Nuestra Señora de la Merced
Patrona de los cristianos cautivos, su fiesta se instituyó en un principio como agradecida respuesta a la Virgen por haber devuelto la libertad a los cristianos cautivos de los moros. Esto se lograba a través de las limosnas recabadas por los miembros de la recién fundada “Orden de los Mercedarios”, cuyo fin era precisamente rescatar a los cautivos aunque para ello tuvieran que constituirse ellos mismos en rehenes. El Papa Inocencio XII extendió la fiesta de Nuestra Señora de la Merced en el año1696 para recordarnos que la Madre de Dios es también Madre nuestra y que por tanto su poder es infinito y puede liberarnos de las ataduras físicas y morales que llevamos.