El matrimonio es un proceso complicado en el que a veces las cosas no son color de rosa. Aprende cómo superar las crisis con tu esposo y renovar tu amor.
¿Te has encontrado alguna vez frente a uno de esos casos en donde aconsejar a las amigas se vuelve extraordinariamente difícil por lo complejo de la situación que te exponen? Y cuando aconsejas a tus amigas, ¿lo harás tomando en cuenta tu compromiso como Hija de Dios, tu llamado a crear unión, o más importante, está el amor de Dios presente en medio de tus consejos?
Tal vez te extrañará que te haga estas preguntas, pero a veces cuando aconsejamos a una amiga se nos pasa por alto que tenemos una fe que nos empuja y no pide en cada pasaje de las escrituras perseguir todo lo que es bueno, y que nos invita siempre a ser sabias, misericordiosas y compasivas. También tenemos esos valores de mujer que nos piden profundizar en la forma en que estamos amando, creer en la bondad de las personas y ayudarlas a construir una vida persiguiendo su plenitud humana. Por todo lo anterior es que cuando mi amiga Dudas me visita para pedirme ayuda y consejo procuro tomar todo esto en cuenta. Aconsejar así te lleva a dar respuestas y aliento de una forma diferente.
A veces las ilusiones nos sorprenden
Estoy segura de que si eres una mujer casada sabes de primera mano lo difícil que es llevar un matrimonio. Especialmente se te hace extenuante en los primeros años pues es un “aprender” a acoplar tus deseos, metas y opiniones con las de tu esposo. Para algunas mujeres los primeros años de casada son los más hermosos e inolvidables, para otras una verdadera batalla, un reto, la prueba de fuego de sus convicciones y valores. Para muchas, representa la forma en que Dios les llama a descubrir todo el potencial que reside en sus corazones para amar sin condiciones. Mi amiga Dudas es de las últimas. Desde recién casada se encontró con que todo aquello con lo cual soñaba e ilusionaba una vez casada no era. Cuando vino a platicar conmigo se le veía angustiada, confundida, e inmensamente triste. “No sé que hacer —me decía— no sé cómo manejar esta situación… me siento tan desorientada”.
Toma siempre en cuenta tu fe
La vida, decía Viktor Frankl, es una tarea. Es un descubrir y encontrar un sentido detrás de todo aquello que nos pasa y realizarlo. Por supuesto, tenemos ese maravilloso regalo de la libertad para llevar a cabo esa tarea o dejarla a un lado. Le di a mi amiga Dudas los siguientes consejos: haz una introspección cuidadosa en torno a tu fe y la forma en que la vives.
¿Es una fe viva? ¿Es tu vida interior lo suficientemente sólida como para iluminarte y llenarte de fortaleza cada día?
– Piensa que tu problema matrimonial puede ser tu misión, tu único y personal llamado. La tarea para ayudar a ese compañero de tu vida con el especial talento para dar amor que como mujer tienes a crear significado, pues hay un momento en que te decides por medio de la fe que te sostiene a amar sin condiciones, a olvidarte de ti, a donarte. Esto, en esta época tan moderna y confusa en la que vivimos puede parecerte ridículo y hasta loco. Pero para quien tiene la experiencia de vivir “un matrimonio diferente” representa un verdadero sendero hacia el conocimiento de sí misma, pues te lleva a preguntarte ¿por qué quiero luchar por este matrimonio? ¿Qué significado tiene para mí el hacerlo o no hacerlo? ¿Me siento llamada a responderle a la vida y a mi propia fe?
La llamada dentro de la llamada
El camino matrimonial es una de las vocaciones a la vida más retadora, apasionante, educadora, fascinante. Pero dentro de la especial vocación a la llamada matrimonial, hay una llamada más para ti como mujer, en palabras de Juan Pablo II es la feminidad realizando lo “humano”, tanto como la masculinidad pero con una modulación directa y complementaria.
Tener conciencia de esto ayuda a la hora de trabajar sobre un matrimonio difícil
Por otro lado Edith Stein, la gran filósofa alemana convertida al catolicismo, habla de que compartir la vida de otro ser humano y participar en todo lo que le afecta, en lo más grande y en lo más pequeño, en las alegrías y en los sufrimientos, pero también en los trabajos y problemas constituye su don y felicidad. La mujer según Stein, es capaz de penetrar empática y reflexivamente en ámbitos que a ella de suyo le quedan lejos y de los cuales jamás se hubiera preocupado si no hubiese puesto en juego al respecto un interés personal. Cuando como mujer te decides a “poner amor donde no hay amor” (San Juan de la Cruz), estás ejerciendo precisamente tus habilidades únicas de mujer, sigues ese instinto que ha nacido contigo y que te hace la llamada dentro de la llamada, “jamás te rindas, nunca te detengas” y sobre todas las cosas ten presente a Dios en todo lo que decidas y hagas.
Para Jutta Burggraf, una de las pensadoras actuales más brillantes, el amor matrimonial representa un verdadero “desafío”, pues la convivencia matrimonial puede ser muy bonita pero también agotadora y desgastante cuando no es ideal. Pero detrás de esto, exhorta a descubrir la “oportunidad” que hay para la mujer para aprender a madurar e ir ganando en profundidad en el amor. Cada tormenta es una oportunidad de renovación. Cada decepción dentro de tu matrimonio puede servirte para descubrirte, para revolucionarte a ti misma haciéndote una autoinvitación a amar que muchas veces va en contra de lo que la mayoría piensa. En palabras de Burggraf, con los años voy amando más y más porque quiero amar, porque me he decidido por el otro como cónyuge y estoy dispuesta a soportar desilusiones. Sin embargo, quiero agregar que para soportar esas desilusiones en donde a veces puede parecerte que eres tú sola luchando contra los defectos, neurosis o groserías de tu esposo tengas siempre en cuenta que tu madurez emocional es crítica y tu vida espiritual representará tu comida diaria para que descanses pero no renuncies nunca.
Entonces, ¿qué harás con tu matrimonio difícil? Amiga, te diré lo que también le recomendé a mi amiga Dudas: esfuérzate por descubrir a través de ese matrimonio tu propia individualidad. Vívete como “más mujer”, decídete a “hacer crecer”. Desarrolla un tipo de creatividad diferente, original, ambiciosa, sobrenatural. No te quedes en lo que se suele hacer en estos casos o en lo que todos piensan. Tú, puedes ir más lejos y responder con un sí a una llamada diferente. Pues es un hecho que cada una de nosotras es un “original”. Con sueños, deseos y ganas de ser muy amada. Hay una mujer especial que puede ser tu compañera de batalla, tu gran motivadora, a la Santísima Virgen María le encantará que la tengas como amiga favorita.
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Sheila Morataya
Austin, TX
www.sheilamorataya.com
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Sheila Morataya es la Editora de la sesión de la mujer desde la creación de encuentra.com Es psicoterapeuta, coach de vida y talento para la radio y la televisión en los Estados Unidos. Actualmente es Productora Ejecutiva para Relevant Radio en español en los Estados Unidos. Autora de 6 libros entre ellos «El espejo: ámate tal como eres».
Cuando no está trabajando puedes encontrarla sembrando flores, dando clases de desarrollo personal a jovencitas o cocinando para su familia. Puedes escribirle a sheila@sheilamorataya.com
Gracias a Dios que me dió la oportunidad de leer este artículo, porque estamos pasando momentos difíciles en mi matrimonio, tenemos apenas dos años de casados, tenemos presente que aún nos amamos pero se presentan situaciones que a veces se nos hace dificil resolverlas de común acuerdo.
bueno le doy grasias a dios que me ayudo a soportar las pruevas que tuve en mi matrimonio ahora mi familia le sesrvimos en totalidad al señor de señor