Han iniciado ya la JMJ 2011 y la presencia de más de millón y medio de jóvenes ha invadido de alegría las calles de Madrid.
Gracias al diálogo que se ha desarrollado durante más de 20 años entre el Papa y los jóvenes, muchos de ellos han podido profundizar en la fe, en lo que significa ser cristiano. Esta es la XI ocasión en que esto sucede, desde que Juan Pablo II en 1986 convocó por primera vez a estas jornadas. Para Benedicto XVI es la 3ª vez que le toca presidirla.
¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid? El Papa mismo ha respondido esta pregunta en el Acto de Inauguración en el Aeropuerto de Madrid: Aunque la respuesta deberían darla ellos mismos, bien se puede pensar que desean escuchar la Palabra de Dios, como se les ha propuesto en el lema para esta Jornada Mundial de la Juventud, de manera que, arraigados y edificados en Cristo, manifiesten la firmeza de su fe.
Entre otras cosas, esta presencia de millones de jóvenes de los 5 continentes hace presente la certeza y la convicción de que la Iglesia está viva, que su mensaje es vigente y los jóvenes luchan por integrarlo en su vida.
Se podría afirmar que las JMJ son reuniones de jóvenes que quieren un mundo mejor pero que lo hacen empezando por ellos mismos; porque proponen convertirse, abrirse a Dios para ver la vida con El y desde donde El la ve.
Algunos testimonios de jóvenes explican el por qué las JMJ son una verdadera fiesta. María de 20 años, nos cuenta su experiencia: Me he encontrado ya varias personas por las calles que nos dan las gracias porque hemos venido a traer mucha alegría a Madrid en este verano. Yo solo pienso que verdaderamente Dios alegra la vida de la gente, cuando se le deja entrar en la vida, y este evento sirve en buena medida para eso.
