Click, Perdiendo el Control

Comedia irregular acerca de un hombre adicto al trabajo que recibe un control remoto para “adelantar” su vida, lo que lo hace recapacitar sobre sus hábitos laborales

Título en inglés: Click

Director: Frank Coraci

Intérpretes: Adam Sandler, Christopher Walken, Kate Beckinsale, David Hasselhoff

Año: 2006, Columbia/Revolution

Género: Comedia/Fantasía

Contenidos Específicos: Abundantes insinuaciones y bromas sexuales, humor vulgar innecesario que incluye flatulencias, lenguaje y expresiones crudas, maldiciones, situaciones de promiscuidad, un personaje transexual y referencias a drogas.

Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)

*MPAA: The Motion Picture Association of America

Reseña:

Adam Sandler es Michael Newman, un arquitecto adicto al trabajo que se desespera por la cantidad de aparatos de control remoto que hay en su casa, por lo que va a una tienda a buscar un control universal, pero lo que obtiene es un artefacto mágico que un tipo extraño (Christopher Walken) le obsequia.

Con este control puede congelar las escenas de la vida real, silenciar ruidos y “saltar” obligaciones familiares que lo distraen para dedicarse a los proyectos que su desconsiderado jefe, el Señor Ammer (David Hasselhoff), le pide. Michael cree que esto arreglará su caótica vida familiar y que pronto logrará un ascenso para atender mejor a su esposa Donna (Kate Beckinsale) y a sus hijos, de modo que empieza a utilizar el aparato anteponiendo siempre su provecho profesional.

El mensaje de esta comedia es loable ya que enfatiza la prioridad de la familia y el hecho de que lo mejor que se le puede ofrecer es tiempo para convivir y no artículos de consumo. Sin embargo es muy lamentable que prevalezca el humor crudo y las bromas sexuales a lo largo de la cinta; los guionistas pudieron usar un enfoque más respetuoso para hacer una cinta aprovechable en el entorno familiar.

Desgraciadamente optaron por el mal gusto y la vulgaridad.