Cuando se descubrió la expansión constante del universo la pregunta inmediata fue: ¿De dónde vino esa expansión? El astrofísico y canónigo Georges Lemaître propuso que en determinado tiempo toda la materia y energía del universo estaban concentradas en un punto que se descomprimió con una gran explosión: el Big Bang.
Los cristianos no se oponen al avance del conocimiento natural del mundo, sino que están dispuestos a contribuir con el avance científico sin renunciar a la armonía entre fe y razón. En la historia de la ciencia vemos grandes ejemplos de científicos que tomaron esta actitud. Si bien, algunos tuvieron problemas con la jerarquía eclesiástica de su tiempo, su determinación por buscar una relación amigable entre ciencia y fe es destacable. Mencionemos a Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Sir Isaac Newton, Robert Boyle, Francesco Faá di Bruno, entre otros.
En el tiempo de la ciencia cuántica y la astrofísica relativista la participación de los científicos creyentes no se hizo esperar. El campo de la astronomía había sido revolucionado por las propuestas de Albert Einstein, Edwin Hubble y otros grandes científicos, entre ellos Georges Lemaître, quien siendo sacerdote hizo una síntesis de las teorías propuestas postulando al Big Bang como explicación de la expansión del universo.
Por más extraño que suene debemos decir que la teoría del Big Bang fue propuesta por un sacerdote católico, que a la vez era un brillante astrofísico y matemático. Georges Lemaître nació en Bélgica en 1894. Desde pequeño se interesó por las matemáticas al igual que por la vida espiritual y de oración. Ingresó a la Universidad de Lovaina donde estudió ingeniería civil. Con estos conocimientos sirvió a su país en la Primera Guerra Mundial. Después ingresó al seminario de Malinas, donde fue ordenado sacerdote.
Sus intereses astrofísicos lo llevaron a leer a Einstein y a establecer contacto con él y otros físicos de su tiempo. Una de las preguntas que había que resolver era el origen de la expansión del universo. Por expansión entendemos que el universo se despliega desde un centro (aparentemente) hacia todas direcciones. Si el universo se despliega de esta manera, ¿cómo era su punto de origen? ¿Por qué comenzó a expandirse?
El Padre Lemaître propuso que todo el movimiento del universo pudo haber comenzado a partir de un punto donde estuvieran concentradas toda la materia y la energía posibles. Para estudiar este punto original no bastaría la física que conocemos. Necesitaríamos tener otro tipo de física que, por ahora, nos es desconocida en una gran parte. Lemaître explicó que, en dada circunstancia, la presión y la energía «atrapadas» en el punto habrían sido enromes como para contenerse, por lo que se descomprimieron de un momento a otra. Esta gran descompresión habría sido una gran explosión, un gran «Bang», el Big Bang.
El padre Lemaître llegó a ser un reputado científico y en la Iglesia alcanzó el grado de canónigo. Fue un gran amigo de Einstein, a tal grado que este gran científico decía que entre las pocas personas que le entendían estaba el canónigo Lemaître.