Cuando pedimos el Bautismo

Guía práctica para padres, padrinos y todo aquel que participe del Sacramento del Bautismo.
 
Por José Antonio Abad Ibáñez*

 

I. LO QUE CORRESPONDE A LOS PADRES

 

A) ANTES DEL BAUTISMO

 

1. Agradecer a Dios el regalo del nuevo hijo.

 

2. Comunicar inmediatamente al párroco (o a otro sacerdote de la parroquia propia) que desean bautizar cuanto antes a su hijo, para que se convierta en hijo de Dios.

 

3. Hacer que su hijo reciba el bautismo dentro de las primeras semanas, pues tienen obligación de bautizarlo en ese tiempo, a no ser que se encuentre en peligro de muerte, en cuyo caso deben hacerlo inmediatamente (Código de Derecho Canónico, canon 867).

 

4. Concretar con el párroco el lugar, día y hora del bautismo.

Aunque todos los días puede celebrarse el bautismo, es aconsejable que se haga en domingo (Código de Derecho Canónico, canon 856).

 

5. Elegir el padrino (puede ser un padrino solo, o una madrina sola o un padrino y una madrina: Código de Derecho Canónico, canon 873), procurando que:

 

a) las personas elegidas reúnan las condiciones exigidas por la Iglesia;

 

b) no dejarse guiar únicamente por razones de parentesco, amistad o prestigio social, sino por el deseo sincero de asegurar a su hijo unos padrinos que por su edad, proximidad, formación y vida cristiana puedan influir eficazmente en su día en su educación cristiana. (Por este motivo es desaconsejable elegir a personas muy ancianas o muy distantes del lugar de residencia paterna).

 

6. Preparar lo mejor posible el bautismo. Para ello deben:

 

– Examinarse con honradez si procuran ser buenos cristianos (vg. si rezan habitualmente; si van a misa todos los domingos y fiestas de precepto; si se confiesan con frecuencia; si tienen los hijos que Dios quiere; si educan cristianamente a sus hijos; si viven la justicia en sus relaciones laborales y sociales; si aman al prójimo de palabra y de obra; si cumplen bien las obligaciones profesionales; si respetan los bienes ajenos; si son responsables en los asuntos públicos y sociales, etc.).

 

– Asistir, a no ser que les sea imposible, a las charlas o encuentros que organice la parroquia para preparar el bautismo, pues "los padres (…) han de ser

convenientemente ilustrados sobre el significado de este sacramento y las obligaciones que lleva consigo; y debe procurar el párroco, personalmente o por medio de otras personas, que los padres sean oportunamente instruidos con exhortaciones pastorales e incluso con la oración en común, reuniendo a varias familias, y visitándolas si es posible hacerlo" (Código de Derecho Canónico, canon 851, párrafo 2).

 

7. Conocer el rito del bautismo.

 

8. Escoger para su hijo un nombre que no sea "ajeno al sentir del cristiano"

(Código de Derecho Canónico, canon 851). Estos nombres son los de Jesús, la Santísima Virgen en sus principales advocaciones y devociones, y los santos.

 

B) EN EL RITO DEL BAUTISMO

 

1. Seguir con atención y fervor las ceremonias religiosas del bautismo.

 

2. Realizar las siguientes acciones:

 

– Primera parte:

 

* Manifestar cómo quieren que se llame el niño y que son conscientes de los compromisos que lleva consigo bautizar a su hijo.

 

* Hacer una cruz en la frente de su hijo después del celebrante.

 

– Segunda parte:

 

* Escuchar atentamente las lecturas y la homilía para disponerse a participar mejor en el sacramento.

 

* Contestar en la letanía de los santos que reza el celebrante.

 

* Descubrir el pecho del niño (función de la madre, sobre todo) para que pueda ser ungido con el óleo de los catecúmenos.

 

– Tercera parte:

 

* Realizar con sinceridad las renuncias y la confesión de fe.

 

* Pedir públicamente el bautismo para su hijo.

 

* Encender una vela en el cirio pascual y sostenerla mientras el ministro explica su significado.

 

– Cuarta parte:

 

* Rezar el Padre Nuestro.

 

* Acoger con gratitud y humildad las bendiciones destinadas a ellos.

 

* Llevar al recién bautizado a un altar de la Santísima Virgen, para ponerlo bajo su protección.

 

C) DESPUÉS DEL BAUTISMO

 

1. Educar cristianamente al hijo bautizado, tanto con el ejemplo, como con la palabra.

 

2. Procurar que reciba una buena formación cristiana. Para ello deben:

 

– Llevarle a la catequesis parroquial.

 

– Matricularle en la clase de religión (si esta asignatura existe en el centro escolar donde estudia).

 

– Seguir de cerca la formación religiosa que recibe en el centro escolar.

 

– Formarle rectamente la conciencia. (La vida ordinaria proporciona múltiples ocasiones para cumplir con esta importantísima tarea.

 

Por ejemplo: rezar antes y después de las comidas; no hablar mal de nadie, especialmente de los superiores o de la Iglesia; hacerle ver que las cosas no son buenas o malas porque las hagan muchos o pocos; descubrirle el valor del cumplimiento del deber; acostumbrarle a reflexionar sobre la importancia que tiene ayudar a los demás, especialmente a los más necesitados, etc.)

 

3. Poner los medios para que, al llegar al uso de razón, reciba cuanto antes y con la debida preparación, la primera comunión (Código de Derecho Canónico, canon 914).

 

4. Ayudarle a que reciba la Confirmación hacia los 14 años, a no ser que el obispo de la diócesis establezca que sea a la "edad de la dicreción", es decir: hacia los 7 años.

 

II. LO QUE CORRESPONDE A LOS PADRINOS

 

A) ANTES DEL BAUTISMO:

 

– Haber sido elegido por los padres.

 

– Haber cumplido 16 años (a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por causa justa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción).

 

– Ser católico.

 

– Estar confirmado, y haber recibido la primera comunión.

 

– Llevar una vida congruente con la misión que se va a asumir.

 

– No estar impedido por el derecho de la Iglesia.

 

-No ser el padre o la madre de quien se va a bautizar (Código de Derecho

Canónico, canon 874).

 

– Tener conciencia de que su misión no es un mero trámite, puesto que representan a la familia y a la Iglesia y han de colaborar con los padres para que su ahijado "lleve una vida consecuente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo" (Código de Derecho

Canónico, canon 872).

 

– Estar dispuestos a cumplir con su misión; en caso contrario lo honrado es no asumir unos compromisos que no van a cumplirse. Por ejemplo, debe rehusar ser padrino quien:

 

* No es católico practicante;

 

* No acepta la doctrina del Papa y de los obispos en asuntos relativos a la fe y a la moral cristiana: matrimonio, defensa de la vida, etc.;

 

* milita en partidos políticos que tienen una concepción de la vida individual y social en abierta oposición al Evangelio;

 

* realiza su trabajo profesional según criterios morales incompatibles con la enseñanza de la Iglesia Católica;

 

* daría escándalo – no farisaico- por su modo de comportarse habitualmente;

 

* colabora en la difusión de periódicos, revistas, películas, vídeos, etc., pornográficos, calumniosos o blasfemos.

 

– Asistir -siempre que les sea posible- a las charlas o entrevistas organizadas por la parroquia para, preparar el bautismo (Código de Derecho Canónico canon 851, párrafo 2).

 

B) EN EL BAUTISMO:

 

– Primera parte: Responder con sinceridad que están dispuestos a ayudar a los padres a educar cristianamente al niño que va a recibir el bautismo.

 

Hacer una cruz en la frente del niño si el sacerdote les invita a hacerlo.

 

– Segunda parte: Escuchar atentamente las lecturas y la homilía para disponerse a participar mejor.

 

– Tercera parte: Hacer con sinceridad las renuncias y la profesión de fe y pedir, junto con los padres, el bautismo.

 

Encender -si no lo hace el padre- una vela en el cirio pascual y sostenerla mientras el sacerdote explica el significado de este gesto.

 

– Cuarta parte: Rezar el Padre Nuestro.

 

C) DESPUÉS DEL BAUTISMO:

 

– Ayudar a los padres en la educación cristiana del bautizado.

 

– Si es posible, ser padrinos de la confirmación de su ahijado.

 

III. RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS

 

Primera Parte: RITO DE ACOGIDA

 

– Se realiza en la puerta de la Iglesia o en otro lugar apropiado.

 

– Como su nombre indica, en esta parte la Iglesia – reprensentada por el ministro (obispo, sacerdote o diácono) y la comunidad cristiana acoge al niño para bautizarlo.

 

El celebrante saluda a los padres, padrinos y comunidad cristiana.

 

Luego pregunta a los padres el nombre que quieren imponer a su hijo/a diciendo:

 

Celebrante: ¿Qué nombre habéis elegido para vuestro hijo?

 

Padres: N. (dicen el nombre).

 

Celebrante: ¿Qué pedís a la Iglesia?

 

Padres: El Bautismo.

 

Celebrante: (Dirigiéndose a los padres): ¿Al pedir el Bautismo para vuestros hijos, sabéis que os obligáis a educarles en la fe, para que estos niños, guardando los mandamientos, amen al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?

 

Padres: Sí, lo sabemos.

 

Celebrante: (Dirigiéndose a los padrinos) Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres en esta tarea?

 

Padrinos: Sí, estamos dispuestos.

 

Celebrante: N.N. la comunidad cristiana os recibe con alegría. Yo, en su nombre, os signo con la señal de Cristo Salvador. Y vosotros, padres y padrinos, haced también sobre ellos la señal de la Cruz.

 

Signación de la frente: Luego, el celebrante, los padres y los padrinos hacen la señal de la Cruz en la frente del niño/a.

 

Segunda Parte: LITURGIA DE LA PALABRA

 

– Se celebra en el lugar más adecuado para proclamar y escuchar la Palabra de Dios.

 

– Esta parte sirve para fomentar la fe de los padres y padrinos (también de la comunidad cristiana) a fin de disponerles a participar mejor en el rito bautismal.

 

Se desarrolla de este modo:

 

1. Proclamación de una o más lecturas de la Sagrada Escritura; salmo responsorial.

 

2. Homilía.

 

3. Silencio meditativo. (Breve).

 

4. Oración de los fieles. (Se contesta como en la Santa Misa: Te rogamos, óyenos).

 

5. Letanía. Después de la oración de los fieles, el celebrante añade:

 

– Santa María, Madre de Dios. Todos: Ruega por nosotros.

 

– San José, esposo de la Virgen. Todos: Ruega por nosotros.

 

– Santos Apóstoles, Pedro y Pablo. Todos: Rogad por nosotros.

 

– San (patronos de los niños que se bautizan). Todos: Ruega por nosotros.

 

– San (el patrono de la Iglesia o del lugar). Todos: Ruega por nosotros.

 

– Todos los Santos y Santas de Dios. Todos: Rogad por nosotros.

 

6. Exorcismo:

 

– El sacerdote reza una oración en la que pide a Dios que a los que van a recibir el bautismo les libre del demonio, les quite el pecado original y les convierta en templos del Espíritu Santo.

 

– Luego unge a cada uno de los niños con el Santo Óleo en el pecho.

 

(Esta unción simboliza la fuerza que Cristo concede a los suyos. Se hace en el pecho, aludiendo al lugar donde está el corazón, que es de donde brotan las buenas y malas acciones del hombre).

 

El celebrante añade: Para que el poder de Cristo Salvador os fortalezca, voy a ungiros con este óleo de salvación en el nombre de Jesucristo,

Señor Nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Todos responden:

Amén.

 

Tercera Parte: LITURGIA DEL SACRAMENTO

 

– Se celebra en el bautisterio (o en el lugar que se haya escogido para realizarla).

 

– Es la parte más importante, pues en ella se confiere el bautismo.

 

Se desarrolla de este modo:

 

1. Bendición de la fuente

 

A no ser durante el tiempo de pascua (desde la Vigilia pascual hasta Pentecostés), el celebrante bendice el agua con una larga oración; en la que, de una parte, recuerda el papel del agua en la historia de la salvación, y, de otra, pide a Dios que el agua reciba, por la acción del Espíritu

Santo, el poder de regenerar a los que van a ser lavados con ella.

 

2. Renuncias

 

Una vez bendecida el agua, el celebrante pregunta a los padres y padrinos:

 

-¿Renunciáis a Satanás? Respuesta: Sí, renuncio (en singular, no en plural).

 

¿Y a todas sus obras? Respuesta: Sí, renuncio.

 

¿Y a todas sus seducciones? Respuesta: Sí, renuncio (Este rito sirve para que los padres y padrinos recuerden su condición de bautizados y expresen el compromiso de educar en la fe al niño que va a recibir el bautismo).

 

3. Profesión de Fe

 

Enseguida pregunta el celebrante a los padres y padrinos:

 

-¿Creéis en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra?

 

Respuesta: Sí creo, (en singular, no en plural).

 

-¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de estre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

 

Respuesta: Sí creo.

 

-¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

 

Respuesta: Sí, creo (La profesión de fe y las renuncias son el anverso y reverso de una misma adhesión religiosa: no, al demonio y sí, a Cristo).

 

A esta profesión de fe asiente el celebrante y la comunidad cristiana, diciendo: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.

 

Todos responden: Amén.

 

4. Bautismo

 

Petición del bautismo. El celebrante pregunta a los padres y padrinos:

 

-¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo N, sea bautizado en la fe de la Iglesia que todos juntos acabamos de profesar?

 

Padres y padrinos responden: Sí, queremos.

 

Bautismo. Inmediatamente después el celebrante derrama agua sobre la cabeza de cada uno de los niños diciendo:

 

N. yo te bautizo en el nombre del Padre (derrama agua sobre la cabeza) y del

Hijo (derrama agua sobre la cabeza) y del Espíritu Santo (derrama agua sobre la cabeza).

 

5. Crismación

 

A continuación, el celebrante reza una oración y unge después la cabeza del bautizado con el Santo Crisma. Al final todos responden: Amén.

(Esta unción hace referencia a la que en el Antiguo Testamento recibían los profetas, sacerdotes y reyes, la cual prefiguraba la unción sacerdotal de Jesucristo. Al participar el neófito -el recién bautizado- de esa unción de Cristo, se convierte en profeta, sacerdote y rey del nuevo pueblo de Dios, la Iglesia; es decir: poseedor del sacerdocio común).

 

6. Imposición del vestido blanco

 

Después reza una oración a la que todos contestan: Amén.

Y se impone al niño un vestidito blanco (no un trozo de tela o una capucha).

(La imposición de la vestidura blanca es signo: a) de la nueva criatura en que se ha convertido el bautizado, b) de su configuración con Cristo y c) de la dignidad del cristiano; d) también de la incorruptibilidad del cuerpo, pues al igual que la Transfiguración profetizó la

Resurrección de Jesucristo, la vestidura blanca anuncia la futura resurrección).

 

7. Entrega del cirio

 

El celebrante muestra el cirio pascual y dice:

 

-Recibid la luz de Cristo.

 

Después uno de cada familia (vg. el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual. Seguidamente el sacerdote dice estas palabras:

 

-A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz.

Y perseverando en la fe, puedan salir con todos los santos al encuentro del

Señor. (El cirio pascual es símbolo de Cristo resucitado, luz del mundo. La entrega de una vela encendida en ese cirio simboliza, de una parte, que el bautismo es una iluminación y convierte al bautizado en testigo del Resucitado; y, de otra, la responsabilidad de los padres y padrinos como educadores de la fe, para que esa luz no se apague por el pecado sino que se acreciente por medio de una auténtica vida cristiana).

 

Cuarta Parte: RITO DE DESPEDIDA

 

Se celebra junto al altar.

 

Tiene por objeto dar gracias a Dios por el gran don del santo bautismo.

 

1. Todos rezan el Padre Nuestro.

 

2. Después el sacerdote bendice a las madres, padres y presentes. Al final de cada bendición todos responden: Amén.

 

3. Donde es costumbre se lleva a los niños a un altar de la Santísima

Virgen. Allí se les consagra y pone bajo la protección de quien, desde ahora, es ya su Madre Espiritual.

 

 

 

 

 

*Profesor Ordinario de Liturgia en la Facultad de Teología del Norte de España (sede de Burgos). Autor de numerosos manuales, libros y artículos de su especialidad. Comentarista de Liturgia en Radio María.
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