La Iglesia e Internet

Ahora se presenta a la Iglesia una nueva oportunidad y un nuevo desafío, con un poderoso medio de comunicación, cada vez más presente en la vida actual, que es la Internet. En la Iglesia, que siempre utilizó todos los medios disponibles para el cumplimiento de su misión, utiliza también de manera creciente Internet, un ejemplo de ello son las páginas Web: www.pope2you.net, www.vatican.va, o la presencia del Papa en facebook o en twiter. Ahora podemos accesar a todos los mensajes, sucesos y documentos de la Iglesia en Internet, desde lo que está pasando en tiempo real hasta el archivo secreto del vaticano. Podemos presenciar videos de los eventos del Papa, etc. Así, podemos ver como todas las características del Internet ofrecen una gran oportunidad a la Iglesia, que tiene la misión de acercar a todos los hombres la salvación que Jesucristo nos ha traído, haciéndonos sus discípulos y enseñándonos a cumplir todo lo que nos ha mandado (Mt. 28, 18-20).

Dios ha querido que los bienes de la salvación se comuniquen a los hombres por los caminos de la Palabra y los Sacramentos. Esta economía de la salvación hace que la custodia del depósito de la fe y la predicación de la Palabra de Dios ocupe un lugar central en su actividad. Este lugar central del ministerio de la predicación llevó a la Iglesia a utilizar desde el inicio todos los medios idóneos que tuvo a su alcance para llevarlo adelante (2 Tim. 4, 2). A la luz de la misión recibida de Cristo de custodiar la verdad revelada, profundizar en ella y exponerla fielmente a todos los hombres, la Iglesia considera un derecho que tiene desde su mismo origen, independiente de cualquier humano, predicar el Evangelio, incluso con sus propios medios de comunicación social c. 747 § 1. Por eso, ahora vemos un gran interés del Papa por estar presente en este medio, sobre todo en los sitios más usados por los jóvenes y recomienda a la Iglesia un buen uso de este medio tan eficaz.

Los nuevos instrumentos de la comunicación utilizados por la Iglesia para la predicación y la enseñanza de la doctrina han llevado también a la creación de nuevos marcos normativos, para garantizar la presencia eficaz y el ejercicio de la autoridad de la Iglesia para conservar íntegro el depósito de la fe que se le ha confiado, y para regular ordenadamente la dependencia de la autoridad que debe tener todo el ministerio profético confiado a la Iglesia c. 823. Pero, en el caso del internet todavía no se cuenta con suficientes medios para certificar las páginas auténticamente católicas o los contenidos que en algunos sitios aparecen.

Por más importante que sea el Internet, es evidente que la Iglesia no podrá reducir su tarea en el mundo a su presencia en él, ya que siempre será imprescindible el encuentro personal y comunitario en la celebración del Culto y especialmente en los Sacramentos, así como también en toda la vida de la comunidad, en la que la Palabra de Dios se encarna. Pero, Internet es un complemento útil para la predicación de la Palabra de Dios en todo el mundo, incluso para hacerse presente en algunos lugares donde la Iglesia no tiene otro modo de hacerse presente.

La Iglesia en la utilización de Internet como instrumento para la predicación de la Palabra de Dios, y también como instrumento para acercar a todos los hombres información sobre sí misma y su acción en el mundo, deberá conocerla y respetarla: Internet, entendida como red de computadoras conectadas para el intercambio de información, es por su propia naturaleza, interactividad. No sólo se accede a través de ella a la información que se brinda en las Páginas o se envía a través del correo electrónico o de los diversos modos de comunicación “en vivo”, sino que también es posible poner a disposición de los demás la propia información. Este camino de ida y vuelta del pensamiento, a través de la imagen y la palabra, escrita o hablada, que fácilmente se establece entre personas ubicadas en cualquier lugar del mundo, incluso en tiempo real, supone toda una novedad que la Iglesia no deja pasar; como el Papa que no sólo podemos ver, escuchar o leer en Internet sino que además, ofrece su email para todo el que le quiera comunicarse con él: benedictoxvi@vatican.va

Todo el Pueblo de Dios, cada uno conforme a su estado y condición, participa de la misión de la Iglesia, confiada por Jesús a los Apóstoles, de anunciar el Reino a todos los hombres de todos los tiempos. Por esta razón, es un deber y a la vez un derecho de todos los fieles trabajar para que el mensaje divino de la salvación llegue a todos, en todos los rincones de la tierra (Mt 28, 18-20 y c. 211). Ya que todos los fieles participan en la misión de la Iglesia, corresponde a todos el derecho de promover la acción apostólica en Internet, siempre teniendo en cuenta el estado y la condición de cada uno c. 216. Por ejemplo la página Web: www.encuentra.com donde participan laicos y clérigos, o el www.portalmisionero.com con información sobre los misioneros y las misiones, o www.corazones.org portal de las sirvas de los corazones traspasados de Jesús y María.

El ministerio de la Palabra divina abarca diversos modos e instrumentos contemplados hoy por las normas canónicas. Los principales son la predicación y la catequesis. Pero también sirve al mismo fin la enseñanza de la doctrina cristiana, especialmente en las escuelas y otros institutos, así como todo tipo de reuniones y conferencias, y las declaraciones públicas hechas por la autoridad eclesiástica c. 761. Por eso, la transmisión de clases presenciales, cursos, conferencias, predicaciones, etc., en Internet son tan útiles para propagar la palabra de Dios. Y debe considerarse a Internet como un instrumento útil para el ministerio de la Palabra divina que corresponde a la Iglesia.

Así como para la predicación, la catequesis, las escuelas y la participación de los ministros y los fieles laicos en la predicación a través de los instrumentos de comunicación social hasta hoy conocidos existen normas precisas, con las cuales la autoridad de la Iglesia regula el ministerio de la Palabra, de la misma manera, la utilización de Internet como instrumento para el desarrollo del ministerio de la Palabra reclama una regulación, que permita a la Iglesia garantizar la integridad de la fe y su recta predicación, en cumplimiento de su misión de custodiar la verdad revelada, a la vez que profundiza en ella y procura su anuncio a todos los hombres c. 747.

La predicación de la Palabra de Dios es un derecho para los Obispos c. 763, que cuentan para hacerla con la colaboración de los presbíteros y diáconos, a quienes corresponde la facultad de predicar en todo el mundo, salvo expresas limitaciones que puede hacer el Ordinario del lugar c. 764. Atendiendo a la norma vigente, debe entenderse que los presbíteros y diáconos tienen también la facultad de “predicar” a través de Internet, ya sea a través de Páginas expresamente destinadas a esta finalidad, o a través de listas de distribución de correo electrónico.

Sin embargo, así como para hablar sobre un tema de doctrina cristiana por radio y televisión deben cumplirse las normas que en cada lugar da la Conferencia episcopal c. 772 § 2, se puede pensar que el alcance universal que tiene una exposición doctrinal o predicación hecha a través de Internet por los ministros sagrados merezca algunas normas reguladoras dadas por las Conferencias episcopales, para los ministros sagrados de su jurisdicción.

La Iglesia ha regulado con precisión las instituciones que en su nombre enseñan la doctrina cristiana, principalmente las escuelas y las universidades católicas, así como otros institutos canónicos similares. El nombre de “católica”, que ninguna institución educativa puede llevar sin expreso consentimiento de la autoridad eclesiástica, orienta a los fieles que quieren recibir la enseñanza de la doctrina católica. De la misma manera, cualquier iniciativa apostólica de los fieles emprendida por propia iniciativa, cada uno según su propia condición, necesita el consentimiento de la autoridad eclesiástica para llevar el nombre de “católica” c. 216. Lo mismo debe decirse de cualquier asociación de fieles, que para llevar el nombre de “católica” necesita del consentimiento de la autoridad eclesiástica competente cc. 300 y 312. Así también debería de hacerse para Internet, una nueva realidad, en la que el nombre de “católica” debería servir para orientar a los fieles. Se trata de las Páginas Web o los Portales presentes en Internet, desde los cuales se puede acceder a variada información sobre la Iglesia, su doctrina, sus actividades y su presencia y tarea evangelizadora en diverso lugares del mundo, por ejemplo www.es.catholic.net o www.catolico.org .

En la medida en que se dedican a ofrecer en su espacio la doctrina católica, y más todavía si pretenden identificarse como “católicas”, las Páginas Web y los Portales presentes en Internet deberían contar con un consentimiento de la autoridad eclesiástica, que pudiera ser fácilmente verificado por todos los que acceden a ellas.

Existen otras Páginas o servicios de Internet, como grupos de noticias o de correo electrónico, o listas de distribución de información, que no pertenecen a instituciones “católicas”, sino a simples fieles, que se ocupan a través de estos medios de los temas de fe y costumbres. Podríamos decir que son Páginas o servicios “privados”, en la medida en que este término es aplicable a un instrumento de alcance universal como Internet, por ejemplo: www.zenit.org

Debemos tener en cuenta, en primer lugar, el deber de la autoridad eclesiástica de preservar la integridad de la fe y de las costumbres, para lo cual debe velar para que el uso de los medios de comunicación social, entre los que debe considerarse Internet, no provoque daños a la fe y a las costumbres c. 823 § 1. Este deber corresponde a los Obispos diocesanos o equiparados a ellos en las Iglesias particulares, a las Conferencias episcopales para todos los fieles de su territorio, y a la autoridad suprema respecto de la Iglesia universal c. 823 § 2. En correspondencia con este deber de vigilancia propio de los pastores, los fieles reciben la recomendación de someter al juicio del Ordinario del lugar los escritos que traten sobre las sagradas Escrituras, teología, derecho canónico, historia eclesiástica y materias religiosas o morales c. 827 §§ 2 y 3. Además, si los escritos serán utilizados en las escuelas, deben contar necesariamente con la aprobación de la autoridad c. 827 § 2.

Haciendo una aplicación de dichas normas a la publicación en Internet, a través de cualquiera de los modos antes mencionados u otros similares, de contenidos que se refieren a las sagradas Escrituras, Teología, Derecho canónico, Historia Eclesiástica o materias religiosas o morales, es necesario recomendar a los fieles que sometan al juicio del Ordinario del lugar las Páginas Web o servicios de distribución de información referidas a esas materias. En todos estos casos, el método del logo de verificación sería un instrumento adecuado para hacer constar la aprobación o el nihil obstat, según el caso, otorgado por la autoridad eclesiástica a los contenidos de Internet que hayan sido sometidos a su control y hayan sido reconocidos por la misma. De cualquier modo, http://periodicopresencia.org/?p=33 Ofrece una guía simple sobre lo que hay que buscar para saber si una página es católica o no, y evitar errores, que nos podría ser útil mientras tanto.

(NOTA: Buscar en http://periodicopresencia.org/?p=33 y copier el contenido abajo de este artículo señalando la fuente.)

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2 comentarios

  1. Yo creo ke la mejor forma de predicar el evanjelio es con el ejemplo no robar no mentir

    Tatar bien alas personas amar perdonar cabiar nuestra forma de pensar de ser no ser resentido y ser pasiente el salmo 115 es muy calaro a dios no le gusta la idolatria ke clase
    De ijo de dios eres si no lo obedeses asiendo.lo contrario es bueno creer en dios pero es ejor creerle adios

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