XXVI JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD
BENEDICTO XVI
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo de Ramos, 17 de abril de 2011
Saludo con alegría a los peregrinos de lengua francesa. Siguiendo a Jesús, que camina hacia su pasión y su resurrección, acojamos de corazón su enseñanza en nuestra vida. Que su luz ilumine nuestros juicios y nuestras decisiones. Queridos jóvenes, permaneced arraigados en Cristo y firmes en la fe. Así seréis testigos gozosos e incansables del amor infinito de Dios para nosotros hoy. Que la Virgen María nos acompañe en nuestra subida hacia la Pascua.
Saludo a todos los peregrinos y visitantes de lengua inglesa presentes aquí en Roma este domingo de Ramos, mientras toda la Iglesia canta «¡Hosanna al Hijo de David!», conmemorando la solemne entrada de nuestro Señor en Jerusalén en los días que llevan a su pasión y muerte. Saludo en particular a todos los jóvenes presentes y pienso en la celebración de la Jornada mundial de la juventud en Madrid este verano con miles y miles de jóvenes de todo el mundo.
Saludo cordialmente a todos los peregrinos y visitantes de lengua alemana. En la liturgia del domingo de Ramos, a la exclamación «¡Hosanna!» durante la entrada del Señor en Jerusalén, siguen los gritos: «¡Crucifícalo!» en la Pasión. Las dos expresiones están muy cercanas y manifiestan la inestabilidad del corazón humano. Pidamos al Señor en esta Semana Santa que nos ayude a permanecer en la fidelidad a él. Que nos dé, por eso, la gracia que proviene de su muerte y su resurrección. Una bendición a todos para la Semana Santa.
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española y los animo a vivir las celebraciones de la pasión del Rey de la gloria, para alcanzar la plenitud de lo que estas fiestas significan y contienen. Me dirijo ahora en particular a vosotros, queridos jóvenes, para que me acompañéis en la Jornada mundial de la juventud, que tendrá lugar en Madrid el próximo mes de agosto, bajo el lema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe».
Hoy pienso también en Colombia, donde el próximo Viernes Santo se celebra la Jornada de oración por las víctimas de la violencia. Me uno espiritualmente a esta importante iniciativa y exhorto encarecidamente a los colombianos a participar en ella, al mismo tiempo que pido a Dios por cuantos en esa amada nación han sido despojados vilmente de su vida y sus haberes. Renuevo mi urgente llamado a la conversión, al arrepentimiento y a la reconciliación. ¡No más violencia en Colombia! ¡Que reine en ella paz!
Saludo cordialmente a los jóvenes y demás peregrinos de lengua portuguesa, deseándoles una Semana Santa llena de frutos espirituales, viviéndola unidos a la Virgen María, para aprender de ella a escuchar a Dios en el silencio interior, a ver a los demás con corazón puro y a seguir a Jesús con fe amorosa por el camino del Calvario, que lleva a la alegría de la resurrección. Nos vemos en Madrid, si Dios quiere.
Dirijo un cordial saludo a los peregrinos procedentes de Polonia, especialmente a los jóvenes que se preparan para el encuentro mundial en Madrid. Permitidme que hoy, domingo de la Pasión del Señor, os repita las palabras del Mensaje para esta jornada: la cruz de Cristo «es el “sí” de Dios al hombre, la expresión máxima de su amor y la fuente de donde mana la vida eterna. (…) Por eso, quiero invitaros a acoger la cruz de Jesús, signo del amor de Dios, como fuente de vida nueva» (L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 5 de septiembre de 2010, p. 7). ¡Que Dios os bendiga!
Saludo con afecto, por último, a los peregrinos de lengua italiana, especialmente a los jóvenes, a los que doy cita en Madrid para la Jornada mundial de la juventud, en el próximo mes de agosto.
Y ahora nos dirigimos en oración a María, para que nos ayude a vivir con intensa fe la Semana Santa. También María exultó en el espíritu cuando Jesús hizo su entrada en Jerusalén, cumpliendo las profecías; pero su corazón, como el de su Hijo, estaba preparado para el sacrificio. Aprendamos de ella, Virgen fiel, a seguir al Señor también cuando el camino lleva a la cruz.
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