México es uno de los lugares donde tiene más arraigo la celebración de la Santa Cruz.
Cuando los primeros evangelizadores llegaron a estas tierras, ponían cruces en las nuevas construcciones de iglesias, conventos y casas de oración. La desnudez de los maderos no era bien recibida por los oriundos del lugar, por lo que prefirieron pintarlas con colores llamativos y adornarlas con flores y listones.
Esto se sigue haciendo hoy con todo respeto. Cada 3 de mayo, no hay construcción que no tenga fiesta. Todos los trabajadores (albañiles, peones, arquitectos, ingenieros) conviven en una comida junto con sus familias.
Durante su último viaje a este país, el Papa Juan Pablo II bendijo un monumento con el tema de la Santa Cruz. Desde este punto una importante empresa cementera organiza cada año una magna peregrinación a la Basílica de Guadalupe y otra organiza un convivió en el Estadio Azul, de fútbol.
Todo el día se escuchan cohetes por los rumbos de esta gran ciudad de México, y lo mismo sucede en otros lugares del país, sobre todo en Veracruz (que significa la Cruz Verdadera, Vera-Cruz) en el sureste de México.
¡Felicidades a todos los que llevan el nombre de Cruz, que aquí se aplica tanto a hombres como a mujeres!
Por: José Luis Becerra | Fuente: Catholic.net