas (Dan. 11, 21).
-El Anticristo estaba ya en el mundo en tiempos de San Juan Evangelista.
…y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo (1 Jn. 4, 3).
Aclaración. Hasta el momento de su «manifestación» final, la impiedad trabaja en el misterio, y de esta actividad secreta resultará la apostasía. Una vez apartado el obstáculo, la impiedad (o del Impío) trabajará a la luz del día.
Porque el misterio de la impiedad está ya actuando (2 Tes. 2, 7).
-Existen muchos Anticristos.
Hijos míos, en la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora (1 Jn. 2, 18).
Aclaración. Los anticristos son los impostores que no confiesan que Cristo ha venido al mundo en carne mortal. Estos anticristos son como prototipo y sombra de aquel que ha de venir para seducir a las gentes, como príncipe y cabeza de todos los enemigos de Cristo.
-Muchos Anticristos habían aparecido ya en tiempos de San Juan Evangelista.
Hijos míos, es ya la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos Anticristo han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora (1 Jn. 2, 18).
Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo (2 Jn. 7).
-Su venida estará señalada por el influjo de Satanás
-Negará que Jesucristo es el Mesías
-Se entregará a los placeres más bajos
-Será muy rapaz
-Poseído de todos los vicios y costumbres pervertidas
-Realizará prodigios para seducir a los pueblos
-Se mostrará adversario de Jesucristo al final de los tiempos
-Mandará a sus seguidores llevar su señal en la mano o en la frente
-La venida del Anticristo estará señalada por el influjo de Satanás.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor a la verdad que les hubiera salvado (2 Tes. 2, 9-10).
-El Anticristo negara que Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios, el redentor del género humano.
¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo (1 Jn. 2, 22).
-El Anticristo se entregará a los placeres más bajos.
No hará caso de los dioses de sus padres, no se cuidará del favorito de las mujeres ni de ningún otro dios; sólo a sí mismo se exaltará por encima de todos (Dan. 11, 37).
-El Anticristo será muy rapaz y entregado al robo y al fraude.
Invadirá a placer los lugares ricos de la provincia y hará lo que no habían hecho ni sus Padres ni los padres de sus padres: distribuirá entre ellos botín, despojos y riquezas, y urdirá estratagemas contra las fortalezas, aunque sólo hasta cierto tiempo (Dan. 11, 24).
-El Anticristo estará poseído de todos los vicios y tendrá costumbres pervertidas.
El rey actuará a placer; se engreirá y se exaltará por encima de todos los dioses, y contra el Dios de los dioses proferirá cosas inauditas;… (Dan. 11, 36).
Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios y es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios (2 Tess. 2, 3-4).
Aclaración. En la tradición cristiana, influida por Daniel, este Adversario recibirá el nombre de Anticristo.
Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo;… (1 Jn. 2, 18).
…todos espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es del Anticristo (1 Jn. 4, 3).
-El Anticristo realizada muchas propias cosas admirables y prodigiosas para seducir a los pueblos.
Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos (Mt. 24, 24).
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado (2 Tes. 2, 9-10).
Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia,… (Apoc. 13, 13-14).
-El Anticristo es y se mostrará Adversario de Jesucristo al final de los tiempos.
Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, el Adversario que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios, y proclamar que él mismo es Dios (2 Tes. 2, 3-4).
-El Anticristo mandará que todos sus seguidores lleven marcada su señal en la mano o en la frente.
Y hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente (Apoc. 13, 16).
Aclaración. Parece que la señal es el nombre del Anticristo.
…y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre (Apoc. 13, 17).
21. Anticristo. Sus persecuciones
-Su persecución contra la Iglesia prefigurada en el A. T.
-También fue profetizada
-Su Reino y sus combates se caracterizarán por constituirse monarca de todo el mundo, por someter a otros siete reyes, por perseguir a los cristianos en todo el orbe y por las intrigas
-Suscitará un persecución crudelísima contra la Iglesia
-Durante la misma cesará la oblación pública del sacrificio de altar
-Los que permanezcan fieles ofrecerán ocultamente a Dios el Santo sacrificio
-La persecución del Anticristo contra la Iglesia prefigurada en el Antiguo Testamento.
La langosta invadió todo el país de Egipto, y se posó en todo el territorio egipcio, en cantidad tan grande como nunca había habido antes tal plaga de langosta ni la habrá después (Ex. 10, 14).
Y se elevará en todo el país de Egipto un alarido tan grande como nunca lo hubo ni lo habrá (Ex. 11, 6).
Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas (1 Mac. 9, 27).
Se produjeron relámpagos, fragor de truenos y un violento terremoto, como no lo hubo desde que existen hombre sobre la tierra, un terremoto tan violento (Apoc. 16, 18).
-La persecución del Anticristo contra la Iglesia está profetizada en el Antiguo Testamento.
¡Ay! porque grande aquel día, sin semejante y tiempo de angustia es para Jacob; pero de ella quedará salvo (Jer. 30, 7).
Jamás se hizo debajo del cielo entero nada semejante a lo que hizo él en Jerusalén,… (Bar. 2, 2).
¡Día de tinieblas y de obscuridad, día de nublado y de densa niebla! Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numerosos y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación (Joel 2, 2).
En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquel un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos aquéllos que se encuentren escritos en el Libro (Dan. 12, 1).
-El Reino y los combates se caracterizarán por constituirse monarca de todo el mundo, por someter a otros siete reyes, por perseguir a los cristianos en todo el orbe y por las intrigas.
a) -Por constituirse monarca de todo el mundo.
Y al término de su reino, cuando lleguen al colmo los pecados, surgirá un rey, insolente y hábil en engaños (Dan. 8, 23).
En su lugar se levantará un miserable, a quien no se le darán los honores reales (Dan. 11, 21).
b) -Por someter a otros siete reyes.
Son también siete reyes: cinco han caído, uno es, y el otro no ha llegado aún. Cuando llegue, habrá de durar poco tiempos (Apoc. 17, 10).
c) -Por perseguir a los cristianos.
Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra,… (Apoc. 20, 7-8).
d) -Por los fraudes.
En su lugar se levantará un miserable, a quien no se le darán los honores reales. Se insinuará astutamente y se apoderará del reino por intrigas (Dan. 11, 21).
Por medio de sus cómplices obrará con engaño y, aunque con poca gente, se irá haciendo fuerte (Dan. 11, 23).
-El Anticristo suscitará una persecución crudelísima contra la Iglesia de Jesucristo.
Porque habrá entonces una tribulación tan grande como no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni la volverá a haber. Y si aquellos días no hubiesen abreviado, no se salvarían nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días (Mat. 24, 21, 22).
-Durante la persecución del Anticristo cesará la oblación pública del sacrificio del altar.
Parece poderse deducir del siguiente texto:
Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación;… (Dan. 12, 11).
-Durante la persecución del Anticristo los que permanecerán fieles a Dios, se reunirán ocultamente y ofrecerán a Dios el Santo sacrificio de la Misa.
En este sentido se interpretan las siguientes palabras:
La Mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada mil doscientos sesenta días (Apoc. 12, 6).
-Al final será derrotado
-Morirá por mandato de Jesucristo
-El Anticristo será derrotado al final y morirá miserablemente cuando congregue sus ejércitos contra Jerusalén para desolar la Iglesia, después de muertos Elías y Henoch.
Es muy verosímil y se deduce de los versículos siguientes:
Cuando se terminaron los mil años, será Satanás soltado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog. y a reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar. Subieron por toda la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la Ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró (Apoc. 20, 7-10).
-El Anticristo será destruido por Jesucristo cuando venga por segunda vez.
…con el soplo de sus labios matará al malvado (Is. 11, 4).
…entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con la Manifestación de su venida (2 Ts. 2, 8).
pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta…los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
Aclaración. «El soplo de su boca» equivale a «su mandato». (Sto. Tomás).
-El tiempo tendrá fin
-El mundo y el cosmos tendrán fin
-Nadie sabe el tiempo del fin del mundo
-El tiempo tendrá fin.
Alzad a los cielos vuestros ojos
y contemplad la tierra abajo,
pues los cielos como humareda se disiparán,
la tierra como un vestido se gastará
y sus moradores como el mosquito morirán (Is. 51, 6).
Jesús les respondió: «…El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán…» (Mt. 24, 4 y 35).
Aclaración. El tiempo es la duración de las cosas sujetas a mutación. El cielo atmosférico, la tierra y los demás elementos del mundo sideral se volverán inmutables en su sustancia y por tanto no se producirá el tiempo.
-El mundo, con su actual disposición de las leyes naturales y el cosmos con las leyes cósmicas que rigen, tendrá fin.
Es decir, todo sufrirá una honda transformación que equivaldrá a una especie de nueva creación.
Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva y ya no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria (Is. 65, 17).
Porque así como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia, así permanecerá vuestra raza y vuestro nombre (Is. 66, 22).
Si, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que una i o un ápice de la Ley sin que todo se haya cumplido (Mt. 5, 18).
Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el Sol se obscurecerá, la Luna perderá su resplandor, las estrellas cairán del cielo y las fuerzas de los cielos serán sacudidas (Mt. 24, 29).
El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán (Lc. 21, 33).
Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad (1 Cor. 15, 24).
El fin de todas las cosas está cercano (1 Petr. 4, 7).
El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán,y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá (2 Petr. 3, 10).
Esperando y acelerando la venida del día de Dios, en el que los cielos se disolverán y los elementos abrasados se fundirán? Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra en los que habite la justicia (2 Petr. 3, 12-13).
Aclaración. El mundo y el cosmos según la actual disposición de sus elemento y de las leyes que los rigen, tendrá fin, sin embargo la materia no será reducida a la nada, sino que quedará renovada.
-Nadie sabe absolutamente nada del tiempo en que sobrevendrá el fin del mundo.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mt. 24, 36).
Él (Cristo) les contestó: A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, sino que… (Hch. 1, 7).
Aclaración. Sin embargo la Sagrada Escritura nos habla de ciertas señales por las cuales pueden vislumbrarse los indicios de la hecatombe que se producirá al final de los tiempos.
24. Fin del mundo. Señales remotas en la tierra
-La predicación del Evangelio
-La apostasía universal
-La conversión de los Judíos
-El advenimiento del Anticristo
-La aparición de Elías y Henoc
-Las grandes calamidades públicas
-Hambres, pestes y temblores de tierra
-Muchas persecuciones contra los discípulos de Jesucristo
-La predicación del Evangelio en todo el mundo será una de la señales de su fin.
Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en todo el mundo, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin (Mt. 24, 14),
Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación (Mc. 16, 15).
Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra (Hch. 1, 8).
Aclaración. Estos textos no quieren afirmar que todas las gentes se hayan de convertir ni que el Evangelio sea aceptado por todos los hombres, ni que el fin del mundo haya de venir inmediatamente después de predicado el Evangelio por toda la tierra, los textos afirman que el fin de los tiempos no sucederá antes.
-La apostasía universal será una de las señales del fin del mundo.
Algunos teólogos juzgan que la apostasía universal será que muchas naciones, como sociedades políticas, renunciarán al cristianismo, aunque la vida privada de la mayoría de los hombres será contaminada por la infidelidad, no faltarán quienes perseveren hasta el final de los siglos con profunda fe cristiana.
Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará (Mt. 24, 12).
Pero cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra? (Lc. 18, 8).
Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Hijo de perdición (2 Tes. 2, 3).
-La conversión de los judíos será una de las señales del fin del mundo.
En contraste con esta apostasía casi general, se verificará la conversión de Israel.
Porque si tu fuiste cortado del olivo silvestre que eras por naturaleza, para ser injertado contra tu natural en un olivo cultivado, ¡con cuánta más razón ellos, según su naturaleza, serán injertado en su propio olivo (Rom. 11, 24).
Aclaración. El sentido de este versículo es alegórico.
El endurecimiento parcial que sobrevino a Israel, durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo (Rom. 11, 25-26).
-El advenimiento del Anticristo será una de las señales del fin del mundo.
Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de Perdición, el Adversario, que se eleva sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el santuario de Dios, y proclamar que él mismo es Dios (2 tes. 2, 3-4).
La venida del impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor a la verdad que les hubiera salvado (2 Tes. 2, 9-10).
Es muy misteriosa la naturaleza del anticristo. Pudiera ser el pecado, la herejía, la persecución, etc.
En tal caso, el Anticristo ya está en el Mundo y a él se refiere el siguiente texto:
Todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios, ese el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo (1 Jn. 4, 3).
Desde luego será vendido y muerto por Cristo.
Entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca y aniquilará con la Manifestación de su venida (2 Tess. 2, 8).
-La aparición de ellas y Henoc será una de las señales del fin del mundo.
Los textos de la Sagrada Escritura son obscuros y confusos. Nada afirman con claridad.
He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el día de Yahvéh, grande y terrible (Mal. 3, 23).
Henoc fue trasladado de modo que no vio la muerte, y no se le halló porque le trasladó Dios (Hebr. 11, 5).
-Unas grandes calamidades públicas serán otras señales del fin del mundo.
Oiréis también hablar de guerras y de rumores de guerras. ¡Cuidado no os alarméis!. Porque eso tiene que suceder, pero todavía no es el fin. Pues se levantarán nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. Pero todo eso será el comienzo de los dolores de alumbramiento (Mt. 24, 6-8).
Aclaración. Las guerras, rumores, surgimientos, hambre y terremotos ya existieron desde el principio del género humano, de manera que mientras sucedieren de modo parecido al del tiempo pasado, nada anticiparían, a no ser que se multiplicarán y agravarán de tal manera, que hicieran presumir el fin de los tiempos.
-Al final del mundo habrá hambres, pestes y temblores de tierra.
Pues se levantará nación contra nación y reinó contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. Pero todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento (Mt. 24, 7-8).
Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambre: esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento (Mc. 13, 8).
Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales en el cielo (Lc. 21, 11).
-Al final del mundo surgirán muchas persecuciones contra los discípulos de Jesucristo.
Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre (Mt. 24, 9).
Pero vosotros mirad por vosotros mismos; os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mí, para que deis testimonio ante ellos (Mc. 13, 9).
Guardaos de los hombres porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mí os llevarán ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles (Mt. 10, 17-19).
Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio (Lc. 21, 12).
Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros (Jn. 15, 20).
Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas (Jn. 16, 1-2).
Aclaración. El sentido de la palabra «escándalo» es prevención que Jesucristo hace a los Apóstoles respecto de las pruebas que les aguardan para que perseveren en la fe.
Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy (Jn. 13, 19).
25. Fin del mundo. Señales en los hombres
-Se producirá gran consternación en los hombres
-Al final de los tiempos se producirá gran consternación en los hombres.
¡Tiemblen todos los hombres del país, porque llega el día de Yahvéh, porque está cerca! ¡Día de tinieblas y obscuridad, día de nublado y densa niebla (Joel 2, 1-2).
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces harán duelo todas las razas de la tierra… (Mt. 24, 30).
Porque en aquellos días habrá un tribulación como no la hubo igual desde el principio de la creación, que Dios hizo, hasta el presente, ni la volverá a haber (Mc. 13, 19).
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo, porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas (Lc. 21, 25-26).
26. Fin del mundo. Señales en la tierra, mar y aire
-Sucederán grandes fenómenos
-Al final de los tiempos se producirán grandes fenómenos en la tierra, en el mar y en el aire.
a) -En el mar.
…en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas… (Lc. 21, 25).
b) -En el aire.
Se produjeron relámpagos, fragor de truenos y un violento terremoto,… (Apoc. 16, 18).
c) -En la tierra.
¡Ante él la tierra tiembla y se estremecen los cielos,…! (Joel 2, 10).
…un violento terremoto, como no lo hubo desde que existen hombres sobre la tierra un terremoto tan violento (Apoc. 16, 18).
27. Fin del mundo. Señales próximas en el cosmos
-Obscurecimiento del sol y de la luna
-Caída de las estrellas
-Conmoción de las virtudes de los cielos
-Caída de grandes piedras del cielo
-Conflagración del mundo
-Señales en los astros
-Alteración de los elementos
-Las señales próximas del fin de los tiempos serán: obscurecimiento del sol y de la luna, caída de las estrellas, conmoción de las virtudes de los cielos, caída de grandes piedras del cielo y conflagración del mundo, otras señales en los astros. Y alteración de los elementos.
a) -Obscurecimiento del sol y de la luna.
¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se obscurecen y las estrellas retraen su fulgor! (Joel 2, 10).
Sucederá aquel día que, en pleno mediodía, yo haré ponerse el sol y cubriré la tierra de tinieblas en la luz del día (Amós. 8, 9).
Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscureceré, la luna perderá su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas de los cielos serán sacudidas (Mt. 24, 29).
b) -Caída de las estrellas.
…las estrellas caerán del cielo… (Mt. 24,29).
c) -Conmoción de las virtudes de los cielos.
…las fuerzas de los cielos serán sacudidas, (Mt. 24,29).
d) -Caída de grandes piedras del cielo.
Un gran pedrisco, con piedras de casi un talento de peso, cayó del cielo sobre los hombres (Apoc. 16, 21).
e) -Conflagración del mundo.
El día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán, los elementos abrasados se disolverán y la tierra y cuanto en ella se encierra se consumirá (2 Pe. 3, 10).
¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en que los cielos, en llamas, se disolverán y los elementos abrasados se fundirán? (2 Pe. 3, 12).
f) -Delante de él avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa; iluminan el orbe sus relámpagos, lo ve la tierra y se estremece (Sal. 96, 3).
¡Venga ya nuestro Dios y no se calle! delante de él un fuego que devora, en torno a él violenta tempestad (Sal. 49, 3).
…la obra de cada cual quedará al descubierto, la manifestará el Día que ha de manifestarse por el fuego (1 Cor. 13, 3).
…cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio… (2 Tess. 1, 7-8).
g) -Otras señales de los astros.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas (Lc. 21, 25).
h) -Alteración de los elementos.
…en aquel día de los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos abrasados se disolverán y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá (2 Pe. 3, 10).
¿…la venida del Día de Dios, en que los cielos, en llamas, se disolverán y los elementos abrasados se fundirán? (2 Pe. 3, 12).
Aclaración. La caída de las estrellas significa que dejarán de emitir su luz.
28. Fin del mundo. Señales en los espíritus
-Combate de San Miguel y sus ángeles contra Satanás y los demonios
-Combate de Satanás contra la Iglesia
-Seducirá con doctrinas diabólicas
-Al fin del mundo, habrá un combate de San Miguel con sus ángeles contra Satanás y los demonios, que serán excluidos definitivamente del cielo.
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos (Apoc. 12, 7-8).
-Al final de los tiempos, Satanás con todas las fuerzas del pecado asaltarán contra la Iglesia.
Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra,… (Apoc. 20, 7-8).
Aclaración. Gog y Magog simbolizan a las naciones paganas coligadas contra la Iglesia al fin de los tiempos.
-Cercano el fin del mundo, el diablo seducirá a los imprudentes por el espíritu del error, con las doctrinas de los demonios.
En los últimos tiempos algunos apostarán de la fe entregándose a espíritu engañadores y a doctrinas diabólicas (1 Tim. 4, 1-2).
29. Segunda venida de Jesucristo
-La nube es el marco de las Teofanías
-La voz, trompeta, tempestad y nubes son sus características
-La 2ª venida de Cristo profetizada en el A. T.
-Profetizada también por Cristo
-Además en el N. T.
-Asimismo por dos ángeles
-La nube es el marco de las Teofanías, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
Yahvéh iba frente a ellos, de día en columna de nube para guiarlos por el camino y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar día y noche (Ex. 13, 21).
…al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta…Entonces Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios,… (Ex. 19, 16-17).
Descendió Yahvéh en forma de nube y se puso allí junto a él (Ex. 34, 5).
Dijo Yahvéh a Moisés: Di a tu hermano Aarón que no entre nunca en el santuario…no sea que muera: pues yo me hago ver en forma de nube encima del propiciatorio (Lev. 16, 2).
Nube y Bruma densa en torno a él,
Justicia y derecho, la base de su trono (Sal. 97, 2).
…levantas sobre las aguas tus altas moradas;
haciendo de las nubes carro tuyo,… (Sal. 104, 3).
Allá va Yahvéh cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto,… (Is. 19, 1).
Ved como se levanta cual las nubes,
como un huracán sus carros,… (Jer. 4, 13).
…y aparecerán la gloria del Señor y la Nube, como se mostraba en tiempo de Moisés,… (2 M. 2, 8).
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y salió de la nube una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle» (Mt. 17, 5).
Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó su vista (Hch. 1, 9).
Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires (1 Tes. 4, 17).
Mirad, viene acompañando de nubes; todo ojo le verá,… (Apoc. 1, 7).
Miré entonces y había una nube blanca, y sobre la nube sentado uno como Hijo de hombre,… (Apoc. 14, 14).
-La voz, la trompeta, la tempestad, las nubes son características de las teofanías.
a) -La voz.
Voz de Yahvéh sobre las aguas;
el Dios de gloria truena,
¡es Yahvéh, sobre inmensas aguas! (Sal. 29, 3).
b) -La trompeta.
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Entonces Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios,… (Ex. 19, 16).
c) -La tempestad.
Viéronte, oh Dios, las aguas,
las aguas te vieron y temblaron,
también se estremecieron los abismos (Sal. 77, 17).
d) -Las nubes.
Yahvéh iba al frente de ellos de día en columna de nube para guiarlos pro el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos,… (Ex. 13, 21).
-La venida de Jesucristo al mundo por segunda vez esta profetizada en el Antiguo Testamento.
Y vendrá Yahvéh mi Dios y todos los santos con él (Zac. 14, 5).
-Jesucristo profetizó su segunda venida al mundo para juzgar a los hombres.
Dícele Jesús: «Sí, tú los has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Padre y venir sobre las nubes del cielo» (Mt. 26, 64).
El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Jesús respondió: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y venir entre las nubes del cielo» (Mc. 14, 61-62).
Jesús empezó a decirles: «…Y entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria;… (Mc. 13, 26).
-La segunda venida de Jesucristo al mundo para juzgar a los hombres está profetizada.
Pues ¿cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos orgullosos, ante nuestro Señor Jesús en su Venida, sino vosotros? (1 Tes. 2, 19).
…para que se consoliden vuestro corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la Venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos (1 Tes. 3, 13).
…entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida (2 Tes. 2, 8).
Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá del mismo modo que le habéis visto subir al cielo (Hch. 1 11).
…a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas (Hch. 3, 20).
¿…esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos abrasados se fundirán? (2 Pe. 3, 12).
-La segunda venida de Jesucristo al mundo fue profetizada por dos ángeles.
Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le oculto a su vista. Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá del mismo modo que le habéis visto subir al cielo (Hch. 1, 9-11).
30. Segunda venida de Jesucristo. Circunstancias
-Antes, no existirá un tiempo en que la Iglesia pueda desenvolverse sin cruces y enemigos
-El día de Yahvéh tendrá su realización plena en la venida gloriosa de Jesucristo
-Vendrá acompañado de todos sus ángeles
-Y de todos sus santos
-Con gran poder y gloria, sentado en su trono, en medio de una llama de fuego, sobre las nubes del cielo
-Antes de la segunda venida de Cristo al mundo, no existirá un período de tiempo durante el cual la Iglesia pueda desenvolverse felizmente, sin cruces ni enemigos.
La opinión contraria es ajena al dogma católico y además no se puede probar.
a) -Porque sus seguidores tienen que llevar su cruz.
El que no tome su cruz y me siga, no es digno de mí (Mt. 10, 38).
Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame (Lc. 9, 23).
El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío (Lc. 17, 27).
b) -Porque hasta el final de los tiempos, habrá ovejas y cabritos.
Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 32).
c) -Porque hasta el final de los tiempos, habrá malos y justos.
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego (Mt. 13, 49).
-El «Día de Yahvéh» tendrá su realización escatológica plena en la venida gloriosa de Jesucristo.
Así ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo. Pues fiel Dios, por quien habéis sido llamados a la unión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro (1 Cor. 7-9).
Aclaración. La «realización escatológica plena» consiste en la concesión de Dios a los hombres de todos los méritos de la Redención de Jesucristo para que puedan conseguir su salvación eterna, y, mientras tanto, permanecer fieles hasta el fin.
-Jesucristo vendrá al mundo por segunda vez del mismo modo que ascendió a los cielos.
Esto que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá del mismo modo que le habéis visto subir al cielo (Hch. 1, 11).
-El segundo y último advenimiento de Cristo al fin del mundo, será acompañado de todos sus ángeles.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como al pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 31-32).
-Jesucristo vendrá al mundo por segunda vez acompañado por todos su santos.
…para que se consoliden vuestro corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la Venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos (1 Tes. 3, 13).
Aclaración. Los santos pueden ser:
a) -Los ángeles.
…cuando venga el Hijo del hombre en la gloria de su Padre con los santos ángeles (Mc. 8, 38).
b) -Los santos, es decir, los consagrados a su servicio.
Respondió Ananías: «Señor, ha oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos hablar de ese hombre y los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén… (Hch. 9, 13).
Pedro, que estaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida (Hch. 9, 32).
Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los santos y a las viudas y se la presentó viva (Hch. 9, 41).
-Jesucristo vendrá al mundo por segunda vez acompañado de sus santos y ángeles, en la gloria de su Padre, con gran poder y gloria, sentado en su trono de gloria, en medio de una llama de fuego, sobre las nubes del cielo.
a) -…también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles (Mc. 8, 38).
b) -Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ese se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de sus santos ángeles (Lc. 9, 26).
c) -Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria (Mt. 24, 30).
d) -…cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de una llama de fuego (2 Tess. 1, 8).
e) -Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel (Mt. 19, 27).
f) -…en la Venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tess. 3, 13).
Aclaración. Alude al fuego de las teofanías y en este caso al fuego que precederá a la venida del juez supremo.
31. La resurrección de los hombres
-Es la vuelta del cuerpo a la vida
-Profetizada en el A. T.
-Prefigurada en el A. T.
-Todos los hombres resucitarán al final de los tiempos
-Según las enseñanzas de Cristo
-Además según S. Pablo
-Asimismo según las enseñanzas de S. Juan
-La resurrección es la vuelta del cuerpo muerto a la vida en virtud de la nueva unión con su alma.
Así dice el Señor Yahvéh: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan. Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró el ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército (Ez. 37, 9-10).
Un joven llamado Eutico…se cayó del piso tercero abajo. Lo levantaron ya cadáver. Bajó Pablo, se echó sobre él y tomándole en sus brazos dijo: «No os inquietéis, pues su alma está en él…» Trajeron al muchacho vivo y se consolaron no poco (Hch. 20, 9-12).
-La resurrección de todos los hombres está profetizada en el Antiguo Testamento.
…el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna (2 Mac. 7, 9).
Después con mi piel me cubrirá de nuevo, y con mi carne veré a Dios. Yo sí, yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otro (Job 19, 26-27).
Revivirán tus muertos, sus cadáveres resurgirán, despertarán y darán gritos de júbilo los moradores del polvo;… (Is. 26, 19).
-La resurrección de los muertos fue prefigurada en el Antiguo Testamento.
a) -Por Elías.
Se tendió tres veces sobre el niño, invocó a Yahvéh y dijo: «Yahvéh, Dios mío, que vuelva por favor, el alma de este niño dentro de él.» Yahvéh escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió (1 Reg. 17, 21-22).
b) -Por Eliseo.
Llegó Eliseo a la casa; el niño muerto estaba a costado en su lecho. Entró y cerró la puerta tras de ambos, y oró a Yahvéh. Subió luego y se acostó sobre el niño, y puso su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre sus ojos, sus manos sobre las manos, se recostó sobre él y la carne del niño entró en calor. Se puso a caminar por la casa de un lado para otro, volvió a subir y a recostarse sobre él hasta 7 veces y el niño estornudó y abrió sus ojos (2 Reg. 4, 32-35).
c) -Por Isaac.
Por la fe, Abraham, sometido a la prueba, presentó a Isaac como ofrenda, y el que había recibido las promesas, ofrecía a su unigénito, respeto del cual se le había dicho: «Por Isaac tendrás descendencia de tu nombre.» Pensaba que poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos. Por eso lo recobró para que Isaac fuera también figura (Hebr. 11, 17-19).
Aclaración. La salvación de Isaac es figura de la resurrección universal.
-Todos los hombres resucitarán al final de los tiempos.
a) -Antiguo Testamento:
Al llegar a su último suspiro dijo: «Tú criminal nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a un vida eterna» (2 Mac. 7, 9).
«Es preferible morir a manos de hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él…» (2 Mac. 7, 14).
…el Creador del mundo, el que modeló al hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia,… (2 Mac. 7, 23).
«…acepta la muerte para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la misericordia» (2 Mac. 7, 29).
…pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos (2 Mac. 12, 44).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
b) -Nuevo Testamento.- Enseñanzas de Cristo.
«Los hijos de este mundo toman mujer o marido, pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en el otro mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,… (Lc. 20, 34-35).
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros, oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida y los que hayan hecho el mal, para la condenación (In. 5, 28-29).
Porque esta es la voluntad de mi Padre, que todo el que vea al Hijo y crea en él tenga la vida eterna y yo le resucite el último día (In. 6, 40)
Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae; y yo le resucitaré el último día (In. 6, 44).
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día (In. 6, 54).
Ya sé, le respondió Marta, (a Jesús) que resucitará (Lázaro mi hermano) en la resurrección el último día» (In. 11, 24).
c) -Nuevo Testamento.- Enseñanzas de S. Pablo.
Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó (1 Cor. 15, 13).
Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. Porque habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos (1 Cor. 15, 20-21).
En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al último toque de la trompeta, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados (1 Cor. 15, 52).
Sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús, y nos presentará ante él juntamente con vosotros (2 Cor. 4, 14).
d) -Nuevo Testamento. Enseñanzas de S. Juan.
Luego vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron sin dejar rastro. Y vi a los muertos grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgado según lo escrito en los libros, conforma a sus obras.
El mar devolvió a los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras. La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago del fuego -este lago del fuego es la muerte segundo- y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 11-15).
Aclaración. En estos cuatro apartados se nos revelan con toda transparencia todos los detalles de este dogma impresionante de la resurrección de la carne al final de los tiempos.
32. La resurrección de los hombres. Causas
-Instrumentales
-Expresan la orden dada por Dios para la 2ª venida de Cristo y la resurrección de los muertos
-Se realizarán en un instante
-Eficiente
-Eficiente instrumental
-Ejemplar
-Las causas instrumentales de la resurrección de los muertos serán: La voz de Cristo, la voz del arcángel y el sonido de la trompeta.
a) -La voz de Cristo:
Jesús…les decía: «…No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que haya hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 19 y 28-29).
b) -La voz del arcángel.
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar (1 Tess. 4, 16).
c) -El sonido de la trompeta.
En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles… (1 Cor. 15, 52).
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar (1 Tess. 4, 16).
Aclaración. La voz, la trompeta y las nubes son características de las teofanías.
-La voz de un arcángel y el sonido de la trompeta expresarán la orden dada por Dios para la segunda venida de Cristo al mundo y para la resurrección de los muertos.
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar (1 Ts. 4, 16).
-El toque de trompeta, la resurrección de los muertos y la transformación gloriosa de los elegidos sucederán en un instante.
En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados (1 Cor. 15, 52).
Aclaración. «nosotros», es decir, los que entonces vivan. Pablo se incluye hipotéticamente entre ellos.
-La causa eficiente de nuestra resurrección será la omnipotencia de Dios.
Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitaré también a nosotros mediante su poder (1 Cor. 6, 14).
Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).
Es decir, hemos de resucitar de la muerte corporal por la propia virtud o poder de Dios.
-Causa eficiente instrumental
La causa eficiente instrumental es aquella que actúa por influjo de la causa principal.
Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. Porque habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre vienen la resurrección de los muertos (1 Cor. 15, 20-21).
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (In. 5, 28-29).
-La resurrección de Jesucristo es causa ejemplar de nuestras resurrección.
Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos;… (Rom. 8, 29).
…el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene que someter a sí todas las cosas (Fil. 3, 21).
Aclaración. La resurrección de Jesucristo es causa ejemplar de la nuestra, no por parte del que resucita, que no necesita ejemplar, sino por parte de los resucitados a los cuales conviene conformar a su resurrección.
33. La resurrección de los hombres. Otras dependencias y medios
-Nuestra resurrección se halla en dependencia de la de Cristo
-Cristo usará otros medios para nuestra resurrección
-La resurrección final del cuerpo de todos los hombres se halla en estrecha dependencia de la del Cuerpo de Cristo.
Porque si nos hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante (Rom. 6, 5).
Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rom. 8, 11).
Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder (1 Cor. 6, 14).
Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron (1 Cor. 15, 20).
…sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros (2 Cor. 4, 14).
Pues, ciertamente, fue crucificado en razón de su flaqueza, pero está vivo por la fuerza de Dios. Así también nosotros: somos débiles en él, pero viviremos con él por la fuerza de dios sobre vosotros (2 Cor. 13, 4).
…y con él nos resucitó y nos hizo mentar en los cielos en Cristo Jesús,… (Ef. 2, 6).
Él es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo,… (Col. 1, 18).
Sepultados con él en el bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que le resucitó de entre los muertos (Col. 2, 12).
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús (1 Tess. 4, 14).
Es cierta esta afirmación: Si hemos muerto con él, también viviremos con él;… (2 Tim. 1, 11).
-Cristo usará otros medios para producir nuestra propia resurrección.
a) -La trompeta.
Una trompeta potente convocará a todos los muertos para que resuciten.
En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados (1 Cor. 15, 52).
El Señor mismo a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires (1 Thess. 4, 16).
Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán a los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 31).
Santo Tomás interpreta la trompeta en sentido metafórico, afirmando que la trompeta será la misma voz del Hijo de Dios y se apoya en el siguiente texto:
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz, y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida y los que hayan hecho el mal para la condenación (In. 5, 28-29).
Con todo, la voz de Cristo no será la propia causa de la resurrección, sino que indicará el cumplimiento del poder infinito de Dios.
b) -El ministerio de los Angeles.
Y enviará a su ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 31).
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de una arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del Cielo y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar (1 Thess. 4, 16).
Santo Tomás y la mayor parte de los teólogos afirman que los ángeles concurrirán a la resurrección reuniendo las cenizas dispersas y preparándolas para la reconstrucción de los cuerpos, y es muy probable que este ministerio lo realicen los ángeles de la guarda con relación a sus custodiados.
Estas dos afirmaciones no constan en el Sagrada Escritura.
34. La resurrección de los hombres. Tiempo y lugar
-El tiempo sólo lo sabe Dios
-Ningún hombre puede saber ni la época ni el momento
-El lugar es el mismo en el que yace su cuerpo
-El tiempo de la resurrección de los muertos sólo lo sabe Dios.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mc. 14, 32).
-Nadie puede saber en qué época ni en qué momento se verificará la resurrección.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mt. 24, 36).
«Vosotros estad prJn.rados porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del Hombre» (Lc. 12, 40).
«A vosotros no os toca conocer Jn.tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su Autoridad…» (Hch. 1, 7).
-El lugar de la resurrección de los muertos será para cada uno el mismo en el que yace su cuerpo.
Así dice el Señor Yahvéh: He aquí que yo voy a abrir vuestJn. tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel. Sabréis que yo soy Yahvéh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis;… (Ez. 37, 12-13).
Jesús…les decía: «…No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 19 y 28-29).
Aclaración. «oirán su voz» alude a la resurrección de los muertos en el último día.
35. La resurrección de los hombres. Otras circunstancias
-Todos los muertos resucitarán
-Todos resucitarán con sus cuerpos constituidos por su propia materia y sus propios miembros
-La identidad afecta también a los cabellos
-Incorruptibles
-Inmortales
-Todos conservarán las diferencias de su estatura natural y de su sexo
-Sin disminución ni carencia de sus miembros y órganos
-No realizarán las funciones de los sentidos
-Carecerán de las funciones de sus aparatos
-Todos resucitarán en un sólo instante
-Todos los muertos resucitarán cualesquiera que hayan sido el lugar, el modo y otras circunstancias de la muerte.
Así puede deducirse del siguiente texto:
El mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban,… (Apoc. 20, 13).
-Todos los hombres resucitarán con sus mismos cuerpos constituidos por su propia materia e integrados con sus propios miembros.
…el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna (2 Mac. 7, 9).
…y dijo -Eleazar- con valentía: «Por don del Cielo poseo estos miembros, por sus leyes los desdeño y de Él espero recibirlos de nuevo» (2 Mac. 7, 11).
Cerca ya del fin decía así: «Es preferible morir a manos de hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él;… (2 Mac. 7, 14).
…el Creador del mundo, el que modeló al hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia,… (2 Mac. 7, 23).
…acepta la muerte para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la misericordia (2 Mac. 7, 29).
Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos;… (2 Mac. 12, 44).
Bien sé yo que mi Defensor está vivo Jn.ue él, el último se levantará sobre la tierra. DJn.ués con mi piel me cubrirá de nuevo, y con mi carne veré a Dios. Jn. sí, yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otro (Job 19, 25-27).
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal para la condenación (Jn. 5, 29).
Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día (Jn. 6, 40).
Jesús les respondió: «…Nadie puede venir a mí, si el Padre que le ha enviado no le atrae; y yo le resucitaré el último día…» (Jn. 6, 44).
…los muertos resucitarán incorruptibles… (1 Cor. 15, 52).
En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor. 15, 53).
Aclaración. Se deduce claramente la identidad de la materia y la integridad los miembros de cada cuerpo resucitado. Esta identidad no supone que todas y cada de la partículas materiales de cada cuerpo actual permanece siempre el mismo, a pesar del continuo metabolismo de su sustancia material integrante.
-La identidad material de los cuerpos resucitados afecta también a los cabellos.
Así parece deducirse de:
En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados (Mt. 10, 30).
Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza (Lc. 21, 18).
-Los cuerpos de los hombres resucitarán incorruptibles e inmortales como el de Cristo.
Se deduce de los siguientes textos:
…Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales… (Rom. 8, 11).
Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó (1 Cor. 15, 12-13).
…sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús… (2 Cor. 4, 14).
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús (1 Tes. 4, 14).
-Los cuerpos de todos y cada uno de los hombres resucitarán dotados del don de la inmortalidad.
En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor. 15, 52-53).
-Los cuerpos resucitados conservarán las diferencias propias de su estatura natural y de su sexo.
a) -Las diferencias propias de la estatura natural se deducen de los mismos textos que demuestran la identidad de su materia, ya que la cantidad natural sigue a la naturaleza de cada individuo, y de estos mismos textos aducidos, se deduce que resucitará la misma naturaleza de cada individuo.
b) -La diferencia propia del sexo corresponde a la perfección del individuo, además de la perfección de la especie, y por tanto debe resucitar cada uno con su propio sexo.
Pues en la resurrección ni ellos tomarán mujer, ni ellas marido, sino que serán como ángeles del cielo (Mt. 22, 30).
Aclaración. Ellos no tomarán mujer ni ellas marido porque ya está completo el número de hombres previsto por Dios. No habrá confusión ni vergüenza, y habrá desaparecido la inclinación a los actos propios de la transmisión de la vida, ya que serán todos como los ángeles del cielo.
-Todos y cada uno de los hombres resucitarán al final de los tiempos sin disminución ni carencia de sus miembros ni de sus órganos.
…los muertos resucitarán incorruptibles… (1 Cor. 15, 52).
Aclaración. «Incorruptibles» es decir sin que haya sufrido ni pueda sufrir corruptibilidad todas y cada una de las partes del cuerpo, y, por consiguiente, en toda su integridad corporal.
-Los cuerpos resucitados no realizarán las funciones propias de los sentidos corporales.
…serán como ángeles en el cielo (Mt. 22, 30).
Aclaración. las funciones visual y auditiva no han de quedar sin actividad, ni mucho menos carecer de ella, ya que si los ángeles del cielo ven y oyen, aunque con funciones puramente espirituales por intelectuales, es de suponer que los hombre resucitados vean y oigan. Lo mismo se puede afirmar de las otras tres funciones de los sentidos corporales, tacto, gusto y olfato, pues pertenecen a la integridad del individuo y deben de experimentar el premio o el castigo correspondiente al buen o mal uso realizado durante su vida mortal.
El Rico epulón gritando dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
-El cuerpo resucitado carecerá de las funciones propias de los aparatos del organismo humano.
a) -Carencia de la función del aparato generativo.
Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo (Mt. 22, 30).
b) –Carencia de la función del aparato digestivo.
La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro los destruirá Dios (1 Cor. 6, 13).
c) -Carencia de la función del aparato excretor.
La comida para el vientre y el vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro los destruirá Dios (1 Cor. 6, 13).
d) -La carencia de las funciones del aparato circulatorio, respiratorio y del sistema nervioso se pueden afirmar igualmente por deducción de los anteriores.
-La resurrección de todos los hombres se realizará en un sólo instante.
En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados (1 Cor. 15, 52).
-Prefigurado en el A. T.
-Profetizado en el A. T.
-Profetizado en el N. T.
-Profetizado por Jesucristo
-El juicio final fue prefigurado en el Antiguo Testamento.
¿Qué creéis que es ese Día de Yahvéh? ¡Es tinieblas, que no luz!…¿Qué no va a ser el Día de Yahvéh tinieblas, y no luz, lóbrego y sin brillo? (Am. 5, 18 y 20).
¡Cercano está el gran Día de Yahvéh,
cercano, a toda prisa viene!
¡Amargo el ruido del día de Yahvéh,
dará gritos entonces hasta el bravo!
Día de ira el día aquel,
día de angustia y de aprieto,
día de devastación y desolación,
día de tinieblas y de obscuridad,
día de nublado y densa niebla,
día de trompeta y de clamor,
contra las ciudades fortificadas
y las torres de los ángulos.
Yo pondré a los hombres en aprieto,
y ellos como ciegos andarán,
(porque pecaron contra Yahvéh);
su sangre será derramada como polvo,
y su carne como excremento.
Ni su plata ni su oro
podrán salvarlos
en el Día de la ira de Yahvéh,
cuando por el fuego de su celo
la tierra entera sea devorada;
pues él hará exterminio, ¡y terrorífico!,
de todos los habitantes de la tierra (Sof. 1, 14).
-El juicio universal se profetiza en el Antiguo Testamento.
…tú, en cambio, por el justo juicio de Dios cargarás con la pena merecida por tu soberbia (2 Mac. 7, 36).
Porque un juicio implacable espera a los que mandan;… (Sab. 6, 5).
Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria (Is. 66, 18).
…vendrá toda carne y prosternarse ante mí – dice Yahvéh (Is. 66, 23).
…congregaré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat allí entraré en juicio con ellas,… (Joel 4, 2).
-El juicio universal se profetiza en el Nuevo Testamento.
«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!… Por eso os digo que el día del Juicio habrá rigor para Tiro y Sidón que para vosotras (Mt. 11, 21-22).
Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán;… (Mt. 12, 41).
Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para la ciudad aquella (Lc. 10, 12).
No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación (Jn. 5, 28-29).
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras (Apoc. 20, 12).
-El juicio universal es profetizado por el mismo Cristo.
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces harán duelo todas las razas de la tierra y verán venir al Hijo del hombre sobre la nubes del cielo con gran poder y gloria (Mt. 24, 30).
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones,… (Mt. 25, 31-32).
Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo (Mt. 26, 64).
Y entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria;… (Mc. 13, 26).
Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nuve con gran poder y gloria (Lc. 21, 27).
37. Juicio Universal. Enorme tribulación
-Prefigurada en el A. T.
-Profetizada en el A. T.
-Será las más grande de la Historia
-La enorme tribulación que padecerán los hombres antes del juicio final fue prefigurada en el Antiguo Testamento.
La langosta invadió todo el país de Egipto, y se posó en todo el territorio egipcio, en cantidad tan grande como nunca había habido antes tal plaga de langosta ni la habrá después. Cubrieron toda la superficie del país hasta obscurecer la tierra; comieron toda la hierba del país y todos los frutos de los árboles que el granizo había dejado; no quedó nada verde ni en los árboles ni en las hierbas del campo en toda la tierra de Egipto (Ex. 10, 14-15).
Y se elevará en todo el país de Egipto un alarido tan grande como nunca lo hubo, ni lo habrá (Ex. 11, 6).
Jamás se hizo debajo del cielo entero nada semejante a lo que hizo él en Jerusalén, conforme está escrito en la Ley de Moisés, hasta el punto de que llegamos a comer uno la carne de su propio hijo, otro la carne de su propia hija. Y los entregó el Señor en poder de todos los reinos de nuestro alrededor para que fuesen objeto de oprobio y maldición entre todos los pueblos circundantes… (Bar. 2, 2-4).
…asomaron los sin Ley por todo el territorio de Israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad. Hubo entones un hambre extrema y el país se pasó a ellos, Báquides escogió hombre impíos y los puso al frente del país. Se dieron estos a buscar con toda suerte de pesquisas a los amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que les castigaba y escarnecía. Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas (1 Mac. 8, 23-27).
-La gran tribulación que pacederán los hombres antes del Juicio final fue profetizada en el Antiguo Testamento.
Será aquel un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones (Dan. 12, 1).
-La enorme tribulación que padecerán los hombres antes del juicio final será la más grande de toda la historia de la humanidad.
Porque habrá entonces una tribulación tan grande como no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni la volverá a haber (Mt. 24, 21).
Aclaración. Consistirá en congojas, aflicciones y otros tormentos que sobrecogerán los ánimos y harán padecer a los hombres.
38. Juicio Universal. Precedentes
-La congregación de todas las naciones comparecidas ante Dios fue profetizada en el Antiguo Testamento
-Los ángeles congregarán a los elegidos al sonido de la trompeta
-Desde un extremo a otro del cielo
-Todos los hombres comparecerán ante el tribunal de Cristo
-Los ángeles separarán a los malos de los buenos
-Inmediatamente antes del Juicio Cristo separará a los malos de los buenos
-Después el Juicio y el dictamen de la sentencia para todos ellos
-La congregación de todas las naciones comparecidas ante Dios en el día del juicio final fue profetizada en el Antiguo Testamento.
¡Acuérdense y vuelvan a Yahvéh todos los confines de la tierra,
todas las familias de las naciones ante su faz se postren,
que es de Yahvéh el imperio, del señor de las naciones! (Sal. 22, 28-29).
Vendrán todas las naciones a postrarse ante ti, y a dar, Señor, gloria a tu nombre (Sal. 86, 9).
-Los ángeles congregarán a los elegidos al sonido de la trompeta el día del juicio final.
Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 31).
Y entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo (Mc. 14, 26-27).
-Los ángeles reunirán a los elegidos de un extremo a otro del cielo del día del juicio final.
…harán duelo todas las razas de la tierra y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 30-31).
Y entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo (Mc. 14, 27).
Aclaración. En Mt. «Sus ángeles reunirán a sus elegidos». En Mc. «Cristo reunirá a sus elegidos». Es decir, Cristo delegará en sus ángeles y les conferirá poder y autoridad para que los reúnan.
-Todos los hombres comparecerán en el juicio ante el tribunal de Cristo.
En efecto, todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios, pues dice la Escritura: ¡Por mi vida!, dice el Señor, que toda orilla se doblará ante mí, y toda lengua bendecirá a Dios. Así pues, cada uno de vosotros dará cuenta de sí mismo a Dios (Rom. 14, 10-12).
-Congregados todos los hombres después de resucitados, los ángeles separaran a los malos de los justos.
Así sucederá a fin del mundo: saldrán los ángeles separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego;… (Mt. 14, 49-50).
-Inmediatamente antes del juicio final, Jesucristo separará a los malos de los buenos.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de su gloria.
Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda (Mt. 25, 31-33).
-Después de la resurrección de todos los hombres, tendrá lugar el juicio y el dictamen de la sentencia también para todos ellos.
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces harán duelo todas las razas de la tierra y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán a los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 30-31).
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 31-34).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mt. 25, 41).
39. Juicio Universal. Fenómenos antecedentes en los hombres
-Aparición de falsos profetas
-Muchos vendrán usurpando el nombre de Cristo
-El amor de muchos se enfriará
-Una señal precursora del juicio final será la aparición de falsos profetas que tratarán de engañar a muchos incluso a los mismos elegidos.
Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos (Mt. 24, 11).
Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos (Mt. 24, 24).
Pues surgirán falsos Cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos (Mc. 13, 22).
…habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí un rápida destrucción (2 Pe. 2, 1).
Sabed ante todo que en los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su venida?» (2 Pe. 3, 3).
-Como señal precursora del juicio final, vendrán muchos usurpando el nombre de Cristo.
Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy el Cristo», y engañarán a muchos (Mt. 24, 4-5).
Jesús empezó a decirles: «Mirad que no os engañe nadie. Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy», y engañarán a muchos (Mc. 13, 5-6).
Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy» y «el tiempo está cerca». No les sigáis (Lc. 21, 8).
-Como señal precursora del juicio final, el amor se enfriará en muchos corazones.
Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará (Mt. 24, 12).
40. Juicio Universal. Fenómenos antecedentes en el cosmos y en la tierra
-Los fenómenos cósmicos antecedentes al juicio fueron prefigurados en el A. T.
-El relámpago y otros fenómenos atmosféricos parecidos acompañaron a los juicios divinos en el A. T.
-El fuego que precederá abrasará todos los elementos y dejará desierta toda la tierra
-Los fenómenos cósmicos que precederán al juicio final fueron prefigurados en el Antiguo Testamento.
a) -Terremotos.
Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de Yahvéh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra (Is. 2, 10).
Miré a los montes, y estaban temblando, y todos los cerros trepidaban (Jer. 4, 24).
Y por eso, ¿no se estremecerá la tierra, y hará duelo todo el que en ella habita,…? (Am. 8, 8).
b) -Eclipses de sol.
Miré a la tierra, y he aquí que era un caos; y a los cielos, y faltaba su luz (Jer. 4, 23).
Sucederá aquel día -oráculo del Señor Yahvéh- que, en pleno mediodía, yo haré ponerse el sol y cubriré la tierra de tinieblas en la luz del día (Am. 8, 9).
c) -Otros fenómenos.
Cuando las estrellas del cielo y las constelación de Orión no alumbren ya, esté obscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna, pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa (Is. 13, 10-11).
Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio, en le arrebato de Yahvéh Sebaot, en el día de su ira hirviente (Is. 13, 13).
Cuando te apagues, velaré los cielos y obscureceré las estrellas. Cubriré el sol de nubes y la luna no dará más su claridad. Obscureceré por tu causa a todos los astros que brillan en el cielo, y traeré tinieblas sobre tu país, oráculo del Señor Yahvéh (Ez. 31, 8).
Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color (Joel 2, 6).
¡Ante él tiembla la tierra se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor! (Joel 2, 10).
Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo (Joel 3, 3).
El sol y la luna se obscurecen, la estrellas retraen su fulgor, Ruge Yahvéh desde Sión, desde Jerusalén da su voz: ¡el cielo y la tierra se estremecen! Mas Yahvéh será un refugio para su pueblo, un fortaleza para los hijos de Israel (Joel 4, 15-16).
Se planta él y hace temblar la tierra, mira hace estremecerse a las naciones; se desmoronaron los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus caminos de siempre! (Ha. 3, 6).
-El relámpago y otros fenómenos atmosféricos parecidos acompañaron a los juicios divinos en el Antiguo Testamento.
…de parte de Yahvéh Sebaot será visitada con trueno, estrépito y estruendo, turbión ventolera y llama de fuego devoradora (Is. 29, 6).
Hará oír Yahvéh la majestad de su voz, y dejará ver como descarga su brazo con ira inflamada y llama de fuego devorador, turbión, aguacero y granizada (Is. 30, 30).
Yahvéh aparecerá sobre ellos, y saldrá como relámpago su flecha; (Zac. 9, 14).
-El fuego que precederá al juicio final abrasará todos los elementos y dejará la tierra desierta.
Así parece deducirse de los siguientes textos:
a) -Abrasará todas las cosas.
Delante de él, un fuego que devora,
en torno a él violenta tempestad;… (Sal. 50, 3).
Delante de él avanza fuego
y a sus adversarios en derredor abrasa;… (Sal. 97, 3).
Delante de él devora el fuego, detrás
de él la llama abrasa (Joel 2, 3).
b) -Dejará la tierra desierta.
Delante de él devora el fuego, detrás
de él la llama abrasa. Como un jardín de
Edén delante de él la tierra, detrás de
él, un desierto desolado (Joel 2, 3).
41. Juicio Universal. Fenómenos simultáneos
-Aparecerá la señal del Hijo del Hombre
-Los cielos se disolverán en llamas y los elementos se fundirán abrasados
-La señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo al iniciarse el proceso del juicio final.
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces harán duelo todas las razas de la tierra y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria (Mt. 24, 30).
Aclaración. ¿Qué señal será ésta?
-San Juan Crisóstomo dice que será un Cruz más radiante que el sol, como signo de redención para los buenos y de confusión y reprobación eterna para los malos.
-Santo Tomás afirma que la presencia de la Santa Cruz mostrará la justicia de condenación para los malos.
-Algunos autores opinan que aparecerá la misma cruz material en que Cristo fue crucificado en el Calvario.
-Otros creen que será un signo radiante en forma de cruz formado en el horizonte con el poder de Dios, de modo milagroso y con el mismo eter.
-Durante el juicio final los cielos se disolverán en llamas y los elementos se fundirán abrasados.
El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos abrasados se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá (2 Pe. 3, 10).
Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en que los cielos, en llamas. Se disolverán, y los elementos, abrasados se fundirán? (2 Pe. 3, 11).
-Dios juzgará a todos los hombres
-El Padre delegará la función en el Hijo
-Jesucristo será el Juez Supremo
-Aparecerá con su humanidad gloriosa a todos los hombres
-No necesitará testigos mi informadores para juzgarlos a todos
-Los doce Apóstoles y otros santos juzgarán a los demás hombres juntamente con Jesucristo
-Los Ángeles colaboran con Jesucristo en separar a los malos de los buenos
-También como servidores y mensajeros
-Dios juzgará a todos los hombres de todos los tiempos y de todas las razas, sean justos o sean impíos.
Dije en mi corazón: Dios juzgará al justo y al impío,… (Qo. 3, 17).
Aclaración. Este texto no determina límites ninguno ni en el tiempo ni en las razas.
-En el juicio final, el Padre no ejercerá la función del juzgar, sino que la delegará totalmente en el Hijo.
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,… (Jn. 5, 22).
Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo del hombre (Jn. 5, 26-27).
Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 11, 42).
-Jesucristo será el Juez Supremo en el juicio universal.
Entones dijo Jesús a sus discípulos:…«Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada no según su conducta (Mt. 16, 27).
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 31-32).
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,… (Jn. 5, 22).
Y nos mandó que predicásemos al Pueblo y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos (Hch. 10, 42).
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
…cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de un llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen el Evangelio de nuestro Señor Jesús (2 Tes. 1, 7).
-Jesucristo redentor juzgará la mundo apareciéndome ante todos los hombres con su humanidad gloriosa.
Tus ojos contemplarán un Rey en su belleza (Is. 33, 7).
Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria (Lc. 21, 27).
Aclaración. La gloria de Cristo se manifestará a los justos en premio y gozo por sus merecimientos personales y para tristeza de los condenados al considerar que la han perdido para siempre.
-Jesucristo no necesitará ni testigos ni ningún otro tipo de información para poder efectuar el juicio de todos y de cada uno de los hombres con toda exactitud y justicia.
…todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta (Hebr. 4, 13).
-Los doce Apóstoles y otros santos juntamente con Jesucristo juzgarán a los demás hombres.
a) -Los Apóstoles.
Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel (Mt. 19, 28-29).
b) -Otros santos.
¿No sabéis que los santos han de juzgar al mundo? (1 Cor. 6, 2).
Aclaración. Jesucristo juzgará por su propia autoridad y los demás santos intervendrán de la transmisión de la sentencia dictada por el Juez supremo.
Pero, ¿Qué sector de santos comprende?
-Unos afirman que solamente los Apóstoles.
-Otros creen que todos los santos canonizados por la Iglesia.
-Otros los que han profesado la pobreza voluntaria por amor a Cristo.
-Otros mantienen que comprende a todos los ministros de Cristo que continuaron su obra evangelizadora y santificadora con toda fidelidad.
-Los ángeles colaborarán con Cristo en separar a los malos de los buenos y de arrojar a aquellos al infierno inmediatamente después del juicio final.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41-42).
-Los ángeles colaborarán con Jesucristo durante el juicio final, como servidores y mensajeros suyos.
a) -Como servidores.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41-42).
b) -Como mensajeros.
Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro (Mt. 24, 31).
43. Juicio Universal. Los que serán juzgados
-Los ángeles estarán presentes y serán juzgados
-Jesucristo juzgará a todos los hombres y a todos los ángeles
-Ángeles y demonios serán juzgados con juicio de retribución
-Unos los Apóstoles, juzgarán y otros los hombres de las naciones serán juzgados
-Los Ángeles estarán presentes en el juicio final y allí serán juzgados.
…vinieron a su encuentro dos demonios que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie podían pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo? (Mt. 8, 29).
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? (1 Cor. 6, 3).
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;… (2 Pet. 2, 4).
…y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el Juicio del gran Día (Jud. 6).
Aclaración. Mientras llega el día del Juicio en que serán juzgados, los demonios poseen cierta libertad para sus crueldades en la tierra, cosa que realizan en la tierra posesionándose de los hombres.
Entonces va y toma consigo y otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser pero que el principio (Mt. 12, 45).
-Jesucristo juzgará a todos los hombres y a todos los Ángeles en el Día del Juicio Universal.
a) -A todos los hombres.
-Adultos.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de su gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 31).
En efecto, todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios (Rom. 14, 10).
Pues es necesario que todos seamos puestos ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
-Niños inocentes bautizados.
Pues es necesario que todos seamos puestos ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Aclaración. El juicio es estos niños no será un juicio de discusión puesto que ni hicieron obras buenas ni malas objeto de una sanción, sino un juicio de retribución para concederles la bienaventuranza eterna en virtud de los méritos de Cristo.
-Niños inocentes sin bautizar.
Pues es necesario que todos seamos puestos ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Aclaración. La suerte final y eterna de los niños muertos sin bautizar, no consta claramente en la Escritura Sagrada.
-Por una parte no parece haber lugar intermedio entre el cielo y el infierno después del juicio final.
Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda (Mt. 25, 33).
-Por otra parte no parece puedan entrar en el Reino de los cielos.
…el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios (Jn. 3, 5).
Con todo, la existencia del limbo está defendida por casi todos los teólogos católicos con el conocimiento de la Iglesia y las insinuaciones de los Papas Juan XXII y Pío VI, por tanto no puede rechazarse sin nota de falsedad, temeridad e injuria a las escuelas católicas, según el Papa Pío VI.
-Adultos que vivieron sin pecado.
La Virgen María, el Patriarca José y tantos otros, estarán presentes, en el juicio final para que Cristo manifieste a todos los hombres las extraordinarias virtudes que practicaron y los premios eternos concedidos en recompensa.
b) -A todos los ángeles.
-Todos ellos,
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? (1 Cor. 6, 3).
-Incluidos los condenados.
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;… (2 Pe. 2, 4).
…y además que a los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día (Jud. 6).
-En el juicio universal, además de dictarse la sentencia para todos los hombres, probablemente los ángeles y los demonios que estén presentes serán juzgados meramente con un juicio de retribución.
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? (1 Cor. 6, 3).
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio… (2 Petr. 2, 4).
…a los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día (Iudas, 6).
Es decir, por una parte, los Ángeles asistirán,
Cuando el Hijo el hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles… (Mt. 25, 31).
Por otra parte, serán juzgados,
según los textos precedentes, Entones ¿Qué se puede deducir?. Los ángeles que pecaron, que no mantuvieron su dignidad serán juzgados.
Pero los ángeles buenos que mantuvieron su dignidad, serán juzgados con un juicio de retribución, es decir se les confirmará la sentencia de salvación.
-En el juicio universal habrá dos clases de elegidos: unos que juzgarán juntamente con Cristo y otros que serán juzgados por Él.
a) -Los que juzgarán.
Entonces Pedro, tomarán la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros los hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos entonces?» Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a los doce tribus de Israel (Mt. 19, 27-28).
Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas; yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo dispuso para mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentís sobre tronos para juzgar a los doce tribus de Israel (Lc. 22, 28-30).
Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar;… (Apoc. 20, 4).
b) -Los que serán juzgados.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 31).
44. Juicio Universal. Finalidad
-Fue profetizada en el A. T.
-De parte de Dios es que su justicia quede manifiesta ante todos los hombres
-De parte de Cristo, manifestar a todos los hombres que él es el Redentor y Rey de Cielos y tierra.
-De parte de los hombres, justificar al inocente, confundir al pecador, restaurar el orden conculcado
-El fin del juicio universal fue profetizado en el Antiguo Testamento.
«¡Congregad a mis amigos ante mí,
los que mi alianza con un sacrificio concertaron!»
¡Anuncien los cielos su justicia,
porque es Dios mismo es Juez! (Sal. 50, 5-6).
-Por parte de Dios la finalidad del juicio universal será manifestar ante todos los hombres su justicia, y con ella su providencia y su sabiduría admirables.
«¡Congregad a mis amigos ante mí,
los que mi alianza con un sacrificio concertaren!»
¡Anuncien los cielos su justicia,
porque es Dios mismo es Juez! (Sal. 50, 5-6).
Todavía más he visto bajo el sol: en la sede de la justicia allí está la iniquidad: y en el sitial del justo allí el impío. Dije en mi corazón: Dios juzgará al justo y al impío, pues allí hay un tiempo para cada cosa y para todo quehacer (Qo. 3, 16-17).
Aclaración. Esta justicia que allí se manifestará este tiempo para cada cosa y para todo quehacer denota una sabiduría divina, y ambas, justicia y sabiduría han sido determinadas por su providencia.
-Por parte de Cristo, la finalidad del juicio universal será manifestar ante todos los hombres que Cristo es el Hijo de Dios, es el Redentor del mundo y es el Rey de los Cielos y de la tierra.
a) -Que es hijo de Dios:
-Pues lo puso en duda Satanás:
«Si eres Hijo de Dios, de que esas piedras se conviertan en panes»
-Pues los sacrificaron los judíos:
«Rey de Israel es: que baje ahora de la Cruz, y creeremos en él. Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora si es que de verdad le quiere» (Mt. 27, 42-43).
b) -Que es Redentor del Mundo:
-…se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle diciendo: Adivínanos, Cristo, ¿Quién es el que te ha pegado? (Mt. 26, 67).
c) -Que es Rey de Cielos y tierra:
-Pues lo dudó Pilato y toda la muchedumbre que estaba allí presente:
Pilatos le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Él le respondió: Sí, tu lo dices (Mt. 27, 11).
-Pues lo despreció la muchedumbre: Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: ¡Fuera ése y suéltanos a Barrabás! (Lc. 23, 18).
-Por parte de los hombre, la finalidad del juicio universal será la justificación del inocente, la confusión pública del pecador y la restauración del orden conculcado.
Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
Pagar a cada uno según su conducta, es decir, justificar y ensalzar al inocente que en este mundo fue injustamente despreciado; confundir al pecador que en este mundo fue considerado como honrado y digno, pues ocultaba continuamente en esta vida sus actuaciones inmorales; y restaurar el orden conculcado, pues todo pecado encierra un desorden de las acciones y de las relaciones de los hombres con Dios y consigo mismos. Este orden debe de ser necesariamente restablecido.
-Cada hombre verá su conciencia
-La conciencia de cada hombre quedará descubierta delante de todos los demás
-La materia será todas las obras realizadas por todos y cada uno, buenas o malas moralmente
-Jesucristo juzgará todas las acciones voluntarias y advertidas contra la Ley de Dios
-A cada hombre le será manifestado lo bueno y lo malo de todos y cada uno de los demás
-Todos verán las virtudes de los justos y los pecados de los impíos
-Asimismo los planes maliciosos tramados por muchos
-Todas las injusticias
-En el juicio universal, cada uno de los hombres en su conciencia las obras buenas o malas realizadas durante su vida.
Se deduce:
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros…» (Mt. 25, 34).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 34 y 41).
Aclaración. Es evidente que la pronunciación de la sentencia, por parte de Cristo, a los de la derecha y a los de la izquierda, es decir a todos los hombres, producirá en cada uno de ellos una reviviscencia clarísima de sus obras buenas o malas, y que éstas serán absolutamente concordes con la verdad de las tales acciones por cada uno de ellos realizadas.
Por consiguiente la conciencia las verá y acusará con total transparencia.
-La conciencia de todos y de cada uno de los hombres buenos y males quedará totalmente descubierta delante de todos los demás hombres, durante el juicio final.
El juicio abrió sesión y se abrieron los libros (Dan. 7, 10).
Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse (Mt. 10, 26).
Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto (Mc. 4, 22).
Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto (Lc. 8, 17).
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. Él iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda (1 Cor. 4, 5).
Y vi a los muertos grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgado según lo escrito en los libros, conforme a sus obras (Apoc. 20, 12).
Aclaración. Todos los hombres leerán lo que está escrito en el libro de la conciencia de cada uno y cada uno lo que estés escrito en el libro de la conciencia de todos, y conforme al contenido de los libros se hará el juicio y se pronunciará la sentencia para que todos vean la rectitud de la justicia divina.
-La materia del juicio final serán todas las obras realizadas por todos y cada uno de los hombres, buenas o malas moralmente.
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
Porque toda obra la emplazará Dios a juicio, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo (Eclesiastés, 12, 14).
-Jesucristo juzgará todas las acciones morales intrínsecamente malas, es decir, los pensamientos, palabras, obras y omisiones, que los hombres hayan consentido o realizado voluntaria y advertidamente contra la Ley de Dios, durante su vida mortal.
a) -Los malos pensamientos.
Él iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda (1 Cor. 4, 5).
b) -Las malas palabras:
Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, darán cuenta en el día del Juicio (Mt. 12, 36).
c) -Las malas obras.
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras (Rom. 2, 5-6).
d) -Las omisiones.
Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado (Sant. 4, 17).
Aclaración. Los pecados debidamente perdonados no aparecerán como tales en la gran asamblea del Juicio final para vergüenza de quienes los cometieron, sino que se manifestarán algo así como «heridas curadas» par que resplandezca como virtud la penitencia que hizo el pecador y la misericordia de Dios que le perdona.
-En el juicio universal, a cada hombre le será manifestado lo bueno y lo malo que hicieron todos y cada uno de los demás hombres.
A estos doce envió Jesús, después de haberles dado estas instrucciones: «…no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse…» (Mt. 10, 26).
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. Él iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda (1 Cor. 4, 5).
-Durante el juicio final, todos y cada uno de los hombres verán las virtudes y los méritos de los justos que fueron despreciados en este mundo, y los pecados y errores de los que obraron la iniquidad en esta vida.
a) -Los hombres verán las virtudes de los justos.
Este es aquel de quien entonces nos burlábamos, a quien ultrajábamos, insensatos, con nuestro sarcasmos. Locura nos pareció su vida y su muerte una ignominia (Sab. 5, 4).
b) -Los hombres verán los pecados de los que obraron la iniquidad.
Entonces el justo se mantendrá en pie con plena seguridad en presencia de los que le afligieron y despreciaron sus sufrimientos (Sab. 5, 1).
-Los planes maliciosos y secretos tramados por muchos serán manifestados ante todos los hombres el día del Juicio final.
…a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones (Lc. 2, 35).
Aclaración. Se refiere a la primera venida del Redentor que es figura de la segunda.
-Dios vengará todas las injusticias en el Día del Juicio universal.
A mí me toca la venganza y el premio… (Dt. 32, 35).
Mía es la venganza; yo daré el pago merecido, dice el Señor (Rm. 12, 19).
Aclaración. «Venganza», significa aplicación de su justicia divina.
46. Juicio Universal. Tiempo y lugar
-Dios tiene determinado ya el día
-Nada puede asegurarse acerca del tiempo del Juicio
-La hora sólo la sabe el Padre
-Será después de la resurrección de los muertos
-Nada puede asegurarse acerca del lugar
-Dios tiene determinado ya el Día del Juicio final.
Dios, pues, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, anuncia ahora a los hombres que todos y en todas partes deben convertirse, porque ha fijado el día en el que va a juzgar al mundo según justicia,… (Hch. 17, 30).
-Nada puede asegurarse acerca del tiempo o momento durante el cual tendrá lugar el juicio universal.
Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán. Mas del día y la hora nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mt. 24, 34-36).
Él les contestó: A vosotros no os toca conocer el tiempo ni el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo… (Hch. 1, 7).
La expresión «ni el Hijo lo sabe» se interpreta en el sentido de que no entra en los planes de Dios que el Hijo lo revele a los hombres.
Desde luego el Hijo, en cuanto Dios y en cuanto Hombre conoce exactamente el momento futuro de la gran asamblea de todos los hombres.
-La hora en que sucederá el juicio final la sabe solamente el Padre.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mc. 13, 12).
-El Juicio universal será efectuado después de la resurrección de los muertos.
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo,… (2 Cor. 5, 10).
Henoc…profetizó ya sobre ellos: «Mirad, el Señor ha venido con sus santas miradas para realizar el juicio contra todos… (Jud. 14).
…porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio,… (2 Pe. 9).
…y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras (Apoc. 20, 12).
Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
-Se desconoce el lugar donde tendrá lugar el juicio final.
Congregaré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat; y allí entraré en juicio con ellas, acerca de mi pueblo y me heredad Israel (Joel 4, 2).
¡Despiértense y suban las naciones al Valle de Josafat! Que allí me sentaré yo para juzgar a todas las naciones circundantes (Joel 4, 12).
Aclaraciones. IOSAFAT en hebreo significa «Dios juzga», por lo tanto, puede haberse empleado este vocablo sin referirlo a lugar geográfica ninguno. Fue ya mucho después cuando el nombre VALLE DE JOSAFAT se aplicó al barranco del torrente Cedrón, que separa el monte de los olivos de la Ciudad de Jerusalén. Por otra parte, ¿cómo la humanidad entera podrá congregarse en un espacio de dimensiones tan reducidas? Por tanto, las alusiones de los textos bíblicos no deben entenderse literalmente.
-Jesucristo juzgará a todos y a cada uno de los hombres, teniendo en cuenta la misericordia que cada uno haya practicado
-Jesucristo juzgará con menos rigor a los habitantes de Sodoma y Gomorra que a los que rechazan su palabra o se obstinan ante sus milagros
-Los pecados confesados y absueltos no aparecerán el día del Juicio
-Jesucristo juzgará a todos y a cada uno de los hombres, teniendo en cuenta la misericordia que cada uno haya tenido con su prójimo.
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia (Mt. 5, 7).
Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas (Mt. 6, 14-15).
Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano (Mt. 18, 34-35).
Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas (Mc. 11, 25).
No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados (Lc. 6, 36).
…con la medida con que midáis se os medirá a vosotros (Lc. 6, 38).
Porque tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia se siente superior al juicio (San. 2, 13).
Aclaración. En Sant. 2, 13, «juicio» tiene sentido de condenación.
-En el día del juicio final, Dios juzgará con menos rigor a los habitantes de Sodoma y Gomorra que a los que rechazan la palabra de Dios y a los que permanecen obstinados ante sus milagros.
A estos doce envió Jesús, después de haberles dado estas instrucciones;…
«En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quien hay en ella digno, y quedaos allí hasta que salgáis…Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para la ciudad aquélla» (Mt. 10, 5 y 11. 14-15).
Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!…Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el infierno te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso te digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti» (Mt. 11, 20-21 y 23-24).
-Los pecados cometidos por los hombres, sí han sido debidamente confesados y absueltos por sacerdote ordenado canónicamente, no aparecerán durante el Juicio final.
«Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo» (Mt. 18, 18).
48. Juicio Universal. Modo de comunicar la sentencia
-La sentencia será doble, una particular y otra general
-La general se publicará en voz alta
-La particular por medio de una comunicación mental
-Por lo demás el juicio se efectuará en silencio
-La sentencia del juicio será doble, una particular y otra general.
a) -Sentencia particular.
Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
Mira, pronto vendré y traeré mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo (Apoc. 22, 12).
b) -Sentencia general.
-Para los justos,
Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
-Para los réprobos.
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
-En el Juicio universal, Jesucristo promulgará la sentencia pública en voz alta.
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo…»
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 34 y 41).
Aclaración. Tantas sentencias particulares se dictarán, cuantos hombres estén presentes en el juicio. A cada uno se el indicará la propia remuneración o castigo por obra divina o por la vía de la propia conciencia. La sentencia propia de cada uno será comunicada a todos los presentes.
-El modo de manifestar los pecados de cada hombre a sí mismos y a los demás durante el juicio final se verificará por medio de una comunicación mental.
No consta claramente en la Sagrada Escritura, pero se deduce como probable por el modo como se realizará el Juicio final.
Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer…
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer…
Mt. 25, 41-42.
Aclaración. Habrá una manifestación pública de las obras nuevas de los justos y de las malas de los pecadores, y unas y otras serán observadas por la muchedumbre ingente de todos los hombres, no precisamente por la visión ocular, sino por una aprehensión intelectual.
-El juicio universal se efectuará en silencio.
Parece deducirse de los siguientes textos:
…como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia con sus juicios contrarios que les acusan y también les defienden…en el día en que Dios juzgará las acciones secretas de los hombres,… (Tom. 2, 15-16).
…y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros conforme a sus obras (Apoc. 20, 12).
49. Juicio Universal. Sucesos posteriores
-Dios retribuirá a cada uno según sus obras
-Los ángeles arrojarán a los malos al infierno
-Los que triunfaron injustamente será colocados en el último lugar y los que fueron los últimos serán los primeros
-Inmediatamente después del juicio final Dios retribuirá a todos y cada uno de los hombres según sus obras.
…el justo juicio de Dios, el cual dará a cada uno según sus obras: a los que por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia cólera e indignación (Rom. 2, 6-8).
…cada cual recibirá el salario según su propio trabajo,… (1 Cor. 3, 8).
…yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y el que dará a cada uno según vuestras obras (Apoc. 2, 23).
…los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras (Apoc. 20, 12).
Mira, pronto vendré y traeré mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo (Apoc. 22, 12).
-Inmediatamente después del juicio final, los ángeles estarán encargados de arrojar a los mismos al infierno.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno del fuego (Mt. 13, 41).
-En el Día del Juicio final, muchos que triunfaron en este mundo serán colocados en el último lugar, y muchos que fueron los últimos lugar, y muchos que fueron los últimos serán colocados en lugar destacado.
Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros (Mt. 19, 30).
Así, los últimos serán primeros y los primeros últimos (Mt. 20, 16).
Y muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros (Mc. 10, 31).
Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos (Lc. 13, 30).
50. Juicio Universal. Situación posterior de los hombres
-Las profecías se cumplirán, la creación quedará sujeta a Cristo, Cristo-hombre a Dios, y los bienaventurados tributarán a Cristo la gloria que le corresponde
-Los cielos y la tierra quedarán renovados
-La renovación consistirá en transformar nuestro cuerpo en glorioso, en armonizar toda la creación, en liberar a los hombres de la corrupción
-La paz del paraíso será restablecida
-Ya no habrá más muertes en el mundo
-La vida de los animales y de las plantas quedará extinguida
-El milenarismo no es cierto
-Realizado el juicio final y recompensados todos los elegidos con la bienaventuranza, se cumplirán las profecías, la creación quedará sujeta a Cristo, Cristo-Hombre quedará sujeto sólo a Dios, y los bienaventurados tributarán a Jesucristo el honor y la gloria que le corresponde.
a) -Se cumplirán las profecías.
Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio el imperio honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas l sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará y su reino no será destruido jamás (Dan. 7, 13-14).
Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su Padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos de los siglos y su reino no tendrá fin (Lc. 1, 32).
Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia. Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahvéh Sebaot hará eso (Is. 9, 6).
b) -Toda la creación quedará sujeta a Cristo.
Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo (1 Cor. 15, 28).
…Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén (Rom. 9, 5).
c) -Jesucristo como hombre quedará sujeto solamente a Dios.
Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea Dios en todo (1 Cor. 15, 28).
…un sólo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos (Ef. 4, 5).
d) -Todos los bienaventurados tributarán a Jesucristo el honor y la gloria que se merece.
…a Dios el único sabio por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos! Amén (Rom. 16, 27).
Al Rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén (1 Tim. 1, 17).
-Los cielos y la tierra no serán reducidos a la nada, sino que quedarán renovados.
Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primero ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear.
Pues he aquí que yo voy a crear a Jerusalén «Regocijo», y a su pueblo «Alegría»; me regocijaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, sin que se oiga allí jamás lloro ni quejido (Is. 65, 17-19).
Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él, Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado. Entonces dijo el que está sentado en el trono: «Mira que hago un mundo nuevo» (Apoc. 21, 1-5).
Pero así como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecerán en mi presencia -oráculo de Yahvéh- así permanecerá en mi presencia vuestra raza y vuestro nombre (Is. 66, 22).
Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia (2 Pe. 3, 13).
-La renovación del mundo consistirá en la transformación de nuestro cuerpo en cuerpo glorioso, en armonizar toda la creación como fruto de su pasión y en un mundo inmutable, liberado de la corrupción donde los hombres vivan el gozo y la verdadera libertad de los Hijos de Dios.
Hay deducciones bastantes claras en la Sagrada Escritura.
a) -Nuestro cuerpo quedará transformado en cuerpo glorioso.
Pues nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en cuerpo glorioso como el suyo (Fil. 3, 20-21).
b) -Toda la creación quedará perfectamente armonizada.
…pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos (Cor. 1, 19-20).
c) -El hombre liberado de la corrupción vivirá como verdadero hijo de Dios.
La creación, en efecto, fue sometida ala vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Rom. 8, 20-21).
-La paz del Paraíso terrenal será restablecida en los últimos tiempos.
Hay dos textos muy alusivos en Isaías.
Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahvéh,… (Is. 9, 11).
Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá (Is. 11, 6).
-Después del juicio final ya no habrá más muerte en el mundo.
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego… (Apoc. 20, 14-15).
…su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado (Apoc. 2, 4).
-La vida de los animales y de las plantas quedará extinguida inmediatamente después del juicio final.
No hay pruebas directas en la Sagrada Escritura, pero puede deducirse de:
a) -Las catástrofes cósmicas que están profetizadas,
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombre de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo: porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas (Lc. 21, 25-26).
Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscurecerá, la luna perderá su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas (Mt. 24, 29).
Aclaración. Las «fuerzas de los cielos» son las fuerzas que mueven a los astros a velocidades vertiginosas.
b) -El fuego que aparecerá y abrasará todas las cosas.
¡Venga ya nuestro Dios y no se calle!
Delante de él un fuego que devora,
en torno a él, violenta tempestad;
convoca a los cielos desde lo alto,
y a la tierra al juicio de su pueblo (Sal. 50, 3-4).
c) -Este fuego dejará la tierra desierta.
Delante de él devora el fuego,
detrás de él la llama que abrasa.
Como un jardín de Edén delante de la tierra,
detrás de él, un desierto desolado (Joel 2, 3).
-El Milenarismo no es cierto.
El milenarismo es la doctrina que afirma que, después del estado presente de la Iglesia, existirá en la tierra un reino de Cristo lleno de felicidad, que durará mil años.
a) -No existirá antes del juicio final.
Porque el hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos (Mt. 25, 31-32).
Te conjuro en la presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su Reino (2 Tim. 4, 1).
Aclaración. Se deduce la continuidad de la venida de Cristo, el juicio de los hombres y la sanción final.
b) -No existirá después del juicio final.
E irán éstos a su castigo eterno, y los justos a la vida eterna (Mt. 25, 46).
El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor (1 Tes. 4, 16-17).
Aclaración. Se deduce claramente la continuidad inmediata del juicio y de la retribución eterna.
51. Juicio Universal. Situación posterior de los elementos
-La tierra será devastada al final de los tiempos
-La tierra será llana, sin accidentes geográficos
-Existirán nuevos cielos y nueva tierra en condiciones de vida maravillosas
-La tierra será devastada al final de los tiempos.
He aquí que Yahvéh estraga la tierra, la despuebla, trastorna su superficie y dispersa a los habitantes de ella…Devastada será la tierra y del todo saqueada, porque así ha hablado Yahvéh. La tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron sus leyes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna. Por eso un maldición ha devorado la tierra, y tiene la culpa los que habitan en ella. Por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y quedan pocos del linaje humano (Is. 24, 1 y 3-6).
Aclaración. Son acontecimientos inmediatos al juicio final.
-La tierra será llana, sin accidentes geográficos.
Así parece deducirse de los textos siguientes:
Entonces todas las islas huyeron, y las montañas desaparecieron (Apoc. 16, 20).
…y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos;… (Apoc. 6, 14).
Aclaración. Estas transformaciones en la superficie terrestre pueden también interpretarse como símbolo de la cólera de Dios.
-Existirán nuevos cielos y nueva tierra en condiciones de vida maravillosas.
Así parece deducirse de los versículos siguientes:
Nadie hará, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahvéh,… (Is. 11, 9).
Sucederá aquel día que los montes destilarán vino nuevo, y las colinas fluirán leche; por todas las torrenteras de Judá fluirán las aguas;… (Joel 4, 18).
Entonces hará volver a los deportados de mi pueblo Israel; reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en ellas,… (Am. 9, 14).
Aquel día no habrá ni frío ni hielo. Un día único será conocido sólo de Yahvéh: no habrá día y luego noche, sino que a la hora de la tarde habrá luz (Zac. 14, 7).
-Los que mueren en pecado mortal sienten la propia separación de Dios
-Las sentencias de Jesucristo y de San Pablo son horribles e irreversibles
-Existe el infierno
-Desde muchísimos siglos antes de la creación del Hombre
-Los que mueren en pecado mortal sienten la propia separación de Dios.
Se deduce de los siguientes versículos:
a) -Parábola de las vírgenes:
Mientras fueron a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!». Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 10-11).
b) -Advertencias a los judíos incrédulos.
Jesús les dijo otra vez:
«Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir» (Jn. 8, 21).
-Las sentencias de Jesucristo y de San Pablo acerca de los que se condenan son horribles e irreversibles.
a) -De Jesucristo.
Y tomando la palabra, las enseñaba diciendo:
«Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que la encuentran (Mt. 7, 13-14).
…los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 8, 12).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,…»
«¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna? (Mt. 23, 29 y 33).
Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 11-12).
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 25, 30).
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que se resiste al Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios pesa sobre él (Jn. 3, 36).
b) -De San Pablo.
En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;… (Rom. 1, 18).
Así pues, queridos míos,…trabajad con temor y temblor por vuestra salvación,… (Fil. 2, 12).
-Existe el infierno, al que descienden inmediatamente las almas de los que mueren en pecado mortal.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 20).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los impíos: ¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
Y en saliendo verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otro para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28).
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 49-50).
Entonces el rey dijo a los sirvientes: Atadle de pies y manos y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 22, 13).
Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 25, 30).
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» … E irán éstos a un castigo eterno y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 41-46).
Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43-44).
Murió también el rico y fue sepultando. Estado en el Hades (mansión de los muertos) entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 22-24).
Y el que o se haló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 15).
-El infierno existe desde muchísimos siglos antes de la creación del hombre, sin poder precisar el tiempo con exactitud.
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;… (2 Pe. 2, 4).
…a los ángeles que no mantuvieron su dignidad…los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Dios (Jud. 6).
53. Infierno. Diversos nombres. Como lugar y como estado
-Se designa con diversos nombres en la Sagrada Escritura
-Se designa también con nombres que significan lugar
-La Sagrada Escritura habla del infierno como lugar y como estado
-El infierno se designa con diversos nombres en la Sagrada Escritura.
a) -Sheol. Indica la mansión de los muertos en general.
Jacob…decía: «Voy a bajar en duelo al sheolJn.nde mi hijo» (Gén. 37, 5).
…si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al sheol,… (Núm. 16, 30).
b) -Gehenna. Significa en hebreo el valle de Hinnom, que es un precipicio al sur de Jerusalén, en el que se arrojaban las inmundicias de la ciudad y los cadáveres devorados por los gusanos. Allí ardían fuegos perennes para consumir aquellos repugnantes despojos.
…será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
…mas te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna (Mt. 5, 29).
-El infierno es designado con nombres que significan lugar.
a) -Fosa.
Oh Yahvéh,…me has recobrado de entre los que bajan a la fosa (Sal. 30, 4).
b) -Lago.
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentaros día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
c) -Lugar de tormento.
Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento» (Lc. 16, 27-29).
d) -Lugar inferior a la tierra.
Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias,… (Núm. 16, 31-32).
¡Oh, váyanse en tumulto,
caiga la muerte sobre ellos,
vivos en el seol se precipiten,
pues está el mal de posada en medio de ellos! (Sal. 55, 15-16).
Murió también el rico y fue sepultado (Lc. 16, 22).
Aclaración. Probablemente no alude a un lugar en sentido circunscriptivo, sino de categoría moral y de situación personal sin coordenadas de tiempo ni de espacio.
-La Sagrada Escritura (El Nuevo Testamento) habla del infierno como lugar y como estado.
a) -Como lugar.
-Gehenna de fuego.
…el que le llama «renegado», será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
…temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28).
…más te vale entrar en la Vida con un sólo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado en la gehenna del fuego (Mt. 18, 9).
-Lugar de tormentos.
Replicó: «Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento» (Lc. 16, 28).
-Infierno.
Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 23).
-Abismo.
La arrojó al Abismo, la encerró y puso encima los sellos, para que no sedujera más a las naciones… (Apoc. 20, 3).
-Camino de fuego.
El Hijo el hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de Jn.go (Mt. 13, 42).
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, sepultarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego… (Mt. 13, 49-50).
-Lago de fuego.
…los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre… (Apoc. 21, 8).
-Tártaro.
Pero si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó… (2 Petr. 2, 4).
Aclaración. No se refiere a un lugar como parte de espacio que ocupa o puede ocupar la sustancia material, sino a ciertos receptáculos de los espíritus cuyas relaciones con los mismos están regidas por las leyes desconocidas, pero distintas de las que rigen la presencia de la sustancia material con el lugar que ocupa.
b) -Como estado.
-Muerte.
Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Rom. 6, 23).
Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz (Rom. 8, 6).
…pues si vivís según la carne, moriréis (Rom. 8, 13).
-Muerte segunda.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda (Apoc. 2, 11).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
-Ruina.
Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,… (2 Tes. 1, 9).
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición (1 Tim. 6, 9).
-Tinieblas exteriores.
…mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera;… (Mat. 8, 12).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;… (Mat. 22, 13).
Y a este siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera (Mat. 25, 30).
-Suplicio eterno.
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 15, 46).
Más vales que entres con un ojo sólo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 48).
-Fuego inextinguible.
«…pero la paja la quemará con fuego que no se apaga» (Lc. 3, 8).
-Perdición.
Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella (Mt. 7, 13).
-Obscuridad de las tinieblas.
Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la obscuridad de las tinieblas (2 Petr. 2, 17).
…son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la obscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 13).
-Condenación.
El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).
-Corrupción.
Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu cosechará vida eterna (Gál. 6, 7-8).
-Babilonia.
Y un segundo Ángel le siguió diciendo: «Cayó, cayó la Gran Babilonia, la que dio a beber a todas las naciones el vino del furor (Apoc. 14, 8).
Gritó con potente voz diciendo: «¡Cayó, cayó la Gran Babilonia! Se me ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritu inmundos, en guarida de toda clase de aves inmundas y detestables (Apoc. 18, 2).
-De daño y de sentido
-La de daño consiste en la privación eterna de la visión beatífica
-Secundariamente en la privación de todos los bienes que se siguen a la misma
-Es la misma para todos, pero admite grados
-Es la mayor y más terrible de todas
-Los condenados del infierno padecen dos clases de penas: la de daño y la de sentido.
La pena de daño consiste en la privación de la visión, del gozo y del amor de Dios y todos los demás deleites y premios de la bienaventuranza, y la de sentido en el dolor infligido por instrumentos extrínsecos al condenado.
a) -Pena de daño.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos,…» (Mt. 25, 41).
b) -Pena de sentido.
…al fuego eterno… (Mt. 25, 41).
-La pena de daño del infierno consiste en la privación eterna de la visión beatífica y de todos los bienes que se siguen de ella.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
E irán éstos a un castigo eterno y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Aclaración. Privación, es decir, no es la carencia de algo indebido al hombre, sino de algo que necesariamente necesita para su felicidad por su propia naturaleza.
-La pena de daño consiste secundariamente en la privación de todos los bienes que se siguen de la visión beatífica.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno…» (Mt. 25, 41).
Como consecuencia natural de éste «apartaos de mí» los réprobos quedan también privados de los otros bienes que lleva consigo la misma visión beatífica. Los principales son:
1) -exclusión eterna del cielo y por lo tanto de la belleza, claridad, esplendor, magnificencia, amenidad, suavidad y felicidad que allí se contempla, se posee y se goza.
2) -Exclusión de la compañía y familiaridad de Jesucristo, con toda la alegría íntima que su compañía proporciona.
3) -Exclusión de la compañía de la Virgen, de los ángeles, de los santos y de los bienaventurados del cielo, con toda la honda satisfacción que proporciona su presencia.
4) -Privación de la luz con la cual los bienaventurados contemplan:
-la hermosura de las cosas naturales,
-el mundo de los seres posibles,
-la magnificencia de la gloria de los bienaventurados.
5) -Pérdida definitiva de la gracia de Dios, de las virtudes infusas y de los dones del Espíritu Santo.
6) -Privación de la gloria del cuerpo, es decir: de la claridad, agilidad, impasibilidad y sutileza de que disfrutarán eternamente los cuerpos de los bienaventurados.
-La pena de daño es objetivamente la misma para todos los condenados; pero admite diferentes grados de apreciación subjetiva.
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras, a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad, vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia, cólera e indignación (Rom. 2, 5-8).
En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 6-7).
-La pena de daño constituye para el condenado la mayor y más terrible de las penas, en los que tiene de esencial.
Se deduce del versículo siguiente:
No temas, Abraham. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande (Gén. 15, 1).
dice Dios al justo.
Aclaración. Dios es el más grande de todos los bienes, y su posesión produce la mayor felicidad para la criatura racional; su pérdida es la más horrible de todas las penas.
-A la de daño se añade la de sentido
-La pena de sentido existe
-Con ella son atormentados todos los réprobos
-A la pena de daño del infierno se añade la pena de sentido que atormenta a las almas de los condenados y atormentará sus mismos cuerpos después de la resurrección universal.
La pena de sentido está claramente afirmada por Cristo en el Evangelio. En él se dice, catorce veces, por lo menos, que en el infierno padecen los condenados el tormentado del fuego.
Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán en el horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 49).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
Y gritando dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
-La pena de sentido existe en el infierno.
Pena de sentido es aquélla por la que el alma y el cuerpo después del juicio final serán atormentados.
…mas te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna (Mt. 5, 29).
…temes más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna (Mt. 10, 28=.
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga;… (Mc. 9, 47-48).
-Existe la pena de sentido en el infierno con la cual son atormentados todos los réprobos.
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego -este lago de fuego es la muerte segunda- y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 14-15).
56. Infierno. Pena de sentido – El fuego
-El fuego es el instrumento de las venganzas de Dios
-Simboliza la intervención de Dios para purificar las conciencias
-La pena de sentido consiste principalmente en el tormento del fuego
-Hay fuego en el infierno
-Es eterno
-Nada se sabe de su naturaleza
-No es metafórico, sino real
-El fuego es el instrumento de las venganzas de Dios.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del Juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
Yahvéh, alzada está tu mano, pero no la ven; verán tu celo por el pueblo y se avergonzarán, tu ira ardiente devorará a tus adversarios (Is. 26, 11).
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se revelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Humilla hondamente tu alma,
que el castigo del impío es fuego y gusanos (Is. 7, 17).
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahvéh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada (So. 1, 18).
Si alguien pretendiere hacerles mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos; si alguien pretendiere hacerles mal, así tendría que morir (Apoc. 11, 5).
-El fuego simboliza en el Antiguo Testamento la intervención soberana de Dios y de su Espíritu para purificar las conciencias.
«Yo meteré en el fuego este tercio:
los purgaré como se purga la plata
y los probaré como se prueba el oro (Zac. 13, 9).
Porque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata;… (Mal. 3, 3).
-La pena de sentido consiste principalmente en el tormento del fuego.
La existencia del fuego consta en múltiples lugares de la Sagrada Escritura:
«…y los echarán en el horno del fuego» (Mt. 13, 49).
«Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mt. 25, 41).
«…estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
Aclaración. Este fuego es algo exterior, objetivo y real que existe fuera del condenado.
-Hay fuego en el infierno.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
¡Llueva sobre los impíos brasas y azufre, y un viento abrasador por porción de su copa! (Sal. 11, 6).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
En saliendo verán los cadáveres de aquéllos que se revelaron contra mí; su gusano no morirá y su fuego no se apagará (Is. 66, 24).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su Reino todos escándalos y a los agentes de iniquidad y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41-42).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 41).
Y gritando dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
Aclaración. Que es fuego real y no metafórico se deduce claramente del uso de la palabra, que especialmente en la sentencia del juicio final, no es de suponer que el Redentor use este término en sentido metafórico en una sentencia tan solemne, universal y definitiva.
-En el infierno hay fuego que es eterno, situado en lugar distinto de este mundo y distinto y extrínseco al condenado.
-Predicación del Bautista:
Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego (Mt. 3, 10).
-En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga» (Mt. 3, 12).
-Cristo en la parábola de la cizaña:
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41-43).
-Cristo a la muchedumbre de las bienaventuranzas:
…todo el que llame a su hermano «imbécil» será reo ante el Sanedrín, y el que le llame «renegado» será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
-Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego (Mt. 7, 19).
-Cristo en otras ocasiones:
-Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres Manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
-Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna (Mc. 9, 45).
-Y su tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 47-48).
-…pero el día en que salió Lot de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste (Lc. 17, 29).
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6).
-Apocalipsis:
-Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
-…los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
-La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego -este lago de fuego es la muerte segunda- y el que no halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 14-15).
Aclaración.
En caso todas estas expresiones la palabra fuego denota el término de un desplazamiento, precisamente porque todos los verbos usados indican movimiento, como son: ir, echar, arrojar.
En Mt. 13, 43, se habla de el horno de fuego.
En el Apocalipsis, 20, 10; 19, 20 y 20, 15, se habla de lago de fuego.
En ambos parece designar un lugar en donde este fuego existe y está ubicado.
De todo ello parece deducirse:
a) -Que el fuego del infierno está situados en un lugar distinto de este mundo.
b) -Que el fuego del infierno es algo distinto y extrínseco al condenado.
-Nada se puede asegurar acerca de la naturaleza del fuego del infierno.
No consta en la Sagrada Escritura.
-El fuego del infierno no es metafórico, sino verdadero y real.
No se trata de una mera apreciación intelectual del condenado, sino de algo extrínseco al mismo.
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno…» (Mt. 25, 41).
Aclaración. La palabra FUEGO la emplea Cristo como Juez Supremo para expresar la misma fórmula decisiva de la condenación. No parece que, en ocasión tan solemne y decisiva para los destinos de toda la humanidad, vaya a emplear la palabra FUEGO metafóricamente, sino más bien de modo real. El lenguaje judicial exige tal grado de claridad que no se preste a falsas interpretaciones.
Más vale que entren manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
Aclaración. Jesucristo atribuye al fuego el suplicio de las almas y de los cuerpos.
…si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas como ejemplo para los que en el futuro vivirían impíamente;… (2 Pe. 2, 6).
Aclaraciones. Pedro propone el fuego del Cielo llovido sobre Sodoma y Gomorra como tipo de los castigos ultraterrenos. Por tanto, la interpretación metafórica va contra el sentido obvio de los textos de la Sagrada Escritura.
57. Infierno. Pena de sentido – El fuego: sus efectos
-El que atormenta al diablo y a sus ángeles es el mismo que el que atormenta a los hombres condenados
-Quema para siempre lo que no ha sido purificado
-Atormenta a los cuerpos y a las almas
-No a modo de cremación sino de aprisionamiento
-Y por aplicación de cada sentido
-Actúa a modo de casualidad instrumental física, no moral
-No consume, sino que atormenta y los conserva en su ser
-El fuego del infierno que atormenta al diablo y a sus ángeles es el mismo que el que atormenta a los hombres condenados.
Se deduce claramente de la misma sentencia de condenación.
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
Aclaración. el fuego a donde se destinan los hombres condenados es el mismo que el que ya estaba preparado para los ángeles rebeldes.
-El fuego del infierno quema para siempre lo que no ha sido purificado.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
…harás de ellos como un horno de fuego,
el día de tu rostro;
Yahvéh los tragará en su cólera,
y el fuego los devorará (Sal. 21, 10).
Humilla hondamente tu alma,
que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Y en saliendo, verán todos los cadáveres de aquéllos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la Ira de Yahvéh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada (Sof. 1, 18).
-El fuego del infierno atormenta no solamente a los cuerpos sino también a las almas de los condenados.
a) -Que atormenta los cuerpos:
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
b) -Que atormenta a los espíritus:
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles» (Mt. 25, 41).
-La acción del fuego sobre las almas de los condenados, no es a modo de cremación, sino de aprisionamiento, reteniéndoles en un determinado lugar.
Estas afirmaciones no están deducidas claramente de la Sagrada Escritura, pero sí las dan a entender los siguientes textos:
Fuese Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y en un instante le encarceló (Tob. 8, 3).
…serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, será encerrados en la cárcel… (Is. 24, 21).
…Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio… (2 Petr. 2, 4).
…los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas… (Jud. 6).
…la arrojó al Abismo (a la Serpiente antigua que es el Diablo y Satanás), la encerró y puso encima los sellos para que no sedujera más a las naciones… (Apoc. 20, 3).
Aclaraciones. Este aprisionamiento afecta al entendimiento y a la voluntad, más que a la sustancia del espíritu. transtorna el entendimiento impidiéndole pensar nada distinto de su propia desgracia y la voluntad impidiéndole obrar donde quiera y como quiera (Sto. Tomás y Escoto).
Los condenados conciben y padecen un tremendo horror al fuego (S. Buenaventura).
-La acción de fuego sobre los cuerpos resucitados de los réprobos será por la aplicación de su calor y del objeto de cada sentido a cada uno de los mismos.
El objeto de cada sentido es el ser capaz de ser percibido por cada uno de ellos.
No está claramente expresada en la Sagrada Escritura, pero la dan a entender los textos siguientes:
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
Aclaraciones: Refrescar la lengua, que expresa el sentido del gusto, es el alivio que pide opuesto al tormento que padece que es el ardor producido por el fuego.
Por semejanza con el sentido del gusto, se podría afirmar lo mismo de la aplicación del fuego sobre los otros sentidos corporales, que se deduce de algunos textos sagrados:
a) -Vista y oído: Pues ni el escondrijo que les protegía les librará del miedo; que también allí resonaban ruidos escalofriantes y se aparecían espectros sombríos de lúgubre aspecto (Sab. 17, 4).
b) -Olfato: Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre,… (Apoc. 20, 21).
c) -Tacto: ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
-El fuego del infierno actúa a modo de causalidad instrumental física, no moral.
Causalidad instrumental física es la que obra por virtud o fuerza del agente que actúa.
Causalidad instrumental moral es la que actúa por el impulso o influjo que el hace obrar del modo deseado.
…pero la paja la quemará con fuego que no se apaga (Mt. 3, 12).
…saldrán los ángeles, separaran a los malos de entre los justos y los echarán en el horno de fuego;… (Mt. 13, 49-50).
…porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Aclaración. La causalidad instrumental física armoniza con los textos expuestos y otros semejantes, de los cuales se deduce cómo el fuego actúa por su propia virtud o fuerza causante del dolor.
-El fuego del infierno no consume a los condenados, sino que los atormenta y los conserva, a la vez, en su ser.
…pues todos han de ser salados con fuego (Mc. 9, 49).
Aclaración. El fuego que sala se entiende del castigo que atormenta a los condenados conservándoles la existencia en su mismo ser.
La sal evita la descomposición o corrupción de la sustancia.
Sazonarás con sal toda oblación que ofrezcas; en ninguna de tus oblaciones permitirás que falte nunca sal de la alianza con tu Dios (Lev. 2, 13).
Aclaración. Para que la oblación quede purificada y permanezca conservada.
Él dijo: «Traedme una olla nueva y poned sal en ella.» Y se la trajeron. Fue al manantial de las aguas, arrojó en él la sal y dijo: «Así dice Yahvéh: Yo te he saneado estas aguas; ya no habrá en ellas muerte ni esterilidad» (2 Reg. 2, 20-22).
Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? (Mt. 5, 13).
58. Infierno. Pena de sentido. Tormentos internos
-Además de la pena de daño y de sentido padecen: los tormentos internos de las tinieblas, del llanto, del rechinar de dientes, del gusano roedor de la conciencia, del hambre, de la sed y de la pena del Talión
-Además de la pena de daño y de sentido, los condenados del infierno padecen los tormentos internos de las tinieblas, del llanto, del rechinar de dientes, del gusano roedor de la conciencia, del hambre, de la sed y de la pena del Talión.
a) -Las tinieblas.
Son la misma carencia de claridad saciativa producida en el entendimiento creado para no poder contemplar a Dios como verdad única e infalible.
Apártate de mí para gozar de un poco de consuelo, antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra, tierra de oscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la calígine (Job 10, 20-22).
Que su alma que en vida él bendecía -te alaban, porque te has tratado bien-, irá a unirse a la estirpe de sus padres, que nunca ya verán la luz (Sal. 49, 19-20).
…mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera;… (Mt. 8, 12).
Entonces el rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;… (Mt. 22, 13).
Éstos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas (2 Pe. 2, 17).
¡Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Caín…son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos ves muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 13).
Aclaración. Las tinieblas están como mezcladas con la claridad de luz necesaria para ver los motivos personales por los cuales son atormentados.
b) -El llanto.
No se trata de la secreción lacrimal, puesto que el cuerpo humano no segregará ninguna clase de humores después de la resurrección final de la carne, sino de un estado habitual de aflicción y de sentimiento profundísimos producidos por la plena advertencia y valoración del BIEN INFINITO -DIOS- a quien han perdido para siempre y de los medios que despreciaron para haberlo podido ganar y disfrutar para siempre.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41).
c) -Rechinar de dientes.
Es un estado permanente de rabia por la desesperación de no poder poseer nunca el bien infinito despreciado y perdido por los pecados propios.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
d) -El gusano roedor de la conciencia.
Es el mismo remordimiento de conciencia producido por la clarividencia de la malicia de los pecados cometidos y de la eficacia de los remedios instituidos por Cristo para redimirle de todos ellos. Se llama gusano en cuanto que procede de la podredumbre del pecado y aflige el alma, como el gusano corporal, nacido de la putrefacción, corroe el cadáver.
¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos y gemirán en dolor eternamente (Jdt. 16, 17).
Humilla hondamente tu alma, que el castigo del impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquéllos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
…la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga (Mc. 9, 47-48).
e) -El hambre.
Es un deseo intenso y permanente de poseer, de ver y de gozar de la vista de Dios, sin esperanza de poder saciarlo jamás.
¡ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre (Lc. 6, 25).
f) -La sed.
Es el sufrimiento opuesto al placer que proporcionaron a los cinco sentidos corporales, los desórdenes pecaminosos que causaron la condenación.
Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, te compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
g) -La pena del talión.
Es la que impone un castigo igual a la ofensa.
Si alguno causa un lesión a su prójimo, como él hizo así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente, se le dará la misma lesión que él haya causado a otro (Lev. 24, 19).
Los condenados del infierno la padecen:
En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 7).
59. Infierno. Pena de sentido. Tormentos externos
– Padecen también el lugar, la compañía de los ángeles y hombres condenados, la inmovilidad, las tinieblas exteriores
Los condenados de infierno padecen también los tormentos externos del lugar, de la compañía de los ángeles y hombres condenados, de la inmovilidad, las tinieblas exteriores y de los sentidos corporales.
a) -El lugar.
…gehenna de fuego (Mt. 5, 22).
…tinieblas de fuera; (Mt. 8, 12).
…horno de fuego; (Mt. 13, 42).
…fuego que no se apaga (Mc. 9, 43).
…lugar de tormento (Lc. 16, 28).
…lago de fuego,… (Apoc. 20, 15).
…lago que arde con fuego y azufre… (Apoc. 21, 8).
b) -La compañía de los ángeles y hombre condenados.
-De los ángeles.
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 41).
-De los hombres condenados.
…los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
Aclaración. La muchedumbre de los condenados han sido las gentes más perversas que han habitado la tierra, la hez y la podredumbre de la humanidad no cambian de actitud con respecto de los vicios, pues no pueden tener arrepentimiento posible y producen el ambiente más abyecto y la convivencia más desagradable y horrible que se puede imaginar.
c) -La inmovilidad.
Es la imposibilidad de desplazamiento físico liberador de aquellas penas y carencia absoluta de libertad moral.
…serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, serán encerrados en la cárcel,… (Is. 24, 22).
Y al tiempo de la siega dirá a los segadores: «Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla,… (Mt. 13, 30).
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera;… (Mt. 22, 13).
d) -Las tinieblas exteriores.
Son la exclusión de la misma gloria iluminada por la luz infinita que es el mismo Dios.
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera (Mt. 22, 13).
Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán , a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas (2 Pe. 2, 17).
¡Ay de ellos!, porque se ha ido por el camino de Caín,…son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 11-13).
Mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera (Mt. 8, 12).
Y a ese siervo inútil echadle a las tinieblas de fuera (Mt. 25, 30).
Aclaración. Las tinieblas exteriores son todo lo contrario de la ciudad celestial iluminada por el mismo Dios.
Ya no habrá noche; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos (Apoc. 22, 5).
-Sentirse desterrados
-Su lenguaje consiste en la expresión de tormentos continuos
-Sienten un furor rabioso
-Permanecen en un estado continuo de desesperación
-Ven entristecidos los vicios que les indujeron al pecado
-Padecen la pena de estar muriendo sin morir
-Maldicen el Día de su nacimiento
-Los condenados sufren profundamente la pena de sentirse desterrados de su verdadero destino.
Así parece deducirse de los siguientes textos:
El destierro es lugar de exclusión definitiva del cielo para el que han sido creados.
Apártate de mí, para gozar de un poco de consuelo, antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y sombra,… (Job 10, 20-21).
El Hijo del hombre enviará sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego (Mt. 13, 41).
Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta…los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apoc. 20, 10).
-El lenguaje de los condenados del infierno consiste en la expresión de lamentos continuos brotados de su mismo estado de consternación, espanto y estupefacción.
Se dirán, mudando de parecer, gimiendo con el espíritu angustiado:
«Este es aquel de quien entonces nos burlábamos, a quien ultrajamos, insensatos, con nuestros sarcasmos. Locura nos pareció su vida y su muerte ignominia. ¿Cómo, pues, es contado entre los hijos de Dios participa en la herencia de los santos? Luego equivocamos el camino de la verdad; la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para nosotros. Nos hartamos de andar por sendas de impiedad y perdición, atravesamos desiertos intransitables; pero el camino del Señor, no lo conocimos. ¿De qué nos sirvió nuestro orgullo? ¿De qué la riqueza y la jactancia? Todo aquello pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas; como pájaro que volando atraviesa el aire, y de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después, no se descubre señal de su paso; como flecha disparada al blanco; el aire hendido refluye al instante sobre sí y no se sabe el camino que la flecha siguió. Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir, y no podemos mostrar vestigio alguno de virtud; nos consumimos en nuestra maldad (Sab. 5, 3-14).
-Los condenados sienten un furor rabioso causado por desear el bien que nunca lograrán y por odiar el mal del que nunca se librarán.
Consta con bastante claridad en el siguiente texto:
Lo ve el impío y se enfurece, rechinan sus dientes y se consume. El afán de los impíos se pierde (Sal. 112, 10).
Aclaración. Los condenados del infierno conocen perfectamente la felicidad de los justos en la bienaventuranza eterna.
-Los condenados permanecen en un estado continuo y eterno de desesperación.
Desesperación es la carencia de esperanza de recuperar los bienes perdidos.
¿Para qué dar la luz…a los que ansían la muerte que no llega…? (Job 3, 20-21).
En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
Aclaración. Buscar, desear y ansiar la muerte es el efecto normal de un estado de desesperación.
-Los condenados del infierno ven, profundamente entristecidos, su paso por este mundo y los vicios que les indujeron al pecado como sombras veloces que pasaron sin rastro ninguno de virtud.
Los impíos dirán el día del Juicio:
«¿De qué nos sirvió nuestro orgullo?
¿De qué la riqueza y la jactancia?
Todo aquello pasó como una sombra,
como noticia que va corriendo;
como nave que rompe el mar agitado,
y no es posible descubrir la huella de su paso
ni la estela de su quilla en las olas;
como pájaro que volando atraviesa el aire,
y de su vuelo no se encuentra vestigio alguno;
moviendo sus remos golpea el aire ligero,
lo corta con agudo silbido,
se abre camino batiendo las alas
y después, no se descubre señal de su paso;
como flecha disparada al blanco;
al aire hendido refluye al instante sobre sí
y no se sabe el camino que la flecha siguió.
Lo mismo nosotros: apenas nacidos, dejamos de existir
y n podemos mostrar vestigio alguno de virtud;
nos consumimos en nuestra maldad» (Sab. 5, 8-13).
La Vulgata añade: «He aquí lo que los pecadores dicen en el infierno» (Sab. 5, 14).
-Los condenados del infierno padecen la pena de «estar muriendo sin morir.»
Sólo hay una simple alusión en el libro del Apocalipsis.
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego… (Apoc. 20, 14).
Aclaración. Después del Juicio Final, también la muerte será reducida a la impotencia.
-Los condenados del infierno experimentan un sentimiento de maldición del Día desdichado de su nacimiento y de su suerte desastrosa.
No hay textos de la Escritura que entrañen esta afirmación directamente, pero sí una aplicación del siguiente versículo del libro del Job:
Tomó Job la palabra y dijo: ¡Perezca el día en que nací y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido!» (Job 3, 2-3).
61. Infierno. Intensidad de las penas
-Los condenados son castigados menos de lo que merecen en virtud de la misericordia de Dios
-La intensidad de las penas queda interpretada por los sufrimientos tan horrendos de la Pasión de Jesucristo
-La intensidad es desigual para cada condenado, por ser proporcionadas al número y gravedad de sus pecados
-La intensidad será proporcionada al deleite pecaminoso de cada sentido corporal
-Probablemente, los castigados del infierno son castigados menos de lo que merecen, en virtud de la misericordia de Dios.
Mas en tu inmensa ternura no los acabaste, no les abandonaste, porque eres tu Dios clemente y lleno de ternura (Neh. 9, 31).
Clemente y compasivo Yahvéh, tardo a la cólera y lleno de amor, no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestro pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas (Sal. 103, 8-10).
Bueno Yahvéh para con todos y sus ternuras sobre todas sus obras (Sal. 145, 9).
Él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se allana ante la desgracia (Joel 13-13).
Nota. Aunque el texto primero tiene más fuerza probativa, los demás sin embargo, tienen menos. Por eso no se trata de un verdad de fe cierta ni claramente revelada.
-La intensidad de las penas del infierno queda interpretada por los sufrimientos tan horrendos de la Pasión de Jesucristo.
Hay un expresión muy clara en el texto sagrado.
Porque, él en el leño verde hace esto, en el seco ¿qué se hará? (Lc. 23, 31).
Aclaración. Si se quema el leño verde que no se de-bería de quemar -alusión al suplicio de Jesús- ¿qué no se hará con el leño seco -los culpables verdaderos-?
-Las penas del infierno son desiguales para cada condenado por ser proporcionadas según el número y la gravedad de los pecados cometidos.
Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios el cual dará a cada cual según sus obras (Rom. 2, 5-6).
Que tú al hombre pagas con arreglo a sus obras (Sal. 63, 13).
Dales, Yahvéh, conforme a sus acciones y a la malicia de sus hechos, según la obra de sus manos trátales, págales con su misma moneda (Sal. 28, 4).
Que la obra del hombre él se la paga, y trata a cada uno según su conducta (Job 34, 11).
En proporción a su jactancia y a su lujo, dadle tormentos y llantos (Apoc. 18, 7).
-Los condenados del infierno padecerán unos tormentos proporcionados en aquellos sentidos corporales que más sintieron los deleites pecaminosos voluntaria y libremente y, por tanto, que más ofendieron a Dios.
No se encuentran en la Sagrada Escritura expresiones en que fundamentar sólidamente resta verdad, pero hay ciertas alusiones que permiten afirmarla sin grave temor ni peligro de errar.
a) -Alusión general a todos los sentidos corporales.
…para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es castigado (Sab. 11, 16).
b) -Alusiones a cada sentido.
-Vista.
Será atormentada viendo continuamente a todos los condenados, todos enemigos de sí y todos enemigos unos de otros. Un conjunto inmenso formado por la más execrable de la sociedad.
Se aprecian espectros sombríos de lúgubre aspecto (Sab. 17, 4).
-Oído.
Sufrirán al percibir continuamente los sentimientos más penosos de toda aquella muchedumbre numerosísima, que los comunicarán a los demás.
De fraude y perfidia está llena su boca, bajo su lengua sólo malicia e iniquidad (Sal. 10, 7).
Que allí también resonaban ruidos escalofriantes (Sab. 17, 4).
Que no hay en su boca lealtad, en su interior, tan sólo subversión; sepulcro abierto es su garganta, melosa muévese su lengua (Sal. 5, 10).
Aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay bajo sus labios (Sal. 140, 4).
Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua urden engaños. Veneno de áspides bajo sus labios; maldición amarga rebosa su boca (Rom. 3, 13-14).
-Olfato.
Parece que este sentido será atormentado con el olor del azufre, elementos así denominado que aparece muchas veces en los textos sagrados.
…llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en el que el Hijo del hombre se manifieste (Lc. 17, 29).
y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre… (Apoc. 20, 10).
…los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 19, 20).
-Gusto.
Por eso dice así Yahvéh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que voy a dar de comer a este pueblo ajenjo y le voy a dar de beber agua emponzoñada (Jer. 9, 14).
Estando en el Hades, el Rico Epulón dijo a Abraham: «Padre Abraham, ten compasión de mi y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
Aclaración. Le fue negada en castigo a sus pecados de gula.
…celebrada todos los días espléndidos fiestas… (Lc. 16, 19).
-Tacto.
El mismo contacto del fuego con el condenado, parece atormentará de modo especial su propio cuerpo.
¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas? (Is. 33, 14).
62. Infierno. Tormentos derivados de sus relaciones con los demás
-Odian a Dios en cuanto que les castiga por sus pecados
-Padecen la falta de compresión, de consuelo y de cariño de nadie
-Comunican entre sí pero no pueden compartir sus padecimientos
-Permanecen consternados al comprobar la salvación eterna de los justos
-Pueden dialogar con los bienaventurados pero no para compartir sus tormentos ni para percibir su ayuda
-Desean la condenación de todos los hombres
-Los condenados odian a Dios, pero no en sí mismo, sino en cuanto que les castiga por sus pecados.
¡Alzate, oh Dios, a defender tu causa,
acuérdate del medio que te provoca todo el día!
¡No olvides el griterío de tus adversarios,
el clamor de tus agresores que crece sin cesar! (Sal. 74, 22-23).
Aclaración. El afecto del hombre se mueve por el bien o por el mal aprehendido. Dios puede aprehenderse de dos modos; en sí mismo o en sus defectos. En sí mismo, Dios no puede desagradar a nadie porque es la misma bondad en esencia. En sus efectos sí, en cuanto que pueden contrariar nuestra propia voluntad. A Dios no le odia nadie, porque es el bien infinito, y el bien es siempre el objeto del amor. Los condenados sufren los efectos y castigos de sus pecados de acuerdo con la justicia vindicativa de Dios, por tanto, odian también las penas que padecen.
-Los condenados del infierno permanecen siempre sumergidos en la carencia de comprensión, de consuelo y de cariño de parte de nadie, ni de Dios, ni de la Virgen, ni de los ángeles ni de los bienaventurados del cielo.
Se alegrará el justo de haber visto la Venganza (Sal. 58, 11).
Aclaración. Venganza, en lenguaje bíblico, no es el castigo de una ofensa, sino el restablecimiento de la justicia. Los justos en el cielo se alegrarán, no del mal que padecen los condenados, sino de ver restablecida y cumplida la justicia y predomina mucho más en ellos el gozo de que la justicia sea restablecida y cumplida, que el sentimiento o conmiseración de los sufrimientos de los condenados, que quedan como desvanecidos de las mentes de los bienaventurados ante el resplandor que les ilumina el mismo cumplimiento y aplicación de la justicia de Dios.
-Los condenados de infierno pueden hablar entre sí, pero nunca para poder disminuir ni compartir las aflicciones y padecimientos profundos en que están sumergidos, porque permanecen continuamente con el espíritu angustiado.
Se dirán mudando de parecer, gimiendo con el espíritu angustiado:… (Sab. 5, 3).
Aclaración. Expresa el estado de aflicción interior que se comunicarán unos condenados a otros el día del juicio final, y su permanencia en este estado por toda la eternidad.
-Los condenados del infierno permanecen con unos sentimientos de consternación, sobrecogimiento de espanto y estupefacción, al comprobar la salvación eterna de los justos que ellos ni esperaban ni creían.
Entonces el justo se mantendrá en pie con plena seguridad en presencia de los que le afligieron y despreciaron sus sufrimientos. Al verle, quedarán consternados, sobrecogidos de espanto, estupefactos por los inesperado de su salvación (Sab. 5, 1-2).
Aclaración. Estos sentimientos los poseerán y expresarán los condenados el día del juicio final y los conservarán por toda la eternidad.
-Los condenados del infierno y los bienaventurados del cielo pueden entablar diálogo entre sí, por locución intelectual propia de los espíritus, pero ni a los condenados les podrá servir jamás para aliviar ni compartir sus tristezas, remordimientos, rabia, desesperación y demás tormentos; ni a los bienaventurados para poder interceder en su ayuda y experimentar así el gozo del poderles confortar.
Es una deducción clara del diálogo sostenido entre el rico Epulón y Abraham.
Estando -el rico Epulón- en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.» Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado» (Lc. 16, 23-25).
-Los condenados desean la condenación de todos los hombres.
Precisamente se deduce de un texto que parece indicar todo lo contrario:
Diálogo del Rico Epulón con Abraham:
Replicó (el Rico Epulón):
Con todo, te ruego, padre, que le envíes a casa de mi padre, porque tengo 5 hermanos, para que les avise, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.
Díjole Abraham:
Tiene a Moisés y a los profetas, ¡que les oigan! (Luc. 16, 27-29).
Aclaraciones. No hay que tomar los detalles al pie de la letra sino sólo el fondo sustancial de los mismos.
El Señor quiere enseñarnos que los ricos que usan mal de sus riquezas se condenan y los pobres que llevan su pena con conformidad cristiana, se salvan. Que los ricos no tienen que esperar mensaje ninguno del otro mundo para recordarles las penas que les esperan en el infierno si usan mal de sus riquezas.
Por tanto:
Los condenados odian a todos y a todos les desean la condenación.
63. Infierno. Características de las penas
-Los condenados no pueden cambiar jamás de destino
-No pueden contraer nuevas culpas por las cuales merezcan nuevas penas
-Su castigo no procede de la voluntad de Dios, sino de los pecados que cometieron
-Las penas son continuas sin interrupción e invariables sin disminución
-Hay una pena específica para castigar las distintas especies de pecados
-Las penas del infierno son eternas
-Los condenados del infierno no pueden jamás cambiar de destino.
Sucedió pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 22).
…Abraham le dijo (al rico): «entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros» (Lc. 16, 26).
Aclaración. El abismo simboliza la imposibilidad de cambiar de destino.
-Los demonios no pueden contraer nuevas culpas por las cuales merezcan nuevas penas.
Entonces Yahvéh Dios dijo a la serpiente:
Por haber hecho esto maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu vida.
Enemistad pondré entre ti y la mujer y entre tu linaje y su linaje:
él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar (Gén. 3, 14-15).
Aclaración. El oficio de los demonios es arrastrar a otros al pecado y a la condenación, pero no así el de los condenados. Por tanto, éstos no pueden contraer otras culpas por las cuales merezcan nuevas penas.
-El castigo de los malvados no procede de la voluntad de Dios, sino de las obras malas que realizaron.
El malvado será presas de sus propiedades maldades, con los lazos de su pecado se le capturará (Prov. 5, 22).
Morirá por su falta de instrucción,
por su gran necedad se perderá (Prov. 5, 23).
Irán acobardados a dar cuenta de sus pecados y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarles (Sab. 4, 20).
Luego equivocamos el camino de la verdad;… (Sab. 5, 6).
-Las penas del infierno son continuas sin interrupción e invariables sin disminución.
a) -Continuas sin interrupción.
Y, gritando, dijo: «Padre, Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc. 16, 24).
Aclaración. Así se deduce en el Rico Avariento a quien Abraham negó tan pequeño refrigerio como era tocarle la lengua con el dedo mojado en agua.
b) -Invariables sin disminución.
Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda (Qo. 11, 3).
Y, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.» Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado…» (Lc. 16, 24-25).
Aclaración. Al rico Epulón le fue negada una gota de agua para mitigar sus penas. Además si nunca ha de disminuir la culpa de los condenados, justos es que nunca disminuya la pena.
-En el infierno hay una pena especifica para castigar de distinta manera, las distintas especies de pecados.
…les enviaste en castigo muchedumbre de animales sin razón, para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es castigado (Sab. 11, 15-16).
Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino y celebraba todos los días espléndidos fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico…Sucedió pues que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, murió también el rico y fue sepultado.
Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 19-24).
Cristo establece una relación entre el tormento de la sed y el pecado de la gula a que se entregó el Rico Epulón.
-Las penas del infierno son eternas.
Eterno, es decir, que su permanencia en el ser carece de fin; o bien, que no terminarán jamás.
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá su fuego no se apagará, y serán asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
…y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen el Evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,… (2 Tes. 1, 8-9).
Aclaración. Las penas eternas no repugnan a la bondad de Dios, porque ha proporcionado a todos los hombres una redención universal, gratuita y misericordiosa cuyos efectos salvíficos rechazaron voluntaria, libre y advertidamente los condenados, por obstinación en su actitud de pecado durante su vida y en el momento decisivo de su muerte. Tampoco repugnan a su sabiduría infinita, porque el hombre ha sido creado para dar gloria a Dios e igualmente se la tributan los bienaventurados que son salvados por su misericordia que los condenados que lo son por su justicia.
64. Infierno. Psicología de los condenados
-No alaban a Dios, ni le agradecen sus beneficios, ni confían en su fidelidad ni conocen su misericordia ni sus demás atributos
-Paceden penas especiales en cada potencia del alma
-Predominan recuerdos, reflexiones y deseos horrendos en las facultades de sus almas al considerar el trance espantoso e irremediable en que se encuentran
-Los condenados del infierno no alaban a Dios, ni le agradecen sus beneficios; ni confían en su fidelidad, ni conocen su misericordia ni sus demás atributos.
No son conclusiones ciertas sino deducciones posibles.
Porque, en la muerte, nadie de ti se acuerda; en el seol, ¿quién te puede alabar? (Sal. 6, 6).
¿Acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte?
¿Se habla en la tumba de tu amor,
de tu lealtad en el lugar de perdición?
Se conocen en las tinieblas tus maravillas,
o tu justicia en la tierra del olvido? (Sal. 88, 11-13).
¿Quién en el seol alabará al Altísimo
en vez de los vivientes que debían darle gloria? (Si. 17, 27).
Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad (Is. 38, 18).
…abre, Señor, tus ojos y mira que no son los muertos en el seol, aquellos cuyo espíritu fue arrancado de sus entrañas, los que dan gloria y justicia al Señor,… (Bar. 2, 17).
-Los condenados del infierno padecen penas especiales en las potencias del alma.
a) -En su memoria.
Pero Abraham le dijo (al rico epulón): «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males: ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado (Lc. 16, 25).
b) -En su entendimiento.
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de dios que, con los ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego (Mc. 9, 47-49).
Aclaración. El «gusano que no muere» es el remordimiento continuo y sin fin de la conciencia, al comprender el bien perdido en el Reino de Dios, por causa de los pecados cometidos en este mundo.
c) -En su voluntad.
En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
-Ciertos recuerdos, reflexiones y deseos profundos, específicos y horrendos predominan en las facultades del alma de cada condenado, como consecuencia de estar considerando continuamente el trance espantoso e irremediable en que se encuentran.
a) -Recuerdan los males que hicieron que les atormentan.
Abraham le dijo al Rico Epulón estando en el Hades:
«Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado…» (Lc. 16, 25).
Aclaraciones. El Diálogo de Abraham y del Rico Epulón no es histórico, sin embargo es profundamente doctrinal. De él se deduce que los condenados conservan las especies inteligibles de las acciones que realizaron en esta vida y, por eso, recuerdan claramente los pecados que cometieron en este mundo.
-No recuerdan los atributos de Dios que les puedan consolar.
¡Se habla en la tumba de tu amor, y de tu lealtad en el lugar de la perdición? ¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido? (Sal. 88, 12-13).
Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan tu fidelidad (Is. 38, 18).
Aclaración. Que los condenados no recuerden los atributos de Dios, no es una conclusión cierta, es solamente una deducción probable.
b) -En su entendimientos:
-Reconocen su error irreparable de haberse separado de Dios cuando vivían en este mundo.
Luego nos equivocamos del camino de la verdad (Sab. 5, 6).
-Comprenden su actitud equivocada de haberse burlado en esta vida de quienes vivieron como buenos hijos de Dios.
«Éste es aquel de quien entonces nos burlábamos, a quien ultrajábamos, insensatos, con nuestros sarcasmos. Locura nos pareció su vida y su muerte un ignominia…» (Sab. 5, 4).
c) -En su voluntad.
-Preferirán dejar de existir a continuar padeciendo eternamente.
¿Por qué no morí cuando salí del seno,
o no expiré al salir del vientre? (Job 3, 11).
¿Para qué me sacaste del seno?
Habría yo muerto sin que me viera ningún ojo;
sería como si no hubiera existido,
del vientre se me habría llevado hasta la tumba (Job 10, 18-19).
¡Maldito el día en que nací!
¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito!
¡Maldito aquel que felicitó a mi padre diciendo:
«Te ha nacido un hijo varón», y se llenó de alegría! (Jer. 20, 14-15).
-Nunca pueden hacer su propia voluntad, pues carecen de la más mínima libertad.
Entonces el Rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera» (Mt. 22, 13).
-Reflexionan para ver el modo de aliviar su dolor, pero no lo consiguen.
Padre Abraham, ten compasión de mí, y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama (Lc. 16, 24).
pero no lo consiguen:
pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado.
En aquellos días buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos (Apoc. 9, 6).
Aclaración. Si las aflicciones de este mundo pueden producir pesar por la existencia, cuanto más los tormentos horribles del infierno. Además, al desear su aniquilación como término de sus penas y su continuidad en la existencia para poder odiar perpetuamente a Dios, viven en un estado de lucha y de sufrimiento sin fin, producido por apetencias diametralmente tan contrarias.
65. Infierno. Los cuerpos de los condenados
-Las cualidades son dos, incorruptibilidad y pasibilidad
-Las penas producen en los cuerpos las taras contrarias a los dotes de los cuerpos gloriosos
-Las cualidades de los cuerpos de los condenados son dos: Incorruptibilidad y pasibilidad.
Incorruptible es lo que no está sujeto a desintegración sustancial y, por consiguiente, su duración no tiene fin.
Pasible es lo que está sujeto a vulnerabilidad y a sensibilidad por el dolor.
a) -Incorruptibilidad.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
…más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno (Mt. 18, 8).
Más vale que entres con un sólo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga;… (Mc. 9, 48).
b) -Pasibilidad.
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Aclaración. Para que el fuego del infierno les atormente sin consumirlos ni desintegrarlos es necesario que sean incorruptibles, y para que puedan sufrir un castigo eterno es necesario que sean pasibles.
-Las penas del infierno producen en los cuerpos de los condenados las taras contrarias a los dotes de los cuerpos gloriosos.
Sólo existen alusiones en la Sagrada Escritura.
a) -Obscuridad opuesta a la claridad.
Son los suyos rostros llameantes (Is. 13, 8).
b) – Pasibilidad opuesto a impasibilidad.
Su gusano no morirá, su fuego no se apagará, y serán asco de toda carne (Is. 66, 24).
Humilla hondamente tu alma,
que el castigo de impío es fuego y gusanos (Si. 7, 17).
c) -Pesadez y torpeza opuestas a la agilidad.
…para atar con cadenas a sus reyes,
con grillos de hierro a sus magnates (Sal. 149, 8).
d) -materialidad o carnalidad opuesto a sutileza.
Se han podrido los granos bajo los terrones;
los graneros han sido devastados,… (Joel 1, 17).
66. Infierno. Situación – Características
-Los condenados ven la gloria de los bienaventurados pero solamente hasta el día del Juicio final
-Esta visión no les produce alivio alguno de sus penas
-Ven los placeres de este mundo como transcurridos velozmente
-No pueden desplazarse ni los condenados a la gloria ni los bienaventurados al infierno
-No hay acusación del número de años sino del mal uso hecho de ellos
-La gloria de los bienaventurados que ven en cierta manera los condenados del infierno, dejarán de verla el día del Juicio final.
No hay ningún texto de la Sagrada Escritura que afirme esta verdad, pero se deduce claramente de la separación definitiva y absoluta que Cristo ha de proclamar ante todos los hombres para asignarles sus destinos eternos.
Venid benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41).
-Los condenados del infierno ven de cierta manera la gloria de los bienaventurados, sin que les produzca consuelo ni alivio alguno de sus penas.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dio: Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado (Lc. 16, 23-25).
Aclaración. Toda esta parábola no es histórica, pero sí es profundamente doctrinal.
-Los condenados del infierno ven los goces pecaminosos disfrutados en este mundo como sombras veloces que pasaron sin dejar vestigio.
Todo aquellos pasó como una sombra, como noticia que va corriendo; como nave que rompe el mar agitado, y no es posible descubrir la huella de su paso ni la estela de su quilla en las olas; como pájaro que volando atraviesa el aire, de su vuelo no se encuentra vestigio alguno; moviendo sus remos golpea el aire ligero, lo corta con agudo silbido, se abre camino batiendo las alas y después no se descubre señal de su paso; como flecha disparada al blando; el aire hendido refluye al instante sobre sí y no se sabe el camino que le flecha siguió (Sab. 5, 9-12).
-Los condenados del infierno no pueden desplazarse a la gloria ni los bienaventurados del cielo pueden desplazarse al infierno, ni temporal ni definitivamente.
Pero Abraham le dijo: Hijo, recuerda que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, males; ahora pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros (Lc. 16, 25-26).
Aclaración. En esta parábola del rico Epulón está simbolizada la imposibilidad de los bienaventurados y de los condenados de poder cambiar su destino.
-En el infierno no hay acusación del número de años que cada uno vivió, sino del mal uso que se hizo de ellos.
Sólo se encuentran un texto alusivo.
Al padre impío le reprochan sus hijos,
porque por causa de él viven en oprobio.
¡Ay de vosotros, impíos,
que la ley de Altísimo habéis abandonado! (Si. 41, 7).
-De tinieblas, sombra, obscuridad y desorden
-De cárcel, encerrados a su pesar
-De hambre
-El ambiente que existe en el infierno es de absolutas tinieblas, sombra, obscuridad y desorden.
…antes que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombra, tierra de obscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la calígine (Job 10, 21-22).
Aclaración:
a) -Tinieblas.
Situación de muerte a la vida de Dios, a causa del pecado, diametralmente opuesta a la situación de vida de gracia por el amor a Dios.
«…Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz…» (1 Petr. 2, 9).
b) -Sombra.
Es una situación de vacío en el que el condenado suspira por un bien que desea y que sabe que nunca llega, en medio del infortunio que sabe que nuca pasa.
Situación parecida a la de Job cuando exclamaba: «Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido» (Job 3, 3).
c) -Obscuridad.
Carencia de la luz de Cristo que es la luz verdadera (Jn. 1, 9).
…la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para nosotros (Sab. 5, 6).
Esperábamos la luz y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en obscuridad (Is. 59, 9).
d) -Desorden.
Carencia de la Ley de Cristo que es el amor. pensamientos y sentimientos de odio contra Dios y recíprocamente de unos contra otros.
Has de saber, pues, que Yahvéh da su merecido en su propia persona a quien le odia.
Esperábamos paz y ni hubo bien alguno (Jer. 8, 5).
Aclaración. Dios no odia ni al pecador ni al condenado.
¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado -oráculo del Señor Yahvéh- y no más bien en que se convierta de su conducta y viva? (Ez. 18, 23).
(En Dios todos sus pensamientos, deseos y acciones pertenecen a un momento eterno)
Dios sí odia el pecado:
-el falso juramento:
…mal unos contra otros no meditéis en vuestro corazón, y juramento falso no améis, porque todas estas cosas las odio yo, oráculo de Yahvéh (Zac. 8, 17).
-el repudio:
Pues yo odio el repudio, Dios Yahvéh Dios de Israel (Mal. 2, 16).
-la rapiña:
Pues yo, Yahvéh, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen (Is. 61, 8).
-la hipocresía cultual:
Yo detesto, desprecio vuestras fiestas y no gusto el olor de vuestras reuniones (Am. 5, 21).
(Se refiere a quienes cumplen ciertos ritos del culto, y desprecian los preceptos más elementales del amor y de la justicia).
-La idolatría de los cananeos:
Porque todo lo que es abominación para Yahvéh, lo que detesta, lo han hecho ellos en honor de sus dioses; llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos e hijas en honor de sus dioses (Deut. 12, 31).
Aclaración. Hay expresiones en la Sagrada Escritura en las que se afirma que Dios odia al pecador, pero esto es sólo una forma de expresión. A esta palabra ODIAR, hay que limpiarla de todo rencor, de toda voluntad de perjudicar. Hay que tener en cuenta que el pecador forma, en cierta manera, cuerpo con su pecado, y de aquí este modo de expresión.
Dios odia al violento,
Yahvéh explora al justo y al impío: su alma odia a quien ama la violencia (Sal. 11, 5).
al idólatra,
Dios de verdad, tú detestas a los que veneran vano ídolos (Sal. 31, 7).
al hipócrita.
muchas cosas detesto, mas nada como a éste, y también el Señor lo detesta (Si. 27, 24).
a los malhechores,
Detestas a todos los agentes del mal, pierdes a los mentirosos: al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahvéh (Sal. 5, 6-7).
a Esaú,
Sin embargo yo amé a Jacob y a Esaú le aborrecí (Mal. 1, 2-3).
Conclusión. Dios odia al pecado, pero jamás al pecador.
Diles: «Por mi vida, oráculo del Señor Yahvéh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino que el malvado cambie de conducta y viva (Ez. 33, 11).
-El infierno es a modo de cárcel, en que los condenados son encerrados a su pesar.
Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro,… (2 Pe. 2, 4).
…y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas… (Jud. 6).
Dominó a la Serpiente, la Serpiente antigua -que es el Diablo y Satanás- y la encadenó por mil años (Apoc. 20, 2).
-Los condenados del infierno padecen las penas del hambre.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! (Mc. 6, 25).
Aclaración. Es un profecía de Jesucristo.
68. Infierno. Quienes se condenan
-No hay certeza de la condenación de nadie
-Un número indeterminado
-Los impíos que mueren obstinados en sus pecados
-Los que quebrantan la Ley de Dios
-Los pecadores empedernidos que mueren obstinados
-Los que no creen en Cristo y permanecen en la impenitencia de su corazón en el momento de la muerte
-Los que viven fuera de la Iglesia conscientes y obstinados en su error
-Los que rechazan a Cristo y su doctrina
-Los Reyes u otros altos cargos que no gobiernan justamente
-Los agentes de la iniquidad
-Los ricos que hacen mal caso de sus riquezas
-Los seguidores del Anticristo
-No hay certeza de la condenación de nadie.
Cristo dijo de Judas:
Mas le valiera a ese hombre no haber nacido (Mt. 26, 24).
Cristo dijo en su oración sacerdotal:
He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura (Jn. 17, 12).
Cristo dijo durante el lavatorio de los pies:
Y vosotros estáis limpios, aunque no todos (Jn. 13, 10).
De estas expresiones de la Sagrada Escritura no se puede afirmar la condenación de Judas porque:
-Cristo pudo haberse referido a la desgracia de la vida presente,
-La Iglesia no ha declarado jamás la condenación de nadie,
-No se puede afirmar el resultado de lo que puede ocurrir entre el alma del que muere en circunstancias muy inquietantes y Dios que le ha de juzgar siempre llevado de su misericordia. Además, Dios tiene deseos de salvar a todos sus hijos para lo cual cuenta con los méritos infinitos de la Redención, obtenidos nada más que para aplicarlos a sus hijos necesitados de los mismos.
-Un número indeterminado de hombres padecerán para siempre las penas eternas del infierno.
…Jesús dijo a los que le seguían: «…los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 8, 12).
Jesús respondió: «…El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto el rechinar de dientes…» (Mt. 13, 41).
Él respondió: «…Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 50).
Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas diciendo: «…Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt. 22, 13).
Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 41).
-Los hombres impíos que mueren voluntaria y libremente obstinados en sus pecados, serán objeto de la ira de Dios y se presentarán ante el juicio final acobardados, consternados, sobrecogidos de espanto y será arrojados a las tinieblas eternas.
a) -Serán objeto de la ira de Dios.
…tu ira ardiente devorará a tus adversarios (Is. 26, 11).
b) -Se presentarán ante el juicio acobardados.
Irán acobardados a dar cuenta de sus pecados, y sus iniquidades se levantarán contra ellos para acusarles (Sab. 4, 20).
c) -Al ver a los justos, quedarán consternados, sobrecogidos, estupefactos.
Al verle, quedarán consternados, sobrecogidos de espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvación (de los justos) (Sab. 5, 2).
d) -Serán arrojados a las tinieblas eternas.
…mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 8, 12).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los agentes de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes (Mt. 13, 41-42).
Muchos seguirán su libertinaje y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado. Traficarán con vosotros por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación no está ociosa, ni su perdición dormida (2 Pe. 2, 2-3).
Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único y Señor nuestro Jesucristo (Jud. 4).
Aclaración. «su condenación no está ociosa» designa la sentencia pronunciada ya contra los falsos doctores.
-Los que quebrantan voluntaria y libremente cualquier precepto de la Ley de Dios en materia grave, padecerán las penas eternas del infierno, a no ser que hayan sido justificados antes de su muerte.
No se trata de los que alguna vez pecan por debilidad, a pesar de que luchan por no ofender a Dios, sino de los que, a ciencia y conciencia, permanecen en actitud de desprecio de su divina Ley.
Si, los que se alejan de ti perecerán,
tú aniquilas a todos los que te son adúlteros (Sal. 73, 27).
No os busquéis la muerte con los extravíos de vuestra vida, no os atraigáis la ruina con las obras de vuestras manos;… (Sab. 1, 13).
Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables halló su alma complacencia. También yo elegiré el vejarlos y sus temores traeré sobre ellos, por cuanto que llamé y no escucharon, sino que hicieron lo que me parece mal y lo que no me gusta eligieron (Is. 66, 3-4).
El que peque es quien morirá (Ez. 18, 4).
Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente réproba, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen (Rom. 28-32).
¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, n los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6, 9-11).
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos; ni la corrupción hereda la incorrupción (1 Cor. 15, 50).
Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios (Gál. 5, 19-21).
Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso -que es ser idólatra- participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios (Ef. 5, 5).
…cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles, en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús. Éstos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (2 Tes. 1, 7-9).
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda (Apoc. 21, 8).
¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todo el que ame y practique la mentira! (Apoc. 22, 15).
Aclaración. Mayor demostración aún de que los pecadores arrepentidos y perdonados no padecerán las penas del infierno.
a) -La Magdalena:
Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque muestra mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.» Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz» (Luc. 7, 47).
b) -Los publicanos y las rameras.
Díceles Jesús: «En verdad os digo, los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vio Juan antes que vosotros caminando en justicia y no creisteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo os arrepentisteis después para creer en él (Mt. 21, 31-32).
c) -El buen ladrón:
Uno de los malhechores colgado le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? ¡Pues sálvate a ti y a nosotros!» Pero el otro le reprendió diciendo: «¿Es que no temes a Dios tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestro hechos; en cambio éste nada malo ha hecho.» Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc. 23, 39-43).
-Los pecadores inveterados y empedernidos en la vida presente que mueren obstinados en el mal van al infierno.
…el Señor…usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sin que todos lleguen a la conversión (2 Pe. 3, 9).
Aclaración. La voluntad salvífica de Dios supone la concesión de las gracias suficientes para la conversión que, en último término, depende de la voluntad libre del pecador.
-Los que no creen en Cristo, practican la iniquidad, son rebeldes e indóciles a la verdad y permanecen en la dureza e impenitencia de corazón padecerán las penas eternas del infierno.
Y la condenación está en que vino la luz del mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz,… (Jn. 3, 19-20).
…Dios, el cual dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación (Rom. 2, 6-8).
Por la dureza e impenitencia de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios (Rom. 2, 5).
…para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad (2 Tes. 2, 12).
-Y los que permanecen fuera de la Iglesia advertida y libremente, serán condenados para siempre.
Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 15-16).
Aclaración. Al mandato de Cristo de predicar corresponde la obligación de los hombres de creer. Está mandado por derecho divino positivo que todos pertenezcan a la Iglesia, pero carecen de culpabilidad aquéllos que no creen por ignorancia invencible.
-Los que rechazan a Jesucristo y a su doctrina sufrirán las penas eternas del infierno.
Jesús añadió: «…Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestro pecados» (Jn. 8, 24).
Jesús gritó: «…El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le condene: La Palabra que yo he hablado, ésa le condenara el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna…» (Jn. 12, 48-50).
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden (Jn. 15, 6).
-Los reyes u otros altos cargos que no gobiernan justamente serán atormentado más especialmente en el infierno.
Si, como ministros que sois de su reino, no habéis gobernado rectamente, ni guardado la Ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios, terrible y repentino caerá sobre vosotros. Porque un juicio implacable espera a los que mandan; al pequeño, por piedad se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente castigados (Sab. 6, 4-6).
-Los agentes de la iniquidad padecerán las penas eternas del infierno.
Apartaos de mí todos los malvados,
pues Yahvéh ha oído la voz de mis sollozos (Sal. 6,9).
Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de la iniquidad! (Mt. 7, 23).
Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él les respondió: «En verdad os digo que no os conozco» (Mt. 25, 12).
Uno de dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo: «Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán (Lc. 13, 23-24).
…y os volverá a decir: «no sé de dónde sois. ¡Apartaos de mí, todos los agentes de iniquidad!» (Lc. 13, 27).
Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena (Lc. 14, 24).
¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame practique la mentira! (Apoc. 22, 15).
-Los ricos que hacen mal uso de sus riquezas y los poderosos que abusan de su poder viven con grande riesgo de condenarse para siempre.
¿Dónde están los príncipes de las naciones, y los que dominan las bestias de la tierra, y los que juegan con las aves del cielo, los que atesoran la plata y el oro en que confían los hombres, y cuyo afán de adquirir no tiene fin; los que labran la plata con cuidado, mas no dejan traza de sus obras?
Desaparecieron, bajaron al seol, y otros surgieron en su lugar.
Otros más jóvenes que ellos vieron la luz y vivieron en la tierra; pero el camino de la ciencia no lo conocieron, ni comprendieron sus senderos (Bar. 3, 16-21).
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero y algunos, por dejarles llevar de él se extravían en la fe y se atormentaron con muchos dolores (1 Tim. 6, 9-10).
Ahora bien, vosotros ricos, llorad y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como (Sant. 5, 1-3).
Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos. Habéis vivido en la tierra galanamente y os habéis entregado a los placeres; habéis hartado vuestro corazones en el día de la matanza. Condenasteis y matasteis el justo; él no os resiste (Sant. 5, 4-6).
-Los seguidores del Anticristo serán condenados para siempre.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se ha de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado (2 Ts. 2, 9-10).
Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad (2 Ts. 2, 11-12).
Aclaración. «Verdad» y «mentira» tienen aquí un valor religioso que abarca la vida y las obras.
Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad (1 Jn. 3, 18).
-La transgresión de un sólo mandamiento
-El alejamiento de Dios
-El adulterio
-La respuesta negativa del hombre al ofrecimiento divino de Salvación
-El rechazo de los medios que Dios pone a disposición del hombre para que pueda salvarse
-La transgresión de un sólo mandamiento merece el castigo de todas las penas del infierno en su especie.
porque quien observa toda la Ley, pero falta en un sólo precepto, se hace reo de todos (Santo. 2, 10).
-El alejamiento de Dios, que es el principio del pecado de la soberbia, merece las penas de la condenación eterna.
Soberbia es el apetito de la propia excelencia.
Después serán cadáveres despreciables, objeto de ultraje entre los muertos para siempre. Porque el Señor les precipitará de cabeza, sin habla, les sacudirá de sus cimientos; quedarán totalmente asolados, sumidos en el dolor, y su recuerdo se perderá (Sab. 4, 19-20).
El comienzo del orgullo del hombre es alejarse del Señor,Jn.ando de su Hacedor se apartó su corazón.
Que el comienzo del orgullo es el pecado,
el que se agarra a él vierte abominación.
Por eso les dio el Señor asombrosos castigos,
y les abatió hasta aniquilarlos (Si. 10, 12-13).
Aclaración. Este lugar del libro de la Sabiduría 4, 19 está inspirado en:
¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia! Ha quebrado Yahvéh la vara de los malvados, el bastón de los déspotas,… (Is. 14, 4-5).
-El adulterio es camino que conduce al infierno.
…su casa está inclinada hacia la muerte,
hacia las sombras sus tortuosos senderos.
Nadie que entre por ella volverá,
no alcanzará las sendas de la vida (Prov. 2, 18-19).
Sus pies descienden a la muerte,
sus pasos se dirigen al seol (Prov. 5, 5).
…no se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
no te descarríes por sus senderos,
porque a muchos ha hecho caer muertos,
robustos eran todos los que ella mató.
su morada es camino del seol,
que baja hacia las cámaras de la muerte (Prov. 7, 25-27).
Aclaración. «su casa», «sus pasos», «sus caminos», «su morada», se refieren a los de la mujer adúltera.
-La respuesta negativa de la voluntad libre del hombre al ofrecimiento divino de salvación ocasiona consecuencias tremendas e irreparables.
¡Es tremendo caer en las manos de Dios vivo! (Hebr. 10, 31).
Aclaración. Caer en las manos de Dios vivo se experimentar las penas del infierno como consecuencia de una respuesta negativa de la voluntad libre del hombre al ofrecimiento divino de salvación.
-Los condenados del infierno están allí por haber rechazado los medios que Dios ha puesto amorosamente a su disposición para que puedan salvarse.
Convertíos por mis reprensiones:
voy a derramar mi espíritu para vosotros,
os voy a comunicar mis palabras.
Ya que os he llamado y no habéis querido,
ha tendido mi mano y nadie ha prestado atención,
habéis despreciado todos mis consejos,
no habéis hecho caso de mis reprensiones (Prov. 1, 23-25).
70. Infierno. Condenación de los malvados
-Fue profetizada en el A. y en el N. Testamento
-Hay certeza de la condenación de muchos
-Existen condenados para siempre en el Infierno
-Es cierta la condenación de masas de hombres en pueblos corrompidos
-La condenación de los malvados está profetizada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
a) -En el antiguo.
Apartaos de mí todos los malvados,
pues Yahvéh ha oído la voz de mis sollozos (Sal. 6, 9).
¡Apartaos de mí, malvados,
quiero guardar los mandamientos de mi Dios! (Sal. 119, 115).
b) -En el nuevo.
Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt. 7, 23).
…y os volverá a decir: «No sé de dónde sois. ¡Apartaos de mí, todos los agentes de iniquidad!» (Lc. 13, 26-27).
-Hay certeza de la condenación de muchos, pero no podemos precisar número ni absoluto ni relativo.
Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellas que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá, su fuego no se apagará y serán el asco de toda carne (Is. 66, 24).
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno (Dan. 12, 2).
Aclaración. Ni en éstas ni en otras expresiones de la Sagrada Escritura se precisa el número de los condenados.
En el juicio final, Cristo dirá a los colocados a su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
Igualmente dirá a los colocados a su izquierda:
Apartaos de mí, malditos al fuego eterno (Mt. 25, 41).
Además, en el Juicio final,
serán congregadas delante de él, todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda (Mt. 25, 32).
Igualmente, tampoco en estas expresiones del Nuevo Testamento se indica el número ni de los que se salvan ni de los que se condenan.
-Existen los réprobos o condenados para siempre en el infierno.
Tu mano alcanzará a todos tus enemigos,
tu diestra llegará a los que te odian;
harás de ellos como un horno de fuego,
el día de tu rostro;
Yahvéh los tragará en su cólera,
y el fuego los devorará;… (Sal. 21, 9-10).
Como ovejas son llevadas al seol,
los pastores la Muerte,… (Sal. 49, 15).
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles,
que recogerán de su Reino a todos los escándalos y a los agentes de la iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego;… (Mt. 13, 41-42).
Entonces dirá también a los de su izquierda:
«Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles…» (Mt. 25, 41).
…porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio, sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras y desprecian el Señorío (2 Pe. 2, 9-10).
…y el que no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (Apoc. 20, 15).
-Es cierta la condenación de masas de hombres en pueblos corrompidos.
Moisés convocó a todo Israel y les dijo: «…Por eso se ha encendido la ira de Yahvéh contra este país (Egipto) y ha traído sobre él toda la maldición escrita en este libro. Yahvéh los ha arrancado de su suelo con cólera, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otro país donde hoy están (Deut. 29, 26-27).
Ella, -la sabiduría- en el exterminio de los impíos, salvó al justo cuando escapaba del fuego que se abatía sobre las Cinco Ciudades. Como testimonio de aquella maldad subsiste todavía una tierra desolada, humeante,… (Sab. 10, 7-8).
De no habernos dejado Yahvéh Sebaot un residuo minúsculo, como Sodoma seríamos, a Gomorra nos pareceríamos (Is. 1, 9).
Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios (Is. 13, 19).
Cual la catástrofe de Sodoma y Gomorra y su vecinas -dice Yahvéh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano (Jer. 49, 18).
Como en la catástrofe causada por Dios a Sodoma, Gomorra y sus vecinas -oráculo de Yahvéh- donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano (Jer. 50, 40).
Les haré bajar -a los habitantes de Babilonia- como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos (Jer. 51, 40).
Os he derribado -habitantes de Israel- como cuando Dios derribó a Sodoma y a Gomorra, habéis quedado como un tizón sacado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí? oráculo de Yahvéh (Am. 4, 11).
Lo mismo sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos (Lc. 17, 28-29).
…el Señor, habiendo librado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyó después a los que no creyeron;…Y los mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras un uso innatural de la carne, padeciendo la pena de un fuego eterno,… (Jud. 5, y 7).
…son -los falsos doctores- nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (Jud. 12, 13).
71. Cielo. Profetización – Existencia
-Como recompensa fue ya insinuado antes de los Profetas
-Fue profetizada en el A. T.
-Existe el Cielo
-El cielo, como recompensa reservada a los justos después de la muerte, fue ya insinuado en el Antiguo Testamento antes de los profetas.
Yahvéh se le apareció aquella noche y dijo: «yo soy el Dios de tu Padre Abraham. No temas, porque estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo» (Gén. 26, 23-24).
-El cielo, como recompensa reservada a los justos después de la muerte, fue profetizada claramente en el Antiguo Testamento, por los profetas.
Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentado los mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear (Is. 65, 17-18).
En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, y este reino no pasará a otro pueblo (Dan. 2, 44).
Los que han de recibir el reino de los santos del Altísimo, que poseerán el reino eternamente por los siglos de los siglos (Dan. 7, 18).
Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos serán dado al pueblo de los santos del Altísimo. Reino eterno es su reino, y todos los imperios le servirán y le obedecerán (Dan. 7, 27).
-Existe el cielo.
Cielo es el bien perfecto que sacia plenamente (Sto. Tomás).
La reunión de todos os bienes en estado perfecto y acabado. (Boecio).
Ninguna otra verdad se repite tanto en la Sda. Escritura como la existencia del cielo.
Padre nuestro que estás en los cielos… (Mt. 6, 9).
No despreciéis a uno de estos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre que están en los cielos (Mt. 18, 10).
E irán los justos a un vida eterna (Mt. 25, 46).
Hoy estarás conmigo en el paraíso (Lc. 23, 43).
Yo soy el pan vivo bajado del cielo (In. 6, 51).
Pues sabemos que, si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos de Dios una sólida casa, no hecha por mano de hombres, eterna en los cielos (2 Cor. 5, 1).
-La operación propia del entendimiento de los bienaventurados es la contemplación de la verdad
-La visión beatífica es una intuición de la esencia divina
-Dios concede el «Lumen gloriae» al entendimiento de los bienaventurados para que puedan contemplarle tal cual es
-Los bienaventurados gozan de un conocimiento inmediato de la esencia divina
-Ven a Dios tal cual es
-Ven la esencia, los atributos, las relaciones y las perfecciones de Dios
-La bienaventuranza objetiva consiste solamente en Dios
-La operación propia del entendimiento de los bienaventurados en el cielo es la contemplación de la verdad.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt. 5, 8).
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo imperfecto, pero entonces conoceré como soy conocido (1 Cor. 13, 12).
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque Le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
-La visión beatífica es una intuición pura y simple de la esencia divina.
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo imperfecto, pero entonces conoceré como soy conocido (1 Cor. 13, 12).
Aclaración. La contemplación es la intuición pura y simple de una verdad. Excluye todo razonamiento o discurso del entendimiento. La visión beatífca es una contemplación sobrenatural, una intuición simple de la VERDAD, tal y como es en sí misma, sin intermedio de criatura alguna. Es un éxtasis eterno que sumerge a la criatura en una felicidad indescriptible de la que ahora no tenemos más que una idea muy obscura. Ocupa el grado último y más elevado de la escalada contemplativa.
-Dios concede el «Lumen gloriae» al entendimiento creado en la bienaventuranza eterna, y así lo eleva, fortalece, capacita y dispone para que pueda contemplarle tal cual es.
El «Lumen gloriae» es un hábito intelectual operativo, a modo de fuerza creada, para ser infundido en el entendimiento creado y disponerlo así para la unión inteligible con la misma esencia divina y hacerlos capaz de realizar el acto de la visión beatífica.
La existencia del «Lumen gloriae» no consta directamente en la Sagrada Escritura, pero se deduce con bastante claridad de los textos siguientes:
Yahvéh, mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer? (Sal. 27, 1).
…en ti está la fuente de la vida,
y en tu luz veremos la luz (Sal. 36, 10).
…anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman (1 Cor. 2, 9).
…el Señor de los Señores, el único que posees Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver (1 Tim. 6, 16).
Por tanto, el hombre no puede ver a Dios como es en sí mismo, por su sola capacidad natural.
Pero,
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque Le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
Por tanto, hay que admitir un principio o fuerza intelectual que eleve y capacite el entendimiento creado para que pueda ver a Dios tal y como es. Este principio es el «Lumen gloria»
Ya no habrá noche: no tiene necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos (Apoc. 22, 5).
-Los bienaventurados del cielo gozan de un conocimiento inmediato de la esencia divina.
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara (1 Cor. 13, 12).
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque Le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
-Los bienaventurados del cielo ven a Dios presente, tal y como Él es en sí mismo.
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo imperfecto, pero entonces conoceré como soy conocido (1 Cor. 13, 12).
Sabemos que, cuando se manifieste. Seremos semejantes a Él, porque Le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
-Los bienaventurados ven la esencia, los atributos, las relaciones y todas las perfecciones que existen en Dios.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara (1 Cor. 13, 12).
Aclaración. La esencia, los atributos, las relaciones y todas las perfecciones se identifican entre sí. Por tanto, los que ven a Dios como es en sí, ven también todas perfecciones que existen en Él.
-La bienaventuranza objetiva del hombre consiste solamente en Dios.
Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo (Jn. 17, 3).
-De Dios, de Cristo, de los Ángeles y de los bienaventurados
-El cielo es morada de Dios, de Cristo glorificado, de los Ángeles y de los bienaventurados.
a) -Morada de Dios.
Mira; A Yahvéh tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos,… (Deut. 10, 14).
Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo te he construido! (1 Reg. 8, 27).
Pero ¿quién será capaz de construirle una Casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? (2 Cron. 2, 5).
Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo te he construido! (2 Cron. 6, 18).
Aquel que se sienta en los cielos se sonríe,… (Sal. 2, 4).
Yahvéh en su Templo santo, Yahvéh su trono está en los cielos;… (Sal. 11, 4).
Se asoma Yahvéh desde los cielos hacia los hijos de Adán,… (Sal. 14, 2).
Clamé a Yahvéh en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo,… (Sal. 18, 7).
Respondióles: «Soy hebreo y temo a Yahvéh, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra» (Jon. 1, 9).
…teniendo presente que está en los cielos el Amo vuestro y de ellos… (Ef. 6, 9).
Amos, dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente que también vosotros tenéis un Amo en el cielo (Col. 4, 1).
Los supervivientes, presa de espanto, dieron gloria al Dios del cielo (Apoc. 11, 13).
b) -Morada de Cristo glorificado.
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Mc. 16, 19).
…a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal,… (Hch. 3, 21).
…tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,… (Hebr. 8, 1).
…la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos (Ef. 1, 20).
…Jesucristo, que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios,… (1 Pe. 3, 22).
c) -Morada de los ángeles.
Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor (Tob. 12, 15).
…yo os digo que sus ángeles en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos (Mt. 18, 10).
Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer, ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo (Mt. 22, 30).
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo,… (Mt. 24, 36).
Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos (Mc. 12, 25).
Pero aun cuando nosotros mismo o un ángel del cielo os anunciará un evangelio distinto… (Gál. 1, 8).
…delante del trono arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios (Apoc. 4, 5).
Vi entonces a los siete Ángeles que están en pie delante de Dios;… (Apoc. 8, 2).
d) -Morada de los bienaventurados.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos,… (Mt. 5, 12).
Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también su corazón (Mt. 6, 20).
Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo (Lc. 6, 23).
Haceos bolsas que no se deterioren, un tesoro que no os fallará en los cielos, donde no llega el ladrón, ni roe la polilla;… (Lc. 12, 33).
…tenemos una casa que es de Dios: una habitación eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos (2 Cor. 5, 1).
…y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,… (Ef. 2, 6).
Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como también vencí y me senté con mi Padre en su trono (Apoc. 3, 21).
Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero,… (Apoc. 7, 9).
74. Cielo. Felicidad de los bienaventurados
-Todos los bienes de que disfrutan consisten en la posesión de Dios y derivan de Él
-Son inmunes de todo mal y gozan de todo bien
-Están siempre inundados de un gran gozo
-Este gozo llena totalmente las profundidades del alma
-La esencia metafísica se salva con el acto del entendimiento pero la física incluye también el gozo y el amor beatífica
-Todos los bienes de que disfrutan los bienaventurados del cielo consisten en la posesión de Dios y derivan de Él.
Los justos, en cambio, viven eternamente; en el Señor está su recompensa, y su cuidado en el Altísimo. Recibirán por eso de mano del Señor la corona real del honor y la diadema de la hermosura; pues con su diestra les protegerá y les escudará con su brazo (Sab. 5, 15-16).
-Los bienaventurados del cielo son inmunes de todo mal y gozan de todos bien.
a) -Inmunes de todo mal.
Ya no tendrán hambre ni sed; ya no les molestará el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida (Apoc. 7, 16-17).
Y enjugara toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado (Apoc. 21, 4).
b) -Gozan de todo bien.
Y mi alma exultara en Yahvéh, en su salvación se gozará (Sal. 35, 9).
Se sacian de la grasas de tu Casa, en el torrente de tus delicias los abrevas;… (Sal. 36, 9).
Que yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen (Sal. 17, 15).
…anunciamos: los que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman (1 Cor. 2, 9).
-Los bienaventurados del cielo estarán siempre inundados de un gran gozo.
Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear (Is. 65, 17-18).
Díjole su Señor: «¡Bien, siervo bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te pondré por eso al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu Señor» (Mt. 25, 21).
Aclaración. Este «gozo» es el propio del banquete celestial. «Te pondré al frente de lo mucho» designa la participación activa en el Reino de Jesucristo.
-El gozo producido por la posesión y la visión de Dios en el cielo llena totalmente las profundidades del alma y sacia plenamente las aspiraciones del corazón de los bienaventurados.
Que yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen (Sal. 17, 15).
Entra en el gozo de tu Señor (Mt. 25, 21).
También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón, y nadie os podrá quitar vuestra alegría (Jn. 16, 22).
Aclaración. Este gozo que allí se experimenta es una hartura siempre nueva, porque su novedad no cesa.
-La esencia metafísica de la bienaventuranza eterna se salva solamente con el acto del entendimiento -visión de la esencia divina-, pero su esencia física e integral incluye además el gozo y el amor beatíficos.
a) -La visión.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt. 5, 8).
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo (Jn. 17, 3).
b) -El gozo.
«…entra en el gozo de tu señor» (Mt. 25, 21).
Os he dicho esto para que mi gozo esté con vosotros, y vuestro gozo sea colmado (Jn. 15, 11).
Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo (Jn. 16, 20).
c) -El amor.
La caridad no acaba nunca (1 Cor. 13, 8).
Aclaración. La verdad infinita -Dios- se presenta al entendimiento creado como un bien infinito, que induce a la voluntad al amor que sacia plenamente la capacidad afectiva del espíritu creado. De ambos, -verdad y amor- se sigue un gozo y una fruición inmensos.
75. Cielo. Excelencia de los bienes eternos
-La vida eterna es mucho más excelente que la vida temporal
-Los bienes de este mundo valen muy poco comparados con el calor de los eternos
-Los bienes espirituales superan en mucho a los bienes temporales
-La grandeza de los bienes eternos exceden a la capacidad del entendimiento humano
-La caridad permanecerá inextinguible en los bienaventurados
-La vida eterna es mucho más excelente que la vida temporal.
A estos doce envió Jesús, después de haberles dado estas instrucciones: «…Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma;… (Mt. 10, 28).
«…El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará (Mt. 10, 39).
Decía a todos: «…Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida, por mí, ése la salvará (Lc. 9, 24).
…se puso -Jesús- a decir a sus discípulos: «…Os digo a vosotros, amigos míos. No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quien debéis temer: temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna; sí os repito: temed a ése (Lc. 12, 4-5).
Jesús les respondió; «…El que ama su vida, la pierde; el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna (Jn. 12, 25).
-Los bienes de este mundo valen muy poco en comparación con el valor y la grandeza de los bienes eternos.
Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? (Mt. 16, 26).
Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? (Mc. 8, 36).
Pues ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? (Lc. 9, 25).
-Los bienes espirituales y eternos dispuestos por Dios para premiar a sus hijos, constituyen un valor que supera a los bienes temporales, en mucho por sí mismos e infinitamente por su duración.
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben…» (Mt. 6, 19).
Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura (Mt. 6, 33).
Llamando a la gente y a la vez que a sus discípulos, les dijo: «…Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?…» (Mc. 8, 36).
Dijo a sus discípulos: «…porque la vida vale más que el alimento,…» (Lc. 12, 23).
Aclaración. Vida, se interpreta la eterna.
«Tesoros en la tierra», «esas cosas», «el mundo entero», «el alimento» expresan los bienes materiales y temporales de este mundo.
«Tesoros en el cielo», «el Reino de Dios y justicia», «La vida», expresan los bienes espirituales y eternos que Dios dispone para sus hijos.
-La grandeza y excelencia de los bienes eternos exceden a la capacidad del entendimiento humano.
Trabajosamente conjeturamos los que hay sobre la tierra y con fatiga hallamos lo que está a nuestro alcance; ¿quién, entonces, ha podido rastrear lo que está en los cielos? (Sab. 9, 16).
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestro (Is. 55, 9).
Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿Cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? (Jn. 3, 12).
…anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman (1 Cor. 2, 9).
-La caridad permanecerá inextinguible en el corazón de todos los bienaventurados.
La caridad no acaba nunca (1 Cor. 13, 8).
76. Cielo. Manifestación de su gloria
-Adán vio la esencia divina
-Dios ha manifestado su gloria a los hombres algunas veces
-Adán vio la divina esencia cuando estuvo en un profundo sueño.
No es verdad deducida claramente del texto sagrado, sino una simple suposición, sin apenas fundamento.
Entonces Yahvéh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió (Gén. 2, 21).
-Dios ha manifestado algunas veces la gloria del cielo a los hombres.
Y dije: «¡…al rey Yahvéh han visto mis ojos!» (Is. 6, 5).
Respondió Jesús: «…Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró» (Jn. 8, 56).
No podían creer, porque también había dicho Isaías: Ha cegado sus ojos, ha endurecido su corazón; para que no vean con los ojos, ni comprendan con el corazón, ni se conviertan, ni yo los sane.
Isaías dijo esto cuando vio su gloria y habló de él (Jn. 12, 39-40).
Aclaración: «Gloria» en el lenguaje bíblico es la irradiación esplendorosa del ser divino, la fulguración de sus perfecciones y la manifestación sensible de su presencia.
77. Cielo. Qué conocen y qué desconocen
-Con el «Lumen gloriae» conocen los decretos libres de Dios relativos a Él mismo
-Los decretos libres relativos a sí mismos y todo lo que se refiere a ellos
-Los actos libres de la voluntad divina
-Conocerán después del Juicio final todas las cosas que Dios conoce por la ciencia de la visión
-No conocen los decretos libres de Dios relativos a las criaturas
-Ni determinadas circunstancias de los misterios de la fe
-No ejercitarán la virtud de la esperanza
-Los bienaventurados del cielo, con la posesión del «Lumen gloriae» pueden conocer y conocen los decretos libres de Dios relativos a Él mismo.
Le dice Jesús -a Felipe-: «…Él que me ha visto a mí, ha visto al Padre…» (Jn. 14, 9).
Aclaración. La esencia, las personas, los atributos y las operaciones «ad intra» constituyen un acto simplicísimo en Dios que carece de distinciones y de divisiones. Por tanto, la visión de la esencia divina incluye la de sus propios decretos.
-Todos y cada uno de los bienaventurados del cielo conocen, por efecto de la visión beatífica, los decretos libres de Dios acerca de sí mismos, y todo lo que especialmente se refiera a ellos.
Díjole su señor: «¡Bien, siervo bueno y fiel!», has sido fiel en lo poco, te pondré por eso al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu señor» (Mt. 25, 21).
Aclaración. Se entiende un gozo saciativo, que no sería tal si no conociesen algo relativo a sí mismos.
-Los bienaventurados del cielo pueden conocer, por efecto de la visión beatífica, los actos libres de la voluntad divina.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2).
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara (1 Cor. 13, 12).
Aclaración. Los actos libres de la voluntad divina se identifican con su propio ser.
-Los bienaventurados del cielo, conocerán todas las cosas que Dios conoce por la ciencia de la visión, después del juicio final.
Así parece deducirse del texto siguiente:
La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero (Apoc. 21, 23).
-Ningún bienaventurado conoce ni puede conocer, por efecto de la visión beatífica, todos los decretos libres de Dios relativos a las criaturas.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mc. 13, 32).
Aclaración. Es una afirmación de Cristo acerca del momento de su segunda venida, que parece puede extenderse además a todos los posibles.
-Los bienaventurados del cielo no conocen determinadas circunstancias de los misterios de la fe.
Por ejemplo: El día y la hora de la resurrección de los muertos, del fin del mundo, de la segunda venida de Jesucristo y del juicio final.
Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre (Mc. 13, 32).
-Los bienaventurados del cielo no tienen que ejercitar la virtud de la esperanza porque están ya en la posesión plena, perfecta y perdurable del bien infinito y plenamente saciativo.
Porque nuestra salvación es objeto de esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? (Rom. 8, 24).
Aclaración. Los bienaventurados del cielo, antes del juicio final, desean la resurrección y la glorificación de su propio cuerpo y la salvación eterna de todos los hombres, pero esto no es un acto de esperanza, porque gozan de Dios y participan de la eternidad donde no hay distinción de pasado, presente y futuro. Esperar la salvación eterna de los hombres, no es por virtud de esperanza sino por amor de caridad.
78. Cielo. Situación de los bienaventurados
-No pueden pecar
-Están dotados de un resplandor especial
-Colocados a la derecha de Dios
-Reconocen y confiesan las alabanzas de Dios
-Existe una concordia y un orden absolutos entre todos ellos
-Poseen y gozan de una participación de la gloria de Jesucristo resucitado
-La misma que manifestó en la tierra y manifiesta en el cielo
-No pueden cambiar jamás de destino
-Los bienaventurados del cielo no pueden pecar en virtud del amor y de la visión beatíficos.
En ti está la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz (Sal. 36, 10).
Mas el que une al Señor, se hace un sólo espíritu con Él (1 Cor. 6, 17).
…Dios…mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,… (1 Pe. 1, 3-4).
Nada profano entrará en ella, ni los que cometen abominación y mentira,… (Apoc. 21, 27).
Aclaración. La unidad de espíritu supone unidad de pensamientos, deseos y acciones. De una fuente de donde emana la vida no puede emanar muerte que es el pecado. La unión de los bienaventurados con Dios, que es fuente de vida, no puede producir muerte, pecado.
-Los bienaventurados del cielo están dotados de un resplandor especial.
Entonces los justos brillarán como el seol en el Reino de su Padre (Mt. 13, 43).
-Los bienaventurados del cielo están colocados a la derecha de Dios.
Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda (Mt. 25, 33).
Aclaración. «Colocados a la derecha de Dios» significa que poseerán y se deleitarán eternamente en el gozo de pleno de la bienaventuranza divina.
-Los bienaventurados del cielo reconocen y confiesan las alabanzas de Dios.
Y toda criatura del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, todo lo que hay en ellos, oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos (Apoc. 5, 13).
-Entre todos los bienaventurados existirá una concordia y un orden absolutos.
Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo (1 Cor. 15, 28).
Y la paz de Dios que supera todo conocimiento, custodiará vuestro corazones y vuestro pensamientos, en Cristo Jesús (Fil. 4, 7).
Aclaración. El sometimiento de las cosas al Hijo, del Hijo al Padre, tendrá como resultado una armonía que excede todo entendimiento, y de la que ahora sólo nos podemos formar una idea imperfecta, lejana y obscura.
-Los bienaventurados del cielo poseen y gozan de una participación de la gloria de Jesucristo resucitado.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejante a Él, porque Le veremos tal cual es (Jn. 3, 2).
Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo (Rom. 8, 29).
La creación, en efecto fue sometida la vanidad,…en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Rom. 20, 21).
Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los celestes. Y del mismo modo que hemos revestido la imagen del hombre terreno, revestiremos también la imagen del celeste (1 Cor. 15, 48-49).
Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformados en esa mismo imagen cada vez más gloriosa, conforme a la acción del Señor, que es el Espíritu (2 Cor. 3, 18).
…y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los Cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia,… (Ef. 2, 6-7).
…el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas (Fil. 3, 21).
Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos con él (Col. 3, 4).
-La gloria de Jesucristo fue manifestada en parte durante su estancia en la tierra y será manifestada plenamente por toda la eternidad.
a) -Fue manifestada.
…hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad (Jn. 1, 14).
-En la transfiguración.
Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria,… (Lc. 9, 32).
-En los milagros.
Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos (Jn. 2, 11).
b) -Será manifestada.
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Jn. 17, 5).
Aclaración. Es la gloria que Jesús poseía en su preexistencia divina y la que le reserva el Padre desde toda la eternidad.
-Los bienaventurados del cielo no pueden jamás cambiar de destino.
Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a los lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (Lc. 16, 22).
…Abraham le dijo (al rico): «entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde vosotros» (Lc. 16, 26).
Aclaración. El abismo simboliza la imposibilidad de cambiar de destino.
-Las almas de todos los bienaventurados poseen algunos dotes especiales: la visión, el gozo y el amor
-Las almas de alguno bienaventurados están dotadas de ciertas aureolas especiales
-Las almas de todos los bienaventurados poseen algunos dotes especiales.
Dotes del alma bienaventurada son ciertas cualidades o disposiciones que realzan y adornan, permiten y capacitan para gozar convenientemente de los bienes inmensos que se le comunican.
Son tres, la visión, el gozo y el amor.
a) -La visión:
Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo (Jn. 17, 3).
b) -El gozo:
…entra en el gozo de tu señor (Mt. 25, 21).
Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado (Jn. 15, 11).
c) -El amor:
La caridad no acaba nunca (1 Cor. 13, 8).
Aclaración. La visión corresponde a la fe y es la misma inteligencia elevada por el «lumen gloriae» para capacitarla para contemplar la esencia divina. El gozo corresponde a la esperanza y es producido por la posesión del bien infinito deseado y pretendido por la misma esperanza aumentada por el mismo «lumen gloriae». El amor es la misma caridad consumada derivada de la visión y del gozo.
-Las almas de alguno bienaventurados están dotadas de ciertas aureolas especiales.
Aureolas son unas cualidades especiales merecidas por algunos bienaventurados, en virtud de las victorias alcanzadas con la práctica heroica de ciertas obras difíciles y penosas para la naturaleza humana.
Son tres: las de los doctores, las de los mártires y las de las vírgenes.
a) -Las de los doctores.
Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad (Dan. 12, 2).
Aclaración. Se trata de una transfiguración escatológica que afectará a sus cuerpos ya gloriosos.
b) -Las de los mártires.
Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos (Apoc. 7, 9).
Aclaración. «Palmas», se refiere a las palmas del triunfo.
c) -Las de los vírgenes.
Estos son los que no se mancharon con mujeres, pues son vírgenes. Estos siguen al Cordero a dondequiera que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero, y en su boca no se encontró mentira: no tienen tacha (Apoc. 14, 4-5).
Aclaración. Están dotados de una insignia particular y superior a la de los demás bienaventurados.
Pues así dice Yahvéh: Respecto a los eunucos que guardan mis sábados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, yo he dejarles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado (Is. 56, 4-5).
80. Cielo. Dotes de los cuerpos
-Existencia -Son cuatro-
-La impasibilidad
-La agilidad
-La claridad
-Puede ser contemplada por ojos no glorificados
-No molesta la vista del que los contempla, sino que la recrea
-La Sutileza
-Producirá efectos maravillosas en el cuerpo
-Son cuatro los dotes del cuerpo glorioso.
Así también en la resurrección de los muertos. Se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual (1 Cor. 15, 43-44).
Aclaración. La tradición cristiana interpreta estas palabras como alusión muy clara a las cuatro dotes del cuerpo glorioso, es decir, impasibilidad, sutileza, agilidad y claridad.
-La impasibilidad es uno de los cuatro dotes del cuerpo glorioso.
Impasibilidad es la invulnerabilidad al dolor.
No padecerán hambre, ni sed, ni les dará el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducirá y a manantiales de agua los guiará (Is. 49, 10).
Ya no tendrán hambre ni sed; ya no les molestará el sol ni bochorno alguno, porque el cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos (Apoc. 7, 16-17).
Y (Dios) enjugará toda lágrima de sus ojos y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado (Apoc. 21, 4).
-La agilidad es uno de los cuatro dotes del cuerpo glorioso.
La agilidad es la cualidad por la cual el cuerpo se librará de la carga que le oprime ahora y se podrá mover hacia cualquier parte a donde quiera el alma con tanta velocidad que no puede haberla mayor.
Pero los que confían en Yahvéh, él les renovará el vigor, subirán en alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse… (Is. 40, 31).
El día de su visita se inflamarán, se propagarán como chispas en rastrojo (Sab. 3, 7).
Se siembra debilidad y se resucita fortaleza (1 Cor. 15, 43).
-La claridad es uno de los cuatro dotes del cuerpo glorioso.
La claridad es cierto resplandor que rebosa al cuerpo de la suprema felicidad del alma.
El día de su visita se inflamarán, y se propagarán como chispas en rastrojo (Sab. 3, 7).
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre (Mt. 13, 43).
Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas, y una estrella difiere de otra en resplandor. Así también en la resurrección de los muertos (1 Cor. 15, 41).
Se siembra vileza, resucita gloria (1 Cor. 15, 43).
El cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas (Flp. 3, 21).
-La claridad de los cuerpos gloriosos puede ser contemplada también por ojos no glorificados.
Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos; su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos blancos como la luz (Mt. 17, 1-2).
…Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo (Mt. 17, 8).
-La claridad intensísima del cuerpo glorioso no molesta ni calienta la vista del que los contempla, sino que la recreará dulcemente.
Me trasladó en espíritu a un monte grande y alto y me mostró la ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios, y tenía la gloria de Dios. Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino (Apoc. 21, 10-11).
-La sutileza es uno de los cuatro dotes del cuerpo glorioso.
Sutileza es la cualidad por la cual es cuerpo glorioso es habilitado para sujetarse totalmente al alma glorificada y le será perfectamente útil a su voluntad.
El cuerpo perderá su pesadez y torpeza quedando espiritualizado e ingrávido, aptísimo para seguir en todo los vuelos y las exigencias del espíritu.
Se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual (1 Cor. 15, 44).
-La sutileza del cuerpo glorioso producirá efectos maravillosos.
a) -El cuerpo glorioso será tangible, palpable, como el de Jesucristo.
Mirad mis manos y mis pies; soy el mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies (Lc. 24, 39).
b) -Por el contrario, en este mundo el alma humana encuentra grandes obstáculos, a causa de la pesadez del cuerpo, para realizar sus actividades puramente espirituales.
El espíritu está siempre pronto, pero la carne es débil (Mt. 26, 41).
c) -El cuerpo glorioso no podrá penetrar los cuerpos sólidos a pesar de su sutileza, o sea, no podrá ocupar el mismo lugar que otro cuerpo distinto.
Aclaración. La salida de Cristo resucitado del sepulcro sellado,
Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia (Mt. 27, 66).
la entrada en el cenáculo con las puertas cerradas,
…estando cerradas, por miedo a los juicios, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos,… (Jn. 20, 19).
y su nacimiento de la Virgen María,
…y dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,… (Lc. 2, 7).
no fueron efecto de la sutileza, sino un milagro realizado por el mismo Cristo. Además, cada bienaventurado podrá hacer tal milagro siempre que lo desee.
81. Cielo. Características de los cuerpos
-Conservarán su identidad personal
-Conservarán sus miembros, órganos. estatura, edad conveniente y sexo
-Los bienaventurados podrán hacer que tus cuerpos aparezcan o desaparezcan ante los demás
-No comerán en el cielo, pues el gusto quedará beatificado sin alimento alguno
-Los bienaventurados del cielo conservarán su identidad personal y la de sus órganos corporales, después de la resurrección y del juicio universal.
Yo, sí, yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otros (Job 19, 27).
-Los cuerpos resucitados de los bienaventurados serán perfectos, es decir, conservarán sus miembros, sus órganos, su estatura propia, su edad conveniente y su sexo.
Esta doctrina la defienden comúnmente los teólogos y aunque las alusiones de la Sagrada Escritura carecen de fundamento sólido, se puede afirmar sin temor de error.
…hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado del hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13).
Aclaración. El hombre es perfecto en su cuerpo cuando no le faltan ninguna de las características, miembros y órganos propios de su naturaleza. Por consiguiente los cuerpos resucitados conservarán:
a) -Todos los órganos y miembros, incluso dientes, cabellos, etc.
Yo, sí, yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otro (Job 19, 27).
En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados (Mt. 10, 30).
Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza (Lc. 21, 18).
b) -Edad conveniente, es decir, unos 33 años, porque es la edad de Cristo y porque es en la que el hombre adquiere la plenitud de sus facultades.
c) -Su estatura propia, es decir la que normalmente tuvieron en esta vida.
d) -Su sexo propio, puesto que es característica integral de cada uno.
e) -Los cuerpos no conservarán los defectos con que nacieron ni los que adquirieron en vida por incidentes, enfermedades u otra causa semejante, porque cada uno de los miembros pertenecen a la integridad de la naturaleza.
-Los bienaventurados podrán hacer que sus cuerpos aparezcan o desaparezcan ante los demás.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él (Jesús) desapareció de su lado (Lc. 24, 31).
Pudiera ser también que esta aparición y desaparición se realizará por virtud milagrosa de Cristo, pero parece más bien que se realizó por propia virtud del cuerpo bienaventurado.
-Los bienaventurados no comen en el cielo, aunque Cristo resucitado comió con sus apóstoles.
Ellos (los Apóstoles) le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos (Lc. 24, 42, 43).
Jesús les dice: Venid a comer…Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: Simón… (Jn. 21, 12 y 15).
…a nosotros que comimos y bebimos con él (Jesús) después que resucitó de entre los muertos (Hch. 10, 41).
Aclaración. Cristo comió para manifestar la realidad de su cuerpo resucitado, pero de ningún modo asimiló aquellos alimentos. El sentido del gusto puede ser beatificado en su acto propio, sin ponerse en contacto con alimento alguno, y es más razonable que así sea, dada la inutilidad de los alimentos en la vida bienaventurada.
82. Cielo. Características de la bienaventuranza
-Es eterna
-Inamisible
-Incorruptible e inmutable
-Nunca hastía, sino que produce una sensación y un deseo renovados de ver, gozar y amar a Dios
-La bienaventuranza del cielo es eterna.
Eternidad es la duración permanente de un ser en un momento que nunca pasa al siguiente.
Los justos, en cambio, viven eternamente; en el Señor está su recompensa, y su cuidado en el Altísimo (Sab. 5, 15).
Y los justos irán a la vida eterna (Mt. 25, 46).
Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás (Jn. 10, 27-28).
En efecto, la leve tribulación de un momento, nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de vida eterna (2 Cor. 4, 17).
Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues mutuamente con estas palabras (1 Tes. 4, 18).
-La bienaventuranza eterna es inamisible para todos y para cada uno de los bienaventurados.
Eterna, es decir, de duración objetiva sin fin. Inamisible, es decir, que cada bienaventurado no puede perderla.
«Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano» (Jn. 10, 28).
E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible (1 Cor. 9, 25).
…pues las cosas visibles son pasajeras, más las invisibles son eternas (2 Cor. 4, 18).
Y cuando aparezca el Mayoral, recibiréis la corona de gloria que no se marchita (1 Pe. 5, 4).
-La bienaventuranza eterna es de hecho y de derecho incorruptible e inmutable.
E irán…los justos a una vida eterna (Mt. 25, 46).
Y así estaremos siempre con el Señor (1 Tes. 4, 17).
-La vida sin fin los bienaventurados del cielo, nunca hastía, sino que siempre produce una sensación y un deseo renovados de ver, de gozar y de amar a Dios en el instante eterno de su existencia.
Así parece deducirse de los siguientes textos:
…los veinticuatro ancianos se postraron delante de cordero…Y cantan un cántico nuevo diciendo: «Eres digno de tomar al libro y abrir sus sellos,… (Apoc. 5, 8-9).
Miré entonces y había un Cordero, que estaba en pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil,…Cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro Seres y de los Ancianos (Apoc. 14, 1-3).
Aclaración. «Cántico nuevo» no porque sea distinto de otros anteriores, sino porque siendo siempre el mismo como expresión de la alegría y de los demás bienes de los bienaventurados, parecen como renovado en el instante eterno en que viven.
-Dios promete otros nueve premios a quienes los merecen
-Dios promete y concede otros nueve premios en Bienaventuranza eterna a los que la merecen.
a) -El árbol de la vida.
Al vencedor le daré a comer del árbol de vida, que está en el Paraíso de Dios (Apoc. 2, 7).
Aclaración. La vida es el mismo Dios que siempre en sí mismo y proporciona la dicha, la sabiduría y los demás deleites espirituales de los bienaventurados, por su misma unión con Él en virtud de la visión beatífica.
b) -La corona de la inmortalidad.
Manténte fiel hasta la muerte y te daré corona de la vida (Apoc. 2, 10).
Aclaración. Es la imposibilidad de padecer ni tormentos ni enfermedades corporales ni tentaciones ni inclinaciones al pecado que pueden causar la muerte del alma y el consecuente apartamiento definitivo de Dios.
c) -El maná escondido.
…al vencedor le daré maná escondido (Apoc. 2, 17).
Aclaración. Dulzuras y alegrías interiores desconocidos en este mundo.
d) -La piedrecita blanca.
Le daré también una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe (Apoc. 2, 17).
Aclaración. Señal y testimonio de victoria y de fidelidad, por los que cada bienaventurado se considera y es considerado como admitido en el Reino de Dios con la seguridad total de que nunca será excluido de él.
e) -Un hombre nuevo.
…y grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe.
Aclaración. Renovación interior del cristiano por la adopción perfecta como Hijo de Dios y por la conservación perpetua en el estado de felicidad beatífica.
f) -La potestad.
Al vencedor, al que guarde mis obras hasta el fin, le daré poder sobre las naciones (Apoc. 2, 26).
Aclaración. Jesucristo compartirá con sus santos el poder de juzgar y de sancionar.
g) -Las vestiduras blancas.
El vencedor será así revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro de la vida (Apoc. 3, 5).
Aclaración. Símbolo de gloria y de alegría, de pureza y de amor. También la misma luz de la gloria que es el mismo Dios lucero radiante de claridad y amor beatíficos.
h) -La columnas de fe.
Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más (Apoc. 3, 12).
Aclaración. Alude a las columnas del Templo de Jerusalén y se refiere a la consistencia, solidez y seguridad del estado de felicidad beatífica que excluye todo temor de perderlo e incluye toda la certeza de poseerle eternamente.
i) -El Trono.
Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono (Apoc. 3, 21).
Aclaración. Un estado de dominio sobre todas las obras de la creación, en virtud del cual ninguna de ellas podrá ejercer influjo pecaminoso en los bienaventurados como premio a las victorias que obtuvieron en la vida presente sobre el mundo, el demonio y la carne.
84. Cielo. Ausencia de todos los males
-Los bienaventurados no padecen ni males físicos, ni males morales
-Los bienaventurados del cielo no padecen hambre, ni sed, ni calor, ni frío, ni tristezas, ni quejidos, ni fatigas, ni penas, ni suspiros, ni maldiciones, ni abominaciones, ni mentiras, ni impurezas, ni abusos de falsos profetas, ni idolatrías, ni profanaciones ni muerte.
Los redimidos de Yahvéh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas, ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiros! (Is. 35, 10).
No tendrán hambre ni sed, ni les daré el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducirá, y a los manantiales de agua los guiará (Is. 49, 10).
Aquel día -oráculo de Yahvéh Sebaot- extirparé yo de esta tierra los nombres de los ídolos y no se los volverá a mentar; igualmente a los profetas y al espíritu de impureza los quitaré de esta tierra (Zac. 13, 2).
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «…Ya no tendrán hambre ni sed; ya no les molestará el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos» (Apoc. 7, 13 y 16-17).
…Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado (Apoc. 21, 4).
Nada profano entrará en ella, ni los que cometen abominación y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero (Apoc. 21, 27).
Y no habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y de Cordero estará en la ciudad y los siervos de Dios le darán culto (Apoc. 22, 3).
-Existen muchísimos
-El grado de gloria de cada bienaventurado es eternamente el mismo que el merecido al entrar en el cielo
-Corresponde a los méritos propios
-Los méritos corresponden a la caridad
-La felicidad y la gloria de cada uno, son mucho mayores que los padecimientos aceptados por amor en esta vida
-Muchos justos ignorados serán glorificados con una gloria incomparable
-La gloria accidental puede aumentar por ciertos tributos de la Iglesia en el mundo
-La capacidad de felicidad será saciada
-Existen muchísimos grados de gloria en la bienaventuranza eterna.
Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor. Así también en la resurrección de los muertos,… (1 Cor. 15, 41-42).
-La gloria esencial de cada bienaventurado es eternamente la misma que la merecida en el momento de entrar en el cielo.
Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda (Qo. 11, 3).
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «…Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
Aclaración. «pagará a cada uno según su conducta» es decir, según los méritos adquiridos que corresponden a la caridad practicada en esta vida, porque con la muerte termina el tiempo de merecer.
Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10).
-Los grados de gloria que posee y goza cada bienaventurado en el cielo, corresponden a sus propios méritos.
Dales, Yahvéh, conforme a sus acciones,… (Sal. 28, 4).
Que tú al hombre pagas con arreglo a sus obras (Sal. 62, 13).
…dijo Jesús a sus discípulos: «…el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta (Mt. 16, 27).
…la revelación del justo juicio de Dios, el cual dará a cada cual según sus obras,… (Rom. 2, 5-6).
…cada cual recibirá el salario según su propio trabajo,… (1 Cor. 3, 8).
Os digo esto: El que siembra escasamente, escasamente cosecha; y el que siembra a manos llenas, a manos llenas cosecha (2 Cor. 9, 6).
Mira, pronto vendré y traeré mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo (Apoc. 22, 12).
-Los propios méritos de los bienaventurados corresponden exclusivamente a la caridad.
La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud (Rom. 13, 10).
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad (1 Cor. 13, 13).
…para que arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenad hasta la total plenitud de Dios (Ef. 3,17-19).
Aclaración. La caridad tiene a Dios como fin último y todas las demás virtudes, p.e. humildad, paciencia, etc., tienen relación al premio esencial de la bienaventuranza eterna en cuanto se hayan practicado por puro amor de Dios y por tanto, en orden a la vida eterna, tiene mucha más importancia la caridad -amor a Dios y al prójimo por Dios-, que el mayor y menor talento natural poseído y ejercitado en este mundo.
-Dios concede a los bienaventurados del cielo un caudal de felicidad y de gloria mucho mayor que los sufrimientos y las tribulaciones padecidas por amor a él en esta vida.
En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna, a cuantos no ponemos los ojos en las cosas visibles sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas la invisibles son eternas (2 Cor. 4, 17-18).
Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (Rom. 8, 18).
-Muchos justos que mueren despreciados, ignorados e incomprendidos serán glorificados con una gloria incomparable.
Entonces el justo se mantendrá en pie con plena seguridad en presencia de los que le afligieron y despreciaron sus sufrimientos. Al verle, quedarán consternados, sobrecogidos de espanto, estupefactos por lo inesperado de su salvación (Sab. 5, 1-2).
-La gloria accidental de los bienaventurados en el cielo puede aumentar por ciertos triunfos de la Iglesia en el mundo.
a) -Por la conversión de los pecadores.
Habrá más alegría en el cielo por un sólo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión (Lc. 15, 7).
Se alegran los ángeles de Dios por un sólo pecador que se convierta (Lc. 15, 10).
b) -Por otros triunfos de la Iglesia parecidos.
-Por la llegada al cielo de los seres queridos.
-Por el desarrollo de una institución religiosa,
-Por el aumento de cristianos,
-y otros semejantes.
Aclaración. Estos otros triunfos de la Iglesia se afirman solamente por la semejanza con el primero, pero no son verdad revelada. Sea el que fuere, apenas tiene importancia comparados con la posesión del Bien absoluto e infinito. Algo así, como si a quien posee múltiples bienes de todas clases, se le hace un pequeño obsequio.
-La capacidad de felicidad de cada uno de los bienaventurados del cielo será saciada plenamente.
Que yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen (Sal. 17, 15).
Aclaración. La capacidad de poseer, de ver, de amar y de gozar de Dios deriva, no de la propia naturaleza racional, sino del «Lumen gloriae» concedido a cada uno según su grado de caridad logrado vivido y practicado en la tierra. Esta diversidad de grados no originan ni envidias ni otras aspiraciones desordenadas puesto que todo gozan de una visión y de un amor plenamente saciativo y todos son consumados en el gozo de los demás.
86. Cielo. Grados de gloria especiales
-Los mártires
-Los que sufren persecuciones por su causa
-Los que renuncian a los bienes de este mundo por amor a Él
-Los mártires gozan de una gloria especial en el cielo.
Consta con bastante claridad en algunos textos del Apocalipsis.
Cuando abrí el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron…Entonces se le dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que esperasen todavía un poco, hasta que se completara el número de sus con siervos y hermanos que iban a ser muertos como ellos (Apoc. 6, 9 y 11).
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero (Apoc. 7, 14).
-Jesucristo concede grande recompensa en los cielos a los que sufren persecuciones, injurias, difamaciones y demás injusticias por su causa.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa (Mt. 5, 11).
-Jesucristo promete, a los que renuncian a los bienes materiales por amor por amor a Él, una recompensa mucho mayor en el Reino de los cielos.
Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna (Mt. 19, 29).
Jesús respondió: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos y hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madre, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el tiempo venidero, vida eterna» (Mc. 10, 29-30).
Él les dijo: «Yo os aseguro que nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por el Reino de Dios, quedará sin recibir mucho más al presente y, en el tiempo venidero, vida eterna» (Lc. 18, 29).
-La conversión
-La fe, las buenas obras, la observancia de la Ley
-El cumplimiento de la voluntad de Dios
-La conversión a Dios es condición para entrar en el Reino de los Cielos.
Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados (Lc. 3, 3).
No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores (Lc. 5, 32).
No, os lo alegro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo (Lc. 13, 3).
…y se predicará en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén (Lc. 24, 47).
-Además de la fe, las buenas obras y la observancia de la Ley son necesarias para conseguir la salvación eterna.
a) -Las buenas obras.
¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? (Sant. 2, 14).
…la fe si no tienes obras, está realmente muerta (Sant. 2, 17).
«No todo el que me diga: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial (Mt. 7, 21).
«Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para ganar la vida eterna?» Respondióle: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mt. 19, 16-17).
b) -La observancia de la Ley.
«Maestro, ¿qué ha de hacer yo de bueno para ganar la vida eterna?» Respondióle: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mt. 19, 16-17).
-El cumplimiento de la voluntad de Dios es camino seguro de salvación.
Muéstrame tus caminos, Oh Yahvéh, enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Dios de mi salvación,… (Sal. 25, 4-5).
…enséñame a cumplir tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu espíritu bueno me guíe
por una tierra llana (Sal. 143, 10).
El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Jn. 2, 17).
«No todo el que me diga: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial (Mt. 7, 21).
-Los que perseveran en las buenas obras
-Aquellos cuya conducta es pura y sencilla como la de los niños
-Los que distribuyen sus riquezas a los pobres
-Dios no suele permitir que mueran en pecado mortal los que han cometido uno sólo aislado y por debilidad
-Las almas de los justos purificados
-Dios concede la vida eterna a todos los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras.
…el cual dará a cada cual según sus obras: a los que por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad, vida eterna;… (Rom. 2, 6-7).
-Jesucristo promete los premios de la bienaventuranza eterna a aquéllos cuya conducta es pura y sencilla como la de los niños.
Entonces le presentaron unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús les dijo: «Dejad a los niños y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos» (Mt. 19, 13-14).
Le presentaron unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios» (Mc. 10, 13-14).
Le presentaban también los niños pequeños para que los tocara, y al verlo los discípulos, les reñían. Mas Jesús les llamó, diciendo: «Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis; porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no recibe el Reino de Dios como niño, no entrará en él» (Lc. 18, 15-17).
-Distribuir las riquezas en limosnas para los pobres es una garantía de conseguir los bienes eternos.
Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros (Lc. 11, 41).
Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro que no os fallará en los cielos, donde no llega el ladrón, ni roe la polilla; porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón (Lc. 12, 33-34).
Oyendo esto Jesús le dijo (al joven rico): «Aún te falta una cosa. Vende todo cuanto tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven y sígueme» (Lc. 18, 22).
Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor. La mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.» Jesús le dijo: «hoy ha llegado la salvación a esta casa,… (Lc. 19, 8).
-Dios no suele permitir que mueran en pecado mortal los que han cometido uno sólo, aislado y por debilidad.
No existe un testimonio claro en la Sagrada Escritura, pero sí alusiones en algunos texto.
Por su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina,… (2 Pe. 1, 3-4).
La paciencia de nuestro Señor juzgarla como salvación,… (2 Pe. 3, 15).
-Las almas de los justos purificadas plenamente gozan de la visión de Dios inmediatamente después del juicio particular.
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc. 23, 42-43).
Me siento apremiado por las dos partes; por una parte deseo partir y estar con Cristo,… (Fil. 1, 23).
89. Cielo. Posibilidades y disposiciones
-Pueden ser oriundos de las cinco partes del mundo
-El hombre puede conseguir la bienaventuranza
-No con sus propios méritos, sino con el auxilio de Dios
-Para entrar en el Cielo, hace falta estar perfectamente purificados
-Los justos tienen que pagar probablemente alguna pena antes de entrar
-La bienaventuranza perfecta no se alcanza en esta vida sino en la otra
-Los bienaventurados del cielo pueden ser oriundos de todas y cada una de las cinco partes del mundo.
Mira: Éstos viene de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aquellos de la tierra de Sinim (Is. 49, 12).
Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios (Lc. 13, 29).
-El hombre puede conseguir en este mundo la bienaventuranza eterna.
Consta en múltiples lugares de la Sagrada Escritura.
Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo (Mt. 25, 34).
-El hombre no puede conseguir por sus propios medios la bienaventuranza eterna, sino que necesita el auxilio de Dios.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Mt. 11, 27).
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha contado (Jn. 1, 18).
No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ese ha visto al Padre (Jn. 6, 46).
…el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios (1 Cor. 2, 10).
-Para entrar en el Reino de los Cielos es necesario estar perfectamente purificados de toda mancha o reliquia de pecado.
Se encuentran alusiones muy claras en los libros sagrados.
Habrá allí una senda pura, vía sacra se llamará; no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán (Is. 35, 8).
¡Vístete tus ropas de gala, Jerusalén, Ciudad Santa! Porque no volverán a entrar en ti incircuncisos ni impuros (Is. 52, 1).
…Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sean santa e inmaculada (Ef. 5, 25-27).
…os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de Él;… (Col. 1, 22).
Celoso soy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un sólo esposo para presentaros cual casta Virgen a Cristo (2 Cor. 11, 2).
pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia (2 Pe. 3, 13).
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero» (Apoc. 7, 14).
Con alegría y regocijo démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos- (Apoc. 19, 7-8).
Nada profano entrará en ella, ni los que cometen abominación y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero (Apoc. 21, 27).
Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán por las puertas en la Ciudad (Apoc. 22, 14).
-Las almas de los justos parece tienen que pagar alguna pena en el purgatorio, antes de entrar al cielo.
No hay ninguna referencia clara en los libros Sagrados, pero se podría insinuar, aunque sin fundamento especial, del siguiente texto:
Entonces supliqué así a Yahvéh: «Yahvéh, Señor mío,…déjame, por favor, pasar y ver esa espléndida tierra de allende el Jordán, esa hermosa montaña y el Líbano. Pero, por culpa vuestra, Yahvéh se irritó contra mí y no me escuchó; antes bien me dijo: «¡Bata ya! No me vuelvas a hablar de ello. Sube a la cumbre del Pisgá, alza tus ojos al Occidente, al norte, al mediodía y al oriente; y contempla con tus ojos, porque no pasarás ese Jordán…» (Deut. 3, 23-27).
Aclaración. Moisés fue castigado por una falta de confianza en Dios, de donde podría deducirse que los justos son purificados de sus culpas, antes de entrar en el Cielo.
-La bienaventuranza perfecta no se alcanza en esta vida, sino en la otra. Según la providencia ordinaria de Dios.
Ahora vemos en un espejo confusamente. Entonces veremos cara a cara (1 Cor. 12, 12).
…mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión… (2 Cor. 5, 6-7).
El Rey de los reyes y el Señor de los señores, el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver (1 Tim. 6, 16).
90. Cielo. Valor de los bienes eternos
-El hombre, en estado de viador, no puede formarse un concepto de su grandeza
-Jesucristo la denomina siempre con nombres que designan valores inestimables
-El hombre, en estado de viador, no puede formarse un concepto de la grandeza de los bienes eternos.
Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni la corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman (1 Cor. 2, 9).
Aclaración. El estado de viador es el propio de la naturaleza humana mientras permanece en este mundo.
-Jesucristo denomina la grandeza y la riqueza de la bienaventuranza eterna con nombres que designan siempre valores inestimables.
Estos nombre son: Tesoro escondido, dinero, perlas finas, cena grande, talentos, hombre rico, cena de bodas.
a) -Tesoro escondido.
«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo,… (Mt. 13, 44).
b) -Dinero.
«O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? (Lc. 15, 8).
c) -Perlas finas.
«También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que al encontrar una de gran valor, va vende todo lo que tiene y la compra» (Mt. 13, 45).
d) -Cena grande.
Habiendo oído esto, uno de los comensales le dijo: «¡Dichosos el que pueda comer en el Reino de Dios!» Él les respondió: «Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos;…» (Lc. 14, 15-16).
e) -Talentos.
«Es también (el Reino de los Cielos) como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otros dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad;…» (Mt. 25, 14-15).
f) -Hombre rico.
Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;…» (Lc. 12, 16).
g) -Cena de bodas.
Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo…» (Mt. 22, 1-2).
91. Cielo. Posibilidad de visión beatífica en este mundo
-Ni con los ojos corporales ni con el entendimiento podemos ver a Dios
-Muy rara vez Dios ha permitido la visión de su ser
-El entendimiento creado puede ser elevado para ver a Dios
-La visión de Dios es sobrenatural
-Ni con los ojos corporales ni con el entendimiento humano, podemos ver a Dios como es en sí mismo.
Si, vanos por naturaleza todos los hombres que ignoraron a Dios y no fueron capaces de conocer por los bienes visibles a Aquel que es, … (Sab. 13, 1).
A Dios nadie le ha visto jamás (In. 1, 18).
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras (Rom. 1, 20).
Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión (2 Cor. 5, 6).
El único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver (1 Tim. 6, 16).
Aclaración. La palabra Visión se refiere al acto propio del sentido de la vista.
Por analogía su sentido se extiende a toda clase de conocimiento sensitivo o intelectual.
La visión beatífica es el acto de la inteligencia por el cual los bienaventurados ven a Dios, claramente, inmediatamente, tal y como es en sí mismo.
-Muy rara vez, Dios ha permitido que algunos hayan visto la esencia divina todavía en este mundo.
Así se puede interpretar de modo probable, el sentido de los textos siguientes:
Yahvéh hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo (Ex. 33, 11).
Dijo Yahvéh:
Escuchad mis palabras: Si hay entre vosotros un profeta en visión me revelo a él, y hablo con él en sueños. No sí con mi siervo Moisés; él es de toda confianza en mi casa; boca a boca hablo con él abiertamente y no en enigmas, y contempla la imagen de Yahvéh (Núm. 12, 6-8).
Sé de un hombre en Cristo…que fue arrebatado hasta el tercer cielo…y oyó palabras inefables que el hombre no puede pronunciar (2 Cor. 12, 2-4).
Algunos exegetas modernos interpretan la gran familiaridad con que Moisés hablaba con Dios y un fenómeno místico elevadísimo en Pablo, pero nada de visión beatífica en ninguno de los dos casos.
-El entendimiento creado puede ser elevado para ver a Dios con visión intuitiva.
Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios» (Jn. 3, 2).
Ahora vemos en un espejo, confusamente. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo imperfecto, pero entonces conoceré como soy conocido (1 Cor. 13, 12).
-La visión intuitiva de Dios es absolutamente sobrenatural.
A Dios nadie le visto jamás:… (Jn. 1, 18).
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras:… (Rom. 1, 20).
…el único que posee Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver (1 Tim. 6, 16).
Aclaración. Se deduce la insuficiencia de la capacidad natural del entendimiento humano para ver a Dios, y la necesidad de una visión superior, sobrenatural, para poderlo ver.