Espíritu Santo : procede eternamente del Padre y del hijo

Los cristianos confesamos con la Iglesia que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, distinta del Padre y del Hijo, de quienes procede eternamente

Los cristianos confesamos con la Iglesia que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, distinta del Padre y del Hijo, de quienes procede eternamente.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor, y vivificador, que, con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado. Que habló por los profetas; nos fue enviado por Cristo después de su resurrección y ascensión al Padre; ilumina, vivifica, protege y rige la Iglesia, cuyos miembros purifica con tal que no desechen la gracia. Su acción, que penetra lo íntimo del alma, hace apto al hombre de responder a aquel precepto de Cristo: "Sed… perfectos, como también es perfecto vuestro Padre celestial" (Pablo VI, El Credo del Pueblo de Dios, n. 13). Cfr. Documento de Puebla, nn. 202-204.

Ya en el Símbolo de los Apóstoles se confiesa esa fe en el Espíritu Santo, Persona de la Trinidad distinta del Padre y del Hijo. En el Antiguo Testamento se habla de El veladamente (cfr. Ps. 103, 30; Is. 11, 2; Ex. 36, 27), pero es el Nuevo Testamento quien lo revela con claridad, declarando expresamente su divinidad.

En los Hechos de los Apóstoles leemos lo que San Pedro dijo a Ananías: "¿Cómo ha tentado Dios tu corazón para que mintieras al Espíritu Santo? No has mentido a los hombres, sino a Dios" (Hechos 5, 3).

Como una consecuencia, el Espíritu Santo -por ser Dios, igual al Padre y al Hijo- merece la misma adoración y gloria. Por su consustancialidad con el Padre y el Hijo –es la misma sustancia divina-, hay una identidad en el honor y la gloria que los hombres le debemos.

a) Es una Persona divina, que procede del Padre y del Hijo.

Decimos que el Espíritu Santo es Persona divina, y no un atributo o virtud divina impersonal. Así lo confiesa la fe de la Iglesia:

"Creemos en el Espíritu Santo, el que habló en la Ley y anunció en los profetas y descendió sobre el Jordán, el que habla en los Apóstoles y habita en los santos; y así creemos en El que es Espíritu Santo, Espíritu de Dios, Espíritu perfecto, Espíritu consolador e increado" (Símbolo de Epifanía, Dz. 13).

El Espíritu Santo es una Persona realmente distinta del Padre y del Hijo, como queda manifiesto en la fórmula trinitaria del bautismo (cfr. Mt. 2 8, 19), la teofanía del Jordán (cfr. Mt. 3, 6) y el discurso de despedida de Jesús (cfr. Juan 14, 16-26; 15, 26).

Esta doctrina concerniente al Espíritu Santo en cuanto Dios, como Persona que procede del Padre y del Hijo, que es enviada por ambos, es firmemente enseñada desde el principio de la Iglesia hasta nuestros días.

b) Sus nombres

En realidad, las palabras "Espíritu Santo" pueden también aplicarse con razón al Padre y al Hijo, pues ambos son espíritu y santos. También se pueden aplicar a los ángeles y a las almas de los justos, y por eso debe evitarse el error al que puede llevar la ambigüedad de estas palabras: la Iglesia aplica este nombre a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, según se toma de la Sagrada Escritura, porque el Espíritu Santo carece de nombre propio. Le llamamos así porque procede del Padre y del Hijo por vía de espiración y de amor.

Procede como de un único principio: así como el Padre, al comprenderse a Sí mismo, engendra al Verbo, que es Subsistente, así el amor mutuo del Padre y del Hijo, es el Espíritu Santo.

Se le pueden también aplicar otros nombres, p.ej. el nombre de Paráclito, que significa consolador o abogado (cfr. Juan 5, 3-4, 16-26), y abunda en el sentido de que es una Persona real. Por eso se le atribuyen acciones que sólo realizan los seres personales, como ser maestro de la verdad, dar testimonio de Cristo, conocer los misterios de Dios (cfr. Juan, 16, 13; 1 Cor. 2, 10).

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2 comentarios

  1. te equivocas completamente marioraf1950@gmail.com, «… errais IGNORANDO las escrituras…» El Espiritu Santo es una persona… ya que tiene voluntad (1Co 12:11), tiene sentimientos (Efe 4:30, 5:9) y tiene pensamientos (1Co 2:10-11,13). Hay versos en donde se distingue la Divina Trinidad… 1Jn 5:7, Mt 28:19, 2Co 13:14…. hay mas….
    Y esto es la realidad….

  2. El Espiritu Santo se refiere al amor del Dios Padre al Dios Hijo quienes nos envian en nuestra ayuda cuando lo llamamos con Fe.
    Por lo tanto El Espiritu Santo no es una persona sino un sentimiento Divino. Asi de simple. Y me disculpan pero en el escrito que se publica existe mucha palabreria que confunde a cualquier persona. Espero no se tome como groseria sino como una realidad.

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