OBJETIVO
Descubrir en el Bautismo como sacramento de la fe para provocar un deseo de renovar nuestra vida de bautizados y seguidores de Jesús.
“´El que crea y se bautice se salvará" (Mc 16, 16)
NOTAS PEDAGOGICAS
El catequista debe tomar en cuenta que en nuestro medio la expresión "tengo fe", se utiliza ordinariamente con muchos significados, por lo que al presentar este tema es muy importante clarificar dudas y reforzar algunos puntos.
De igual manera deberá motivar a los papás y padrinos para que así como se preocupan por atender con toda clase de cuidados a los recién nacidos así también debemos empeñarnos para que la fe que recibirán en el sacramento del Bautismo crezca, se desarrolle y madure con nuestro ejemplo y amor.
Para la celebración necesitaremos un cirio y unas hojas con el Salmo 22 impreso.
VEAMOS
Se inicia un diálogo con el grupo a partir de la experiencia vivida por el nacimiento de su hijo que ahora quieren bautizar:
¿Qué sentimientos han vivido más fuertemente al tener en sus brazos a su hijo recién nacido?
¿Qué trámites han realizado con motivo del nacimiento de esta creatura?
¿Por qué han acudido a solicitar que su hijo sea bautizado?
¿ Qué es la fe?
Escuchamos con sumo respeto las respuestas que vayan dando los papás y padrinos
PENSEMOS
Después de la venida del Espíritu Santo, el día de Pentecostés, Pedro predicaba a Jesucristo resucitado como Señor y Mesías; los presentes "al oír esto, se afligieron profundamente. Dijeron, pues, a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer? Pedro les contestó: Conviértanse y háganse bautizar cada uno de ustedes en el Nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Y Dios les dará el Espíritu Santo" (He 2, 37-38).
En la Iglesia, el sacramento del Bautismo ha sido siempre la puerta de entrada y el fundamento de toda vida cristiana (ver CDC 849).
"El Bautismo es el sacramento de la fe (ver Mc 16, 16). Pero la fe tiene necesidad de la comunidad de creyentes. Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles. La fe que se requiere para el Bautismo no es una fe perfecta y madura, sino un comienzo que está llamado a desarrollarse" (CIC 1253).
“En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer después del Bautismo" (CIC 1254).
“Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ese es también el papel del padrino o de la madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana" (CIC 1255).
“La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre" (CIC 161; ver 153).
Podemos describirla en tres momentos:
1.- Es conocer a Cristo y seguirle.
En el Evangelio vemos a los apóstoles y los creyentes como personas cautivadas por Jesús, que lo dejan todo para seguirle (ver Mt 4, 1 8-22). Al encontrarse con él y aceptarlo, aceptan su mensaje porque se dan cuenta de que él dice la verdad y no los engaña.
2.- Adoptar su estilo de vida para siempre.
Cuando de verdad una persona nos convence, empieza a influir en nuestra manera de actuar, lo tenemos como modelo. Aceptar a Cristo es aceptar su manera de ser: ver como él vio, actuar como él actuó, preferir lo que él prefirió, tener como él a Dios por Padre… (ver Ef 5, 1-2). San Pablo nos muestra en su vida cómo entendió que creer es adoptar la vida de quien se cree. Optar por Cristo se hace por toda la vida, para siempre, no sólo por un período de la vida: la niñez, la juventud o unos meses mientras nos preparamos para un sacramento.
3.- Vivir en el grupo de los que creen en él.
Los creyentes desde los primeros tiempos formaron comunidad. La fe se vive en la nueva relación de hermanos, como hijos de Dios (ver He 2, 41-47). El grupo de creyentes se hace luz para otros por su fe.
Bautizar a un hijo es ponerle en contacto, mediante la fe y el bautismo, con Dios nuestro Padre. Es el camino para el encuentro con Dios, comunicarnos con El y vivir en su compañía.
ACTUEMOS
Al recibir el sacramento del Bautismo estos niños se iniciarán en el camino de la fe. Es desconocido para ellos y esperan que nosotros les enseñemos el camino y los acompañemos. Recordemos que van a aprender más de lo que ven, que de lo que se les dice. Por pequeños grupos de papás y padrinos contestamos la siguiente pregunta:
De los tres momentos que describen nuestra fe, ¿Cuál tenemos más olvidado la mayoría de nosotros?
¿Por qué?
¿Qué vamos a hacer para tratar de vivir más plenamente esos tres momentos nosotros y nuestros hijos y ahijados?
CELEBREMOS
El grupo forma un círculo en torno a un cirio encendido, significando a Cristo que nos ilumina e iluminará a nuestros hijos.
Haremos nuestra oración con el Salmo 22. Era recitado en los inicios de la Iglesia por los recién bautizados camino al altar. El salmo nos refleja la intimidad con Dios, su confianza en El y la delicadeza de Dios con nosotros.
Puede realizarse a dos coros.
SALMO 22
El Señor es mi pastor, nada me falta,
en verdes prados él me hace reposar
y a donde brota agua fresca me conduce.
Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige
por amor de su Nombre.
Aunque pase por quebradas muy oscuras
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen.
Me sirves a la mesa
frente a mis adversarios,
con aceites tú perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa.
Me acompaña tu bondad y tu favor
mientras dura mi vida,
mi mansión será la casa del Señor
por largo, largo tiempo.
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