El papa emérito Benedicto XVI yace a los pies del baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro, al igual que Juan Pablo II en 2005.
Alas 9.00 horas del lunes 2 de enero de 2023, las puertas de la Basílica de San Pedro se abrieron a los fieles y peregrinos que querían dar el último saludo a los restos mortales del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre de 2022.
El papa emérito Benedicto XVI yace a los pies del baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro, al igual que Juan Pablo II en 2005.
El pontífice viste una sencilla casulla roja sobre un alba blanca bordada, lleva una mitra sencilla y no lleva una estola.
En sus manos tiene el rosario con el cual rezó hasta el final para sostener a la Iglesia, como recordó el Papa Francisco en los primeros días de su agravamiento.
No siendo un pontífice reinante, no vestía el palio u otros ornamentos pontificios. No llevaba sus zapatos rojos (eran negros), esos que fueron símbolo durante sus ocho años en el solio de Pedro, ni tampoco no sonaron las campanas de la Basílica. Sencillez, recogimiento y silencio se respiraba en la Basílica.
«Señor, te amo», fueron sus ultimas palabras. Las mismas que retumban en ese silencio de la multitud y los gestos piadosos de la gente que le recordaban como «fiel» hasta el final a la Iglesia.
El arzobispo Georg Gänswein veló hasta esta mañana a las 6:55 a.m el cuerpo de Benedicto XVI en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Las traslación de los restos mortales se realizó a las 7:00 y llegaron a las 7:15 a.m. El cardenal Gambetti ofició un breve rito.
A lo largo de la Via della Conciliazione, que conduce a la plaza principal, la ciudad de Roma ha colocado barreras para dirigir el flujo de fieles durante los tres días en que será posible presentar sus respetos al Papa alemán.
A las 9 de la mañana, la cola en torno a la plaza de San Pedro era ya de varios centenares de metros.
La multitud como cuentas de semillas grandes y pequeñas del Rosario
En esta cola, muchos fieles rezaban el rosario mientras esperaban a que se abrieran las puertas de la basílica. Entre ellos estaba Sebastiano Burgaretta, un poeta italiano de 65 años que había venido a Roma desde la isla de Sicilia para la ocasión.
«El Papa teólogo ha prestado un servicio inmenso a la Iglesia de Cristo. Fue un hombre sapiente y humilde. Reconoció a tiempo que no tenía fuerzas psicológicas y físicas para poder enfrentar la inmensidad de los problemas que se venían venir. Tenía que venir a saludarlo y agradecerle por su infinito amor a la Iglesia de Cristo».
«Ver avanzar la gente como un fluir de las cuentas del Rosario y que yo discurría en mis manos, fue experimentar una especie de paralelismo espiritual». Y luego Burgaretta compartió con Aleteia estos versos:
«Las semillas entrelazadas de ese cuadrado, teoría paralela en progresión, lo pequeño y lo grande en armonía, a pesar del frío de la mañana y del peldaño como asiento bajo el cielo. Grandes y pequeños, pero una sola la medida: la obediencia madurada.»
Hasta esta tarde, la Gendarmeria vaticana indicó que alrededor de 40 mil personas han venido a saludar el cuerpo de Benedicto XVI, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Un gigante de la historia
Jose Antonio Rey, 33 años, y su novia de Tamaulipas, México hicieron una fila de más de una hora para saludar el cuerpo de Benedicto XVI que señaló «fue un gigante de la historia». «Después de Juan Pablo II, que nos acompañó en toda la juventud, tuvimos en Benedicto XVI un maestro de vida».
De Villarica, Chile, el padre Sebastián Molina y su mamá, María Ximena Carrasco, lucían conmovidos: «Queríamos rendirle homenaje y agradecerle por la Iglesia, por su testimonio de fe y de vida». Padre Molina dice que su vocación debe tanto a la memoria de Papa Ratzinger. «Mi tesis fue sobre su eclesiologia». «Le he pedido a papa Benedicto XVI que nos bendiga a todos, como Iglesia».
Este lunes, el cuerpo del pontífice emérito está expuesto a la visita de los fieles hasta las 19 horas. Mañana y el miércoles, el acceso a la basílica será posible de 7.00 a 19.00 horas.
El papa Francisco presidirá el funeral del papa emérito, Benedicto XVI, el próximo jueves 5 de enero a las 9.30 horas, según ha informado el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Además «siguiendo el deseo del Papa emérito, el funeral se celebrará de forma sencilla», ha manifestado Bruni. El Vaticano ha añadido posteriormente que será una ceremonia «solemne, pero sobria» y solo asistirán delegaciones de Gobierno y Presidencia de Italia y Alemania.
En efecto, a primera hora, la primera ministra Giorgia Melloni y el presidente Sergio Mattarella saludaron el cuerpo.
Benedicto XVI será enterrado bajo la Basílica
Por otro lado, el Papa emérito será enterrado bajo la Basílica de San Pedro, en el lugar que ocupaba la antigua tumba de Juan Pablo II, según confirmó hoy el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El lugar en las grutas vaticanas, cerca de la tumba del apóstol Pedro, ha estado vacío desde que los restos del pontífice polaco fueron trasladados al nivel superior de la basílica en 2011.
La capilla donde será enterrado el 265º Papa ya fue durante seis años el lugar de descanso de su predecesor, que fue enterrado allí tras su funeral (8 de abril de 2005).
La tumba se encuentra en el extremo norte de las grutas vaticanas, a unos 30 metros de la tumba de San Pedro. También se utilizó para Juan XXIII, antes de ser trasladado al altar de San Jerónimo tras su beatificación en 2001. Los pontífices beatificados ocupan un lugar de honor en la basílica.
Por Ary Waldir Ramos Díaz
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