El paso de los años

Envejecer es el ocaso de la vida, una realidad que nos va llegando que muchos ven con miedo y no con el esplendor que debemos ver esos años llegar.

Algunas personas les cuesta aceptar que las arrugan llegan, que el cuerpo envejece, que la mente va disminuyendo y buscan la manera de mantenerse físicamente siempre joven usando ropa inapropiada que más bien desentonan con los años que realmente tienen. Acuden a cirugías para esconder las arrugas sin darse cuenta que cada arruga es señal de vida. Envejecer es saber que conforme avanza tu edad –cada día- eres privilegiado… pues tienes la oportunidad de crecer en edad, sabiduría y gracia…

La sociedad de consumo, los medios de comunicación, la industria de la moda y belleza con tal de vender muestran que para ser feliz hay que estar a la moda y mantenerse joven. 

Nuestra naturaleza debe ir de acuerdo a nuestra edad, a nuestro ciclo de vida para envejecer con dignidad sí de verdad queremos encontrar nuestra felicidad aquí en la tierra y llegar a la plenitud en el cielo. 

Es bueno hacer  ejercicio, tomar agua, evitar bebidas alcohólicas en exceso, evitar fumar, dormir lo necesario, comer sanamente y mantener el descanso debido. Mantenernos con energía y actividad normal según la edad nos mantiene siempre vivas, alegres y disfrutamos de lo más grande que Dios nos da, la familia.

La belleza del cuerpo es limitada y tristemente vulnerable, debemos siempre buscar engrandecer y embellecer nuestras almas que es la verdadera belleza y esa es infinita.

No tengamos miedo a envejecer y vivamos agradecidas que cada segundo que Dios nos permite vivir es una arruga más que marca en nosotros un día más de vida para compartir y disfrutar con nuestros seres amados. No hagamos en nuestros cuerpos remiendos que nos llevan a perder nuestros verdaderos rostros e identidad. 

Apreciemos y valoremos cada señal en nuestra frente, cada arruga en nuestro rostro y nuestras manos como muestra de alegrías, dolores y sufrimientos, trabajo y servicio que han dejado huella en quien hemos tocado el alma y el corazón. 

Que los años sean nuestro aliado, nuestros compañeros de esta vida que hemos vivido a plenitud y nos recuerdan que envejecer es un privilegio ya que muchos no han podido llegar a vivir.

Señor dame la gracia de saber que cada día que me permites vivir es un paso más hacia esa eternidad que debemos anhelar sin pensar que al hacernos viejos perdemos algo sino que más bien ganamos el privilegio que Tú nos otorgas para disfrutar de nuestros seres queridos y dejar en ellos huellas de amor. 

Luce Bustillo-Schott

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Un comentario

  1. Muy sabia reflexión!
    Que Bendición poder vivir cada día disfrutando las gracias de Dios y lo más importante ‘preparándonos’ para ese encuentro maravilloso
    con nuestro Padre amoroso, Quien nos dio el privilegio de vivir, con tantos beneficios y cariño de los que nos rodean, ; así como también poder poner al servicio de los demás los dones que recibimos! ❤️

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