El Pentateuco

Este conjunto de cinco libros bíblicos, narra una etapa esencial de la historia de la Salvación: los orígenes del pueblo de Israel y su constitución como pueblo de Dios fundado en la Alianza y en la Ley.

Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento están agrupados bajo el nombre de Pentateuco, palabra de la lengua griega que significa El libro de los cinco estuches; donde cada estuche, o rollo, corresponde a cada uno de los libros.

Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio son los cinco libros que forman el Libro de la Ley de los judíos, quienes denominaban al conjunto como la Torá, que en hebreo significa ley, revelación, enseñanza o instrucción.

Israel siempre consideró de suma importancia la Torá por ser algo divino -dada por Dios y transmitida por Moisés-, convirtiéndose en la normativa que el pueblo ha de cumplir para mantener su Alianza con Dios.

La tradición judía y cristiana siempre han sostenido el origen mosaico del Pentateuco, proponiendo como verdadero autor a Moisés. Sin embargo, se considera la posibilidad de que Moisés se haya servido de fuentes existentes para elaborarlo, además de las adiciones, actualizaciones y complementos que se hicieron después de su muerte y a lo largo de los siglos.

En estos libros se presentan los acontecimientos fundamentales de Israel y las leyes que regulan su vida como pueblo de Dios:

– La prehistoria y el inicio del Reino de Dios sobre la tierra. La creación del mundo y del ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios, para que disfrute de la creación, lo alabe, lo ame y sea eternamente feliz. La caída de nuestros primeros padres por el pecado original y la promesa de un futuro Redentor.

– Los relatos de Noé y el diluvio, la confusión de las lenguas en la Torre de Babel y la elección de los patriarcas de Israel: Abraham con quien entabla una mutua Alianza, Isaac y Jacob. Este último con sus doce hijos y toda su gente emigra a Egipto, donde su raza se multiplica y florece grandemente.

– La narración de la opresión de Egipto a los israelitas, la historia de Moisés y su misión como nuevo guía para liberar a su pueblo de la esclavitud. La aparición de Dios en la zarza y la revelación de Su nombre: Yahwéh, llamado «tetragrama sagrado», que significa «El que es».

– Los sacrificios, las disposiciones acerca del Sumo Sacerdote y los sacerdotes, el culto, los objetos sagrados y los preceptos relativos a las curaciones

– En el Monte Sinaí Dios renueva la Alianza con su pueblo elegido, y por medio de Moisés, les manifiesta cómo han de comportarse para cumplir digna y fielmente con la misma. Por orden de Dios Moisés escribe en las tablas las cláusulas de la alianza para referírselas al pueblo, esperando una fe obediente frente a la palabra de Dios.

– Las rebeliones del pueblo y el perdón de Dios, quien cuidó de Israel durante su peregrinar por el desierto. Entrando en el conocimiento de su Dios único, vivo y verdadero, plenitud de bondad y de justicia.

– Los discursos de Moisés antes de morir en los que recuerda al pueblo elegido, los principios religiosos y morales que habían de cumplir a lo largo de su histórico camino, así como el nombramiento de Josué como sucesor de Moisés.

Con todos los acontecimientos La Ley adquiere un profundo significado, pues el pueblo israelita sabe que con la observación y vivencia de todos sus mandamientos manifiestan su fidelidad a la Alianza, dependiendo de ello, el cumplimiento de las promesas de Dios.

Bajo el nombre de La Ley, con el que la tradición judía designa al Pentateuco, quedan incluidos dos aspectos fundamentales:

– El normativo, que establece el principio del orden moral que ha de existir en la vida de cada individuo y en la convivencia humana conforme al querer divino.

– La intervención de Dios, fuente divina de nuestra vida y de nuestra salvación.

Toda la vida y la historia del antiguo Pueblo de Dios que encontramos en el Pentateuco, se complementa y perfecciona con el Evangelio, punto de partida del Nuevo Pueblo de Dios que es la Iglesia y el fundamento de su vida y de su historia.

Los católicos del mundo contemporáneo podemos descubrir que el Pentateuco prepara al hombre para recibir la gracia de Cristo y vivir en la misma. Nos recuerda la presencia constante de Dios guiándonos a la Salvación, con el deber de respetarle, obedecerle y rendirle culto. Por último, debemos ser conscientes que la Voluntad Divina se revela mediante la Ley, la cual debemos aprender y meditar para ponerla en práctica, vivir moralmente y ejercitarnos en el respeto mutuo y la justicia.