jesús no vino a cambiar al hombre, sino, a sembrar en su interior semillas de renovación, a aprender grenciar sus pensamientos y a administrar sus emociones, a madurar en la corta experiencia de vida, a ser estables y serenos, verdaderos adultos responsables con nuestro compromiso de vida.
jesús no vino a cambiar al hombre, sino, a sembrar en su interior semillas de renovación, a aprender grenciar sus pensamientos y a administrar sus emociones, a madurar en la corta experiencia de vida, a ser estables y serenos, verdaderos adultos responsables con nuestro compromiso de vida.