Amar adentro. Un día en la vida de Olga Bejano
Orientación pedagógica: Ejemplo de que los auténticos protagonistas de la euthanasia son los enfermos
Fuente: Epoca Digital
Olga es una enferma incurable de Logroño que nada a contracorriente. No habla, no come, no ve y tampoco respira, pero remonta sus dificultades con un fin: seguir viviendo. ÉPOCA pasó un día con ella y con las personas que la cuidan: Belinda, su enfermera, y Mari Carmen, su madre
Si tuviera que escribir una última carta, sería a Dios, preguntándole si ha hecho bien los deberes o no. Es fotógrafa profesional. Decoradora de interiores. De niña, le encantaba bailar, tocar instrumentos, practicar deportes. Esquiaba, patinaba sobre hielo y sobre asfalto. Le encantaba la moda, ir de tiendas. Su canción preferida, el Canon de Pachelbel.
Tilín, tilín, tilín… Olga Bejano Domínguez, de 42 años, saluda con una pequeña campana plateada que tiene anudada a su tobillo. Hoy no se siente del todo bien. "Estoy dolida, como si me hubiera pasado un camión por encima de tanta cama".
Olga no puede hablar, ni ver, ni comer, ni tan siquiera respirar. Olga está paralizada de la cabeza a los pies. Pero vive. Seguro que de forma más intensa que muchos de nosotros. Su cuerpo inútil no es suficiente para parar su agilidad mental, sus ideas, sus ganas de vivir.
Su diagnóstico no existe. Padece una enfermedad neuromuscular, grave, degenerativa, desconocida y sin tratamiento, "producida por un componente que se utilizaba en las anestesias en los años setenta (curare), el cual me afectó en una operación de apendicitis a los 13 años". Durante los 10 años siguientes, a pesar de estar muy enferma tuvo una vida normal.
Ahora depende de un respirador artificial, de un aspirador de secreciones, de su madre, Mari Carmen, y de su enfermera, Belinda. Casi nada. Son sus contactos con el mundo exterior.
Olga está sentada sobre una silla de ruedas en su habitación. Lleva un jersey lila y un pantalón rosa. Calcetines de colores que junto a la luz que entra por la ventana dan cierto aire alegre al cuarto.
Belinda abre uno de los ojos de Olga para que me vea. "¿Quieres tomar algo calentito?", anota en su cuaderno. Para comunicarse, escribe en un alfabeto propio que sólo su enfermera entiende. El pulgar y el índice de su mano derecha sujetan entre sus manos un rotulador negro que traza garabatos rápidos que increíblemente representan las palabras de Olga.
– ¿Cómo sales adelante? "Con mucha entereza y lucha y, por supuesto, con la ayuda de Dios".
– ¿Cómo es un día en tu vida? "Me levanto a las ocho de la mañana y despierto a mi madre. Es mi perro, Pipo, el que la avisa. Ella me medica y me da el desayuno. A las nueve llega Belinda. Comienza con el aseo, que dura dos horas y tres cuartos. Leemos el correo postal y el electrónico".
Olga recibe cientos de cartas de lectores todos los días, llamadas de teléfono, mensajes por correo electrónico. "Es mucha la gente que me quiere conocer, aunque lógicamente tengo que hacer una selección", afirma.
Continúa su día… "A las dos me acuestan y me dan la comida. Belinda se va y vuelve a las cuatro y media. Vuelta a asearme y de cinco a siete hago cosas. A las nueve me tumban de nuevo y oigo la televisión. No me acuestan para dormir, sólo para cambiar de postura. A las doce me duermo y a las cuatro de la mañana me despierto. Hasta las ocho, vuelta a empezar?".
– ¿Y qué haces en esas horas? "Para no aburrirme medito, rezo o pienso en lo que voy a hacer al día siguiente", asienta.
"Soy una enferma de UCI, déjalo claro. Eso significa que no puedo residir en ninguna institución. Vivir en la Unidad de Cuidados Intensivos costaría dinero a la Sanidad Pública", afirma. Gracias a Belinda sale adelante. "Ella es mis ojos, mis manos, mis pies, mi voz, mi amiga, cómplice, secretaria y, lo más importante, gracias a ella me puedo comunicar". Belinda considera igual de importante que la aseen, que la aspiren y la mediquen correctamente como que le ayuden a escribir una carta o le apoyen en la comunicación.
Por Julia Urgel Jubera.
VERDADERAMENTE LA ENFERMEDAD ES PRODUCIDA Y PREOCUPA UNA ENFERMEDAD LARGA Y PROLONGADA CON DOLORES TAN PROLONGADA QUE ASUSTA UNA LARGA AGONIA CON DOLORES INDESCRIPTIBLES QUE ATERRORIZAN DEVERDAD, NO SE COMO PUEDEN SOPORTAR TANTO DOLOR LOS ENFERMOS YO NO SE YA PIERDEN EL CUERPO Y SE LES VA LA VIDA PREOCUPA QUE BATALLAS POR VIVIR POR CONCERVAR LA VIDA…VERDADERAMENTE EL CUERPO ES IMPORTANTE CADA CELULA ES VITAL PERO DONDE VIVE ESE SUJETO NO CREO QUE LA GENTE MUERA Y SALGA CUAL MARIPOSA DE UNA CRISALIDA Y YA SE PUEDA DISPONER DEL CUERPO HASTA CREMARLO ….TODO LO QUE COSTOS NO MAS TENERLO AHI UN TIEMPO EN LECHO DE AGONIA PARA QUE DE UN MOMENTO A OTRO SE LES OCURRA QUEMARLO.. QUEMARLO Y TODO LO QUE COSTO ALIMENTARLO Y NI MODOS QUE UNO VINIERA DE VALDE SIN EL PAN DEBAJO DEL BRAZO…