La crónica mundialista se enriquece cada cuatro años cuando para el auditorio mexicano se incorporan personajes del futbol mundial. Respetando a los expertos nacionales, algunos de estaura considerable, es bueno el refresco que vienen a dar las opiniones de aquellos que, habiendo sido figuras internacionales, juzgan el entorno no solo del equipo tricolor sino de los participantes desde una óptica diferente.
Cada uno aporta lo que sabe y como en cuestión de gustos se rompen géneros, usted podrá elegir quién merece la presencia en su televisor o aquel que emite la versión más completa de los hechos, recordando que la opinión más importante es la de usted, amable aficionado.
En ese orden de ideas, tengo el gusto de conocer desde el Mundial de Japón-Corea 2002 a Carlos Bianchi, el famoso “Virrey” y créame que independientemente de sus vastos conocimientos futbolísticos, es un tipazo y un verdadero caballero.
A Bianchi se le vincula fundamentalmente con la dirección técnica de equipos en Argentina pero para los jóvenes hay que señalar que fue un tremendo jugador de fútbol.
Inició su carrera en el club de sus amores, Velez Sarfield, debutando a los 18 años frente a Boca Juniors.
Poca gente sabe que Carlos estuvo a un tris de jugar en México, ya que fue contratado por el Cruz Azul allá por 1971. El problema fue que era demasiado joven y la Federación de su país impidió el traspaso. En esa misma transacción y del mismo club llegó a nuestro país el inolvidable Miguel Marín, que en gloria esté.
Como elemento de exportación, llegó a Francia para jugar con el Stade de Reims y durante tres años salió campeón goleador en el país galo. Tranferido después al París St. Germain obtuvo el galardón un par de veces para completar cinco títulos de goleo además de haber ganado la bota de plata y de bronce como el segundo y tercer mejor romperredes de Europa.
Cerró su carrera como jugador de Velez y el aire le alcanzó todavía para ser el goleador en la Liga en el año 1981.
Como entrenador es un amigo íntimo del éxito. Dirigió en Francia y lo ha hecho también con la Roma en Italia y recientemente al Atlético de Madrid.
Con Velez Sarfield lo ganó todo: Campeonato argentino, Copa Libertadores y Copa Intercontinental y repitió la hazaña con Boca Juniors, uno de los clubes extranjeros más populares y queridos en México.
Pero lo mejor del “Virrey” es el aspecto humano. Generoso, participa en proyectos altruistas con donaciones a nivel mundial además de ser un buen amigo y un padre de familia ejemplar.
A sus muchos títulos deberemos agregar el de Hombre, que es a veces el más difícil de ganar.
