Santa Brígida, viuda, fundadora de la Orden del Smo. Salvador. (1303-1373)
Nació en el año 1303 en el castillo de Finstad, siendo la séptima hija del gobernador Girger y de su esposa Ingeborg Sigride. Su familia estaba emparentada con los reyes de Suecia.
Un sermón sobre la Pasión de Cristo la conmovió profundamente, cuando apenas tenía nueve años. Pasó la noche entera llorando y tiritando de frío, arrodillada frente a una imagen del crucificado y creyó oir su voz que le decía: «VEN Y MIRA CÓMO HE SIDO HERIDO». Llena de horror, exclamó: «SEÑOR MÍO,
¿QUIÉN TE HA HECHO ESTO?» Y entonces recibió la respuesta: «ESO LO HAN HECHO TODOS AQUELLOS QUE ME ABANDONAN Y DESPRECIAN MI AMOR».
A la edad de 18 años, en cumplimiento del deseo de su padre, se casa con el conde Ulf Gudmarsson. Tuvieron 4 hijos a quienes educó concienzudamente en la misma sólida religiosidad que ella había recibido. Compartía con su esposo su fe viva y sus costumbres severas. Siendo miembros de la Tercera Orden franciscana, rezaban, ayunaban y hacían penitencia juntos. Siempre de acuerdo, construían hospitales y en su mesa les daban de comer a doce pobres. Juntos leían también la Sagrada Escritura. En la misma medida que crecía su fama y su riqueza, más atención prestaban a sus responsabilidades ante los hombres y ante Dios.
Cuando sus hijos no necesitaron de sus cuidados directos, los dos esposos peregrinaron hacia los santuarios más famosos de Europa, como Santiago de Compostela, Colonia, las Tumbas de Sta. Marta y la de Ma. Magdalena, en Francia. Al regreso de aquellas peregrinaciones y con el consentimiento de Brígida, su esposo prometió retirarse al monasterio cisterciense de Alvastra.
Cumplió su promesa y a su muerte, cuatro años después, fue sepultado con su hábito.
Brígida, en la madurez de su vida, decidió conservar su viudez. No tardó en repartir sus bienes, reservándose lo más indispensable y se fue a vivir cerca de la tumba de su esposo, en una construcción contigua al monasterio.
Durante la gran peste que diezmó la población de Italia, Brígida, la mujer fuerte del norte, ayudó con entereza; sin ningún temor, se introdujo en las barracas marcadas por la muerte. Dios bendijo tanto heroismo con muchos milagros. Fundó una Orden religiosa y se trasladó a Roma, donde fue para todos un ejemplo insigne de virtud. Emprendió una peregrinación a Tierra Santa, como acto de penitencia y escribió muchas obras en las que narra sus experiencias místicas. En el año de 1373 se despidió de este mundo para pertenecerle enteramente a Cristo, con el cual se había comprometido místicamente.
San Apolinar
Se dice que fue discípulo de San Pedro y que había venido con él de Antioquía a Roma, que había fundado la iglesia de Rávena por su mandato, y que había coronado su vida con el martirio.
Beato Manuel Pérez Jiménez y ocho compañeros (+1936)
Pertenecían a la Congregación de la Pasión, y fueron asesinados por su fe durante la Guerra Civil española, en Carabanchel Bajo, Madrid, España.
Beatos Nicéforo de Jesús y María, Vicente Díez Tejeira y cinco compañeros (+1936)
Pertenecían a la Congregación de la Pasión y fueron asesinados por su fidelidad a la fe y a su vocación durante la Guerra Civil en Manzanares, España.
Beatos Pedro Ruiz de los Paños y compañeros mártires (+1936)
Presbíteros de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Murieron mártires durante la Guerra Civil española. Cada uno de ellos tenía una calidad humana y espiritual extraordinaria. Eran personas de mucha valía. En sus respectivas parcelas educativas estaban haciendo una verdadera transformación. Vivían entregados plenamente a su labor, a su seminario y a sus alumnos. De ninguno se sabe militancia ideológica que no fuese la estrictamente evangélica.
La mayor parte era muy jóvenes, algunos apenas habían terminado sus estudios y tenido tiempo de ocupar cargos que implicasen una relación social. Los mayores tenían gran fama de sencillez y bondad.
Fueron perseguidos única y exclusivamente por ser sacerdotes y ellos fueron a la muerte convencidos de que era una martirio y que daban su vida por Cristo.
* Reza una oración hoy por las familias católicas para que no tengan miedo de tener los hijos que Dios quiera para cada una.