Los cambios en la comunicación digital y su impacto en la familia
En promedio, una persona revisa su teléfono móvil unas 344 veces al día (Asurion, 2023), lo que equivale a consultarlo cada 4 minutos. La hiperconectividad ha transformado nuestra manera de vivir, pero también ha impactado en nuestra dinámica familiar. Hoy, muchos hogares comparten un mismo espacio físico, pero viven realidades digitales separadas.
¿Será que estamos perdiendo el arte de la conversación cara a cara en casa? El avance de la comunicación digital ha transformado radicalmente la manera en que nos relacionamos, modificando no solo el ambiente globalizado en el que vivimos, sino también la estructura más íntima de la sociedad: la familia. En este sentido, la ética en la comunicación digital toma un papel fundamental, ya que las nuevas tecnologías pueden ser, por una parte, una herramienta para fortalecer los vínculos familiares, pero también pueden convertirse en un factor que propicie la desconexión y el aislamiento dentro del núcleo familiar, dos grandes males que están debilitando la fortaleza de la familia.
Los cambios en la comunicación digital y su impacto en la familia son una realidad innegable. La llamada “era del clic”, el acceso instantáneo a la información, la inmediatez en las respuestas y la globalización en la forma de dialogar son algunos de los cambios más significativos como resultado de la comunicación digital. Sin embargo, esta hiperconectividad no siempre reditúa en una mayor calidad en las interacciones humanas o en un trato más humanizante. Como podemos ver de manera constante en la dinámica intrafamiliar, el uso excesivo de dispositivos móviles ha modificado los momentos de convivencia e intimidad, afectando en muchos casos la profundidad del diálogo y las conversaciones, pero sobre todo la transmisión de sentimientos, valores, principios y tradiciones entre generaciones (Turkle, 2015).
Si abordamos el tema desde una perspectiva ética, la comunicación digital debería fungir como un puente y no como una muralla entre los miembros de la familia. Ante esta realidad, el gran desafío que enfrentamos como educadores y formadores familiares consiste en lograr la integración de las tecnologías para que sumen a la interacción presencial, fomentando espacios de diálogo genuino y relaciones basadas en la confianza y la conexión emocional (Carr, 2020).
¿Cuál debería ser la respuesta de la familia en este cambio de época? El Papa Francisco ha señalado que estamos atravesando un “cambio de época” y no simplemente una época de cambios. Vista desde esta perspectiva, esta realidad implica una transformación en los estereotipos familiares, en los hábitos de crianza y, principalmente, en la forma de comunicarnos. Es un proceso que exige desaprender para reaprender. La digitalización ha traído nuevos retos y oportunidades en la crianza, donde los padres debemos tomar un mayor protagonismo y armonizar el uso de la tecnología sin que esta reemplace su rol educativo y sobre todo afectivo. No podemos olvidar que los padres somos los primeros responsables de la educación de los hijos (Pérez Tornero & Varis, 2017).
Todo este proceso de adaptación requiere conservar los principios fundamentales que han sostenido a la familia como institución: el amor, el respeto, la formación en valores y el desarrollo de virtudes, entre otros. El gran reto es saber aprovechar y adaptarse a los nuevos formatos de comunicación, promoviendo una alfabetización digital que permita el uso responsable y crítico de la tecnología en el ámbito familiar, y sobre todo, recalcar el uso de estas tecnologías como medio y no como un fin.
¿Qué propuestas podemos brindar para una comunicación digital ética en la familia? Para que la comunicación digital verdaderamente abone a un modelo ético de familia, es fundamental que los mensajes transmitidos refuercen significativamente el sentido de pertenencia, la empatía y la construcción de relaciones fuertes y saludables.
A continuación te comparto seis claves para lograrlo:
– Fomentar el diálogo intencional: Educar con intencionalidad. Establecer espacios libres de pantallas para compartir experiencias y emociones de manera presencial.
– Educar en el uso responsable de la tecnología: Formar criterio. Enseñar a los niños y adolescentes a discernir los contenidos digitales y a utilizar las redes de manera constructiva.
– Priorizar el contacto humano sobre la virtualidad: Incentivar encuentros familiares, donde el tiempo compartido tenga mayor peso que la interacción mediada por dispositivos.
– Promover mensajes basados en la verdad y el respeto: Evitar la desinformación, el anonimato agresivo y la superficialidad en las conversaciones digitales.
– Recuperar la trascendencia en la comunicación: Recordar que la comunicación en la familia no solo es un intercambio de información, sino una forma de construir identidad y sentido de vida.
– Lo virtual debe ser reflejo de lo real: Promover la congruencia. La unidad de vida debe privilegiarse ante todo para no caer en una vida fragmentada.
En conclusión, la ética en la comunicación digital no radica en rechazar la tecnología, sino en integrarla con prudencia y responsabilidad en la vida familiar. Si logramos orientar el uso de los medios digitales hacia la construcción de relaciones sólidas y significativas, estaremos contribuyendo a que la familia siga siendo el pilar fundamental de la sociedad en este cambio de época. Como bien dijo Albert Einstein:
«Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas».
¡Que la comunicación digital no nos haga olvidar la esencia de lo que significa ser familia!
Soy Sergio Cazadero y te quiero compartir, cómo hacer para crecer.
Whatsapp: https://wa.me/5539261609
Mail: consultor@sergiocazadero.com
Consultorías: https://catholizare.com/servicio/sergio-cazadero/
Mini series: https://catholizare.com/servicio/sergio-cazadero/
12/03/2025
Sergio Cazadero
Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana (UP), Master en Asesoramiento Educativo Familiar por la Universidad Complutense, España, Maestro en Ciencias de la Educación Familiar por el Instituto de Enlaces Educativos (IEE), y Licenciado en Educación Familiar por la misma institución. Cuenta con diversas certificaciones internacionales como el Método Gottman de Terapia de Pareja Nivel 1, en Disciplina Positiva por el PDA (Positive Discipline Association), en Coaching Ontológico para la gestión de talento por la Universidad Panamericana, y Experto en el uso de las TIC´s en la educación por la Universidad de Navarra, España.
Es socio fundador y director de “Educaf, Profesionales en Educación Familiar A.C” y “Destino Canadá, A.C” ambas dedicadas a impulsar programas educativos y brindar una formación integral y profesional a todos sus participantes. En el ámbito académico ha fungido como docente durante más de 30 años, impartiendo clases desde nivel básico hasta nivel maestría, además se ha desempeñado como Director de Comunicación Institucional y Relaciones Públicas en el sector privado por más de 10 años. Es conferencista a nivel nacional e internacional, miembro del claustro de expertos en distintas instituciones como el High Potential Development Center de la Universidad Panamericana, el Pontificio Instituto Juan Pablo II de la Universidad Anáhuac, entre otras. Es presidente del Comité Editorial Red Familia, columnista en El Heraldo de México y el portal Encuentra.com, así como especialista invitado en el programa de radio Excelencia Personal.
Actualmente se desempeña como consultor independiente y es creador del método “Cómo hacer para crecer” que ha impactado a más de 145,000 personas, tan solo en el año 2020. Esta felizmente casado desde hace 30 años, es padre de seis hijos y abuelo de tres nietos.
Datos de contacto:
Whattsapp: 5539 26 16 09
Mail: consultor@sergiocazadero.com
Redes Sociales: https://linktr.ee/SergioCazaderoConsultor
