TEXTO BÍBLICO PARA EL AÑO 2020
Hechos 27, 18 ̶ 28, 10
Al día siguiente, como arreciaba el temporal, los marineros comenzaron a aligerar la carga. Y al tercer día tuvieron que arrojar al mar, con sus propias manos, el aparejo de la nave. El sol y las estrellas permanecieron ocultos durante muchos días y, como la tempestad no disminuía, perdimos toda esperanza de salvarnos. Hacía tiempo que nadie a bordo probaba bocado; así que Pablo se puso en medio de todos y dijo:
—Compañeros, deberíais haber atendido mi consejo y no haber zarpado de Creta. Así hubiéramos evitado esta desastrosa situación. De todos modos, os recomiendo ahora que no perdáis el ánimo, porque ninguno de vosotros perecerá, aunque el buque sí se hundirá. Pues anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y sirvo, y me dijo: «No temas, Pablo. Has de comparecer ante el emperador, y Dios te ha concedido también la vida de tus compañeros de navegación». Por tanto, amigos, cobrad ánimo, pues confío en Dios, y sé que ocurrirá tal como se me ha dicho. Sin duda, iremos a parar a alguna isla.
A eso de la media noche del día en que se cumplían las dos semanas de navegar a la deriva por el Adriático, los marineros barruntaron que nos aproximábamos a tierra. Lanzaron entonces la sonda, y hallaron que había veinte brazas de fondo; poco después volvieron a lanzarla, y había quince brazas. Por temor a que pudiéramos encallar en algún arrecife, largaron cuatro anclas por la popa, mientras esperaban con ansia que llegara el amanecer. La tripulación intentó abandonar el barco, y arriaron el bote salvavidas con el pretexto de largar algunas anclas por la proa. Pero Pablo dijo al oficial y a los soldados:
—Si estos no permanecen a bordo, no podréis salvaros vosotros.
Entonces, los soldados cortaron los cabos del bote y lo dejaron perderse. En tanto amanecía, rogó Pablo a todos que tomaran algún alimento:
—Hoy hace catorce días —les dijo— que estáis en espera angustiosa y en ayunas, sin haber probado bocado. Os aconsejo, pues, que comáis algo, que os vendrá bien para vuestra salud; por lo demás, ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.
Dicho esto, Pablo tomó un pan y después de dar gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. Los demás se sintieron entonces más animados, y también tomaron alimento.
En el barco estábamos en total doscientas setenta y seis personas. Una vez satisfechos, arrojaron el trigo al mar para aligerar la nave.
Llegó el día, y los marineros no pudieron reconocer el lugar. Pero distinguieron una ensenada con su playa, y trataron de ver si era posible que la nave recalase allí. Así pues, soltaron las anclas y las dejaron irse al fondo; aflojaron luego las amarras de los timones, izaron la vela de proa e, impulsados por el viento, se dirigieron a la playa. Pero tocaron en un banco de arena entre dos corrientes y el barco encalló. La proa quedó clavada e inmóvil, en tanto que la popa era destrozada por los golpes del mar. Entonces, los soldados resolvieron matar a los presos para evitar que alguno de ellos escapara a nado. Pero el oficial, queriendo salvar la vida de Pablo, les impidió llevar a cabo su propósito. Ordenó que quienes supieran nadar saltaran los primeros por la borda y ganaran la orilla; en cuanto a los demás, unos lo harían sobre tablones flotantes y otros sobre restos del buque. De esta forma todos logramos llegar a tierra sanos y salvos.
Una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Los isleños nos trataron con una solicitud poco común; y como llovía sin parar y hacía frío, encendieron una hoguera y nos invitaron a todos a calentarnos. Pablo había recogido también una brazada de leña; al arrojarla a la hoguera, una víbora, huyendo de las llamas, hizo presa en su mano. Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros:
—Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite que viva.
Pablo, sin embargo, se sacudió el reptil arrojándolo al fuego y no experimentó daño alguno. Esperaban los isleños que se hinchara o que cayera muerto de repente. Pero, después de un largo rato sin que nada le aconteciese, cambiaron de opinión y exclamaron:
—¡Es un dios!
Cerca de aquel lugar había una finca que pertenecía a Publio, el gobernador de la isla, quien se hizo cargo de nosotros y nos hospedó durante tres días. Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería.Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó. A la vista de esto, acudieron también los demás enfermos de la isla, y Pablo los curó. Fueron muchas las muestras de aprecio que nos dispensaron los isleños que, al hacernos de nuevo a la mar, nos suministraron todo lo necesario.
Biblia Traducción Interconfesional (BTI)
INTRODUCCIÓN AL TEMA PARA EL AÑO 2020
«Nos trataron con una solicitud poco común»
(Hechos 28, 2)
Los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020 han sido preparados por las Iglesias cristianas de Malta y de Gozo (Cristianos Unidos en Malta). El 10 de febrero muchos cristianos en Malta celebran la Fiesta del Naufragio de San Pablo, señalando y dando gracias por la llegada de la fe cristiana a estas islas. La lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles que se utiliza en esta fiesta es la que se ha elegido para la Semana de Oración de este año.
La narración comienza con Pablo siendo llevado a Roma como prisionero (Hechos 27, 1ss). Pablo está encadenado, pero aun en la que se volverá una travesía peligrosa, la misión de Dios continua a través de él.
Este relato es un drama clásico de la humanidad confrontada con el poder terrorífico de los elementos. Los pasajeros en la nave están a la merced de las fuerzas de los mares debajo de ellos y de la potente tempestad que arrecia encima de ellos. Estas fuerzas los llevan a un terreno desconocido en el que están perdidos y sin esperanza.
Las 276 personas de la nave están divididas en grupos bien diferenciados. El centurión y sus soldados tienen el poder y la autoridad, pero dependen de la habilidad y de la experiencia de los marineros. Si bien todos tienen miedo y son vulnerables, los prisioneros encadenados son los más vulnerables de todos. Se puede disponer de sus vidas y corren el riesgo de una ejecución sumaria (22, 42). Mientras la historia se va desenvolviendo, vemos como aumenta la división entre los distintos grupos por la desconfianza y la sospecha.
Sin embargo, de modo sorprendente, Pablo destaca como elemento de paz en el alboroto. Él sabe que su vida no está gobernada por fuerzas que son indiferentes a su destino, sino que, al contrario, su vida está en las manos de Dios, al que pertenece y a quien da culto (cfr. 27, 23). Gracias a esta fe, Pablo tiene la confianza de que comparecerá ante el emperador en Roma y, sacando fuerzas de ella, puede ponerse en pie ante sus compañeros de viaje y dar gracias a Dios. Todos son reconfortados. Siguiendo su ejemplo, comparten juntos el pan, unidos en una nueva esperanza y confiados en sus palabras.
Esto pone de relieve un tema principal de este pasaje: la divina providencia. Fue decisión del centurión zarpar con mal tiempo y durante la tempestad los marineros tomaron decisiones sobre el modo de manejar el buque. Sin embargo, al final, sus planes se frustran y solamente estando juntos y dejando que el buque se hunda logran salvar sus vidas gracias a la divina providencia. El buque y toda su valiosa carga se perderá, pero sus vidas se salvarán, ya que «ni un cabello de vuestra cabeza se perderá» (27, 34; cfr. Lc 21, 18). En nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos, abandonarnos a la providencia divina requiere que soltemos muchas cosas a las que estamos muy atados. Para Dios lo importante es la salvación de todos.
Este grupo de personas tan diverso y desunido va «a parar a alguna isla» (27, 26). Habiendo sido puestos juntos en un mismo buque, llegan al mismo destino, en el que se pone de manifiesto su unidad humana a través de la hospitalidad de los isleños. Al reunirse alrededor de la hoguera, rodeados de personas que no los conocen ni los entienden, las diferencias de poder y de estatus se desvanecen. Los 276 ya no están a merced de fuerzas indiferentes, sino que son abrazados por la providencia amorosa de Dios que se hace presente a través de personas que les tratan con «una solicitud poco común» (28, 2). Mojados y con frío, se pueden calentar y secar al lado de la hoguera. Hambrientos, se les da comida. Se les da cobijo hasta que puedan volver a emprender su viaje con seguridad.
Hoy en día muchas personas se enfrentan a los mismos miedos en los mismos mares. Los mismos sitios que se nombran en la lectura (27, 21; 28, 1), aparecen también en las historias de los migrantes de hoy. En otros lugares del mundo muchos otros emprenden viajes igualmente peligrosos por tierra y por mar para escapar de catástrofes naturales, de guerras y de la pobreza. También sus vidas están a la merced de inmensas fuerzas, frías e indiferentes, no solo pertenecientes a la naturaleza, sino también políticas, económicas y humanas. Esta indiferencia del ser humano asume varias formas: la indiferencia de aquellos que venden plazas a personas desesperadas en buques que no son aptos para navegar; la indiferencia de los que deciden no mandar naves de rescate; y la indiferencia de los que alejan de sus costas a pateras con migrantes. Estos son solo algunos ejemplos. Como cristianos unidos que enfrentan la crisis migratoria, esta historia nos reta: ¿nos unimos a las frías fuerzas de la indiferencia o mostramos «una solicitud poco común», haciéndonos testigos de la providencia amorosa de Dios para todas las personas?
Es muy necesaria la virtud de la hospitalidad en nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos. Es un hábito que nos invita a una mayor generosidad para con los que pasan necesidad. Las personas que trataron con una solicitud poco común a Pablo y a sus compañeros no conocían aún a Cristo y, sin embargo, fue a través de su trato poco común que un grupo dividido se fue uniendo. Nuestra propia unidad cristiana se manifestará no solamente mostrando hospitalidad unos con otros, por muy importante que esto sea, sino también a través de encuentros cordiales con aquellos que no comparten nuestra lengua, cultura o religión.
En estos viajes tempestuosos y encuentros casuales la voluntad de Dios para su Iglesia y para todas las personas llega a su plenitud. Como proclamará Pablo en Roma, esta salvación de Dios ha sido ofrecida a todos los pueblos (cfr. Hechos 28, 28).
Las reflexiones para el Octavario y para la celebración ecuménica se inspiran en el texto del libro de los Hechos de los Apóstoles. Los temas para el Octavario son:
Día 1: Reconciliación: Tirar la carga por la borda
Día 2: Iluminación: Buscar y mostrar la luz de Cristo
Día 3: Esperanza: El mensaje de Pablo
Día 4: Confianza: No temáis; creed
Día 5: Fortaleza: Partir el pan para el viaje
Día 6: Hospitalidad: Mostrar una solicitud poco común
Día 7: Conversión: Cambiar nuestros corazones y nuestras mentes
Día 8: Generosidad: Recibir y dar
PREPARACIÓN DE LOS MATERIALES PARA LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2020
Las Iglesias cristianas de Malta fueron escogidas para redactar el material para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020. En septiembre 2017, la Conferencia Episcopal Católica Romana, con el arzobispo Charles J. Scicluna de Malta y el obispo Mario Grech de Gozo, y Cristianos Unidos en Malta (Consejo Ecuménico de Malta), encomendaron a Mons. Hector Scerri formar un Comité Ecuménico de Redacción para preparar los materiales para el 2020.
Agradecemos a la Conferencia Episcopal Católica Romana, a los miembros de Cristianos Unidos en Malta y a todos los que contribuyeron de varias formas a la confección de estos recursos:
– Mons. Prof. Hector Scerri: convocante y coordinador del Comité de Redacción en nombre de la Conferencia Episcopal de Malta, presidente de Cristianos Unidos en Malta, presidente de la Comisión Ecuménica Diocesana (Archidiócesis de Malta), vicedecano de la Facultad de Teología, Universidad de Malta (católico romano)
– Dña. Dorianne Buttigieg: secretaria del Comité de Redacción, miembro de la Comisión Ecuménica Diocesana (Archidiócesis de Malta)
– Revdo. Kim Hurst: ministro en la Iglesia de San Andrés de los Escoceses, La Valeta, Malta (metodista)
-Dña. Elizabeth Lochhead: miembro de la procatedral de San Pablo, La Valeta, Malta (Iglesia de Inglaterra)
-Mons. Joseph Attard: vicario episcopal para los Laicos y el Ecumenismo, Diócesis de Gozo, Malta (católico romano)
-D. Norman Alexander: miembro de la Iglesia de San Andrés de los Escoceses, La Valeta, Malta (Iglesia de Escocia)
-Cango. Simon Godfrey: canciller de la procatedral de San Pablo, La Valeta, Malta (Iglesia de Inglaterra)
-Dra. Patricia Micallef: coordinadora del Grupo de Taizé, Malta (católica romana)
– Dña. Judith Pugh: miembro de la comunidad anglicana de Gozo, Malta (Iglesia de Inglaterra)
– Subdiácono Alexander Kuryshev: miembro de la parroquia rusa ortodoxa de San Pablo, Malta (ruso ortodoxo)
– Revdo. archimandrita Nathanael Felesakis: párroco de la parroquia griego ortodoxa de San Pablo, Malta (griego ortodoxo)
Revdo. Ionut Iftimia: párroco de la parroquia ortodoxa rumana de San Juan Bautista, Malta (ortodoxo rumano)
– D. Noel Cauchi: representante de la Comunidad Evangélica (Andreasgemeinde), La Valeta, Malta (luterano evangélico)
– Revdo. Dr. Aurelio Mulè Stagno, SDB: miembro de la Comisión Ecuménica Diocesana, Malta (católico romano)
El Comité de Redacción local se reunió en la sala de juntas del Seminario Mayor de la Archidiócesis, en Tal-Virtù, Rabat, Malta los días 12 de febrero, 15 de marzo, 20 de abril y 11 de mayo de 2018.
El material creado por el Comité de Redacción local fue presentado al grupo internacional compuesto por representantes del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Consejo Mundial de Iglesias. Se celebró una reunión en el Seminario Mayor de la Archidiócesis, Rabat, Malta, del 13 al 18 de septiembre de 2018. Se mantuvieron encuentros con el Comité de Redacción local, Cristianos Unidos en Malta, el arzobispo Scicluna y el nuncio apostólico Mons. Alessandro D’Errico.
CELEBRACIÓN ECUMÉNICA
Notas para la celebración ecuménica
Siendo una nación insular, las embarcaciones son parte importante de la vida maltesa. La lectura bíblica de esta celebración describe un peligroso viaje por mar del apóstol Pablo. La barca también es un símbolo del viaje a veces tempestuoso que los cristianos hacemos juntos hacia la unidad. Por este motivo se sugiere que, antes de la celebración, una barca o un modelo grande se coloque dentro del espacio celebrativo.
Dada su extensión y el lenguaje técnico náutico, es preciso proclamar con esmero la lectura de los Hechos de los Apóstoles. Puede ser apropiado encomendar distintas partes del texto a distintos lectores, o utilizar recursos dramáticos u otros medios que puedan ayudar a la proclamación. Se podría proclamar el texto desde un lugar cercano a la barca.
Desarrollo de la celebración
«Nos trataron con una solicitud poco común»
(Hechos 28, 2)
P Celebrante principal
A Asamblea
L Lector
Reunión de la asamblea
Himno introductorio
Mientras se canta el himno de entrada, los líderes de las Iglesias y los representantes entran en la sala para la celebración ecuménica de oración por la unidad de los cristianos. Son precedidos por un participante que lleva la Biblia de modo que todos la puedan ver. Se coloca la Biblia en un puesto de honor en el centro de la asamblea que celebra.
Palabras de bienvenida
P La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.
A Y también contigo.
P Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Nos hemos reunido para orar por la unidad entre los cristianos y la reconciliación en el mundo. Durante muchos siglos han existido divisiones entre los cristianos. Esto causa mucho dolor y es contrario a la voluntad de Dios. Nosotros creemos en el poder de la oración. Juntos con los cristianos de todo el mundo, ofrecemos nuestras oraciones, mientras nos esforzamos por superar la separación.
Los recursos para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año han sido elaborados por distintas Iglesias cristianas de Malta. La historia del cristianismo en este pequeño país insular se remonta al tiempo de los apóstoles. Según la tradición, san Pablo, el Apóstol de los Gentiles, alcanzó las orillas de Malta en el año 60 d.C. La narración que describe este acontecimiento providencial se encuentra en los dos últimos capítulos del libro de los Hechos de los Apóstoles.
Este texto señala el comienzo del cristianismo en Malta –un pequeño país compuesto de dos islas principales habitadas, Malta y Gozo, junto con otros islotes–, en el corazón del mar Mediterráneo, a medio camino entre la punta sur de Sicilia y el norte de África. Esta tierra bíblica se encuentra en el cruce de caminos de civilizaciones, culturas y religiones.
Nuestras oraciones y reflexiones hoy, y a lo largo de esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, se centran en la hospitalidad que mostraron los isleños hacia los que acababan de naufragar: «Nos trataron con una solicitud poco común» (Hechos 28, 2). ¡Que el amor y el respeto que nos mostramos hoy al orar por la unidad de los cristianos pueda mantenerse a lo largo de todo el año!
Invocación al Espíritu Santo
La respuesta a cada petición puede ser cantada por un cantor y repetida por toda la asamblea.
P Espíritu de amor, ven sobre esta asamblea y habita entre nosotros. A ¡Ven, Espíritu Santo! (o ¡Veni, Sancte Spiritus!)
P Espíritu de unidad, muéstranos el camino hacia la unidad de los cristianos.
A ¡Ven, Espíritu Santo! (o ¡Veni, Sancte Spiritus!)
P Espíritu de la hospitalidad, enséñanos a ser acogedores.
A ¡Ven, Espíritu Santo! (o ¡Veni, Sancte Spiritus!)
P Espíritu de compasión, inculca dentro de nosotros una actitud de respeto hacia todos los que nos encontramos.
A ¡Ven, Espíritu Santo! (o ¡Veni, Sancte Spiritus!)
P Espíritu de esperanza, ayúdanos a deshacernos de todo lo que dificulta nuestro viaje ecuménico.
A ¡Ven, Espíritu Santo! (o ¡Veni, Sancte Spiritus!)
Oraciones de perdón y reconciliación
La respuesta a cada petición puede ser cantada por un cantor y repetida por toda la asamblea.
P Perdónanos, Señor, por los errores pasados, por la desconfianza y las fechorías entre cristianos de distintas Iglesias y tradiciones.
A ¡Señor, ten piedad! (o ¡Kyrie, eleison!)
P Perdónanos, Señor, por permanecer en la oscuridad en vez de buscar el sendero de la Luz, porque tú, Señor, eres la única Luz verdadera.
A ¡Señor, ten piedad! (o ¡Kyrie, eleison!)
P Perdónanos, Señor, por nuestra falta de fe y por nuestra incapacidad de ser personas de firme esperanza y de auténtica caridad.
A ¡Señor, ten piedad! (o ¡Kyrie, eleison!)
P Perdónanos, Señor, por haber causado daño, sufrimiento y angustia a los demás.
A ¡Señor, ten piedad! (o ¡Kyrie, eleison!)
P Perdónanos, Señor, por aislarnos y permanecer indiferentes en vez de mostrar hospitalidad hacia todos, especialmente hacia los extranjeros y los refugiados.
A ¡Señor, ten piedad! (o ¡Kyrie, eleison!)
P El Señor es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor. Pues como el cielo dista de la tierra, abunda su amor para con sus fieles; como está lejos el este del oeste, él aleja nuestras faltas de nosotros (Sal 103, 8.11-12).
A Amén.
Canto de alabanza
Escuchar la Palabra viva de Dios
P Padre que estás en los cielos, abre nuestros corazones y nuestras mentes a tu Palabra.
A ¡Tus palabras son espíritu y vida!
P Llévanos a estar más cerca unos de otros en la unidad y la caridad.
A ¡Tu palabra es lámpara para nuestros pasos!
Lectura Hechos 27, 18 – 28, 10
L Palabra de Dios.
A Demos gracias a Dios que nos salva y nos sana.
Salmo Sal 107, 8-9.19 – 22.28-32
Un cantor puede cantar el salmo y se invita a la asamblea a cantar la respuesta.
Respuesta: El Señor nos ha librado de las olas poderosas
¡Que alaben al Señor por su amor,
por sus maravillas con el ser humano!
Porque él sació la garganta ávida,
al hambriento llenó de manjares. R/.
Pero en su angustia gritaron al Señor
y él los salvó de sus penurias.
Envió su palabra y los salvó,
los libró de la tumba. R/.
¡Que alaben al Señor por su amor,
por sus maravillas con el ser humano!
Que le ofrezcan sacrificios de alabanza,
que pregonen sus obras con alegría. R/.
Pero en su angustia gritaron al Señor
y él los salvó de sus penurias.
Hizo que la tormenta amainara,
que enmudecieran las olas.
Se alegraron al verlas en calma
y Dios los condujo al puerto añorado. R/.
¡Que alaben al Señor por su amor,
por sus maravillas con el ser humano!
Que en la asamblea del pueblo lo ensalcen,
que en la reunión de los ancianos lo alaben. R/.
Se puede cantar un Aleluya antes (y después) de la lectura del Evangelio.
Evangelio Marcos 16, 14-20
P Palabra del Señor.
A Alabado seas, Señor Jesucristo. ¡Tú eres la Buena Noticia!
Sigue una reflexión bíblica o una breve homilía.
Himno
El Credo niceno
P Queridos hermanos y hermanas: Al estar unidos en el Señor Jesucristo, proclamemos nuestra fe común en un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
A Creo en un solo Dios,
Oración de los fieles
Mientras se hacen las peticiones, personas de diferentes comunidades traen a la sala ocho remos (u objetos con forma de remo). Cada remo lleva una palabra distinta: reconciliación, iluminación, esperanza, confianza, fortaleza, hospitalidad, conversión y generosidad. La presentación a la asamblea de cada remo introduce cada una de las peticiones. Después de haber mantenido en alto el remo, se coloca cerca o encima de la barca y sigue un tiempo de oración en silencio. Después un lector anuncia la petición correspondiente y todos contestan.
P No podemos enfrentar las tempestades de la vida solos. Una barca navega hacia adelante cuando todos reman juntos. Ante las dificultades reconocemos la necesidad de acercarnos unos a otros y de unir nuestros esfuerzos. Oremos.
Mientras se ora en silencio, se trae el primer remo (reconciliación).
L Dios clemente, sana las memorias dolorosas del pasado que han herido nuestras Iglesias y siguen manteniéndonos separados.
A Escucha nuestra oración por la Reconciliación.
L Dios clemente, enséñanos a mantener los ojos puestos en Jesús, la Luz Verdadera.
A Escucha nuestra oración por la Iluminación.
L Dios clemente, fortalece nuestra confianza en tu providencia cuando nos sentimos abrumados por las tempestades de la vida.
A Escucha nuestra oración por la Esperanza.
L Dios clemente, convierte nuestras muchas separaciones en armonía y nuestra desconfianza en aceptación mutua.
A Escucha nuestra oración por la Confianza.
L Dios clemente, danos valor para decir la verdad con justicia y en el amor.
A Escucha nuestra oración por la Fortaleza.
L Dios clemente, rompe las barreras, visibles e invisibles, que nos impiden dar la bienvenida a nuestros hermanos y hermanas que están en peligro y pasan necesidad.
A Escucha nuestra oración por la Hospitalidad.
L Dios clemente, cambia nuestros corazones y los corazones de nuestras comunidades cristianas para que seamos instrumentos de tu sanación.
A Escucha nuestra oración por la Conversión.
L Dios clemente, abre nuestros ojos para que veamos toda la creación como don tuyo y nuestras manos como instrumentos para compartir sus frutos en solidaridad.
A Escucha nuestra oración por la Generosidad.
La Oración del Señor
P Unidos en Jesucristo, oremos juntos con las palabras que él nos enseñó:
A Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por todos los siglos. Amén
P Los habitantes de Malta recibieron a Pablo y a sus compañeros con una solicitud poco común. Saludémonos unos a otros y compartamos la paz que es el don de Cristo para nosotros.
Somos enviados juntos para proclamar la Buena Noticia
P Nos hemos reunido como cristianos,
y, por tanto, como discípulos compañeros.
Mientras anhelamos la unidad de los cristianos,
comprometámonos de nuevo
a trabajar para alcanzar esta meta. (Pausa para la oración en silencio)
Los líderes de las distintas Iglesias que estén presentes pueden proclamar juntos la Oración de Bendición.
P/Ps Que Dios Padre, que nos sacó de la oscuridad a la luz, nos haga portadores auténticos de la luz de Dios.
A Amén.
P/Ps Que Dios Hijo, que nos redimió con su preciosa sangre, nos haga capaces de seguir su ejemplo en el servicio a los demás.
A Amén.
P/Ps Que Dios Espíritu Santo, que es Señor y dador de vida, nos fortalezca para resistir los naufragios de la vida y alcanzar las orillas de la salvación.
A Amén.
P/Ps Que Dios todopoderoso y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos proteja ahora y por siempre.
A Amén.
A Saldremos juntos para proclamar las maravillas del amor de Dios.
¡Amén! ¡Aleluya! ¡Amén!
Himno final
MATERIAL SUPLEMENTARIO
El himno ·»Unusual Kidness» («Extraordinaria bondad») ha sido compuesto especialmente para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2020.
Para ver el video pincha aquí: http://thechurchinmalta.org/en/posts/325/ecumenical-commission
REFLEXIONES BÍBLICAS Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO
DÍA 1
Reconciliación: Tirar la carga por la borda
Hechos 27, 18-19. 21
«Al día siguiente, como arreciaba el temporal, los marineros comenzaron a aligerar la carga. Y al tercer día tuvieron que arrojar al mar, con sus propias manos, el aparejo de la nave… Hacía tiempo que nadie a bordo probaba bocado; así que Pablo se puso en medio de todos y dijo: “Compañeros, deberíais haber atendido mi consejo y no haber zarpado de Creta. Así hubiéramos evitado esta desastrosa situación”».
Salmo 85
Lucas 18, 9-14
Reflexión
Como cristianos de diferentes Iglesias y tradiciones tenemos que lamentar que a lo largo de los siglos hemos ido acumulando mucha carga consistente en la desconfianza mutua, la amargura y el recelo. Damos gracias a Dios por el nacimiento y el crecimiento del movimiento ecuménico en el siglo pasado. Nuestros encuentros con cristianos de otras tradiciones y nuestra oración común por la unidad de los cristianos nos animan a buscar el perdón mutuo, la reconciliación y la aceptación. No debemos permitir que la carga de nuestro pasado nos impida acercarnos unos a otros. ¡Es voluntad de Dios que soltemos la carga para dejar que Dios actúe!
Oración
Dios que perdonas,
líbranos de las memorias dolorosas del pasado,
que hieren nuestra vida cristiana compartida.
Condúcenos a la reconciliación,
para que, a través del Espíritu Santo, podamos superar
el odio con el amor,
la ira con la amabilidad y
la sospecha con la confianza.
Lo pedimos en el nombre de tu Hijo amado, nuestro hermano Jesús. Amén.
DÍA 2
Iluminación: Buscar y mostrar la luz de Cristo
Hechos 27, 20
«El sol y las estrellas permanecieron ocultos durante muchos días y, como la tempestad no disminuía, perdimos toda esperanza de salvarnos».
Salmo 119, 105-110
Marcos 4, 35-41
Reflexión
Cristo es nuestra luz y nuestro guía. Sin la luz y la guía de Cristo nos desorientamos. Cuando los cristianos pierden de vista a Cristo, se vuelven miedosos y se separan unos de otros. Por otro lado, muchas personas de buena voluntad que están fuera de la Iglesia no son capaces de ver la luz de Cristo, ya que a causa de nuestras divisiones los cristianos reflejamos la luz de Cristo con menos claridad y, a veces, incluso la ocultamos. Al buscar la luz de Cristo, nos vamos uniendo más unos a otros y reflejamos mejor esta luz, volviéndonos verdaderamente un signo de Cristo, la luz del mundo.
Oración
Oh, Dios, tu palabra es luz para nuestros pasos
y sin ti nos perdemos y nos desorientamos.
Ilumínanos, para que por medio de tu palabra podamos caminar por tu senda.
Que nuestras Iglesias anhelen tu presencia que guía, consuela y transforma.
Danos la honestidad que necesitamos para reconocer
cuando hacemos difícil que otros puedan ver tu luz
y danos la gracia que necesitamos para compartir tu luz con los demás.
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo,
que nos llama a nosotros, sus discípulos, a ser luz del mundo. Amén.
DÍA 3
Esperanza: El mensaje de Pablo
Hechos 27, 22.34
«De todos modos, os recomiendo ahora que no perdáis el ánimo, porque ninguno de vosotros perecerá, aunque el buque sí se hundirá… ni un cabello de vuestra cabeza se perderá».
Salmo 27 Mateo
11, 28-30
Reflexión
Como cristianos pertenecientes a Iglesias y tradiciones que no están plenamente reconciliadas unas con otras, frecuentemente estamos desanimados por la falta de progreso hacia la unidad visible. Incluso algunos han abandonado toda esperanza y ven esta unidad como un ideal inalcanzable. Otros ni siquiera ven la unidad como parte necesaria de su fe cristiana. Mientras rezamos por el don de la unidad visible, hagámoslo con fe resuelta, paciencia constante y esperanza firme, confiando en la providencia amorosa de Dios. La unidad es la oración del Señor para la Iglesia y él nos acompaña en este viaje. No nos perderemos.
Oración
Dios de misericordia,
perdidos y desalentados nos volvemos hacia ti.
Inculca en nosotros tu don de la esperanza.
Que nuestras Iglesias esperen y se esfuercen por la unidad
por la que oró tu Hijo en la víspera de su pasión.
Pedimos esto por él que vive y reina contigo y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 4
Confianza: No temáis, creed
Hechos 27, 23-26
«Pues anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y sirvo, y me dijo: “No temas, Pablo. Has de comparecer ante el emperador, y Dios te ha concedido también la vida de tus compañeros de navegación”. Por tanto, amigos, cobrad ánimo, pues confío en Dios, y sé que ocurrirá tal como se me ha dicho. Sin duda, iremos a parar a alguna isla».
Salmo 56
Lucas 12, 22-34
Reflexión
En medio de la tempestad el ánimo y la esperanza de Pablo contradecía el miedo y la desesperanza de sus compañeros de viaje. Nuestra vocación común a ser discípulos de Jesucristo conlleva ser signo de contradicción. En un mundo desgarrado por los miedos, somos llamados a permanecer firmes como testigos de esperanza poniendo nuestra confianza en la providencia amorosa de Dios. La experiencia cristiana nos enseña que Dios escribe recto con renglones torcidos y sabemos que, contra todo pronóstico, no nos ahogaremos ni perderemos, ya que el amor fiel de Dios permanece para siempre.
Oración
Dios todopoderoso,
nuestro sufrimiento personal nos lleva a gritar de dolor
y nos encogemos de miedo cuando experimentamos la enfermedad, la angustia
o la muerte de los seres queridos.
Enséñanos a confiar en ti.
Que las Iglesias a las que pertenecemos sean signos de tu solicitud providente.
Haznos verdaderos discípulos de tu Hijo
que nos enseñó a escuchar tu palabra
y a servirnos unos a otros.
Te pedimos esto con confianza, en el nombre de tu Hijo y en el poder
del Espíritu Santo. Amén.
DÍA 5
Fortaleza: Partir el pan para el viaje
Hechos 27, 33-36
«En tanto amanecía, rogó Pablo a todos que tomaran algún alimento: “Hoy hace catorce días —les dijo— que estáis en espera angustiosa y en ayunas, sin haber probado bocado. Os aconsejo, pues, que comáis algo, que os vendrá bien para vuestra salud; por lo demás, ni un cabello de vuestra cabeza se perderá”. Dicho esto, Pablo tomó un pan y después de dar gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. Los demás se sintieron entonces más animados, y también tomaron alimento».
Salmo 77
Marcos 6, 30-44
Reflexión
La invitación de Pablo a comer es una exhortación a los que están en la barca a fortalecerse para lo que les espera. Este tomar el pan marca un cambio de actitud, ya que los que están en la barca pasan de la desesperanza al valor. De un modo parecido, la Eucaristía o la Cena del Señor nos provee de pan para el viaje y nos reorienta a la vida en Dios. Nos fortalece. El partir el pan —que está a la base de la vida y del culto de la comunidad cristiana— nos edifica mientras nos comprometemos con el servicio cristiano. Anhelamos el día en que todos los cristianos podamos compartir en la misma mesa de la Cena del Señor y fortalecernos de un solo pan y de un mismo cáliz.
Oración
Dios de amor,
tu Hijo Jesucristo partió el pan
y compartió el cáliz con sus amigos la víspera de su pasión.
Que podamos crecer juntos en la comunión.
Siguiendo el ejemplo de Pablo y de los primeros cristianos, fortalécenos para construir puentes de compasión, solidaridad y armonía.
En el poder del Espíritu Santo,
pedimos esto en el nombre de tu Hijo,
que entrega su vida para que tengamos vida. Amén.
DÍA 6
Hospitalidad: Mostrar una solicitud poco común
Hechos 28, 1-2. 7
«Una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Los isleños nos trataron con una solicitud poco común; y como llovía sin parar y hacía frío, encendieron una hoguera y nos invitaron a todos a calentarnos… Cerca de aquel lugar había una finca que pertenecía a Publio, el gobernador de la isla, quien se hizo cargo de nosotros y nos hospedó durante tres días».
Salmo 46
Lucas 14, 12-24
Reflexión
Tras los traumas y los conflictos de la tempestad en el mar, la ayuda práctica ofrecida por los isleños es experimentada como una solicitud poco habitual por los que habían sido llevados por las olas a la orilla. Tal solicitud demuestra nuestra común humanidad. El evangelio nos enseña que cuando somos solícitos con los que pasan necesidad estamos mostrando amor al mismo Cristo (cfr. Mateo 25, 40). Más aún, cuando mostramos una solicitud amorosa hacia los débiles y los desposeídos, estamos afinando nuestros corazones con el corazón de Dios en el que los pobres tienen un lugar especial. Dar la bienvenida a los de fuera, tanto si son personas de otras culturas o creencias, inmigrantes o refugiados, es a la vez amar al mismo Cristo y amar como ama Dios. Como cristianos, estamos llamados a dar un paso adelante en la fe para llegar, con el amor de Dios que todo lo abarca, también a aquellos que nos cuesta más amar.
Oración
Dios del huérfano, de la viuda y del extranjero,
inculca en nuestros corazones un sentido profundo de hospitalidad.
Abre nuestros ojos y nuestros corazones
cuando nos pides alimentarte, vestirte y visitarte.
Que nuestras Iglesias sean activas
en acabar con el hambre, la sed y el aislamiento,
y en superar las barreras que impiden dar la bienvenida a todas las personas.
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo, Jesús,
que está presente en el más pequeño de nuestros hermanos y hermanas. Amén.
DÍA 7
Conversión: Cambiar nuestros corazones y nuestras mentes
Hechos 28, 3-6
«Pablo había recogido también una brazada de leña; al arrojarla a la hoguera, una víbora, huyendo de las llamas, hizo presa en su mano. Cuando los isleños vieron al reptil colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: “Este hombre es realmente un asesino; aunque se ha librado de la tempestad, la justicia divina no permite que viva”. Pablo, sin embargo, se sacudió el reptil arrojándolo al fuego y no experimentó daño alguno. Esperaban los isleños que se hinchara o que cayera muerto de repente. Pero, después de un largo rato sin que nada le aconteciese, cambiaron de opinión y exclamaron: “¡Es un dios!”».
Salmo 119, 137-144
Mateo 18, 1-6
Reflexión
Los isleños se dieron cuenta de que se habían equivocado al juzgar a Pablo como asesino y cambiaron su forma de pensar. El hecho extraordinario de la víbora hizo posible que los isleños vieran las cosas de un modo nuevo, un modo que quizás podía prepararlos para escuchar el mensaje de Cristo a través de Pablo. En nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos y de la reconciliación, con frecuencia se nos desafía a repensar nuestro modo de percibir las demás tradiciones y culturas. Esto exige una conversión continua a Cristo a través de la cual las Iglesias aprenden a superar su percepción del otro como una amenaza. Como consecuencia de ello, nuestra imagen negativa de los demás se desechará y seremos conducidos más cerca de la unidad.
Oración
Dios todopoderoso,
nos volvemos hacia ti con corazones arrepentidos.
En nuestra búsqueda sincera de tu verdad,
purifícanos de nuestras opiniones injustas de los otros
y lleva a las Iglesias a crecer en la comunión.
Ayúdanos a abandonar nuestros miedos,
para que podamos comprendernos mejor unos a otros
y al extranjero que está en medio de nosotros.
Pedimos esto en el nombre del único Justo, tu Hijo amado, Jesucristo. Amén.
DÍA 8
Generosidad: Recibir y dar
Hechos 28, 8-10
«Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó. A la vista de esto, acudieron también los demás enfermos de la isla, y Pablo los curó. Fueron muchas las muestras de aprecio que nos dispensaron los isleños que, al hacernos de nuevo a la mar, nos suministraron todo lo necesario».
Salmo 103, 1-5
Mateo 10, 7-8
Reflexión
Esta historia está llena de dar y recibir. Pablo recibe una solicitud poco común de parte de los isleños; Pablo ofrece curación al padre de Publio y a otros; habiendo perdido todo en la tempestad, los 276 reciben abundantes provisiones al hacerse de nuevo a la mar. Como cristianos estamos llamados a una solicitud poco común. Pero para poder dar tenemos que aprender primero a recibir –de Cristo y de los demás–. Más frecuentemente de lo que pensamos, somos receptores de actos de cariño de personas que son diferentes de nosotros. Estos actos apuntan hacia la generosidad y la sanación de nuestro Señor. Los que hemos sido sanados por el Señor somos responsables de transmitir lo que hemos recibido.
Oración
Dios, dador de vida,
te damos gracias por el don de tu amor compasivo
que nos alivia y nos fortalece.
Pedimos que nuestras Iglesias
estén siempre abiertas para recibir tus dones de las demás.
Concédenos un espíritu de generosidad hacia todos
mientras caminamos juntos por la senda de la unidad de los cristianos.
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo,
que reina contigo y el Espíritu Santo. Amén.
LA SITUACIÓN ECUMÉNICA EN MALTA*
Malta, una isla en el mar Mediterráneo, recibió la fe cristiana a través de los esfuerzos del apóstol Pablo, una vez que había naufragado en ella cuando iba de camino a Roma. En los capítulos 27 y 28 del libro de los Hechos de los Apóstoles leemos una narración detallada en la que se describe la terrible tempestad en la mar, el naufragio «providencial» y la subsiguiente acogida ofrecida a las 276 personas del barco que habían llegado sanos y salvos a la orilla. En el mismo texto del Nuevo Testamento, también se describe brevemente el ministerio de curación ejercido por Pablo en Malta.
A lo largo de su larga y accidentada historia, Malta fue gobernada por varias potencias: los cartagineses, los romanos, los bizantinos, los árabes, los normandos, los suabos, los aragoneses, los Caballeros de la Orden de San Juan, los franceses y los británicos. Malta se volvió un país independiente dentro de la Commonwealth británica en 1964. En 2004 se unió a la Unión Europea.
La fe cristiana está profundamente enraizada en la cultura de los habitantes de Malta y de la isla hermana de Gozo. Aunque la población actual de 430 000 habitantes es predominantemente católica romana, hay grupos significativos de cristianos que pertenecen a otras tradiciones. El ecumenismo no es una experiencia nueva para la población local. El estar en la encrucijada de civilizaciones, de religiones, del comercio y de las migraciones ha hecho que la gente de Malta esté siempre abierta a los demás y destaque por su hospitalidad. Los malteses reconocen que el manejo adecuado de las diferencias actuales puede llevar a la valoración mutua de las riquezas respectivas que se encuentran en las distintas Iglesias.
La primera presencia numéricamente significativa y permanente de miembros de otras Iglesias se remonta a la primera mitad del siglo XIX. La potente presencia militar y naval de militares británicos y los pastores que los acompañaban llevó eventualmente a la construcción de lugares de culto adecuados y dignos para los miembros de la Iglesia de Escocia (la Iglesia de San Andrés de los Escoceses, fundada en 1824 y terminada en 1857), de la Comunión Anglicana (la procatedral de San Pablo, fundada en 1839 y terminada en 1844) y de la Iglesia Metodista (su templo se terminó en 1883). La guerra de Crimea y la apertura del Canal de Suez hizo de Malta una base naval estratégica, como también un centro para el comercio y un astillero importante.
Los griegos y chipriotas que vivían en Malta establecieron una comunidad greco-ortodoxa en 1816. A partir de 1990 tuvo lugar un crecimiento exponencial de miembros de distintas Iglesias ortodoxas. La mayoría eran europeos del Este que se establecieron en Malta para encontrar trabajo. Entre ellos había rusos y serbos ortodoxos, como también rumanos y búlgaros ortodoxos. Al mismo tiempo, un número considerable de ortodoxos orientales, provenientes especialmente de Egipto, Etiopía y Eritrea, encontró refugio en Malta, después de huir de sus países respectivos a causa de la persecución. Lo mismo se puede afirmar de pequeños grupos de cristianos ortodoxos provenientes de Medio Oriente, sobre todo de Siria e Irak.
Este amplio abanico de Iglesias cristianas viene a crear un panorama ecuménico muy vibrante. Los primeros encuentros ecuménicos en Malta tuvieron lugar a mediados de los 60, cuando un pequeño grupo de clérigos católicos romanos se reunió de forma regular con capellanes de las fuerzas británicas estacionadas en Malta. Hablaban de temas de común interés y oraban juntos. La colaboración entre estudiosos malteses de la Biblia y ministros de distintas tradiciones cristianas era también frecuente y fructífera. Se sabe que muchos de estos contactos ecuménicos se basaban en relaciones de amistad muy arraigadas. La Sociedad Bíblica de Malta trabajaba con ministros pertenecientes a distintas comunidades cristianas.
Las primeras celebraciones ecuménicas formales en Malta tuvieron lugar a finales de los 60 y principios de los 70. Por otra parte, las primeras reuniones de ARCIC y del Diálogo Luterano-Católico tuvieron lugar en Malta. En octubre de 1977, el arzobispo católico de Malta, Mons. Joseph Mercieca, instituyó una Comisión Ecuménica Diocesana. Su cometido era fomentar la oración por la unidad de los cristianos y promover la toma de conciencia por parte de los católicos, así como su conocimiento, de la presencia de otras comunidades cristianas.
En 1995, Maurice Eminyan s.j. fundó en Malta el Consejo Ecuménico, que hoy se conoce como Cristianos Unidos en Malta (Christians Together in Malta). El Consejo incluye a representantes de las distintas Iglesias. Se reúnen cada dos meses para comentar asuntos ecuménicos, para organizar reuniones públicas de diálogo y, en colaboración con la Comisión Ecuménica Diocesana, para concretar el contenido y la logística de las celebraciones ecuménicas. La celebración ecuménica principal tiene lugar en enero, durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. También tiene lugar otra celebración en los días anteriores o siguientes a la fiesta de Pentecostés.
* Este texto se reproduce bajo la sola autoridad y responsabilidad del grupo ecuménico de Malta que se reunió para escribir los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020.
Los miembros de Cristianos Unidos en Malta son la Iglesia Católica Romana, la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia de Escocia, la Iglesia Metodista, la Iglesia Evangélica Luterana, la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Ortodoxa Serbia, la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Iglesia Ortodoxa Rumana, la Iglesia Ortodoxa Búlgara y la Iglesia Ortodoxa Copta. Los adventistas del Séptimo Día también son parte del Consejo.
Las relaciones ecuménicas en Malta son muy buenas. Las relaciones de trabajo se caracterizan por un profundo respeto y una colaboración auténtica. La Iglesia Católica Romana ha ayudado mucho a las Iglesias Ortodoxas a encontrar lugares adecuados para el culto. Del mismo modo, la diócesis de Gozo ha abierto sus puertas para ofrecer lugares de culto a los anglicanos y a otros cristianos de comunidades surgidas de la Reforma.
Junto a las celebraciones ecuménicas acostumbradas, otros gestos ecuménicos habituales en Malta que merecen ser señalados incluyen los siguientes:
– Un proyecto común de diaconía, tanto a nivel local como en el extranjero, que recibe apoyo financiero desde todas las comunidades cristianas;
– El Festival de Navidad de las Nueves Lecciones, en la procatedral anglicana de San Pablo, en La Valeta, en el que participan distintos interlocutores ecuménicos;
– Una recepción ecuménica ofrecida por el arzobispo católico de Malta durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos;
– Iniciativas comunes, como visitas a los enfermos y a los mayores, canto coral y eventos con ocasión del Día Mundial de Oración por la Creación;
– La participación mutua de líderes cristianos en Malta en fiestas patronales especiales;
– La colaboración con la Iglesia de San Andrés de los Escoceses, apoyando un banco de alimentos;
– La Red del Faro (Lighthouse Network) que reúne a cristianos mensualmente para la oración y la alabanza; –
-Ministros de diferentes tradiciones cristianas colaboran en la enseñanza de un título de Educación Superior en Ecumenismo organizado por la Comisión Ecuménica Diocesana, en colaboración con el Instituto de Formación Pastoral de la Archidiócesis de Malta;
– El presidente de la República de Malta invita anualmente a los líderes de las Iglesias a una mesa redonda y a una comida navideña, algunos días antes de la Navidad.
La colaboración ecuménica en varios niveles ha sido de mucha ayuda para promover la causa de la unidad de los cristianos en Malta. El clima ecuménico en Malta es muy positivo y puede servir realmente como un microcosmos del diálogo ecuménico a nivel universal.
SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Temas 1968-2020
Desde 1968 elaborados conjuntamente por la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos 1968 Para alabanza de su gloria (Ef 1, 14)
1969 Llamados a la libertad (Ga 5, 13) (Reunión preparatoria en Roma, Italia)
1970 Somos colaboradores de Dios (1 Co 3, 9) (Reunión preparatoria en el Monasterio de Niederaltaich, República Federal de Alemania)
1971 … y la comunión del Espíritu Santo (2 Co 13, 13) (Reunión preparatoria en Bari, Italia)
1972 Os doy un mandamiento nuevo (Jn 13, 34) (Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)
1973 Señor, enséñanos a orar (Lc 11, 1) (Reunión preparatoria en la Abadía de Montserrat, España) 1974 Que todos confiesen: Jesucristo es el Señor (Flp 2, 1-13) (Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza) (En abril de
1974 se dirigió una carta a las Iglesias miembros, así como a otras instituciones que pudieran estar interesadas en crear grupos locales para preparar el folleto de la Semana de Oración. El primero en comprometerse fue un grupo australiano, que preparó en
1975 el borrador inicial del folleto de la Semana de Oración.) 1975 La voluntad del Padre: constituir a Cristo en cabeza de todas las cosas (Ef 1, 3-10) (Materiales elaborados por un grupo australiano – reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)
1976 Ahora somos hijos de Dios (1 Jn 3, 2) (Materiales elaborados por la Conferencia de Iglesias del Caribe – reunión preparatoria en Roma, Italia)
1977 La esperanza no defrauda (Rm 5, 1-5) (Materiales elaborados en el Líbano, en plena guerra civil – reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)
1978 Ya no sois extranjeros (Ef 2, 13-22) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Manchester, Inglaterra)
1979 Poneos unos al servicio de los otros para gloria de Dios (1 Pe 4, 7-11) (Materiales elaborados en Argentina– reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)
1980 Venga a nosotros tu reino (Mt 6, 10) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Berlín, República Democrática de Alemania– reunión preparatoria en Milán, Italia)
1981 Un solo Espíritu, distintos carismas, un solo cuerpo (1 Co 12, 3b-13) (Materiales elaborados por los Padres de Graymoor, EE UU– reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)
1982 ¡Qué amables son tus moradas, Señor! (Sal 84) (Materiales elaborados en Kenia– reunión preparatoria en Milán, Italia)
1983 Jesucristo, vida del mundo (1 Jn 1, 1-4) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Irlanda– reunión preparatoria en Celigny-Bossey, Suiza)
1984 Llamados a la unidad por la cruz de nuestro Señor (1 Co 2, 2 y Col 1, 20) Reunión preparatoria en Venecia, Italia)
1985 De la muerte a la vida con Cristo (Ef 2, 4-7) (Materiales elaborados en Jamaica– reunión preparatoria en Grandchamp, Suiza)
1986 Seréis mis testigos (Hch 1, 6-8) (Materiales elaborados en Yugoslavia (Eslovenia) – reunión preparatoria en Yugoslavia)
1987 Unidos en Cristo, una nueva creación (2 Co 5, 17-6,4a) (Materiales elaborados en Inglaterra– reunión preparatoria en Taizé, Francia)
1988 El amor de Dios elimina el temor (1 Jn 4, 18) (Materiales elaborados en Italia– reunión preparatoria en Pinerolo, Italia)
1989 Edificar la comunidad: un solo cuerpo en Cristo (Rm 12, 5-6a) (Materiales elaborados en Canadá– reunión preparatoria en Whaley Bridge, Inglaterra)
1990 Que todos sean uno, para que el mundo crea (Jn 17) (Materiales elaborados en España– reunión preparatoria en Madrid, España)
1991 Alabad al Señor todas las naciones (Sal 117; Rm 15, 5-13) (Materiales elaborados en Alemania– reunión preparatoria en Rotenburg an der Fulda, República Federal de Alemania)
1992 Yo estoy con vosotros… por tanto, id (Mt 28, 16-20) (Materiales elaborados en Bélgica– reunión preparatoria en Brujas, Bélgica)
1993 Llevad los frutos del Espíritu para la unidad de los cristianos (Gal 2, 22-23) (Materiales elaborados en Zaire– reunión preparatoria cerca de Zurich, Suiza)
1994 La casa de Dios: llamados a tener un solo corazón y una sola alma (Hch 4, 32) (Materiales elaborados en Irlanda– reunión preparatoria en Dublín, Irlanda)
1995 Koinonía: comunión en Dios y entre nosotros (Jn 15, 1-17) (Materiales elaborados por «Fe y Orden» – reunión preparatoria en Bristol, Inglaterra)
1996 Mira que estoy a la puerta y llamo (Ap 3, 14-22) (Materiales preparatorios elaborados en Portugal – reunión en Lisboa, Portugal)
1997 En nombre de Cristo… dejaos reconciliar con Dios (2 Co 5, 20) (Materiales preparatorios elaborados en Escandinavia – reunión en Estocolmo, Suecia)
1998 El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad (Rm 8, 14-27) (Materiales preparatorios elaborados en Francia – reunión en París, Francia)
1999 Él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo y el mismo Dios estará con ellos (Ap 21, 1-7) (Materiales preparatorios elaborados en Malasia – reunión en el Monasterio de Bose, Italia)
2000 Bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo (Ef 1, 3-14) (Materiales preparatorios elaborados por el Consejo de Iglesias del Medio Oriente – reunión en el Monasterio de La Verna, Italia)
2001 Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 1-6) (Materiales preparatorios elaborados en Rumania – reunión celebrada en la «Casa de Odihna», Rumania)
2002 En ti está la fuente de la vida (Sal 36, 10) (Materiales preparatorios elaborados por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y la Conferencia de Iglesias de Europa (CEC) – reunión en el Centro ecuménico de Ottmaring, Augsburgo, República Federal de Alemania)
2003 Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro (2 Co 4, 3-18) (Materiales preparatorios elaborados en Argentina – reunión en el Centro ecuménico «Los Rubios», cerca de Málaga, España)
2004 Mi paz os doy (Jn 14, 27) (Materiales preparatorios elaborados en Alepo, Siria – reunión en Palermo, Sicilia, Italia)
2005 Cristo, fundamento único de la Iglesia (1 Co 3, 1-23) (Materiales preparatorios elaborados en Eslovaquia – reunión en Piestany, Eslovaquia)
2006 Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20) (Materiales preparatorios elaborados Irlanda – reunión en Prosperous, County Kildare, Irlanda)
2007 Hace oír a los sordos y hablar a los mudos (Mc 7, 37) (Materiales preparatorios elaborados en Sudáfrica – reunión celebrada en el Castillo de Faverges, Alta Saboya, Francia)
2008 No ceséis de orar (1 Ts 5, 17) (Materiales preparatorios elaborados en USA – reunión celebrada en Graymoor, Garrison, USA)
2009 Estarán unidas en tu mano (Ez 37, 17) (Materiales preparatorios elaborados en Corea – reunión celebrada en Marsella, Francia)
2010 Vosotros sois testigos de todas estas cosas (Lc 24, 48) (Materiales preparatorios elaborados en Escocia – reunión en Glasgow, Escocia)
2011 Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración (cf. Hch 2, 42) (Materiales preparatorios elaborados en Jerusalén – reunión celebrada en Saydnaya, Siria)
2012 Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Co 15, 51-58). (Materiales preparatorios elaborados en Polonia – reunión celebrada en Varsovia, Polonia)
2013 ¿Qué exige Dios de nosotros? (cf. Mi 6, 6-8) (Materiales preparatorios elaborados en la India – reunión celebrada en Bangalore, India)
2014 ¿Es que Cristo está dividido? (1 Co 1, 1-17) (Materiales preparatorios elaborados en el Canadá – reunión celebrada en Montreal, Canadá)
2015 Jesús le dice: Dame de beber (Jn 4, 7) (Materiales preparatorios elaborados en Brasil – reunión celebrada en Sao Paulo, Brasil)
2016 Destinados a proclamar las grandezas de Dios (cfr. 1 Pedro 2, 9) (Materiales preparatorios elaborados en Letonia – reunión celebrada en Riga, Letonia)
2017 Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20) (Materiales preparatorios elaborados en Alemania – reunión celebrada en Wittenberg, Alemania)
2018 Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder (Ex 15, 6) (Materiales preparatorios elaborados en el Caribe – reunión celebrada en Nassau, Bahamas)
2019 Actúa siempre con toda justicia (Dt 16, 18-20) (Materiales preparatorios elaborados en Indonesia – reunión celebrada en Yakarta, Indonesia)
2020 «Nos trataron con una solicitud poco común» (Hechos 28, 2) (Materiales preparatorios elaborados en Malta – reunión celebrada en Rabat, Malta)
ALGUNAS FECHAS SEÑALADAS EN LA HISTORIA DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS c.
1740 Nacimiento en Escocia de un movimiento pentecostal con vinculaciones en América del Norte, cuyo mensaje de avivamiento de la fe incluía oraciones por todas las Iglesias y con todas ellas.
1820 El Rvdo. James Haldane Stewart publica «Sugerencias para la unión general de los cristianos para la efusión del Espíritu» (Hints for the General Union of Christians for the Outpouring of the Spirit).
1840 El Rvdo. Ignatius Spencer, un convertido al catolicismo, sugiere una «Unión de oración por la unidad».
1867 La Primera Conferencia de Lambeth de los obispos anglicanos hace hincapié en la oración por la unidad en el Preámbulo de sus Resoluciones.
1894 El papa León XIII anima a la práctica de un Octavario de Oración por la Unidad en el contexto de Pentecostés.
1908 Primera celebración del «Octavario por la Unidad de la Iglesia», iniciada por el Rvdo. Paul Wattson.
1926 El Movimiento «Fe y Constitución» inicia la publicación de «Sugerencias para un Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos».
1935 En Francia, el abad Paul Couturier impulsa la «Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos» sobre la base incluyente de una oración concebida «por la unidad que Cristo quiere, por los medios que él quiere».
1958 El centro «Unidad Cristiana» de Lyon (Francia) y la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias comienzan a preparar conjuntamente el tema para la Semana de Oración.
1964 En Jerusalén el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I recitan juntos la oración de Cristo «que todos sean uno» (Jn 17).
1964 El Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II subraya que la oración es el alma del movimiento ecuménico y anima a la práctica de la Semana de Oración.
1966 La Comisión «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) de la Iglesia Católica deciden preparar un texto para la Semana de Oración de cada año.
1968 Por primera vez la Semana de Oración se celebra sobre la base de unos textos elaborados en colaboración por «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos).
1975 Primera celebración de la Semana de Oración a partir de textos preparados sobre la base de un proyecto propuesto por un grupo ecuménico local. Esta nueva modalidad de elaboración de los textos ha sido inaugurada por un grupo ecuménico de Australia.
1988 Los textos de la Semana de Oración fueron utilizados en la celebración inaugural de la Federación Cristiana de Malasia, que reúne a los principales grupos cristianos de este país.
1994 El grupo internacional que preparó los textos para 1996 incluyó representantes de la YMCA y de la YWCA.
2004 Acuerdo alcanzado para que los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos sean editados conjuntamente y publicados en el mismo formato por «Fe y Constitución» (Consejo Mundial de Iglesias) y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (Iglesia Católica).
2008 Celebración del centenario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (su predecesor, el Octavario por la Unidad de la Iglesia, fue celebrado por primera vez en 1908).