Despertó, se levantó y fue al sanitario aun adormilado, casi sin darse cuenta descargó el depósito con 15 litros de agua, se despabiló y se planteó hacer ejercicio y ducharse, o simplemente ducharse con los 200 litros que implica hacerlo durante 10 minutos, al salir, antes de desayunar, un vaso de agua y/o una taza de café o té. Esta es una rutina diaria de cada persona en cualquier ciudad con servicio de agua.
Recuerdo de niño en casa de mis abuelos en un pueblito escondido de Durango la rutina al despertar, si sólo necesitábamos orinar había una bacinica debajo de la cama, más tarde si la necesidad fuese mayor entonces íbamos a la letrina seca al final del corral donde no había necesidad de vaciar agua, no siempre nos bañábamos pero siempre había una cubeta con agua y su jofaina para lavarnos las manos y la cara. Nos desayunábamos con un vaso de jugo, o una taza de bebida caliente.
El consumo de agua personal en una comunidad rural sin servicios puede ser menos de la décima parte de lo que cada persona consume en una ciudad, otra diferencia es la energía que se utiliza para hacer llegar el agua potable a las ciudades, donde hay enormes consumos de energía por bombeo para extraer, potabilizar, transportar y distribuir el agua; en las comunidades pobres normalmente se saca el agua en baldes de una noria o pozo, así que toda la energía es de quien saca el cubo y camina para llevarla a cada hogar. El contraste de consumo energético también es brutal.
El 22 de Marzo de cada año se celebra el Día Mundial del Agua y en esta ocasión el tema es la vinculación que existe entre agua y energía. Además del consumo que se hace de energía para que funcione el abastecimiento y tratamiento de agua; el precioso líquido también genera una importante cantidad de electricidad en el mundo, en México alrededor del 20% de la energía eléctrica producida es de este tipo. Pero el tema de fondo es proveer de los servicios a millones de personas que no los tienen.
El contraste entre volumen y cantidad de energía entre comunidades con servicios de agua y electricidad y las que carecen de ellos, es un indicador de inequidad y marginación en todo el mundo, en México, se estima que cerca de 9 millones de personas no tienen acceso al agua potable, y eso representa además problemas de mortalidad infantil y propensión a enfermedades.
Los costos de instalación y necesidades de energía para los proyectos tradicionales de agua potable son prohibitivos para comunidades pobres y dispersas, por lo que los servicios se deben proveer mediante enfoques alternativos, por ejemplo, bombas de agua con tracción de viento o humana como las que se promueven en los juegos para niños, o con pedales de bicicleta; molinos que producen electricidad, y muchas otras ideas creativas.
Las imágenes bíblicas de la necesidad de calmar la sed del pueblo son muy fuertes, tanto en el incidente de Masá y Meribá (Ex. 17, 1-7) (Sal. 95 6-9) donde se pone a prueba la fidelidad del Señor, cómo en el pozo de Jacob donde Cristo se revela como la fuente de agua viva (Jn. 4, 5-42).
Dar de beber al que tiene sed es una de las obras de misericordia que hemos aprendido los cristianos desde siempre, el marco de una celebración internacional sobre el valor del agua, la reflexión de la palabra de Dios de esta tercer semana de Cuaresma, y las misiones de semana santa, nos puede motivar a hacer cosas que lleven agua potable, energía y agua viva a quienes no la tienen.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
No tenemos conciencia (como en muchas otras cosas) del valor del agua y la desperdiciamos mucho en las ciudades, no se me olvida una imagen del internet ( a manera de chiste) donde un ninio que se ve que pertenece a una comunidad de bajos recursos, pregunta: O sea que ustedes tienen tanta agua, que se hacen pipi y popo en ella?
Ojala pronto usemos el agua que se uso para lavar trastes o lavar ropa o para baniarnos como agua de reuso para el excusado o regar el jardin.
Un tema que le apasiona!
Un asunto que es de todos.
Es sorprendente cómo nos agenciamos diferentes maneras de hacer rendir el agua cuando al abrir la llave no hay; o cuando la fortuna es tener un pequeño chorro, que claro, no sube a la regadera.
Indudablemente, el cuidado del agua… un asunto de todos.