¿De qué puede uno estar orgulloso en la vida? ¿Del automóvil…? El psicólogo Guillermo Dellamary habla de la riqueza que supone lograr la unión de la familia
Hace algunos días, una persona me relataba que se había quedado muy impactado al escuchar una entrevista con alguien muy famoso que decía que el éxito más importante de un padre de familia es el que sus hijos adolescentes quisieran estar con él. Y más aún, que lo acompañaran muy de cerca en su viajes.
Es una buena idea de lo que también quiere decir un verdadero éxito, pues la mayoría de las personas lo reducen a unos logros económicos o profesionales; pero no alcanzan a ver el gran valor que tiene el que la familia quiera estar reunida.
También me contaba una señora que le parecía muy egoísta que su esposo quisiera ir tanto a visitar a sus papás. Y consideraba que una vez que estás Casado, ya no le debes dar tanta importancia a tu familia de origen y centrarte más en tu pareja y tus hijos.
Desde luego que es un tema de debate, pues no es fácil tener un claro equilibrio entre dedicarle las atenciones a tu nueva vida y dejar a un lado a tus padres y hermanos.
Seguro que hay quien piensa que, una vez casados, tus padres deben pasar a un segundo plano. Y habrá quien no esté de acuerdo con esa postura y concluya que no es cuestión de prioridades sino de ser amables y atentos con todos.
El tema es guardar un prudente equilibrio y tratar de atender a todos en la justa medida. Las personas posesivas, sean los padres o la pareja, siempre tendrán la sensación de que ellos deben ser los únicos en tener la atención plena de la pareja o de los hijos, y que nadie más debe usurpar el primer lugar.
De aquí, muchos celos, coraje y sentimientos de tristeza por no recibir todo lo que se quiere, de la pareja o de los hijos.
El verdadero objetivo es mantener a la familia unida y que los hijos, a cualquier edad, quieran estar con la familia, en vez de darle tanta importancia a los amigos y a otras actividades extra familiares. Que incluso llegan a preferir y a no desear estar con ellos.
Una persona exitosa mantiene unida a su familia.
De aquí la importancia de enseñar a nuestros hijos el gran valor que tiene aspirar a lograr este éxito tan trascendente, y no sólo desear obtener bienes materiales, fama, comodidades y lujos.
Qué se necesita para conquistar este logro
Mantener la cercanía y la unidad con los seres queridos comienza con gestar un ambiente agradable, amigable, respetuoso. Que nuestros hijos sientan positivo el entorno familiar, desde la temprana infancia. Que disfruten de estar en su casa, que sientan en su hogar un espacio seguro, en donde reciben el afecto, el cariño y la comprensión; junto a los bienes indispensables para cubrir las necesidades básicas.
Es importante que los padres nos empeñemos en verdaderamente hacer del hogar el mejor lugar en donde se pueda estar, que sientan tanta paz y alegría que no la busquen en otras familias, con los amigos o en la calle.
Un espacio en el que se cultiven los verdaderos valores y se practiquen sin regaños ni violencia de ningún tipo. Que la autoridad de los padres sea fuente de sabiduría y buen ejemplo, y no de unos vigilantes que corrigen, premian o castigan.
Que los hijos sientan la protección y la guía de sus padres, para crecer con seguridad y los recursos emocionales necesarios para no tener ni pena ni vergüenza.
El éxito es que desde un inicio sientan la libertad de elegir estar en casa, antes que preferir estar fuera de ella; que deseen charlar con sus padres y fomentar una amigable relación con los hermanos.
El hogar es el mayor santuario que tenemos, en donde el niño va creciendo con la alegría de que es el lugar más bello en el que pueden encontrarse.
¿Quién se quiere ir de un lugar así?
Podrán llegar los momentos gratos de la socialización en la adolescencia, y descubrir nuevos mundos y retos que afrontar, pero en su corazón permanece la sensación de que su hogar es un espacio especial y sus familiares unos seres excepcionales. No tendrán que huir, ni salir por temor y represalias, o por que es un territorio desagradable del que emanan exigencias con agresividad.
Cuando se crece en un ambiente así y se siente una relación amigable y positiva con los padres y hermanos. Siempre querrán mantener una relación sana y positiva con ellos. En vez de quererse alejar y poner pretextos para no desear convivir con ellos.
El verdadero éxito es que tengan en casa el amor, el afecto y el cariño y no sientan un vacío que los obliguen a tenerlo que ir a buscar en otros lados.
Por Guillermo Dellamary
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