La preocupación por los más necesitados, los que sufren, los excluidos, y todos los bienes de la creación es un tema de la mayor actualidad. El 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe, 195 países llegaron a un acuerdo histórico sobre cambio climático en París (COP 21); el documento estará disponible durante un año a partir del próximo 22 de Abril de 2016 (Día de la Tierra) para que los gobiernos lo ratifiquen, de tal manera que se logren los compromisos para evitar el aumento de la temperatura global.
Este esfuerzo de diplomacia internacional es positivo considerando los años que se había intentado lograr algo similar sin éxito; el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si publicada recientemente, conminó a la comunidad internacional a apoyar un acuerdo de esta naturaleza que ayudara a mitigar los efectos de la contaminación y los índices de pobreza, utilizando energías más limpias y eficientes.
En esa misma encíclica en el quinto capítulo: “Algunas Líneas de Orientación y acción”, el Papa plantea recomendaciones prácticas para mejorar el cuidado de nuestra casa común, entre ellas están la cooperación y los acuerdos internacionales como el recién logrado en Francia, por otra parte también recomienda medidas concurrentes con los esfuerzos internacionales a realizar por parte de gobiernos locales y nacionales.
La semana pasada también se aprobó finalmente la Ley de Transición Energética en México, diseñada para promover el desarrollo de energías renovables y reducir el uso de energías más contaminantes, lo que contribuirá a lograr las metas del país en cuanto a reducción de gases que producen calentamiento global.
Los acuerdos y leyes son importantes, sin embargo es más importante cumplirlos y aplicarlos. En ese sentido es muy valiosa la reflexión del Papa que alerta sobre la realidad y el riesgo de que los intereses económicos subordinen a la política, evitando la justicia y el compromiso por el bien común. El incumplimiento de la ley y los acuerdos se vuelve particularmente grave por sus efectos negativos para los más necesitados y para el medio ambiente.
En el capítulo sexto de su última encíclica, el pastor universal de los católicos nos invita a “apostar por otro estilo de vida”, que incluya no caer en el consumismo, antes bien, comprometernos con una austeridad consciente que nos lleve a compartir con los demás, ambas actitudes muy apropiadas para fortalecer la vida cristiana, de manera especial en este tiempo de Adviento en que nos preparaos para recibir al Niño Dios.
También a educarnos para lograr una “alianza entre la humanidad y el ambiente”, que permita relacionarnos de un modo diferente con todos. Y finalmente nos propone una “conversión ecológica” que se nutra en la amplia espiritualidad cristiana de respeto a la vida, al prójimo y a toda la creación.
“La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos. Esto supone evitar la dinámica del dominio y de la mera acumulación de placeres.” (LS, 222)
El cuidado del medio ambiente es una cuestión moral que incluye reconstruir las relaciones con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con cada cosa que Dios ha creado, y existen acciones de política, de economía y de responsabilidad social que pueden ayudar a que los acuerdos y leyes se cumplan, pero sobre todo acciones personales que nos lleven a asumir nuestra responsabilidad con el entorno en cada momento de nuestra vida.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).