Conductas que fomentan la libertad responsable

La responsabilidad va de la mano de la libertad y la presupone. No serviría de nada intentar que nuestros hijos asuman los resultados de sus decisiones si antes no hemos procurado que puedan decidir. La familia es la mejor escuela de una educación en y para la libertad responsable.

A. OFRECER LA VERDAD. HACER PENSAR

– Aprovechar las ocasiones que ofrece la vida familiar para hablar con los hijos, potenciando su sentido crítico.
– Prevenirles contra la influencia manipuladora de los medios de comunicación.
– Fundamentar lo que se dice. Distinguir la verdad objetiva de la opinión personal.
– Enseñarles a considerar las cosas y a razonar, para que no se dejen arrastrar por estados emocionales pasajeros y a no juzgar con precipitación.
– Exponer las razones, los motivos que aconsejan actuar de un modo u otro.
– Ayudarles a prever las consecuencias de sus decisiones libres.
– Enseñarles a sopesar las razones y argumentos de las distintas opiniones.
– Enseñarles a buscar sinceramente la verdad y a ser coherentes.

B. RESPETAR A LA PERSONA. COMPRENDER. CONFIAR

– Respetarlas indicaciones y aptitudes que tiene cada uno.
– No violentar a nadie, no forzar, no pedir imposibles.
– Reprender, cuando sea necesario, sin insultar ni humillar.
– Ofrecer confianza.
– Escuchar con atención, esforzándose por comprender a los hijos, pues no hay clima de libertad si cl diálogo sereno no preside la relación interpersonal.
– Reconocer y valorar sus decisiones acertadas.
– Comprender y hacer comprender que hacer lo que se entiende que se debe hacer supone, muchas veces, un esfuerzo considerable, y no siempre se logra.

C. FORTALECER LA VOLUNTAD CON EL EJERCICIO DE LAS VIRTUDES. ESTIMULAR LA RESPONSABILIDAD

– Acostumbrar a que sean valientes, a que respondan personalmente de sus obras sin pretender esconderse en el anonimato.
– Animar, con talante positivo, a volver a empezar una y otra vez, sin dejarse vencer por el desánimo.
– Proporcionar ocasiones de ejercitar las virtudes, de asumir responsabilidades, de acuerdo con sus posibilidades, en la vida familiar.
– Fomentar la participación activa y responsable en la familia mediante los encargos o la ayuda entre hermanos.

D. FOMENTAR LA INICIATIVA PERSONAL

– Ayudar a encauzar rectamente sus afanes e ilusiones.
– Promover hábitos -proporcionando ocasiones de ejercitarlos- de autonomía, autodominio, iniciativa, elección, decisión y participación.
– Facilitar ocasiones en las que hayan de tomar sus propias decisiones. No tomar decisiones que los hijos puedan tomar por sí solos.
– Respetar las decisiones responsables.
– Animar a que organicen por su cuenta algunas actividades y a que participen responsablemente en otras.

Por José Antonio Alcázar
www.mercaba.org

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